El Comité de Solidaridad con Kurdistán de la Ciudad de México condenó los ataques militares continuos de Turquía contra diferentes regiones de Kurdistán.
Durante los últimos meses, la comunidad internacional ha condenado la invasión rusa a Ucrania; sin embargo, sostiene el Comité en un comunicado, permanece en silencio ante los ataques turcos e iraquíes en diferentes regiones del Kurdistán.
Frente a la guerra en Ucrania, el régimen turco pretende ser visto como un mediador de la paz, sin embargo continúa utilizando armas químicas y realizando incesantes bombardeos aéreos y terrestres.
Desde el mes de abril, existe una nueva ofensiva de gran escala en el sur (Bashur) y el oeste (Rojava) de Kurdistán denominada “Operación Garra Cerrada”. De esta forma, Recep Tayyip Erdogan, presidente de Turquía, ha roto los acuerdos de cese al fuego.
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Los pueblos bajo ataque turco en Rojava (Siria) son Zarkan, Kobane, Tel Abyad, Tel Tamr, Serêkaniye, entre otros.
La Administración Autónoma del Norte y Este de Siria (AANES) declaró que los ataques turcos son sistemáticos y advirtió que éstos allanan el terreno para el resurgimiento de la organización del Estado Islámico (ISIS).
Además, con el objetivo de romper la resistencia, imponer puestos militares, invadir y anexar territorios iraquíes, Turquía ha establecido una cooperación con el Partido Democrático del Kurdistán (PDK), quien continúa instigando la guerra de aniquilación del pueblo yezidí, y con el Estado iraquí, quien ha atacado la región de Shengal en Bashur (Kurdistán del Sur, norte de Irak) con artillería pesada y tanques militares.
En esa zona, las Unidades de Resistencia de Shengal (YBŞ) y las Unidades de Protección de las Mujeres de Shengal (YJŞ) han enfrentado los ataques iraquíes y turcos bajo el lema “Solamente nosotros nos protegeremos”.
Estas agresiones contra el pueblo yezidí se suman a una serie de políticas genocidas que, desde 1830, han provocado genocidios y desplazamiento forzado. Entre ellas, cabe mencionar la masacre perpetuada por el autodenominado Estado islámico, que en 2014 se encargó de la masacre física y de la esclavización de mujeres yezidíes como “botín de guerra”.
Los ataques aéreos y terrestres del ejército turco, con artillería pesada y armas químicas continúan ininterrumpidos en otras regiones de las Zonas de Defensa de Medya: Gare, Zap y Avaşîn.
“Con su silencio, la comunidad internacional es cómplice de las políticas genocidas turcas e iraquíes”, señala el comunicado.
Democracia radical
Frente a todo ello, en esta región, las Fuerzas de Defensa Popular (HPG) y las Unidades de Mujeres Libres (YJA-Star) se han mantenido en firme actividad para defender su autonomía. Ahí donde está presente el Movimiento de Liberación Kurdo, las comunidades árabe, armenia, asiria y yezidí conviven en libertad, en diversidad y en democracia radical.
Ataques
Mediante la impunidad de que goza el gobierno de Erdogan, bajo la complicidad de Estados Unidos y la Unión Europea, Turquía sigue moviendo a su ejército (el segundo más grande de la OTAN) para atacar países o respaldar de forma abierta a grupos terroristas, como sucede en Siria. Además de que recibe tecnología armamentista de países como Alemania y Francia.
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