El bosque de Grünheide, en Brandeburgo, Alemania, se ha convertido en el escenario de una batalla entre Tesla y activistas que defienden el bosque. Ellos se mantienen habitando los árboles como un acto de protesta para detener los planes de expansión del fabricante de coches eléctricos.
Desde que Tesla anunció que pretende construir un complejo mayor para sus mercancías y almacenes, ampliando en más de una tercera parte su fabrica que hoy ocupa 300 hectáreas, las protestas se activaron.
Desde el pasado jueves (29), activistas ecologistas han ocupado parte del bosque estatal, donde Tesla quiere abarcar 170 hectáreas más. Han acondicionado tiendas aéreas entre los árboles, otros más a ras del suelo, ya que su protesta es por tiempo indefinido, han comunicado.
Los residentes de Grünheide también han respaldado esta protesta. En una consulta pública realizada el pasado 22 de febrero, los ciudadanos votaron en contra del plan de desarrollo propuesto por Tesla. El resultado fue de 3 mil 499 votos en contra y solo 1 mil 882 a favor de Tesla, dejando claro su compromiso con la protección del medio ambiente.
A pesar de esta victoria, los activistas no han considerado abandonar el bosque. "No podemos confiar en que se impida la ampliación", dijo una estudiante llamada Caro Weber.
La ocupación del bosque es liderada por la iniciativa llamada "Stop Tesla". Ha logrado atraer activistas de diversas partes de Alemania y se espera que se sumen más ambientalistas de la Unión Europea.
Hasta el momento se han adherido más de un centenar de personas y organizaciones como "Robin Wood", quienes suman fuerzas en la lucha por la preservación del medio ambiente.
A pesar de la oposición comunitaria, Tesla continúa avanzando con sus planes de expansión mientras busca un diálogo con los activistas, un canal que, por el momento se encuentra cerrado, pues la posición de los activistas es no dejar que la empresa avance sobre el bosque y proteger el agua potable de la región de los efectos nocivos de la expansión industrial.
"Estamos hoy aquí para mostrar la tarjeta roja al dueño de Tesla, Elon Musk, y a todos aquellos que le están ayudando a hacer aún más grande su mega empresa", se cita en un comunicado emitido por los activistas.
La producción de Tesla en Grünheide inició en 2022, “beneficiando a la comunidad”, ha dicho la empresa en un comunicado. En ningún momento habla de la deforestación provocada en las 300 hectáreas que hoy posee y de su ampliación sobre bosques estatales.
Hasta el momento, el escenario en el bosque es pacífico, pero la tensión de una posible represión está latente. La presencia policial comienza a intensificarse. La última palabra corresponde al municipio de Grünheide, decidir sobre el procedimiento del plan de desarrollo de Tesla o reconocer la voz de los ciudadanos de Grünheide.