Un tsunami de lodo y desechos de relaves mineros sorprendió, el día 5 de noviembre del año 2015, a cientos de habitantes del distrito de Bento Rodrigues, en Mariana, en el estado de Minas Gerais, sureste de Brasil. Uno de los diques de contención de la mina de hierro de la empresa Samarco (propiedad de la empresa brasileña Vale y la anglo-australiana BHP Billiton) se había fracturado, provocando el derrame de más de 62 millones de metros cúbicos de lodo y desechos acumulados desde el año 1977 cuando comenzó a operar dicha mina. Este desastre es considerado por diversos especialistas como el mayor desastre socioambiental de Brasil y del mundo.
Los desechos se esparcieron por el cause de la cuenca del Rio Doce, un recorrido de mas de 700 kilómetros de longitud hasta llegar al mar. Devastó casas, plantaciones, fuentes de ingresos y trabajo, expulsó a comunidades enteras de su lugar de origen. Alrededor de 43 municipios y 17 aldeas de los pueblos indígenas Krenaks, Tupinikins y Guaraníes hasta el día hoy sufren directamente las afectaciones.
El saldo fue la muerte de decenas de personas, cientos de desaparecidos a lo largo del los estados de Minas Gerais y de Espirito Santo. Poblados enteros fueron sepultados por el lodo. Después de 3 años aún no hay responsables que hayan sido aprendidos por la justicia.
"Estamos en la misma situación que hace tres años. Hasta hoy no se ha hecho nada. Vivimos alquilando y con lo poco que nos dan en una tarjeta emitida por Samarco, pero esa no es nuestra vida real. Aquí no tenemos libertad y sufrimos mucho con la discriminación, como si fuéramos culpables por ese crimen que Samarco",
DICE MARIA GERALDA OLIVEIRA DA SILVA, DE 53 AÑOS, ELLA VIVÍA EN LA COMUNIDAD PARACATU DE BAIXO.
Se han registrado más de 2.800 desplazados y hasta el momento no ha habido ningún plan de reconstrucción digno y justo. También se registran problemas en la piel y en las vías respiratorias en toda la cuenca. El agua para más de medio millón de personas fue contaminada y cientos de pescadores y productores rurales entraron en depresión y sufrieron intentos de suicidio al ser prohibida la pesca. La economía local, que vivía de la pesca y del turismo a orillas del río se colapsó. "No he recibido nada, ningún centavo de Samarco hasta hoy", dice el pescador Braz Clarindo Filho, de 47 anos, quien anteriormente vivía de la pesca de camarón.
El pescador tenía que haber recibido la primera parte de su indemnización el 16 de octubre de este año 2018. Pero la Fundación Renova - entidad creada para gestionar las acciones de reparación - no depositó nada, ni dio aviso alguno. Es la misma situación que viven cientos de familias que no han sido indemnizadas.
Aunque la Fundación Renova afirma que cerca de 7.000 pescadores recibieron indemnización y ayuda financiera, Braz afirma que sus compañeros “no han recibido nada. Están en la misma situación”.
De los 43 municipios afectados, sólo cuatro cuentan con asesoramiento técnico para la población en su reconstrucción y las afectaciones a la salud. Más de un millón de habitantes de la Cuenca del Río Doce ni siquiera fueron reconocidos como afectados; 70% son mujeres.
De los 43 municipios afectados, sólo cuatro de ellos cuentan con asesoría técnica para frenar la contaminación por metales pesados, que acarrean en problemas de salud relatados en toda la Cuenca del Río Doce.
El Movimiento de Afectados por las Represas (MAB por sus siglas en portugués) señala que por lo menos tres municipios aún no tienen abastecimiento de agua, solo a través de pipas. "Más de un millón (de personas) quedarán sin reconocimiento como afectados. El 70% de las mujeres que están en el padrón no obtuvieron respuesta alguna, 17 aldeas, cuatro territorios y tres pueblos, un total de 3.540 indígenas afectados. Son ocho municipios, totalizando 633.373 habitantes abastecidos con agua contaminada, la pesca está prohibida en toda la cuenca y en parte del litoral sin previsión de retorno. Miles de trabajadores de la red de pesca están sin trabajo", denuncia el MAB.
Samarco es propiedad de la compañía brasileña Vale, la productora de hierro más grande en el mundo, y de la empresa anglo-australiana BHP Billiton. Las empresas envueltas en este desastre asumen que nunca antes se había tenido un desastre de esta magnitud y por tanto “no se tenía previsto un plan de respuesta”.
Brasil es el segundo mayor productor de hierro en el mundo, de acuerdo con los datos de U.S. Geological Survey. Junto con Australia, este país cubre el 70% de la demanda mundial de dicho mineral. El dique llamado Fundão esta localizado en la región principal de producción de hierro de Brasil, en Minas Gerais, responsable del 68% de la producción nacional. En esta región se concentran cerca de 700 diques de residuos de la extracción del hierro, en su mayoría no cuentan con permisos ambientales y algunos de ellos pueden correr el mismo peligro de rompimiento.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la Organización de Estados Americanos (OEA) realizó una serie de observaciones en Ouro Preto y Mariana. De las visitas, deben salir informes y documentos de recomendaciones sobre los impactos de industrias extractivas e impactos socioambientales. Mientras tanto, las protestas y acciones contra la empresa han comenzado a endurecerse y junto a ello, las investigaciones y estudios independientes de académicos y estudiantes.