Tímidamente, una persona de la familia confirmó que, a pesar de la ocurrencia de un derrame en marzo, los trabajos de limpieza apenas se iniciaron en el mes de julio. “El año pasado también estaban por aquí”, fue lo último que compartió antes de cortar la conversación y regresar al interior de su vivienda, situada a pocos metros del oleoducto donde se registró el derrame.
Los propios trabajadores de Grumexsa confirmaron para Avispa Mídia sobre el largo tiempo transcurrido entre la emergencia y el saneamiento.
El testimonio del habitante de la casa cercana al pozo, así como el de Doña Gertrudis, coincide con las denuncias de otros pobladores entrevistados por Avispa Mídia, quienes solicitaron el anonimato. Refieren que, en los dos años recientes, se han presentado hasta siete derrames en el ejido, ocasionados por ductos en malas condiciones, afectando parcelas donde las personas siembran sus naranjos y otros cultivos como maíz, frijol y calabaza, principales fuentes de ingresos de quienes aún viven en la región y no han sucumbido a la migración hacia los Estados Unidos (EEUU), frecuente en esta comunidad.
Un miembro de las autoridades ejidales de Mequetla, consultado para este reportaje, quien también solicitó el anonimato, asevera que muchas personas han sido afectadas por los derrames que han dañado huertos y parcelas. Al momento de nuestra visita, algunas personas llevaban más de nueve meses esperando el pago de indemnizaciones. La autoridad aseguró que los derrames no se limitan a su comunidad, sino que, en el poblado cercano, Tincontlán, también se registran rupturas de los ductos.
Pemex confirmó, en respuesta a solicitud de acceso a información, la ocurrencia del derrame el 19 de marzo del 2025, el cual registró una pérdida de 900 litros agua-aceite en un área inicial de 120 metros cuadrados.
Sobre las acciones implementadas ante el derrame, la paraestatal especifica que, mientras la Operadora de Campos DWF suspendió el bombeo de hidrocarburos, Pemex solicitó a su personal de mantenimiento la realización de “trabajos de excavación, reparación provisional [del oleoducto para que se pudiera retomar el flujo de hidrocarburo] y saneamiento del área impregnada de aceite”. Sin embargo, como constató este reportaje, la limpieza fue realizada cuatro meses después.
Además, la paraestatal confirmó las denuncias de pobladores en Mequetla, al señalar que, sólo en 2024, ocurrieron siete fugas de hidrocarburos, entre mayo y octubre, sumando 2,450 litros de agua-aceite y 400 litros de crudo derramados en el ejido. Para todos los casos dijo que ordenó las mismas acciones de reparación provisional del ducto y la limpieza del local. Sin embargo, los habitantes de Miquetla han aseverado que la limpieza no ha sido inmediata y los derrames han causado contaminación de agua y suelos.
Este reportaje también cuestionó a la Agencia Nacional de Seguridad Industrial y de Protección al Medio Ambiente del Sector Hidrocarburos (ASEA), responsable por regular y supervisar las actividades de la industria petrolera. La agencia confirmó que sí hay registros de derrames en el ejido y que existen procedimientos administrativos abiertos, pero sostuvo que los detalles fueron reservados por cinco años. Su argumento fue que “constituye información que, en caso de ser otorgada al solicitante, obstruiría las actividades de verificación e inspección”.