El pasado domingo, 25 de julio, los pueblos mayas de Kinchil, Celestún y San Fernando participaron en el proceso de autoconsulta para decidir sobre la operación de granjas porcinas en sus territorios.
La autoconsulta fue convocada por el Consejo Maya del Poniente Chik´in Ja´-Kinchil; el Concejo Maya del Poniente Chik´in Ja´- Celestún; y, el colectivo de atención comunitaria U Yutzil Kaj debido a que el Estado no ha escuchado sus demandas contra el otorgamiento de permisos a la industria porcina dentro de la región.
La consulta se llevó a cabo pese a las amenazas del comisario municipal de San Fernando, quien el día de la asamblea informativa se acercó a un grupo de asistentes y les espetó “escuchen ustedes, van a recibir un escarmiento para que aprendan”. Incluso el día de la consulta, la empresa Kekén, quien es dueña de la granja porcina ubicada en San Fernando, obstaculizó y deslegitimó la consulta con amenazas, confrontaciones e incluso coaccionó monetariamente a algunas personas de la comunidad, ya que según una nota del Equipo Indignación “se escuchó a distintas personas mencionar que la empresa estaba repartiendo dinero a cambio de votar en favor de la granja porcícola”.
Dicha autoconsulta se realizó de manera simultánea en los tres pueblos a partir de las 8 de la mañana y hasta las 4 de la tarde, hora en la que se acabaron las papeletas debido a la afluencia en los puntos de votación. La pregunta fue: Como pueblo ¿le das permiso al dueño de la granja de cerdos de seguir trabajando en nuestro territorio? Y, tenia dos opciones de respuesta, Sí -No.
En dos de las comunidades la respuesta fue NO. En Celestún 1,101personas votaron que no y siete que SÍ y, en San Fernando, la votación estuvo muy cerrada ya que 59 dijeron que NO y 58 se manifestaron por el SÍ.
Mientras que en Kinchil, el sí fue mayoría, ya que 576 votos fueron a favor de mantener las granjas porcinas, 423 por el no y hubo 10 votos nulos.
Todo el proceso de autoconsulta fue realizado por las personas pertenecientes a dichas comunidades y, contaron con el apoyo de la organización defensora de los derechos humanos “Indignación” y el monitoreo de personal del Alto Comisionado de las Naciones Unidas.
También, durante la autoconsulta, la organización Kanan Ts´ono´ot (Guardianes de los Cenotes) compartió sus experiencias sobre la defensa del agua, ya que ellos, durante cuatro años, encabezaron la resistencia contra la operación de una granja porcina ubicada en la comunidad maya de Homún, ubicada al suroeste de Mérida.
Kekén, la principal empresa porcina de la región, descalificó la consulta realizada por los pueblos mayas argumentando que “no cumple con los requerimientos establecidos por la ley”.
Sin embargo, los Consejos Mayas han dicho que la postura de la empresa solo es una muestra de racismo y que al ser el propio pueblo quien la realizó está tiene legitimidad ya que están ejerciendo su libre determinación y autonomía, además dijeron que ellos son los portavoces de sus comunidades y harán que se respete lo que se ha votado.
Mediante pronunciamiento difundido este miércoles (28), también manifestaron que es momento de los gobiernos estatales y federales de pronunciarse sobre la consulta pues hasta el momento no han declarado nada al respecto.
“Las respuestas de las instituciones que supuestamente cuidan el agua y los montes ha sido el silencio, ninguna quiso venir a nuestros pueblos a responder las preguntas que teníamos, a aclararnos las cosas que nos preocupaban”, refieren en el documento mediante el cual resaltan la lucha de las mujeres en la defensa de sus territorios.
Los Concejos Mayas han anunciado que, si no hay respuesta por parte del gobierno, seguirán la ruta jurídica, como es la promoción de juicios de amparo, aunque estos sean procesos largos y costosos.
El proceso de autoconsulta realizado por el pueblo maya es un importante precedente para que las comunidades se organicen y decidan sobre sus territorios y, sobre todo, para que el Estado entienda que Nunca más sin su permiso se harán proyectos dentro de sus comunidades.
