Este 6 de Noviembre del año 2017 dió inicio la 23º Conferencia de los países miembros de la Convención de la ONU sobre el Cambio Climático (la COP 23) en Bonn, Alemania. Dos días antes, más de mil manifestantes de diversos países, inauguraron este evento con el bloqueo de la mina a cielo abierto de Hambach (oeste de Alemania) para exigir el fin del uso del carbón.
Durante la COP23, que tendrá lugar entre el 6 y el 17 de Noviembre, las naciones del mundo se reunirán para impulsar las metas y ambiciones del Acuerdo de París, celebrada en Diciembre del año 2015, con la participación de 195 países quienes firmaron, entre otros puntos, el compromiso de mantener el aumento de la temperatura media mundial muy por debajo de 2 °C sobre los niveles preindustriales. En estos acuerdos, los Estados Unidos había sido participe, pero el presidente Donald Trump, anunció que Estados Unidos se retirará de dicho compromiso.
Las protestas que se han realizado en Bonn han sido demasiado nutridas, hasta el inicio de este evento se habían registrado más de 25 mil manifestantes, quienes portaban pancartas que rezaban, “Revolution Not Pollution", "Frack Off Our Land" y "Trump: genocida climático". Algunos pueblos latinoamericanos también hicieron acto de presencia, quienes han denunciado la nueva oleada de asesinatos y atropellos que vienen sufriendo los pueblos indígenas desde que se han implementado sus acciones para contener el aumento de la temperatura global.
“La única forma de contrarrestar el aumento de la temperatura del planeta es, que los países y las industrias dejen de explotar y saquear minerales, madera, agua de los pueblos más pobres. Ahora con el discurso del cambio climático hay una nueva colonización que se esta apropiando de nuestros bosques, del agua y del viento para generar sus energías limpias y así puedan continuar manejando sus automóviles y sigan comprando cosas innecesarias en el mercado”,
DIJO EL ESTUDIANTE JUAN PALACIOS DE PERÚ, QUIEN TAMBIÉN SE SUMÓ A LAS MANIFESTACIONES EN LA COP23.
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De acuerdo con datos de la Federación de Energía del país europeo, “el carbón sigue siendo la principal fuente energética en Alemania”. El 45,5% de la electricidad en Alemania está generada con carbón, lignito y hulla, lo que supone unos 629.000 millones de kilowatios/hora. El objetivo de las autoridades alemanas, para poder continuar con el ritmo de crecimiento económico, es que para el año 2030, las energías limpias representen el 50% del consumo y para el 2050 el 80%.
Alemania, Polonia y reino Unido poseen 19 de las 30 centrales de carbón más sucias de todo el continente europeo. De acuerdo con el informe preliminar del año 2016 sobre emisiones bajo el Esquema de Comercio de Emisiones de la UE (ETS), presentado por la consultora británica Sandbag, en el año 2016 las emisiones de las centrales eléctricas de carbón Europeas se redujeron un 11%, aunque las dos mayores contaminadores de carbón registraron reducciones más pequeñas: las emisiones de las centrales alemanas de carbón cayeron sólo el 4%, y las de Polonia sólo un 1%.
Pero no solo se trata de emisiones contaminantes de carbono. Las 280 centrales de carbón que operan en la Unión Europea en su conjunto, que generan el 24% de toda la electricidad del continente, fueron responsables de 22.900 muertes prematuras en el año 2013, documentó la Red de Acción por el Clima en Europa (CAN) con su informe “La nube negra sobre Europa: efectos de la quema de carbón sobre la salud y la economía de la UE”.
El informe denunció que la contaminación viaja por todo el territorio, dejando todo contaminado y sin un ‘lugar seguro’. En 2013, los ciudadanos que sufrieron el mayor impacto en la salud por la contaminación del carbón fueron los de Alemania, Reino Unido, Polonia, Italia, Francia, Rumania y España.
COP
Se prevé que de la COP23 salgan además varias iniciativas transformadoras, incluida una de las Naciones Unidas sobre salud y pequeños estados insulares, una plataforma para apoyar la participación de las comunidades locales y los pueblos indígenas, un Plan de Acción de Género de amplio alcance, y el desarrollo de un proyecto de protección global frente a los riesgos para proporcionar seguros asequibles a 400 millones de personas en situación de pobreza y vulnerabilidad.
“Primero fue el discurso de la crisis alimentaría para justificar la entrada de empresas como Monsanto a nuestras tierras, ahora es el generó y el clima, para que aceptemos programas de conservación de nuestros bosque o las energías limpias, este es un nuevo mercado. A ellos nunca les hemos importado pueblos indígenas y mucho menos las mujeres pobres de nuestros países pobres. Fueron ellos que quienes implementaron programas de esterilización sin consentimiento en nuestros pueblos y hoy nos hablan de genero”,
SEÑALA PALACIOS.
Mientras tanto, para sensibilizar a los asistentes de la COP23, sobre la problemática que ha generado la minería y la oleada de proyectos enmarcado sobre el concepto de “desarrollo sustentable”, desde Latinoamérica, África y Asia, representantes de comunidades indígenas de México, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, Colombia, Perú, Ecuador, Bolivia, Venezuela, Brasil, Congo e Indonesia recorrerán Europa.