México: se amparan transnacionales para permitir uso de glifosato y transgénicos

Foto de Portada: Santiago Navarro F.

A fines de 2020, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, emitió un decreto enfocado hacia la prohibición del maíz transgénico y para sustituir gradualmente el uso, adquisición, distribución, promoción e importación de glifosato hacia México. No obstante, el pasado 26 de abril de este año 2021, Francisco Javier Rebolledo, juez Sexto de Distrito en Materia Administrativa, concedió una suspensión provisional a Monsanto, filial de Bayer, para exentarla de esta medida.

“Es un fallo que no es definitivo, pero por lo pronto es bastante desafortunado, porque estamos hablando de que se está privilegiando los intereses de una transnacional”, puntualizó para Avispa Midia Laura Gómez Tovar, profesora e investigadora del Departamento de Agroecología de la Universidad de Chapingo de México.

Víctor Manuel Chima Ortíz, miembro de la Campaña Nacional Sin Maíz No Hay País, denuncia que en México hay gente que esta cabildeando en pro de la transnacional de las semillas transgénicas, agroquímicos y medicamentos. “Para Bayer-Monsanto en México, lo podemos asegurar, hay personas que representan sus intereses al interior de las instituciones mismas y son los que han frenado y han obstaculizado las medidas que se buscan implementar”, dijo el activista.

Tras esta medida, diversas organizaciones, como la Campaña Nacional Sin Maíz No Hay País, se inconformaron y emplazaron al juez a que demuestre a la nación que no está al servicio de la transnacional Monsanto, rectificando su fallo. “Esta suspensión atenta contra el interés general, los derechos humanos de la población mexicana a un ambiente sano, a la biodiversidad, a la salud y a una alimentación adecuada, y se está privilegiando los intereses particulares de la corporación Bayer-Monsanto, comercializadora del herbicida (glifosato)”, denunció esta organización en un comunicado emitido el pasado 23 de abril.

Chima Ortíz remarca que este decreto presidencial “es una medida que sienta un precedente no solo en México, sino a nivel internacional y en toda Latinoamérica, porque sería una de las primeras medidas gubernamentales que estaría prohibiendo el uso de glifosato”.

El próximo 7 de mayo el juez emitira un dictamen definitivo. De concretarse el fallo definitivamente, aunque solo aplica únicamente a la filial de Bayer, invalidaría el decreto. “Por ello buscamos que no se dé esta suspensión definitiva, porque sino prácticamente estarían inhabilitando este decreto que prohíbe el glifosato y el maíz transgénico en México”, sostuvo Chima Ortíz para Avispa Midia.

La Campaña Sin Maíz no Hay País denuncia que al menos 10 amparos se han promovido para derrumbar el decreto. Todos ellos fueron admitidos en la corte. Hasta ahora “en 6 casos la suspensión provisional fue negada, en 2 más, la suspensión definitiva fue negada”.

Uno de los 6 amparos que solicitaban la suspensión provisional fue atraída por Blanca Lobo Domínguez, Jueza del Decimosegundo de Distrito en Materia Administrativa en la Ciudad de México, sobre el cual determinó que “resulta improcedente conceder la suspensión solicitada porque de concederla, se afectaría el interés general dado que la sociedad está interesada en que se proteja la salud pública y se prohíba el uso de sustancias nocivas para la salud”.

La soberanía alimentaria en riesgo

Uno de los argumentos de esta suspensión provisional, según el juez, es porque, “de no darse la suspensión habría un perjuicio social, pues hay riesgo de afectar la producción agroalimentaria, así como la seguridad y soberanía alimentaria".

Lo que sostiene el juez “lo consideramos una falacia, porque, al contrario, el uso de agroquímicos tóxicos es precisamente algo que afecta de forma considerable la producción de alimentos sanos y nutritivos, pero, sobre todo, afecta directamente la salud de las personas mismas”, agrega Chima Ortíz.

En el comunicado de Sin Maíz no Hay País, se afirma que “la tolerancia al herbicida glifosato no aumenta el rendimiento de los cultivos; por el contrario, los debilita especialmente ante el cambio climático y los hace más vulnerables a las plagas, que se vuelven más resistentes requiriendo mayores aplicaciones”.

La investigadora Gómez Tovar de la Universidad de Chapingo también contradice los argumentos en que se basa el fallo del juez a favor de Bayer-Monsanto y, tomando como referencia otros estudios, asegura que si se llagará a retirar el glifosato a nivel planetario sería muy mínimo el impacto hacia la producción de alimentos. “La producción se reduciría en porcentajes muy pequeños, de punto dos o punto cuatro por ciento”. La investigadora agrega que, contrario a esto, “en México tenemos casos de producción orgánica dónde no se utiliza ningún plaguicida y ahí vemos que la producción ha aumentado”.

La investigadora afirma que estos augurios de que se va a caer la producción sin glifosato son falsos. Con la metodología de la agroecología, dice la investigadora, se ha alcanzado una producción de hasta “160% más de la producción convencional”, y agrega que, con este método, “estamos privilegiando la vida, la diversidad y que no solo vamos cultivar una sola cosa en el predio”.

El veneno disperso en México

Alejandro Espinosa Calderón, quien ha dedicado 40 años a la investigación en maíz y 37 años como académico, impartiendo clases sobre Técnicas de Mejoramiento Genético, sostiene que el uso del glifosato no ha tenido ningún tipo de regulación en su uso desde que fue implementado en la agricultura en México, en los años 1970. “El Decreto privilegia la salud de los mexicanos y limita el uso del glifosato. También prohíbe el uso de transgénicos en la alimentación de los mexicanos. Pero además hay un elemento fundamental, que es el principio precautorio, lo que significa que, ante las dudas sobre el probable daño, en este caso del herbicida y de los transgénicos, se tiene el derecho de limitar su uso”.

En términos de la aplicación del principio precautorio, la  investigadora Gómez Tovar, sostiene que este principio se refiere a, “tomar una actitud que sea cauta antes los efectos desconocidos, aunque aquí ya tenemos demasiados elementos que nos dicen que es una sustancia sumamente peligrosa”.

La investigadora, quien también es parte del Centro de Investigación Interdisciplinaria para el Desarrollo Rural Integrado de Chapingo (CIIDRI), alerta que “todos debemos saber que este químico es un probable cancerígeno en humanos. Eso ya está documentado por la Agencia Internacional Para la Investigación del Cáncer. Daña los riñones, induce daños genéticos en el ADN, afecta el sistema nervioso de las personas, este asociado con autismo, como un perturbador hormonal y perdida temprana del embarazo (…)”.

Foto: Santiago Navarro F

La investigadora sostiene que la mayoría de las veces los campesinos no saben que están usando glifosato en sus cultivos, “porque tiene muchísimos nombres comerciales. Por ejemplo, nosotros decimos herbicidas y ellos le llaman mata-hierbas”.

Bayer-Monsanto tiene en su contra más de 125 mil demandas de ciudadanos estadounidense perjudicados por el herbicida glifosato. La investigadora Gómez Tovar señala que en México ya se han identificado diversas afectaciones a la salud y que la empresa responsable de vender este veneno no ha sido fiscalizada. “En 125 muestras que se han realizado a niños en Autlán Jalisco, México, en una zona donde se usa mucho glifosato, las 125 muestras de orina tenían glifosato. Entonces ya lo tenemos en el cuerpo”. 

La especialista en agroecología incluso señala que este químico también se ha identificado en los alimentos. “Un estudio realizado en alimentos procesados de maíz se identificó que el 88% tienen glifosato”, asevera la investigadora.

Este es uno de los principales problemas asegura Chima Ortíz, “ni las y ni los consumidores, y agricultores tienen información de que el glifosato esta en sus alimentos. No hay derecho a la información”.

Gómez Tovar puntualiza que también está presente en el agua embotellada del estado de Campeche. “El agua embotellada de mantos acuíferos tiene más de 10 veces lo permitido en Europa de glifosato y acá la gente está tomando esa agua”, agrega la investigadora de Chapingo, quien trabaja directamente con productores de Veracruz en la migración del sistema convencional al sistema agroecológico, lo que le ha permitido identificar que el glifosato esta siendo usado en la mayoría de la producción de alimentos en México.

Los diversos activistas, organizaciones y científicos sostienen una titánica lucha por no dejar que se invalide este decreto. Por ello, la profesora Gómez Tovar alienta a que los consumidores en general a que se involucren en este debate por su propia salud. “Esto no es un problema de científicos, del gobierno. Yo diría que esto es un problema de toda la sociedad civil, que es quien tiene que rechazar todas las sustancias que pueden ser peligrosas para su salud”.

El tercer grano de mayor importancia para el mercado

México no solo ha sido un gran importador de glifosato de Bayer-Monsanto, también importa grandes cantidades de maíz. Este grano es el tercer cultivo más grande del mundo después del trigo y el arroz. Estados Unidos se ha posicionado como el mayor exportador de maíz, cubre aproximadamente el 60% del mercado mundial. De 17 millones 576 mil toneladas que México importó en el periodo 2019-2020, al menos 16 millones 800 mil toneladas provinieron del país vecino, un grano predominantemente transgénico y controlado con pesticidas, como el glifosato que, en 2015, la Organización Mundial de la Salud declaró como una sustancia probablemente cancerígena para el ser humano.  Por tanto, de implementar los objetivos trazados en el decreto, sería un golpe duro para este sector en el país vecino.

Durante esta última década la producción de maíz estadounidense se mantiene en crecimiento y los principales países importadores son: México, Canadá, Francia y España De acuerdo con el informe Mercado global de maíz: Crecimiento, tendencias y pronósticos (2018 - 2023) más del 90% de este mercado esta dominado por semillas genéticamente modificadas, mejor conocidas como transgénicas (OGMs).

Las transnacionales, dueñas de las patentes de estas semillas y de los agroquímicos, Bayer-Monsanto, Basf, Dow, DuPont y Syngenta, desde el año 2000, en conjunto con los diversos gobiernos de México, han buscado incentivar, también, la siembra de este maíz en territorio mexicano.

Fue en 2009, durante el gobierno que presidia Felipe Calderón Hinojosa, que se autorizaron 67 permisos para la siembra en su fase experimental en seis estados del norte del país. “Al año siguiente continuaron con las siembras piloto. El siguiente paso era la siembra comercial. En efecto se llevaron a cabo las siembras experimentales y algunas pruebas piloto”, puntualizo para Avispa Midia Espinosa Calderón.

El científico Espinosa Calderón también funge como presidente del Consejo Ejecutivo de la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad (UCCS), un organismo que detuvo el despliegue masivo del cultivo de este maíz transgénico en México. “Con elementos técnicos y con argumentos de grupos sociales, investigadores y científicos, esos intentos fueron detenidos con gallardía. En 2013 con una demanda colectiva con la participación de 53 organizaciones civiles, destacados científicos, entre otros, sometimos ante un juez las evidencias que marcaban con claridad lo que ocurriría si se autorizaba la siembra de maíz transgénico en México, las afectaciones al ambiente, al suelo, mantos freáticos, pero, sobre todo, a la salud de los mexicanos”, dijo el científico.

Aunque este intento de despliegue masivo de maíz transgénico no ha sido el único. Bayer-Monsanto, Basf, Bayer, Dow, DuPont y Syngenta inyectaron al menos 80 millones de pesos (mdp) a la Comisión Intersecretarial de Bioseguridad de los Organismos Genéticamente Modificados (Cibiogem) de México, que actualmente preside el científico Espinosa Calderón, para promocionar sistemáticamente el cultivo de maíz, soya y algodón transgénico en territorio mexicano, durante el periodo 2000-2018. El científico, que actualmente asesora al gobierno en turno, aseguró que no se fomentarán más “los transgénicos, y siempre que haya cualquier riesgo o incertidumbre será apremiante la aplicación del principio precautorio en materia de bioseguridad de maíz u otros OGMs”.

El cultivo de maíz transgénico en México atenta contra las más de 60 diversas especies nativas de maíz existentes en México. “Estas especies son resultado del intercambio cultural de los pueblos originarios y de las prácticas tradicionales por las que hay esta diversificación. Esa es una de las cosas que está muy amenazada con la implementación de del maíz transgénico y el uso del glifosato”, afirma el activista de la Campaña Nacional Sin Maíz No Hay País.

“Los maíces nativos son una proeza tecnológica que los mesoamericanos, y en particular los mexicanos, han entregado al mundo con una riqueza de diversidad genética de más de 59 razas de maíz y miles de millones variedades nativas. Esta riqueza se debe a los más de 68 pueblos indígenas de México, porque estos pueblos originarios inventaron el maíz de forma milenaria”, agrega el investigador Alejandro Espinosa Calderón.

Estados Unidos

Mientras tanto, el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA por sus siglas en inglés), en su reporte emitido el pasado 15 de marzo de 2021, minimiza el decreto que prohíbe la comercialización de glifosato y maíz transgénico en México. “Como aún no está claro cuándo o en qué medida este decreto puede afectar las importaciones de maíz de México, las estimaciones de importación en este informe no toman en consideración las implicaciones del decreto”, reza el documento.

Además, sostiene que los tiempos de crisis climática avisoran una mayor demanda del maíz transgénico hacia México, sobre todo porque, “la superficie cultivable de maíz en México prácticamente ha llegado a su límite. En consecuencia, las únicas opciones para aumentar el área sembrada de maíz u otros granos básicos son la reducción de áreas ganaderas o forestales, que son muy poco probables”, remarca el documento.

Otro de los vacíos que identifica USDA en el decreto es que, según el documento, “no se ha proporcionado información sobre cómo el gobierno mexicano define el maíz transgénico para el consumo humano y qué productos derivados del maíz, si los hay, pueden verse afectados” y además agrega, “hasta la fecha, México no ha notificado esta medida a la Organización Mundial del Comercio (OMC)”.

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1 COMENTARIO

  1. Muy buen reportaje!! Es importante y muy necesario saber cómo nos están envenenando y además realizar protestas para impedirlo!!!

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