En portada: Trabajadores de Tesla en Suecia iniciaron una huelga durante el invierno del 2023 que se extendió a toda la región escandinavia.
La denominada transición energética aún va comenzando y ya se perfilan las ventajas comparativas de cada país, donde unos avanzan y otros se quedan satelizando la nueva economía. Entre las ventas totales de tecnologías a base de energías limpias destaca la producción de vehículos con motores eléctricos y sus baterías, ya que según la Agencia Internacional de Energía (EIA) casi 14 millones de unidades fueron producidas en 2023. Este mercado se mantiene concentrado en un 85% por China, la Unión Europea y Estados Unidos en conjunto, mientras que los países emergentes o en vías de desarrollo se enfocan al extractivismo de minerales y producción de energía limpia.
El 65% del mercado global de tecnologías limpias está cubierto por la venta de coches eléctricos y baterías que vienen demandado de forma acelerada más minerales críticos. Solo en 2023 el aumento de la demanda de litio subió el 30%, el níquel, cobalto, grafito y elementos de tierras raras oscilaron entre el 8% y el 15%. “Las ventas de coches eléctricos se acercaron a los 14 millones en 2023, un aumento interanual del 35%, y se prevé un crecimiento acelerado a medida que avancen los principales mercados y aumente la adopción en las economías emergentes”, resalta el informe de AIE llamado Perspectivas mundiales de los minerales críticos 2024.
El economista y profesor de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Willebaldo Gómez Zuppa, argumenta que, si el modelo de desarrollo que se quiere vender al mundo es el de China, Estados Unidos y la Unión Europea, “el mundo lo vamos a terminar de devastar en un par de décadas. Porque, un ejemplo es China, que ha crecido muchísimo desarrollando una buena técnica de producción, pero es mucho más contaminante en términos ambientales, además de su proceso de súper explotación de la fuerza de trabajo que le ha permitido tener altas tasas de rentabilidad al tiempo que reduce costos de venta”.
El profesor de la UNAM sostiene tajantemente que lo que está haciendo el capitalismo verde “es una falacia, ya que, el consumidor piensa que deja de contaminar al comprar un auto de este tipo; lo que sucede es que la contaminación deja de ser visible”. Solo el proceso para producir baterías viene “provocando una devastación muy importante en los lugares de donde se están extrayendo los minerales necesarios como el litio; casi el 40% del peso del auto es por sus baterías y esto el consumidor no lo sabe”, dijo para Avispa Mídia el economista Gómez.
La carrera por dominar el mercado de las nuevas tecnologías depende en gran medida del suministro de minerales convencionales, así como los que son críticos por su escasez y las tierras raras, entre ellos figura el: iridio, plomo, magnesio, molibdeno, niobio, metales del grupo del platino, selenio, silicio, plata, tantalio, telurio, estaño, titanio, wolframio, vanadio, zinc, cobre y aluminio. “Desde África hasta Indonesia y la República Popular China, el aumento de la nueva oferta (de minerales) ha superado el crecimiento de la demanda en los dos últimos años”, resalta el informe de la AIE presentado a finales del 2024.
De acuerdo con la EIA se espera que la demanda, solo de litio, aumente cuatro veces hacia 2040 mediante las políticas presentadas en posibles escenarios: Escenario de Políticas Establecidas (STEPS, por sus siglas en inglés), el Escenario de Compromisos Anunciados (APS) y el Escenario de Emisiones Netas (NZE), alcanzando casi 40 millones de toneladas solo de litio para atender la producción de 58 millones de automóviles proyectados para ese año pico.
Según el informe de la EIA, los “beneficios de la expansión del mercado de las energías limpias y de automóviles se reparten entre las distintas regiones”, sobre todo en relación a la minería. “América Latina acapara la mayor cantidad de valor de mercado para la producción minera, con alrededor de 120.000 millones de USD para 2030. Indonesia registra el crecimiento más rápido, duplicando su valor de mercado para 2030 debido a su floreciente producción de níquel. África registra un aumento del 65% en valor de mercado para 2030. Casi el 50% del valor de mercado del refinado se concentrará en China en 2030”, sostiene el documento.
Las tecnologías y el poder
El profesor de la UNAM, especialista en la industria automotriz, anuncia que lo que se perfila con el nuevo esquema de producción es un nuevo paradigma de poder, donde no solo se posicionan las economías avanzadas, sino que, también, las corporaciones que tienen en sus manos la cadena productiva. “Hoy quien detenta la articulación de estas tecnologías, empieza a situarse como un elemento de poder. Sobre cualquier proceso, no solo productivo, político, sino también social”.
Por un lado, señala el economista, se observa una fuerte competencia del lado asiático con China a la cabeza y por otro lado están los Estados Unidos y Rusia en las nuevas áreas tecnológicas que, incluso, se expanden o desprenden del complejo industrial militar. “Ahí vamos a ver el ascenso de algunas empresas vinculadas a los grandes aparatos corporativos financieros que van a tener un ascenso vertiginoso y que van a poder dominar muchísimas áreas y regiones a escala planetaria. Estamos en una fase de ver quien acumula más poder”, dice el profesor.
En esta carrera por el dominio del mercado de la nueva matriz tecnológica, de la producción de automóviles eléctricos, microchips, el control de los minerales y todas las cadenas productivas, “observamos una rivalidad entre estas potencias y nuevamente vamos observar países dependientes que no lograrán desarrollar sus propias bases tecnológicas y que estarán bajo la egida de estos entes de poder”, acrecienta el investigador.
Mientras tanto, la Agencia Internacional de Energía afirma, en su documento llamado Perspectivas Tecnológicas de la Energía 2024, que los países en vías de desarrollo cuentan con oportunidades. “Más allá de la minería y el procesamiento de minerales críticos, los países de África, América Latina y el Sudeste Asiático tienen perspectivas de impulsar sus ventajas competitivas y ascender en la cadena de valor”, sostiene el informe. Para ello se plantea la creación de más infraestructura de energías limpias, tendidos eléctricos de alta tensión, puertos y gasoductos.
La lógica de la AIE es que, a través de esta infraestructura, los países emergentes puedan colocarse en algún eslabón de las cadenas productivas, sobre todo con más exportaciones de componentes, como Brasil, quien “está dotado de abundantes recursos energéticos renovables, que constituyen una buena base para las exportaciones de amoníaco, hierro y acero con emisiones próximas a cero a mercados en los que la producción de estas materias primas es más costosa, como Europa y Japón”.
Para establecer las ensambladoras de autos se pretende que sea en países con salarios bajos, con acceso a minerales, agua y demás recursos necesarios, como el norte de África, donde se va establecer “un centro de fabricación de vehículos eléctricos. La inversión ya está en marcha y, si la región es capaz de alcanzar su potencial en consonancia con la consecución de cero emisiones netas en 2050 a escala mundial, el norte de África exportará en 2035 casi la mitad de los 3,7 millones de vehículos eléctricos que produzca para entonces, en su mayoría a la Unión Europea”, anuncia el documento de la AIE.
África al igual que China, Canadá y Brasil concentran grandes yacimientos de espodumeno (mineral que contiene litio, aluminio y silicio, y es una fuente de materiales cerámicos) los cuales según la Agencia de Energía “también están en condiciones de registrar un fuerte crecimiento”, además de otros yacimientos que solo contienen litio en Argentina, Australia y China.
Más allá del dióxido de carbono
Está claro que la narrativa sobre la crisis climática se ha centrado en las emisiones de gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono (CO2) pero, dice el investigador de la UNAM, tenemos que ver más allá y poner atención en lo que implica la aceleración del extractivismo justificado para la economía verde. “Solo el uso de agua que requiere la extracción de los minerales para los michochips son monstruosos. Es por ello que están establecidos en Corea del Sur y en California, porque son los que tienen agua disponible. Entonces cuando nos venden la alternativa con el automóvil eléctrico nos están vendiendo una gran mentira, porque siguen afectado el metabolismo de la naturaleza”.
Además, agrega el profesor, “sumamos los componentes de polímero, derivados de los hidrocarburos. La contaminación va quedando en la cadena de valor, en los procesos previos. Ahí hay que colocar el acento”.
En el fondo “la economía verde busca una tasa de ganancia cada vez más alta. Y un producto novedoso, con el plus de la no contaminación, esto está generando grandes ganancias, pero sigue siendo contaminante. Ya no vamos a ver el humo, pero veremos más geografías devastadas”.
Es así que el problema de la crisis climática se está atendiendo con la venta de nuevas tecnologías y nuevas cadenas productivas, en especial, la del automóvil eléctrico particular, cuando tal vez se debería atender las alternativas de transporte colectivo. “Es importante cobrar conciencia de este modo de vida y de consumo, porque es insostenible para la naturaleza y tenemos que pensar en otra forma de vida”, concluye el economista.