En portada: Zarpa de Barcelona la Flotilla Sumud en la mayor misión internacional de solidaridad con Gaza. Foto: Jordi Otix
Mientras la Flotilla Sumud navega por el Mediterráneo, la postura de Israel no se ha hecho esperar y ha amenazado con considerar a su tripulación, de más de 44 países, como terroristas, por lo cual amenazan con detenerlos y llevarlos a prisión. Tras estas amenazas, desde el puerto de Génova, Italia, los estibadores de este país han alertado que, si solo llegasen a perder contacto con la flotilla por 20 minutos, bloquearan la salida de 14 mil contenedores de mercancías hacia Israel.
Desde el domingo pasado (30) cuando la llamada Flotilla Global Sumud zarpó desde Barcelona, lo ojos del mundo siguen de cerca lo que acontece con esta gran travesía que sostiene la sociedad civil global que busca tender un puente de solidaridad con Gaza y romper el cerco establecido por el gobierno de Israel para impedir la entrada de ayuda humanitaria y de la prensa internacional.
Esta iniciativa, que aspira a convertirse en la "mayor misión humanitaria" de la historia, está compuesta por más de 50 barcos, con respaldo de médicos, artistas y activistas provenientes de más de 44 países.
Tras su salida, inmediatamente el ministro de Seguridad Nacional de Israel, Itamar Ben Gvir, presentó una propuesta al Congreso para imponer una respuesta tajante al arribo de la flotilla, la cual implica catalogar a su tripulación como "terroristas".
"El plan propuesto establece medidas que refuerzan la posición inquebrantable de Israel en la protección de sus fronteras y garantizar la seguridad nacional", afirmó el ministro israelita.
Gvir, también reconocido como abogado ultraderechista, advirtió que los activistas que viajan a bordo de la Flotilla, serán sometidos a una detención prolongada y para quienes no habrá privilegios. "No permitiremos que las personas que apoyan el terrorismo vivan con comodidad. Enfrentarán las consecuencias completas de sus acciones", dijo Ben-Gvir.
La respuesta, contundente, no vino de ningún gobierno, pero sí de los trabajadores del puerto de Génova, uno de los nodos logísticos más cruciales de Italia, por donde circulan cada año entre 13 y 14 mil contenedores de mercancías hacia Israel.
Riccardo Rudino, representante del Comité Autónomo de Estibadores (Calp), lanzó un ultimátum en un vídeo advirtiendo que, si tan solo durante 20 minutos se pierde contacto con la flotilla, “bloquearemos Europa”. Además, enfáticamente dijo que “no saldrá ni un clavo. Haremos una huelga internacional, bloquearemos las carreteras, las escuelas”.
Esta no es una advertencia vacía de los estibadores y los grupos de solidaridad italianos. El Calp tiene un historial de bloquear cargamentos de armas con destino a Israel. José Nivoi, otro integrante, explica que también tienen experiencia con la guerra de Vietnam en 1973. “Esto forma parte de nuestro ADN: Génova siempre ha estado al lado de los pueblos bajo ataque, tanto con el bloqueo de los muelles como con huelgas, y también enviando barcos con ayuda, como ocurrió en 1973, cuando un barco zarpó rumbo a Vietnam”, señaló Nivoi.
Solo en Génova se lograron recaudar más de 300 toneladas de ayuda humanitaria, previo a la salida de la Flotilla, cargamento que fue enviado al puerto de Catania y distribuida en barcos italianos que se unirán a la travesía humanitaria.
Aún con los sobrevuelos de drones sobre las embarcaciones cerca de las costas de Mallorca y Menorca, que ha denunciado la Flotilla, siguen con rumbo a Gaza. Los navíos avanzan cada día hacia su destino, sumando en cada momento acciones en distintos países, que van desde palabras de aliento, pero también la inclusión de más embarcaciones y personas.
Por otra parte, diversos estudiantes de Italia también han anunciado en redes sociales que, si Israel bloquea a la Flotilla, también bloquearán las universidades del país.


