El gobernador, Alejandro Murat Hinojosa, presume MAS Oaxaca como un gran logro de su mandato. “Ya el servicio de agua en casi la totalidad de la ciudad, con esta inversión, ha mejorado”, sostiene, muy animado, en la publicidad que promueve su gobierno. Además, afirma que los habitantes dejarán de comprar agua a privados: “Se terminarán las pipas de agua y los ciudadanos oaxaqueños tendrán 18 horas de agua permanentes”.

Sin embargo, el gobernador oculta el pobre alcance de MAS Oaxaca, ya que el Banco Mundial solamente liberó el 27% del dinero pactado para los 19 municipios. ¿Qué ocurrió? De acuerdo con los Informes Anuales de Verificación de Resultados del Programa de Modernización del Sector de Agua y Saneamiento del Estado de Oaxaca, realizados por una auditoría externa del programa, a los cuales tuvo acceso Avispa Midia, el gobierno entregó “informes incompletos o nulos”, así como “obras inconclusas o retrasadas”.

En el plan original, el préstamo del Banco Mundial era parte de un novedoso modelo de financiamiento en el que el gobierno oaxaqueño recibiría el dinero en partes, de 2017 a 2021, después de evidenciar resultados. Lo que buscaba la instancia financiera con estas medidas era “mejorar la transparencia y la rendición de cuentas”, además de “fortalecer los sistemas de lucha contra el fraude y la corrupción”, según sus informes.

Iván, así como varios de sus vecinos, sin embargo, no le creen al gobernador y están seguros de que MAS Oaxaca no los beneficiará. Se sienten en riesgo por obras mal concluidas, siguen sin servicio de agua adecuado y continúan comprándola a través de tanques cisterna, mejor conocidos como pipas. “¿A dónde fue a parar este dinero?”, cuestiona Iván con enojo; “aquí las fugas están por todos lados”, reclama.

Esta calle es sostenida por muros de contención de hasta seis metros de altura y las casas colindan con estos. Cuando Servicios de Agua Potable y Alcantarillado de Oaxaca (Sapao) libera el agua de los tanques que están como a medio kilómetro más arriba del cerro, bota las conexiones y es cuando el líquido se filtra en las paredes de las casas.

María de los Ángeles Ruiz ha pasado por problemas semejantes al de Iván y otros vecinos. Presentó, en julio de 2020, una queja a la Sapao y no fue sino hasta agosto de 2021 que llegaron funcionarios para verificar lo que estaba pasando; justo en ese momento el equipo de Avispa Midia recorría el barrio y pudo constatar la fuga. Este medio buscó a Sapao para saber qué medidas iba a tomar. El vocero de este órgano, Héctor Enoc Martínez, agendó la entrevista; no obstante, cuando supo que el tema sería MAS Oaxaca, evadió la llamada concertada y no volvió a responder.

La mala calidad del agua que llega a las casas es otro de los reclamos recurrentes de los vecinos. Guadalupe Areta cuenta que, además de que no hay un suministro constante, el líquido presenta un aspecto turbio y a veces llega con grasa. “Cómo confiar en el agua que viene con estas características”, se queja la vecina.

Otra de las prioridades de MAS Oaxaca era realizar pruebas de laboratorio para identificar la calidad del agua suministrada a los habitantes de esta zona. Las muestras tenían que cumplir, de acuerdo con el informe de resultados del Banco Mundial, con “la norma sobre parámetros bacteriológicos, de cloro, residual, de hierro, de manganeso y de color en el agua potable”. Este objetivo jamás se cumplió.

Un funcionario de la Sapao, que trabaja en el área del macrotanque y que no quiso identificarse, sostuvo que de las tres bombas que sirven para bombear agua a las casas “solamente una está funcionando”. Varios vecinos, próximos a esta gran obra, se acercaron a denunciar que aún no les llega el agua y tienen que pagar pipas para tener agua.

El ingeniero Carlos González, de Tanques del Bajío, garantiza que su empresa entregó las obras previstas en el contrato. “Nosotros solo instalamos el tanque. Desconozco el alcance completo del proyecto de la Sapao”, ya que fue realizado por diferentes empresas en diversas etapas.

Avispa Midia buscó una entrevista en Sapao, en relación con el funcionamiento de este tanque, pero en sus oficinas fueron prolongando la solicitud hasta que su vocero dejó de responder a las llamadas telefónicas. Los reporteros también intentaron contactarse con Yoo Nanashi Construcciones para conocer su versión sobre esta obra. No obstante, la empresa no cuenta con una página web y sí tres teléfonos registrados en el padrón de prestadores de servicio para el gobierno de Oaxaca; sin embargo, en dos jamás contestaron y, en el tercero, la persona que atendió dijo que era un número equivocado.

Iván y sus vecinos, que sufren inundaciones en sus casas, desconocen que una de las empresas responsables de estas obras mal hechas es Kenmar Servicios Integrales S.A. de C.V., quien obtuvo el contrato por un valor de 2 millones 850 mil pesos (142 mil 500 dólares). Oscar Fabian Gurrieta, quien se presentó como presidente de obra de esta empresa, sostuvo, “nosotros concluimos al cien por ciento las obras que nos tocó. Nosotros tenemos un año para responder a vicios ocultos”, después de esto “ya no nos corresponde”.

Una auditoría realizada por el Órgano Superior de Fiscalización del Estado de Oaxaca (Osfe) reveló que esta empresa había recibido “pagos en exceso”, es decir, le fueron otorgados “montos que no fueron ejecutados”. Además, resaltó que hubo falta de “control de calidad” del trabajo realizado en esta localidad.

El contrato con la empresa Kenmar estuvo bajo la lupa del Osfe junto a otros 12 más que se adjudicaron para llevar a cabo las obras que comprendían el proyecto de MAS Oaxaca en Chapultepec. De esos 13 contratos auditados, nueve presentaron “gastos por insumos no aplicados en la obra” o montos “pagados que no fueron ejecutados”, que ascienden aproximadamente a 10,5 millones de pesos (527 mil dólares, aproximadamente).

La Osfe, al ser un órgano autónomo de fiscalización de los recursos públicos en general del estado de Oaxaca, no era parte del programa MAS Oaxaca y, por lo tanto, no influenció en el suministro de recursos para esta zona. Los resultados de las auditorías externas, contratadas por el propio programa, son los que el Banco Mundial consideraba para la liberación o no de los recursos.

Osfe detectó que también hubo omisión en el control de calidad, así como falta de “estudios de ingeniería (geofísicos, geohidrológicos, topográficos)”, y también “falta de evidencia física que soporte los conceptos pagados”. Debido a esta situación, sostuvo que ejercería acciones conforme a la ley por un probable daño causado a la Hacienda Pública.

Este organismo informó vía Transparencia que abrió el “expediente de presunta responsabilidad administrativa número OSFE/AESIEE/DSIEE-A/INV-12/2021 que integró la auditoria Especial de Seguimiento e Investigación a Entidades Estatales del Osfe, derivado de la auditoria financiera de cumplimiento y sobre el desempeño número OA/CPE/011/2019”, de la cual forman parte las obras de MAS Oaxaca.

Sin embargo, Osfe negó a Avispa Midia el acceso al expediente debido a que está catalogado en la “modalidad reservada”.

Si el Banco Mundial únicamente liberó la mitad de los recursos proyectados para San Juan Chapultepec, a los 18 municipios restantes les fue mucho peor. De los 55 millones del préstamo, el Banco Mundial les suministraría 36 millones para mejorar la infraestructura de los servicios de agua. Sin embargo, solamente les dio 4.4 millones de dólares; es decir, el 12.2% del presupuesto original.

Perseida Tenorio, vecina de Ixtaltepec, uno de los municipios para los cuales fue destinado este dinero, comparte que su comunidad no sabe sobre MAS Oaxaca. “Aquí hay una placa que dice que la obra [ampliación del sistema de agua potable del municipio] fue construida con recursos del Banco Mundial, pero no funciona. Estos elefantes blancos proliferan en el Istmo de Tehuantepec. Se construyen a medias, se toman la foto y hasta ahí queda. El agua se ha vuelto un negocio”, dice.

Un informe sobre la auditoría externa realizada entre marzo y abril de 2021 por González de Aragón y Asociados, en contratos referentes a 2019 y 2020, documentó que, en esos 18 municipios, solo en Zimatlán de Álvarez se identificaron tres contratos que sí fueron concluidos completamente en abril de 2021. Las obras fueron para la ampliación y rehabilitación del sistema de agua potable. No obstante, tanto en este municipio como en Tuxtepec, hay otras obras que están al 40% de su construcción, según los auditores.

De acuerdo con el informe, en Telixtlahuaca, Juchitán de Zaragoza y Huajuapan de León, las obras quedaron inconclusas y sin funcionar. Estas obras sumaban un valor de 2.5 millones de dólares, aproximadamente. Por su parte, en Pinotepa Nacional, Ixtaltepec y El Espinal las obras están en proceso de construcción, a pesar de que MAS Oaxaca terminó oficialmente en enero de 2021.

En Tlaxiaco, en noviembre de 2020 la Comisión Estatal del Agua (CEA) firmó el acta de entrega de la construcción. Sin embargo, los auditores externos encontraron que, en abril de 2021, aún no había sido finalizada.

El equipo de Avispa Midia hizo una solicitud de información a la CEA pidiendo las actas de entrega de las obras que la auditoría aún consideraba “en proceso”. Hasta el cierre de este trabajo periodístico, la CEA no había respondido a la petición.

La Secretaría de Finanzas (Sefin), responsable de la coordinación institucional, planificación, administración y supervisión general de MAS Oaxaca, tenía la obligación de informar al Banco Mundial las quejas o alegatos de fraude o corrupción relacionados con los fondos ministrados de este organismo. “Sefin deberá compartir las conclusiones de las investigaciones con el BM y hacer públicos los resultados de las mismas”, según el organismo internacional.

Avispa Midia solicitó a Sefin, vía acceso a la información, los informes enviados al Banco Mundial. El órgano sostuvo que, “en su carácter de Coordinador General del Programa Más Oaxaca [la Subsecretaría de Planeación e Inversión Pública de la Sefin] no recibió ninguna queja o alegato de fraude o corrupción”.

Este equipo de investigación realizó una revisión de los contratos y detectó que al menos tres empresas a las que se adjudicaron contratos de MAS Oaxaca están involucradas con una red de empresas fantasmas. Entre ellas está Estructuras Arquitectónicas Tholoi, constituida en 2018, que figuraba como prestadora de servicios para el gobierno y para el municipio del estado de Oaxaca hasta el 30 de junio del 2021. Es una de las compañías que el Servicio de Administración Tributaria (SAT) resaltó en agosto de 2021 como “contribuyente con operaciones presuntamente inexistentes”, coloquialmente conocida como una “empresa fantasma”.

Tholoi obtuvo un contrato de casi dos millones de dólares para trabajar en la ampliación de la red de agua potable del municipio de Juchitán de Zaragoza, la cual quedó inconclusa. De acuerdo con la auditoría externa, esta empresa había recibido, como anticipo, un monto de más de 500 mil dólares y estaba obligada a “reintegrar el recurso a la Sefin”. Avispa Midia solicitó información sobre la devolución de ese medio millón de dólares a la CEA, pero el organismo respondió que “a la fecha no hay reintegración al Estado de Oaxaca”.

Por otro lado, el gobierno no solo adjudicó a Tholoi el contrato de MAS Oaxaca; en 2020, la CEA le otorgó otro por un valor de 41.1 millones de pesos (un poco más de 2 millones de dólares). Además, recibió contratos con la Comisión Estatal de Vivienda y el municipio de Oaxaca.

En su indagación, Avispa Midia detectó que al menos siete empresas comparten el mismo domicilio fiscal y números de teléfono de Tholoi; entre ellas, Acceso y Desarrollo a la Tecnología S.A. de C.V., también señalada por el SAT como “contribuyente con operaciones presuntamente inexistentes”.

Otra firma también está vinculada a una red de empresas fachada. Se trata de Construcción y Diseño Gasso S. de R.L de C.V., constituida en 2019. Esta empresa recibió contratos para supervisar obras en San Juan Chapultepec y, en medio del contexto de emergencia por la pandemia, Sapao le adjudicó de forma directa un contrato de 27 millones 600 mil pesos (aproximadamente 1.4 millones de dólares).

La parlamentaria Elena Cuevas, presidenta de la Comisión de Infraestructuras, Desarrollo Urbano y Ordenamiento Territorial del Congreso de Oaxaca, denunció que Construcción y Diseño Gasso es parte de una red de empresas “factureras, fantasma o de una posible red de corrupción”.

La diputada presentó la respectiva denuncia el pasado mes de marzo para que Jorge Emilio Iruegas, fiscal especializado en materia de combate a la corrupción, atrajera el caso. “Hasta el momento no hemos visto que hayan tomado en cuenta este exhorto, porque no hemos visto un avance”, sostuvo Cuevas.

El equipo de Avispa Midia se dio a la tarea de cruzar la base de datos de los prestadores de servicio del gobierno de Oaxaca e identificó que, al menos, 20 empresas más comparten junto a Construcción y Diseño Gasso no solo la dirección fiscal y el directorio telefónico en Oaxaca, sino que también presentan el mismo domicilio fiscal en Cancún, Quintana Roo, donde también figuran como prestadores de servicios de este estado.

En dicho directorio telefónico aparece Yoo Nanashi Construcciones. Esta empresa participó en dos licitaciones en 2020 como única competidora. Los dos contratos que recibió suman un poco más de 16 millones de pesos (835 mil dólares aproximadamente). Entre las obras de MAS Oaxaca que figuran en los contratos de Yoo Nanashi está “construcción y equipamiento del tanque de transición para el Macrotanque San Juan Chapultepec”.

Para la elaboración de este reportaje, Avispa Midia solicitó una entrevista con el subsecretario de Planeación e Inversión Pública, Rubén Adrián Noriega, la cual fue evadida por varios de los funcionarios que están bajo su mando. Al final, se le envió una serie de preguntas vía correo electrónico y, hasta el cierre de este reportaje, no se había tenido respuesta alguna.

Hay que subrayar que Noriega también funge como responsable de la Unidad de Transparencia de su área en Oaxaca, la cual se negó a ceder los documentos solicitados de forma impresa. La opción que ofreció al equipo de Avispa Midia fue una consulta presencial de 45 minutos, para revisar más de cinco mil hojas en documentos, sin posibilidad de tomar fotos ni sacar fotocopias.

De la misma forma, este medio solicitó entrevista al Banco Mundial. En un primer momento, en esta institución se negaron a responder bajo el argumento de que no había ningún técnico que conociera el caso. Tras la insistencia de este equipo, en las oficinas del Banco Mundial en México pidieron un cuestionario. Hasta el cierre de la investigación (40 días después del envío), las preguntas no habían sido respondidas.

Los recursos destinados para mejorar la calidad de los servicios de agua siguieron destinos turbios y el problema de acceso a este vital líquido en Oaxaca se agudiza. El gobierno de Oaxaca sigue gastando dinero público para cubrir el servicio de agua por medio de pipas, según informó la Sapao, vía solicitud de acceso a la información.

Este escenario ha permitido, además, la proliferación del “tráfico de agua. Hay robo de agua por todas partes y es vendida a través de pipas por personas que no tienen permiso ni las condiciones sanitarias básicas. Esto se puede porque no hay fiscalización”, señala el biólogo Juan José Consejo, del Instituto de la Naturaleza y la Sociedad de Oaxaca, A.C. (INSO). “El jugoso mercado del agua va en aumento; hasta varios políticos se han apuntado”, denuncia.

La Unión de Pipas y Camiones Materialistas del Estado de Oaxaca también ha denunciado esta situación. Señala que, durante tiempos de sequía, “el número de pipas piratas surgen por todas partes, incluso son más de las que tienen permiso para brindar este servicio”.

Además del persistente problema de agua, los oaxaqueños se quedan con la deuda contraída con el Banco Mundial. De 15.05 millones de dólares desembolsados, el gobierno de Oaxaca ya ha pagado 3.53 millones de dólares, de los cuales, alrededor de 1 millón de dólares corresponde a intereses y cargos, según los estados financieros del Banco Mundial. El pago de la deuda se realizará por medio de 150 pagos mensuales, contados a partir de enero de 2019 y con fecha de vencimiento en junio de 2031.

Los vecinos de San Juan Chapultepec se quejan con rabia: “no es posible que esto siga sucediendo en Oaxaca. En cada gobierno se roban los recursos del pueblo y no pasa nada. Pero aquí, nosotros, vamos a organizarnos y a movilizarnos hasta que tengamos condiciones dignas de vida”. Por su parte, Iván levanta la voz y también se suma al reclamo: “no es justo que nos sigan robando en nuestras narices”.