Intervención silenciosa y suave de EEUU a México

El pasado 27 de noviembre la revista digital Rolling Stone publicó un reportaje controversial que llamó la atención de diversos analistas en México y Estados Unidos, relacionada con una posible intervención militar estadounidense a territorio mexicano para contrarrestar a los cárteles de las drogas. La revista de espectáculos que, aunque no cita la fuente, señala que un destacado miembro del presidente electo, Donald Trump, cuestiona “¿hasta qué punto deberíamos invadir México?”.  

De acuerdo con Rolling Stone, el equipo de transición de Trump está discutiendo abiertamente la viabilidad de atacar a los cárteles mediante operaciones militares, incluso, otra vía que debaten, es lo que llaman una “invasión suave” de México donde grupos de élite podrían ingresar al territorio mexicano de forma encubierta, cuyo objetivo, afirma la revista es “asesinar a los líderes de los cárteles”.

Esta descabellada idea, promesa de campaña de Trump, no está fuera de la realidad, ya que la doctrina militar de los Estados Unidos viene implementando diversas estrategias para ingresar, intervenir e invadir diversos países. Desde el año 2017, en el primer mandato de Trump, a través del Comando Sur, dirigido en ese momento por el Almirante Kurt Walter Tidd, se actualizaron diversas incitativas militares a nivel Latinoamérica, para ser ejecutadas hasta el año 2027, llamada Estrategia del Teatro 2017-2027.

El Comando Sur (USSOUTHCOM, por sus siglas en inglés) es uno de los 11 comandos​ militares unificados pertenecientes a Estados Unidos, con influencia en Centro y Sudamérica, incluyendo el Caribe.

La columna vertebral de esta estrategia ha girado en torno a lo que Estados Unidos (EEUU) denomina como enemigos establecidos en diversas esferas llamándolos como Redes Ilícitas Transregionales y Transnacionales (T3Ns, por sus siglas en inglés), mediante el cual han justificado diversos ejercicios militares, campañas de ayuda humanitaria, apoyo para organizaciones de derechos humanos, periodistas, entre otras, en diversos países de la región.

Para el Almirante Tidd, el cuidado de la seguridad nacional de EEUU, así como de los 31 países y 16 dependencias en América Central, América del Sur y el Caribe, área de influencia del Comando Sur, se presenta como una oportunidad para endurecer “la cooperación bilateral y ampliar la cooperación a dimensiones trilaterales, multilaterales o transregionales”, señala en su documento presentado al congreso estadounidense en 2017.

De tal forma que lazos de cooperación están engarzados a la lógica de la denominada “Teoría del éxito: una red de redes”,  parte de la misma estrategia del teatro que, al justificar el desmantelamiento de las llamadas redes ilícitas, se prioriza la conformación de una red de aliados, dentro y fuera del territorio estadounidense a través de “coparticipes interagenciales, regionales y no gubernamentales trabajando conjuntamente para interrumpir las redes subalternas T3N (financieras, de transporte, de liderazgo, etc.) y afectando las condiciones subyacentes que les permiten crecer”, señala el documento de la Estrategia.

El Comando Sur ha desdoblado su Estrategia de acercamiento con los países aliados de forma gradual, con el objetivo de buscar una “presencia directa de una Defensa Escalonada contra la amenaza de las redes ilícitas”. Además, reza el documento, también se ha establecido a un acercamiento directo a través de organizaciones no gubernamentales.

“SOUTHCOM se asociará con la sociedad civil, el sector académico, el sector privado y las poblaciones que extienden la gobernabilidad, mejoran la resiliencia de la comunidad, amplían las oportunidades económicas y sociales y ayudan a las poblaciones vulnerables a resistir la influencia corrupta proveniente de la existente amenaza por parte de las redes ilícitas, y de los actores externos inicuos o perversos”, destaca el Plan de Campaña del Teatro 2017-2027, así la mayoría de sus acciones no son novedad, sino que, siguen una ruta de acción trazada para una década y que va evolucionando de acuerdo a los acontecimientos geopolíticos.

En el caso de México, con la llegada de Andrés Manuel López Obrador al poder en 2018, el Comando Sur, por primera vez, ingresó a territorio mexicano para llevar acabo los ejercicios militares denominados Tradewinds 2022. El gobierno mexicano fue “coanfitrión de Tradewinds desde que el ejercicio se realizó por primera vez en 1984”, sostuvo la general Laura J. Richardson, quien asumió el mando del Comando Sur desdeel año 2021. 

El Departamento de Defensa de los EEUU señaló que estos ejercicios fomentan la coordinación regional y subregional, que permite a las fuerzas estadounidenses y a sus socios cumplir con sus objetivos estratégicos. En el caso de Tradewinds 2022, realizado entre México y Belice, con la participación de más de mil militares de diversos países, estuvo enfocado en la coordinación regional para la lucha contra las “organizaciones delictivas organizadas transnacionales y contra las organizaciones extremistas violentas”, agregó el Departamento de Defensa en su boletín informativo en abril del 2022.

Por otra parte, la Secretaría de Marina de México detalló que otro de los objetivos fue “mejorar la capacidad de defensa de las Zonas Económicas Exclusivas”, ya que México alberga la decimotercera zona de esta índole, de una superficie que comprende más de 3 millones de km², establecidas en el Océano Pacífico, el Golfo de California y el Golfo de México.

La intervención de militares estadounidenses a México se volvió a repetir en diversas ocasiones durante el gobierno de López Obrador, como la del 2023, cuando el Comando Norte (USNORTHCOM, por sus siglas en inglés) ingresó a Baja California Sur para complementar actividades de adiestramiento previo al Ejercicio Bilateral Anfibio bautizado como “Fénix 2023” y para reforzar la cooperación a través del Batallón de Artillería de la Fuerza de Tarea “Fénix 2023". 

De acuerdo con la Plan de Campaña del Teatro, los ejercicios militares, junto a las llamadas Fuerzas de Tarea Conjunta implementadas en diversos países de Centro y Sudamérica, forman parte de la red regional “para poder llevar acabo los objetivos establecidos” de la Estrategia 2017-2027.

Pareciera ser que el primer ejercicio militar abrió las puestas del territorio mexicano al teatro de operaciones 2017-2027, y de ahí siguieron una serie de iniciativas más. El congreso mexicano aprobó la entrada de las Fuerzas Especiales pertenecientes al Comando de Operaciones Especiales Norte (SOCNORTH por sus siglas en inglés) en enero pasado con el fin de adiestrar a militares de élite de la Secretaría de la Defensa Nacional de México (Sedena) en los municipios mexiquenses de Temamatla y San Miguel de los Jagüeyes, al oriente y norte de la Ciudad de México, respectivamente.

SOCNORTH es un componente del Comando Norte – Comando unificado con influencia en Puerto Rico, Canadá, México y Las Bahamas- que planifica y ejecuta operaciones especiales en todas las áreas de influencia, destinado a identificar, disuadir y desbaratar amenazas, al tiempo que posiciona a EEUU para obtener ventajas estratégicas, enmarcadas en la Estrategia del Mando de Defensa Aeroespacial de Norteamérica y el Mando Norte de EEUU (2021 N–NC Strategy), el cual viene desarrollando lo que califican como “Experimentos de Dominio Global de la Información (GIDE), en asociación con el Centro Conjunto de Inteligencia Artificial”.

SOCNORTH organiza sus operaciones en tres entornos operativos distintos: la región ártica, el territorio continental de Estados Unidos y sus accesos marítimos, así como la región meridional, incluyendo México.

En el resto del año 2024 al Comando Norte tuvo presencia, al menos en dos ocasiones más, con las actividades de Entrenamiento de Ejercicios Combinados Conjunto (JCET por sus siglas en inglés), llevado en el Centro Nacional de Adiestramiento (Santa Gertrudis, Chihuahua), entre el 9 de abril al 16 de mayo de este año 2024. También en el mes de junio tuvieron un acercamiento con el ejercicio militar bilateral llamado "Fuerzas Amigas" en Ciudad Juárez. De este modo, tanto el Comando Norte y Sur han tenido presencia en el Sur, Centro y Norte de México, justificando la necesidad de cooperación con México. 

El Departamento de Defensa del país vecino, señaló que los ejercicios estuvieron enmarcados en la “Cooperación de Seguridad de Teatro”, por la creciente inestabilidad en la región por la presencia de organizaciones criminales transnacionales que comercian con fentanilo, además, para abordar “preocupaciones geopolíticas”.

Donald Trump, quien asumirá por segunda ocasión la presidencia de los EEUU el 20 de enero del 2025, dijo en un discurso dirigido a los conservadores en Phoenix en el evento Turning Point USA que tipificará a los cárteles de las drogas de México como “Organizaciones Terroristas Extranjeras”, agregando que desatará todo el peso de la ley contra ellos. Con esto se anuncia la política de su gobierno con México, agregando otro capítulo que compone la Estrategia del Teatro, enfocado al concepto de “Terrorismo”, del cual hay amplia experiencia de EEUU para intervenir bajo esa política a diversos países, dejando daños colaterales irreversibles, como la invasión a Irak y Afganistán.

En el marco de la política antiterrorista de EEUU, la Estrategia 2017-2027 establece que todas las piezas posibles se mueven para cumplir con los objetivos. Ello significa que se incluyen otros actores que colaboran con el Comando Sur y Norte, desde organismos federales y socios regionales, “para detectar y desarticular actividades terroristas y reforzar la legislación antiterrorista”, para la “creación de nuevos delitos penales relacionados con el terrorismo” advirtió el Almirante Faller desde 2019.

El domingo (22), la mandataria mexicana, Claudia Sheinbaum, se pronunció argumentando que la relación con el gobierno de Trump es de colaboración. “Nosotros colaboramos, coordinamos, trabajamos juntos, pero nunca nos vamos a subordinar”, señaló Sheinbaum. 

Además, la mandataria mexicana remarcó que “México es un país libre, soberano, independiente y no aceptamos injerencismo. Es colaboración, es coordinación, pero no es subordinación. Y vamos a ir construyendo la paz”, arremetió.

Mientras tanto, en materia de Cooperación militar, al finalizar el 2024, la mandataria mexicana solicitó al Congreso de México la autorización para permitir el ingreso de una aeronave C-130 Hércules, de la Fuerza Aérea de EEUU, con una delegación de militares adheridos al Comando Norte, para continuar con el adiestramiento a Sedena, del 27 de enero al 28 de marzo de 2025. Es así como arranca la relación bilateral en ambos países para el nuevo periodo de gobierno de Trump.

Por si fuera poco, tras su victoria en la contienda electoral, Trump anunció a su candidato para embajador de México, el coronel retirado Ronald Douglas Johnson, una ex boina verde con amplia experiencia en la inteligencia y espionaje. El candidato ha prestado su servicio por más de 30 años a EEUU, inicialmente en el Ejército y luego en inteligencia. Actualmente, es enlace científico y tecnológico de la Agencia Central de Inteligencia (CIA por sus siglas en inglés) con el Mando de Operaciones Especiales en Tampa. Fue asesor del Comando Sur, gestionando colaboraciones interagenciales en áreas como narcotráfico, terrorismo y salud pública.

“Juntos, pondremos fin a la delincuencia migrante, detendremos el flujo ilegal de fentanilo y otras drogas peligrosas hacia nuestro país y, haremos que Estados Unidos vuelva a ser seguro”, dijo Trump al anunciarlo.

Aunque las palabras de Trump pueden parecer fuera de lugar, lo cierto es que, al mover esta pieza a la Embajada de México, está colocando al alfil en el tablero, pues el propio Almirante Faller ya había advertido que los equipos de asuntos civiles “colaboran estrechamente con las embajadas estadounidenses y USAID”, en sus iniciativas de ayuda humanitaria, intercambio de información, grupos criminales y en políticas antiterroristas, para ello, Jhonson tiene amplia experiencia y, al no haber ningún obstáculo por parte de México, el especialista en inteligencia y espionaje podrá trabajar como mejor le parezca al servicio de EEUU. 

El candidato a embajador también ha trabajado en diversos asuntos en la región latinoamericana, como el tema de refugiados, lucha contra los estupefacientes, lucha antiterrorista, derechos humanos y control de enfermedades víricas tropicales.  El Sr. Johnson es licenciado por la Universidad del Estado de Nueva York y máster por la Universidad Nacional de Inteligencia.

A pesar del ir y venir de los discursos de ambas naciones, la doctrina militar estadounidense es clara y tajante en su estrategia al asumir lo que denominan como“puntos fuertes y de oportunidades” que se presentan en torno al cuidado de la “democracia, el respeto de los derechos humanos y el Estado de derecho, y las relaciones entre militares arraigadas en la educación, la cultura y los valores- se combinan con una preocupante serie de retos y amenazas a la seguridad mundial y a nuestra patria”, puntualiza el documento de la Estrategia estadounidense.

Con el buen español que habla ex Boina Verde, con certeza, también dará continuidad a su cabildeo en proyectos estratégicos en la república mexicana, como el Tren Maya, el Corredor Interoceánico, el Plan Sonora, el despliegue de gasoductos por donde atraviesa el gas proveniente de EEUU, entre otros, como lo hizo el actual embajador Ken Salazar. A esto se le puede llamar una intervención blanda, diplomacia, o como se le quiera llamar, lo cierto, es que el país vecino a ampliado su influencia militar y civil en el territorio mexicano y hoy lo hace de forma abierta con sus ejercicios y colocando a un especialista en espionaje como el nuevo embajador.

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