México: Propuesta del CIG aterriza en Oaxaca en un contexto de Guerra de Baja Intensidad

Oaxaca es una entidad mexicana conocida por sus fiestas coloridas acompañadas de grandes orquestas y su diversidad gastronómica, pero también se le conoce por su rebeldía. Estas tierras han sido protagonistas de las revueltas más relevantes de estos últimos diez años. De estos pueblos originarios fue de donde provinieron una buena parte de los actores que construyeron los Acuerdos de San Andrés que el gobierno de México firmó con el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) el 16 de febrero del año 1996 para comprometerse a modificar la Constitución nacional en materia de derechos Indígenas en México, acuerdos que posteriormente traiciono el gobierno.​ Estos mismos pueblos hoy vuelven hacer eco del llamado que ha hecho el Congreso Nacional Indígena (CNI) con su recién creado Consejo Indígena de Gobierno (CIG).

Son más de 20 años desde la creación del CNI y quizás este ha sido el único espacio donde los pueblos se han visto a los ojos y han compartido sus dolores y sus resistencias. “Junto a la presencia de la Comandanta Ramona del EZLN me tocó participar en la conformación del CNI, en ese momento vi a varios hermanos de otros pueblos indígenas del país, y yo no tenía conocimiento de su existencia, fue ahí donde nos identificamos y eso hizo que los pueblos creáramos un espacio de encuentro y de reflexión que es el CNI, pero sobre todo, para buscar salidas a nuestros problemas”, dijo para Avispa Midia María de Jesús Patricio Martínez, elegida como la vocera del CIG.

Para el fundador de la Universidad de la Tierra Oaxaca, Gustavo Esteva, la participación de los oaxaqueños fue decisiva para la conformación del CNI. En las reuniones previas a los Diálogos de San Andrés se habían celebrado ya dos sesiones, y en la tercera, el EZLN llamó a un Foro Nacional Indígena, para que en esas negociaciones no se oyera sólo la voz de los zapatistas, sino la voz de todos los pueblos indígenas de México. “Quiero subrayar que éramos un poco más de 500 personas en la reunión y 260 venían de Oaxaca. Éramos más de la mitad de los asistentes en el Foro que fue punto de partida de este gran movimiento (…).Quisiera recordar también que en esa reunión fundadora del Congreso Nacional Indígena éramos unas 1,500 personas y más de 600 venían de Oaxaca”, señaló Esteva en un encuentro realizado en Oaxaca con pueblos indígenas y una representación del CIG el 26 de julio de este año 2016.

En un primer momento los pueblos que conformaron el CNI no quisieron que fuera una organización, sino que fuera un espacio. “Cuando estábamos juntos éramos una asamblea y cuando estábamos separados éramos una red. Pero la guerra contra los pueblos originarios se agudizo durante estos años y perdimos algunos compañeros en el camino, algunos otros se fueron”, agrega la vocera del CIG, quien contendrá como candidata independiente en las elecciones del año 2018 en México.

La contrainsurgencia

Mientras se negociaban los Acuerdos de San Adres el gobierno mexicano orquestaba una Guerra de Baja Intensidad (GBI) bajo la asesoría del gobierno de los Estados Unidos con el llamado Plan de Campaña Chiapas 94. Aunque no solo se dirigió hacia territorio zapatista, fue direccionado hacia los estados que eran considerados focos rojos, como el caso de Oaxaca y Guerrero, donde se aplicó una estrategia de contención por medio de un derrame económico hacia programas sociales, como salud, educación, agroforestal y seguridad. Pero también se abrieron espacios para la sociedad civil que se fue acuerpando en Organizaciones No Gubernamentales (ONG) registradas oficialmente.

“Oaxaca esta desmovilizado, muchas organizaciones que se dicen de izquierda terminaron en una dinámica clientelar con el gobierno. Se puede decir que la guerra de baja intensidad realmente fragmentó muchos pueblos. Se aprovechó y se sigue aprovechando la situación de pobreza de nuestra gente. Los partidos se han incrustado en las comunidades indígenas de forma directa e indirecta. Cooptan a las autoridades tradicionales para realizar obras publicas de las cuales se inflan los presupuestos para obtener un diezmo. Los programas de pagos por servicios ambientales, oportunidades, prospera y todos esos proyectos son parte de esta guerra de contrainsurgencia y, el objetivo es crear dependencia del gobierno”, dice para Avispa Midia el indígena mixteco de Oaxaca, Gabino Bautista, quien ha trabajado con migrantes de su pueblo en los Estados Unidos y que hoy esta difundiendo la propuesta del CNI.

De acuerdo con el manual llamado Tácticas de Contrainsurgencia publicado en el año 2009 para uso exclusivo del ejercito de los Estados Unidos, la contrainsurgencia no solo utiliza el derrame de recursos económicos sino que, “las operaciones incluyen apoyar las acciones militares, paramilitares, políticas, económicas, psicológicas y cívicas de una nación anfitriona tomadas para derrotar a una insurgencia. Evitar la creación de nuevos insurgentes (...). Las operaciones a menudo incluyen programas de asistencia de seguridad tales como programas de ventas militares extranjeras, el programa de financiamiento militar extranjero, y programas internacionales de entrenamiento y educación militar”.

El indígena Bautista considera que incluso el crimen organizado esta sistemáticamente planeado e implementado en México. “ Es casi lógico, después de que se implementó la guerra contra el narcotráfico en México con la llamada Iniciativa Mérida, un programa de los Estados Unidos, la delincuencia creó terror en muchos pueblos y obligaron a que la gente migrara a otros lugares. Tiempo después los proyectos de extractivismo como el petróleo, gaseoductos, acueductos, la minería, las presas hidroeléctricas y los proyectos eólicos han avanzado vorazmente. Los índices de desaparecidos y asesinados aumentó. Este programa es parte de la nueva economía y su objetivo no es acabar con la delincuencia. Junto a ellos están los grupos paramilitares y los partidos políticos. Por ejemplo en la Mixteca esta el grupo paramilitar Antorcha Campesina que es financiado y respaldado por el gobierno”, dice Bautista.

En el mismo sentido de las operaciones de contrainsurgencia, en año 2006 un equipo de geógrafos de la Universidad de Kansas, financiados por el Departamento de Seguridad de los Estados Unidos, realizaron una serie de mapeos de tierras comunales de la Sierra Norte de Oaxaca, bajo el proyecto denominado México Indígena, como parte de las Expediciones Bowman. El objetivo era estudiar y analizar las relaciones sociales que las comunidades indígenas de esta región establecían y que los mantenía en unidad. Lo que buscan estas expediciones es trazar estrategias para incorporar por la fuerza o por la vía de acuerdos, los territorios indígenas al modelo corporativo transnacional de propiedad privada. Posteriormente las comunidades denunciaron y corrieron a los expedicionarios.

De acuerdo con Bautista, “todo comenzó con el PROCEDE (Programa de Certificación de Derechos Ejidales y Titulación de Solares), lo que buscan es que podamos vender nuestras tierras. El otro frente por el cual nos están atacando son las áreas de conservación. Donde las comunidades se van con la finta por recibir unos centavos con el pago por Servicios Ambientales. Pero no se dan cuanta que sus tierras ya no serán de ellos, porque hay leyes internacionales que protegen estas áreas. Es un tipo de privatización. Sin tierras comunales nosotros desapareceremos, porque dejaremos de ser comunidad, porque entonces nuestras tierras tendrán un precio. Este es el contexto en el que estamos ahora”.

El estado de Oaxaca es tal vez una isla en México donde aun predomina la posesión colectiva de las tierras y las formas de gobierno conocidas como Usos y Costumbres que han permitido una cohesión comunitaria que ha sido ejemplo para mucho pueblos .“Oaxaca ha acumulado a lo largo de los años y de los siglos enorme capacidad de autonomía y gobierno desde abajo. Quizás no haya otro lugar en el país en que la gente misma, quienes forman los pueblos, participan en el gobierno propio, hacen autonomía desde abajo en cada una de las actividades que forman la comunalidad, esa palabra inventada en Oaxaca y que trata de expresar nuestro modo propio de ser”, señala Esteva.

“Tenemos una gran experiencia de cómo autogobernarnos y es eso lo que han pretendido destruir durante mucho tiempo. Porque un pueblo autónomo e independiente es más difícil manejarlo”, dijo Bautista.

Actualmente la propuesta del CNI ha aterrizado en territorio Oaxaqueño donde más de la mitad esta concesionado para la minería y para generación de energía renovable. Desde principios de este año 2017 la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID por sus siglas en inglés), ha intensificado su presencia y articulación con ONGs, la academia y el sector energético para dar continuidad con los proyectos de generación de energía renovable.

“La USAID ha sido acusada de intervencionismo, espionaje y de contrainsurgente en muchos países. No debe caber duda alguna de que ellos están aquí para facilitar el despojo. Porque sus proyectos ya no se sostienen por si mismos. Ya nadie les creé, han agotado sus métodos y hace falta involucrar a mas personajes que justifiquen sus proyectos. En este caso muchos intelectuales o las ONGs no saben que están haciendo trabajo de contrainsurgencia en nuestros pueblos, todo por una beca o un pago que no representa un sueldo, sino que la venta de la dignidad”, relata Bautista.

“El tiro de gracia para nosotros los pueblos indígenas en Oaxaca, fue haber creído en un cambio con el señor Gabino Cué Monteagudo y su coalición. A través de su llamado Tequio por el Cambio, el pidió el apoyo de las organizaciones, y a ciertos personajes que incluso estaban por la lucha indígena, después les dio puestos en el gobierno. Estas gentes ahora son mal vistas en sus comunidades. Lo cierto es que quienes hemos aprendido, no esperamos más de los partidos políticos. Nuestros pueblos están siendo vulnerado por ellos, y aunque el trabajo sea duro, ahora más que nunca es necesario volver a reunirnos y a organizarnos contra esta guerra”, comparte Bautista.

López Obrador

 A pesar de que en algunas comunidades de Oaxaca esta prohibido que algún partido político tenga presencia alguna, las diversas corrientes han buscado formas para incrustarse en las comunidades. En muchas de ellas predomina la presencia del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Mientras que otras comunidades piensan que el candidato del partido MORENA, Andrés Manuel López Obrador, puede ser una opción. En marzo de este año 2017, entre gritos y abucheos de la gente que hizo acto de presencia en su gira por Oaxaca, anunció su Acuerdo por la Unidad y Prosperidad del Pueblo de Oaxaca y el Renacimiento de México. Entre los signatarios de este acuerdo están empresarios y políticos oaxaqueños que han ido brincado de partido en partido, muchos de ellos acusados de desvíos de fondos y de corrupción.

“En algún momento pensé que Obrador podría ser una opción, pero basta con ver los amarres que esta haciendo con la clase política y empresarial de Oaxaca. Él esta reciclando todo lo podrido en este estado y en el país. Sus practicas son las mismas que la de los priistas (PRI). Parecen aves de rapiña en los municipios donde ya están haciendo campaña, incluso en algunas comunidades hay gente que esta utilizando las palabras del CNI y del Consejo Indígena. Creo que hay que ser demasiado ignorantes para no darse cuanta de lo que viene. Él (Obrador) ya anunció que no habrá reducción del extractivito, como la minería, que solo subirá los impuestos. Es la misma destrucción que traerá para nuestros pueblos”, comenta el indígena Bautista.

“Para la agenda política de este país los pueblos indígenas son invisibles. Fue con el levantamiento armado zapatista que por primera vez en la historia de este país se supo de su tejido indígena tan grande y tan basto, y de la grave situación de pobreza y de despojo que han vivido de forma permanente. Después de estos 20 años de este levantamiento, de nuevo los pueblos indígenas han quedado en el olvido. En el libro que escribió López Obrador para presentar su Plan Nacional de Desarrollo no habla de los pueblos indígenas. Él dice ser un candidato progresista, ¿ahora que podemos esperar del PRI o del PAN (Partido de Acción Nacional)?. En la boca de los políticos, en el pensamiento de los políticos, en el pensamiento de sus partidos no esta el problema indígena”, dijo el integrante del CNI Carlos Gonzales en un espacio que fue abierto para la sociedad civil en Oaxaca el día 26 de julio.

Gonzales asume que la posición del CIG es que, “no hay nada que discutir con López Obrador y con ningún político”, y que la “propuesta es para irrumpir en el espacio privilegiado de una clase política adicta a intereses económicos de gran nivel. Irrumpir en ese espacio y hacer visible toda esta problemática y hacer crecer una fuerza política propia que no dependa de partidos políticos. Esta guerra no solo toca a los pueblos indígenas, es común a la mayor parte de la sociedad mexicana”, agregó el abogado de resistencias indígenas, Carlos González.

La propuesta en Oaxaca

Es posible que muchos de los oaxaqueños que jugaron un papel importante para la creación del CNI ya no continúen el mismo camino. Lo que si es seguro es que desde la creación del Consejo Indígena de Gobierno en mayo de este año 2017 en San Cristóbal de las Casas Chiapas y en el encuentro realizado en Oaxaca el día 26 de julio con representantes de diversos pueblos originarios y la vocera del CIG, hicieron acto de presencia nuevos rostros, gente nueva, algunos muy jóvenes que se han encargado de llevar la propuesta a sus comunidades.

En ese intercambio de miradas y más preguntas que respuestas, Carlos Gonzales dijo a los oaxaqueños presentes, “consideramos fundamental que podamos articular nuevamente el espacio del CNI en Oaxaca. Esta reunión es importante; no había visto una reunión tan plural, tan representativa con el ánimo, la intención de articular el CNI. La invitación es para fortalecer el espacio que es de los pueblos y tratar de fortalecer el CIG dotándolo de representatividad. Si los pueblos, si las comunidades, si las regiones de Oaxaca no están debidamente integradas en el CIG, va a estar cojeando”.

Todos los presentes compartieron el sentir de un tiempo de muerte y de destrucción y de la necesidad de fortalecer el proceso de organización y reorganización de los pueblos indígenas de México frente a lo que se avecina. “Oaxaca se enfrenta hoy a un reto inmenso. Parece que vienen con todo y por todo. Están las cifras más o menos oficiales de que casi 40% del territorio oaxaqueño se ha entregado en concesiones de 50 años a empresas transnacionales que vienen por las tierras, por las aguas y por todo lo demás. Sabemos del enorme peligro que corre el Istmo de Tehuantepec, con la Zona Económica Especial, donde se pretende que la única ley que opere ahí sea la del mercado, la de las corporaciones”, señala Esteva.

La inquietud de activistas por la liberación de los presos políticos en Oaxaca, el proceso electoral en su conjunto y la necesidad de asumir un papel en esta iniciativa se hizo presente también en este evento. En respuesta a ellos la coordinación del CNI anunció que el los días 5 y 6 de agosto realizarán una primera sesión de trabajo del CIG para definir la agenda temática sobre la cual van a trabajar. Y aunque faltan cuatro meses para reunir cerca de un millón de firmas para registrar a su vocera, Gonzales señalo que, “no hay prisa, el tiempo de los pueblos es otro”. Pero los representantes oaxaqueños, con un gesto de confianza, saben que podrían reunir las 36 mil firmas que le corresponde a Oaxaca.

El registro de una candidatura independiente por parte del CIG no busca retomar las mismas practicas de los partidos políticos. Pero ha creado confusión en muchas personas que han depositado todas sus expectativas principalmente en el candidato de MORENA. “La propuesta va avanzado, hay mucha gente que se ha sumado a esta propuesta, pueblos indígenas, migrantes que viven en la ciudad, también muchos sectores de la sociedad civil. Pero también ha habido detractores de la propuesta, principalmente de los que se llaman de izquierda electoral, quienes dicen que nuestra propuesta es para dividir al pueblo de México ahora que tienen la posibilidad de llegar al poder. Nosotros decimos, eso no es cierto, porque no somos un partido político, y porque no estamos pretendiendo llegar a ese poder. Al contrario pretendemos tumbarlo por medio de la organización y la sociedad organizada y no pretendemos llamar a votar, porque no creemos en esa falsa democracia, ese no es nuestro objetivo”, dijo para Avispa Midia, la indígena zapoteca, Lucila Bettina Cruz, Consejal del CIG.

Mientras tanto, hay una tarea que se ha comenzado a realizar en las 8 regiones de esta entidad, llevar a consulta el posible recibimiento de la vocera y CIG, quienes iniciarán un recorrido por todo México, arrancando el día 12 de octubre en territorio liberado por los Zapatistas. También llevarán a consulta el nombramiento de los Concejales que se integrarán al CIG por parte de Oaxaca.

“Vamos a participar en esta fiesta de los ricos, en esta fiesta de los partidos, pero no vamos a participar para bailar con ellos, sino para estorbarles, para provocar conflicto y no dejar que hagan las cosas como siempre. Y la propuesta es que participemos todos y todas para que nosotros mismos construyamos nuestra propuesta, porque ningún partido hablará de la destrucción, del despojo, de los desaparecidos, de los presos y los migrantes. Entonces tenemos que hablar nosotros, porque nosotros sabemos gobernarnos y no necesitamos que vengan a gobernarnos otros y que todavía les paguemos”, agrega Bettina Cruz quien también es integrante de la Asamblea de los Pueblos Indígenas del Istmo de Tehuantepec en Defensa de la Tierra y el Territorio, Santa María Xadani, Oaxaca.

Aunque la propuesta salió desde el pensamiento indígena del CNI, “el llamado es para todas y todos los mexicanos. Nuestra propuesta no inició en este año ni terminara el siguiente. Inició desde el levantamiento zapatista cuando aprendimos a nombrarnos como indígenas. En Oaxaca tenemos muchas comunidades que tienen un bagaje cultural muy rico, de organización, comunitario y cultural, sin embargo es el estado donde hay más votos para el PRI, porque hay muchos recursos y programas por medio del cual mantienen sujetas a la gente por su necesidad. Pero hay una parte de este Oaxaca profundo que ahí esta, y en este momento, es a lo que estamos apelando, a la organización, al hartazgo, a la gente consiente y digna. Este es el momento a no dejar de existir como pueblos originarios y como mexicanos”, finaliza la concejal zapoteca del CIG.

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