Por Renata Bessi y Eugenia López
En el MIA del proyecto de la EDF, se define la Eólica de Oaxaca SAPI de CV como una empresa mexicana, pero sirve solamente en términos formales. El capital instalado en el país es de Francia y, como tal, desarrolla en territorio mexicano los intereses franceses.
Y los intereses de Francia, así como de los demás países de Europa, es la reconversión energética, o sea, el reemplazo de la matriz energética a partir de una energía considerada ‘limpia’, como la eólica, biomasa, hidroeléctrica, solar y geotérmica. Francia ya es parte de los cinco primeros exportadores de tecnologías ecológicas
En el año 2015, el país adoptó una ley de transición energética para el crecimiento verde que plantea como meta reducir, hasta el año 2025, un 50% su dependencia de la energía nuclear para Francia, y aumentar la porción de energías renovables al 32% del consumo de energía en 2030.
Los cambios en la política del Grupo EDF van de la mano con las decisiones políticas del gobierno francés en el sector energético. La energía nuclear representaba el 79.6% de la producción de EDF en 2011 gracias a un parque de 58 reactores nucleares funcionando en Francia, y 15 reactores en Inglaterra. Sin embargo, la empresa ha estado diversificando su actividad para enfocarse cada vez más al desarrollo de “energías renovables”.
En el año 2014, EDF dedicaba ya el 37% de sus inversiones a ese sector. En 2015, en un plan estratégico llamado “Cap 2030”, EDF estableció como meta duplicar sus capacidades mundiales en energías renovables, pasando de 28 GW hoy a al menos 50 GW para el 2050.
“La pregunta que nosotros hacemos es a quién de hecho sirven estos rótulos. Sirven a los gobiernos nacionales e internacionales. Sirven al mercado financiero que gana con el bonos de carbono. Todo eso es un juego creado por los de arriba. A nosotros estos sellos no nos hacen ningún sentido. A nosotros nos toca la destrucción de nuestros territorios, la destrucción de nuestras culturas, de nuestro tejido social”, dijo el comunero de Unión Hidalgo, Regalado.
“Es necesario responsabilizar al Estado mexicano de todos los daños que nos ha causado, pero también es necesario responsabilizar a estas empresas y a estos países que todavía intentan hacer de nuestro territorio su patio. Estos países todavía intentan resolver sus crisis saqueándonos. Si el costo de lo que se llama ‘transición energética’ es la destrucción de nuestros pueblos, no estamos dispuestos a pagarlo”, dijo el indígena zapoteca.
Autoabastecimiento: ¿La energía es para quién?
Muchos proyectos de energía “limpia” tienen que ver con una estrategia de autoabastecimiento por parte de las transnacionales: empresas como Wallmart invierten en proyectos de producción de energía “renovable”, para luego usar esa energía para llevar a cabo sus actividades. Además de sufrir la destrucción de sus territorios por los proyectos de producción energética, las comunidades no reciben ningún beneficio de esa producción ya que toda la electricidad es directamente comprada por las transnacionales.
EDF Énergies Nouvelles ya tiene 3 parques eólicos activos en la región del istmo de Tehuantepec que funcionan en el marco de esa estrategia. Acerca de ellos, cuenta a Avispa Midia:
“El proyecto eólico de La Mata y La Ventosa (67,5MW) fue uno de los primeros proyectos eólicos desarrollados bajo el esquema de autoabastecimiento en México, entre 2009 y 2010. Fue el primer proyecto de energía renovable del grupo EDF en México. También fue uno de los primeros proyectos que empezaron a venderle energía renovable a Wallmart, en el marco de su estrategia de autoabastecimiento en México. Los otros dos proyectos, Bii Stinú (164MW) y Santo Domingo (160MW) fueron desarrollados entre 2012 y 2014, bajo el mismo modelo de autoabastecimiento, con varios compradores tales como ArcelorMittal, Walmart, Grupo Modelo, Grupo Herdez y Continental Automotive.
En general, la empresa vivió el ciclo clásico durante el desarrollo de sus proyectos: relaciones fuertes y cercanas con las comunidades fueron establecidas, con un equipo local basado en la región, y una estrategia de apoyo y confianza dentro de las comunidades. Cabe mencionar también que todos los proyectos han organizado sesiones de consulta pública con las comunidades durante su desarrollo. Las consultas fueron realizadas con el apoyo de la asociaciones nacionales de energía, respetando las orientaciones, disposiciones legales y usos y costumbres de las comunidades a nivel local”, pretende EDF.
La crisis de la energía en Francia
Hoy, con sus 58 reactores y 1100 sitios con desechos nucleares, Francia tiene el récord del país más nuclearizado en el mundo según el número de habitantes. Su industria nuclear funciona tanto en la producción de luz para el sector civil que como para fines militares, para la producción y venta de bombas y armas. Ni la catástrofe de Chernobyl, ocurrida el 26 de abril del 1986, que provocó el desplazamiento de más de 200 000 persones, ni el accidente de Fukushima del 11 de marzo del 2011 lograron poner en tela de juicio la importancia del sector nuclear francés.
Hoy en día Francia se enfrenta con una tendencia internacional que se inclina hacia la desnuclearización de la sociedad. Sin embargo, el actual ministro de la transición energética y de las energías, Nicolás Hulot, generalmente considerado como un ícono ecologista, parece tener muy poco interés en aplicar esa ley, ya que es a la vez el encargado de manejar la cuestión de la disminución de la energía nuclear es presidente de una fundación cuyo principal patrocinador no es más que Jean-Bernad Levy, el presidente de EDF y feroz defensor de la industria nuclear. Eso puede explicar que el ministro no haya hecho nada en concreto todavía para aplicar esa ley. Y no sólo se trata de EDF y de ese ministro, sino del lobby nuclear en su totalidad: un grupo de poder compuesto por empresarios, pero también políticos, funcionarios del Estado, científicos, instituciones académicas y medios de comunicación que tienen intereses enormes en ese sector.
Sin embargo, si bien no podemos dudar del enorme poder que tiene la industria nuclear en la economía hoy en día en Francia, sabemos que se está enfrentando a dos desafíos mayores: tiene que lidiar a la vez con la caída de los precios en el mercado de la electricidad y con el envejecimiento de su aparato nuclear, ya que la mayor parte de las centrales nucleares del país están llegando al final de su periodo de vida inicialmente previsto para 40 años. A pesar de su poder, EDF y el sector nuclear están en crisis, y no podrán salir de ella sin invertir millones de millones de euros, que sea para renovar su parque y/o para cerrar sus centrales nucleares.
¿Esa crisis tendrá que ver con el hecho de que el grupo este invirtiendo tanto en el sector de la energías renovables?
A principios del años 2016, había invertido la misma cantidad de dinero en la producción renovable que en modernizar su actividad nuclear. Desde 2007, la transnacional ha multiplicado por 5 su capacidad de producción en energías renovables y es parte de los diez primeros grupos del sector a nivel mundial.
“Transición energética”: un negocio
Al terminar la ultima reunión del G20 en el mes de julio de este año 2017 en Alemania, el presidente de Francia Emmanuel Macron anunció oficialmente la celebración de una cumbre sobre el financiamiento de la lucha contra el cambio climático el próximo 12 de diciembre en Paris, Francia. Día en el que se cumplen dos años de la aprobación en la capital francesa del Tratado de París sobre el clima en la COP21, que recientemente el presidente de Estados Unidos Donald Trump afirmó que no cumpliría.
La meta es “emprender nuevas acciones para el clima, en específico en el sector financiero, e identificar proyectos”, según Macron.
Ese anuncio va de la mano con el anuncio del presidente del Banco Mundial Jim Yong Kim de la creación de una plataforma de financiamiento llamada Invest4Climate, destinada a la acción climática. “En la primavera, el Banco Mundial lanzó una plataforma de financiamiento del medioambiente. Esa plataforma incluye los sectores publico y privado, los países, las empresas, las organizaciones multilaterales. Alrededor de 24 millones de millones de dólares serán invertidos con una tasa de interés muy baja, o hasta negativa. Además 8 millones de millones han sido depositados en efectivo. Son entonces más de 30 millones de millones que están durmiendo en los bancos!!! Ese dinero tiene que ser invertido en proyectos a favor del medioambiente”. Esa inversión financiera justo será uno de los temas principales – si no el tema principal – de la cumbre de diciembre en París.
Cómo creer que realmente se puedan tomar medidas a favor del medioambiente con tanto dinero de por medio? ¿Cómo creer que esas instituciones puedan estar invirtiendo tanto sin pensar en sacar de ello ganancias enormes? Con esos millones de millones, debe de quedar claro que la prioridad es el “green business”, no la naturaleza.
Los ‘países en desarrollo’ como prioridad
Si bien los encargados de tomar las decisiones son principalmente países occidentales localizados en el hemisferio norte del planeta e instituciones transnacionales dirigidas por esos mismos países, el resto del planeta y en particular los países considerados como ‘en desarrollo’ están en el centro de atención.
Así, el 20 de septiembre del 2017, el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, y el presidente del Grupo Banco Mundial, Jim Yong Kim, anunciaron que la ONU y el Grupo del Banco Mundial acelerarán el flujo de fondos para la acción climática, a través de la plataforma Invest4Climate, dedicada a identificar y facilitar las inversiones transformadoras en los ‘países en desarrollo’.
El presidente Jim Yong Kim declaró en el Foro Empresarial Mundial, organizado por Bloomberg: “En los ‘países en desarrollo’ hay grandes oportunidades en áreas como la energía limpia y la agricultura inteligente con respecto al clima, que sentarán las bases para un futuro más próspero y sostenible. Nuestro reto es crear las condiciones para que fluya la inversión y conseguir que todas las formas de financiamiento trabajen juntas para lograr el máximo impacto”.
El Banco Mundial sostiene que la plataforma pondrá en contacto a los inversores con diversas oportunidades de alto impacto en los ‘países en desarrollo’, como el impulso en gran escala del almacenaje de baterías, de automóviles eléctricos y de sistemas de climatización de bajas emisiones. “Facilitará también esas inversiones mediante la elaboración de instrumentos de mitigación de riesgos y, en función de la demanda, colaborará con los gobiernos nacionales para mejorar los entornos normativos”, dice la nota.
La plataforma funciona con el apoyo del Banco Mundial, del Fondo Monetario Internacional y de las Naciones Unidas, en particular en las Conferencias sobre el Cambio Climático (COP).
EDF al internacional: los países ‘en desarrollo’
En el 2012, la empresa ya había realizado el 46% de sus ganancias fuera de Francia. Hoy, el grupo transnacional ambiciona desarrollarse en América Latina y en África, que considera como “mercados prometedores”.
“México tiene un potencial fuerte para el desarrollo renovable. Cuenta con recursos extraordinarios en relación con el viento y el sol, y se beneficia de la demanda creciente de electricidad relacionada con su crecimiento económico y de población, así como de los compromisos internacionales que la mayoría de los gobiernos han tomado respeto a las energías renovables en el marco de la COP 21. La empresa también está desarrollando otros proyectos, con otras tecnologías (solares), en otras regiones de México. Además, EDF EN tiene presencia en 23 países incluyendo Chile y Brazil en América Latina, en energías solares y eólicas. Apenas hemos sido encargados la semana pasada del proyecto solar más grande de Latinoamérica, en el estado de Minas Gerais en Brasil”, nos cuenta la empresa.
A continuación les presentamos un mapa que recopila diferentes proyectos y acuerdos que la empresa EDF EN y sus numerosas filiales locales están desarrollando en África y América Latina en la actualidad. Cabe precisar que el grupo EDF tiene un gran número de otros proyectos en el mundo, en particular en Europa y Estados Unidos, pero también en Asia.