En portada: Inversores de la empresa Helax durante reunión con la presidenta Claudia Sheinbaum en septiembre del 2024. En la junta también participaron miembros de la Secretaría de la Marina quienes coordinan el CIIT.
En este mes de enero debe arrancar la consulta indígena relacionada con el proyecto de producción de hidrógeno “verde”, de la empresa Helax Istmo, subsidiaria de la danesa Copenhagen Infrastructure Partners (CIP), en el municipio de Ciudad Ixtepec, en el Istmo de Tehuantepec, Oaxaca, que servirá principalmente de combustible para el sector naval.
Después de la fase informativa, que debe extenderse hasta mayo, siguen la consultiva y deliberativa. Para diciembre está prevista la última fase, de seguimiento de acuerdos.
El proyecto hace parte de uno de los diez Polos de Desarrollo para el Bienestar (Podebis), previstos para construirse en Veracruz y Oaxaca como parte del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec (CIIT). Para ello serán utilizadas 413 hectáreas expropiadas a los bienes comunales de Ciudad Ixtepec, en febrero de 2023.
La Secretaría de Energía (Sener), responsable por la consulta, identificó al menos 9 municipios y 10 localidades que deberán participar del proceso por estar en la zona de impacto del proyecto, entre ellos, Santiago Ixtaltepec, Asunción Ixtaltepec, Ixtepec, Santa Rosa, El Morrito, Chivela, El Mezquite, Mena.
Las informaciones fueron obtenidas por medio de la Plataforma Nacional de Información (folio 332459924000194), que volvió público el documento oficial de la CIIT en el cual se presenta el proyecto a las autoridades municipales y agrarias de comunidades que serán impactadas, en septiembre de 2024. Estuvieron presentes la Sener, la Secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Marina y representantes del CIIT.
De acuerdo con el Colectivo GeoComunes, existe poca información oficial de acceso público. Los únicos documentos oficiales del proyecto, sostienen, han sido los presentados de manera directa por la empresa a las autoridades municipales y agrarias de los pueblos afectados, “sin que hasta la fecha dichos documentos estén disponibles en algún sitio para consulta pública”, critican en un informe divulgado a finales de diciembre.
Advierten que las autoridades buscan iniciar la consulta sin que Helax Istmo haya obtenido las licencias sociales y ambientales necesarias para la realización del proyecto. La empresa ha ingresado ante la Sener una Evaluación de Impacto Social (EVIS) que sigue en evaluación. En el cronograma presentado en el documento del CIIT, se menciona que la presentación y evaluación de la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) se hará hasta el segundo semestre de 2025 y el primero del 2026.
Dicho documento de la CIIT también menciona un cronograma para el proceso de “regularización de tierras” que serán utilizadas en el proyecto, que se pretende llevar a cabo en el segundo semestre del 2025, y un proceso de registro de contratos, a realizar durante el primer semestre de 2026.
En el mismo documento, se incluye un listado de permisos que serán necesarios pero sólo se mencionan los permisos otorgados por los niveles de gobierno federal, estatal y municipal, “omitiendo grotescamente todos los permisos que deben dar los propietarios de la tierra (en este caso, ejidos y comunidades agrarias) y pueblos originarios”, observa el informe de GeoComunes. Continúa: “Lo que este documento deja fuera son los permisos que para todo proyecto deben también dar las y los dueños de la tierra, en este caso, a través de las asambleas ejidales y comunales en caso de aceptar la renta o venta de sus tierras”.
Proyecto complejo
Las tierras que serán utilizadas por la planta de hidrógeno en Ixtepec son apenas una parte de las tierras y recursos que serán necesarios para la producción del hidrógeno “verde”. Serán necesarios por lo menos tierras para dos parques eólicos, un parque solar, para una planta desalinizadora, agua y la construcción de miles de kilómetros de ductos que transportarán el hidrógeno y el agua.
Para generar el hidrógeno (H2) se utiliza un proceso llamado electrólisis, que consiste, según el documento del CIIT, en aplicar energía eléctrica al agua (H2O) para separarla en sus elementos Hidrógeno (H2) y Oxígeno (O2). “Esta energía eléctrica procederá de la energía del viento y del sol, obteniendo de esta manera hidrógeno verde y liberando oxígeno al ambiente”, dice el documento.
El hidrógeno no es el producto final que será vendido a otros países del norte global, será el Amoniaco. “El hidrógeno verde es combinado con el nitrógeno que existe en el aire del ambiente, para producir Amoniaco Verde”, describe el mismo documento.
Para ello, Helax proyecta la instalación de una planta de producción de amoniaco al noroeste del puerto de Salina Cruz, entre las comunidades de Palo Grande y de Rincón Moreno, en las tierras ejidales de Salina Cruz.
Para poner toda esta operación en práctica se requerirá, describe GeoComunes, la construcción y operación de un ducto de agua que salga de Salina Cruz hacia Ciudad Ixtepec, con el cual llevarán el agua desalinizada hacia la planta de hidrógeno.
Una vez ahí, y habiendo realizado la electrólisis, otro ducto conducirá el hidrógeno hacia la planta de producción de amoniaco en Salina Cruz para, posteriormente, introducir el amoniaco en un tercer ducto que lo transportará hacia el puerto de Salina Cruz, para ser exportado hacia otras regiones del mundo.
Esos ductos de agua, hidrógeno y amoniaco pasarán al lado de los pueblos de Palo Grande, Rincón Moreno, Santa María Mixtequilla, San Pedro Comitancillo y Magdalena Tlacotepec.
GeoComunes advierte que producir y transportar cantidades industriales de hidrógeno y amoniaco representa un riesgo para el medio ambiente y las comunidades cercanas a las plantas de producción y a los ductos. Comparado con la gasolina o el metano, sostienen, el hidrógeno tiene asociado un mayor riesgo potencial para provocar un incendio o una explosión, debido a su amplio rango de inflamabilidad.
Además, sostienen, el hecho de que el hidrógeno en condiciones ambientales sea incoloro, inodoro e insípido, así como que las llamas de su combustión sean casi imperceptibles para el ojo humano y emiten poco calor, lo vuelve difícil para detectar fugas.
Observan que el amoniaco es un gas con características venenosas, corrosivas y tóxicas muy potentes. “Ante esto, y siendo el Istmo una zona de alto riesgo sísmico, es importante valorar el riesgo que representaría la concentración de esos ductos y tanques de almacenamiento de hidrógeno y amoniaco para la población aledaña”.
Más energía
Para ser considerado “verde”, el hidrógeno debe ser producido con energía considerada “verde”. Por eso Helax prevé instalar en tierras de Ciudad Ixtepec, Chivela y Santiago Ixtaltepec 190 aerogeneradores, en 25 mil hectáreas.
La empresa también anunció la construcción de un mega parque solar para sostener su producción de hidrógeno. A principios de 2024, sus representantes indicaron a autoridades de San Pedro Comitancillo que el objetivo era instalar el parque en sus tierras. En documentos de la empresa, presentados a las autoridades ejidales, el proyecto establece que sería construido en 3,075 hectáreas, en las tierras más productivas de la comunidad.
Un mes después de que Avispa Mídia publicara el acoso realizado por representantes de la empresa a los ejidatarios de Comitancillo, Helax Istmo hizo público que “el establecimiento de una planta solar en San Pedro Comitancillo no es parte de su diseño actual”.
Frente a cuestionamientos y resistencia presentada por Comitancillo, Helax Istmo empezó a promover el mismo proyecto fotovoltaico en otros lugares. De acuerdo con el documento de la CIIT, obtenido por transparencia, se confirma que el proyecto debe ser realizado en Asunción Ixtaltepec, a 500 metros de las zonas urbanas de Asunción Ixtaltepec y San Pedro Comitancillo, en una extensión de 5 mil hectáreas.
De acuerdo con el documento de la CIIT, la construcción del proyecto está prevista para iniciar en 2026. El inicio de operaciones se espera para el año 2030, con una duración total de proyecto de 30 años.
Falsas soluciones
En el documento presentado a las autoridades municipales y agrarias en septiembre de 2024, las autoridades federales utilizan como argumento para justificar el proyecto el compromiso asumido por México en la Convención Marco de las Naciones Unidas (COP 28), a incrementar las metas de reducción de gases de efecto invernadero, yendo de 36% a 40% al 2030. El objetivo es “unirse al compromiso mundial que busca triplicar la capacidad de energía renovable a nivel global hasta 11,000 GW”, dice.
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