En portada: Donald Trump, presidente de EEUU, durante el anuncio de la implementación de tarifas arancelarias a nivel global.
“Negocios injustos”, un informe reciente elaborado por la organización Coffe Watch aborda cómo las políticas arancelarias, la evasión fiscal y la estructura desigual del comercio internacional del café perpetúan un ciclo de pobreza en los países productores.
México, como un caso emblemático, refleja cómo la dependencia de mercados desiguales expone a millones de caficultores a vulnerabilidades económicas y sociales, condenados a la pobreza por sistemas arancelarios que premian las exportaciones de materia prima y castigan el procesamiento local.
Te puede interesar - Las violaciones por detrás del café de Nestlé y Starbucks
Ahora, con la escalada de la guerra arancelaria de Estados Unidos -mediante la cual pretende imponer aranceles que van del 10% hasta el 50 % para países como Brasil, México y Nicaragua- se agravan las políticas estructurales que explotan y perjudican a los caficultores, sostiene el análisis.
Con las tarifas implementados por los EEUU, se avizoran afectaciones graves a países altamente dependientes, entre los que destacan México, quien exporta el 39% de su producción a EEUU, y Nicaragua, con 50% de exportación a Norteamérica, así como el mayor productor de café a nivel goblal, Brasil. “Los nuevos aranceles de Trump amenazan con hundir las economías de regiones cafeteras enteras, como Chiapas, en México”, subraya el documento.

El pasado 12 de julio de 2025, el presidente Trump amenazó con imponer un arancel del 30% a las importaciones procedentes de México, con efecto a partir del 1 de agosto de 2025. Por su parte, la aplicación de tarifas a Nicaragua fue anunciada desde abril y actualmente se sitúa en 18%. “Estos dos países pueden tener dificultades para encontrar rápidamente mercados alternativos, lo que podría tener consecuencias nefastas para sus ya empobrecidos caficultores”, analiza el informe sobre los países que cataloga como “los grandes perdedores” en la guerra arancelaria del café.
Injusticia estructural
La organización asevera que la forma en que el comercio mundial empobrece a los países productores de café es y ha sido uno de los principales problemas del sector cafetero. “La Unión Europea, el Reino Unido y Japón se han destacado durante mucho tiempo como los peores actores en materia de aranceles cafeteros, y Suiza también es algo problemática”, puntualiza en el informe.
Esto se debe a que los sistemas arancelarios, que califica de injustos, tienen el efecto de reducir los ingresos a los países productores de café al penalizar el valor añadido y, al mismo tiempo, beneficiar a los países ricos del Norte Global. “Dos dinámicas interrelacionadas —el procesamiento con escaso valor añadido en los países productores y los precios de exportación sistemáticamente más bajos para los mismos productos— refuerzan conjuntamente un sistema comercial mundial que atrapa a los países productores de café en un ciclo de bajos rendimientos y oportunidades perdidas”, detalla Coffe Watch.
Un dato ejemplifica este contraste: casi todas las exportaciones de café, aproximadamente el 99% de los países productores son sin procesar; mientras tanto, el café tostado se exporta a más del doble del valor de los granos sin tostar. “En consecuencia, aunque los países productores de café son responsables del 74% del volumen de las exportaciones mundiales de café, solo reciben el 57% del valor de las exportaciones. Los países no productores obtienen precios significativamente más altos por sus exportaciones en todos los tipos de café”.

Ello ocurre mientras los países productores de café siguen asumiendo los costes de apoyar a los agricultores en crisis causadas por sequías, inundaciones, plagas y otras eventualidades. “Es como si los países productores estuvieran escalando el Everest de la reducción de la pobreza mientras cargan con una mochila llena de piedras en forma de aranceles y comercio injustos”, ilustra el documento.
Pobreza persistente entre Caficultores
El informe sostiene que la mayoría de los pequeños caficultores y trabajadores agrícolas de todo el mundo vive por debajo del umbral internacional de pobreza, es decir, 5,5 millones cuentan con ingresos de apenas 3,20 dólares al día. Incluso, detalla, muchos viven por debajo del umbral de pobreza extrema que se encuentra en el valor de 2,15 dólares diarios.
Por otra parte, estudios muestran que los caficultores latinoamericanos reciben menos del 60% del valor de exportación del café, y el resto se destina al transporte dentro del país, el almacenamiento, la molienda y otros gastos no agrícolas.
Aún más llamativa es la estimación de que los agricultores reciben solo el 11,5% del precio que los consumidores pagan por una taza de café, y cuando se deducen los costos de los insumos y la mano de obra de la producción, solo el 5,5% de ese precio queda como margen bruto para los caficultores.
Los diez principales países productores, cada uno de los cuales es responsable de al menos el 2% de la producción mundial, contaban con unos 7,37 millones de pequeños productores de café en 2019. De ellos, el 39% (2,86 millones) vivía en condiciones de pobreza y otro 21% (1,57 millones) vivía en condiciones de pobreza extrema.


