“Sacaa' ditii layuu' nee sa dxichii” dicen los binnizá del Istmo de Tehuantepec, “que retiemble en sus centros la tierra”. En Oaxaca empezó a retemblar con la reunión del pasado domingo 27 de agosto, primer encuentro del Concejo Indígena de Gobierno (CIG) y la sociedad civil de los Valles Centrales y la ciudad oaxaqueña. Una jornada de trabajo dedicada a explicar, una vez más, las razones del registro de María de Jesús Patricio Martínez como candidata independiente en las elecciones del año 2018 para la presidencia de México.
También para invitar a la gente de los barrios, colonias, a los universitarios, a la banda, a los trabajadores, colectivos, a la diversidad sexual a sumarse en esta iniciativa. Un que apuesta nada menos que a salvar a México. Salvarlo de las amenazas externas pero también salvarlo de si mismo, de su propia deriva identitaria, de su frenesia de olvidar sus origines en favor de una homologación occidental que no lo llevará al progreso sino a la autodestrucción.
“Recuerden que este país se llama Estados Unidos Mexicanos porque es la unión de los territorios que los pueblos indígenas perdieron para que se construyera un nuevo país, y los que estaban en el poder así decidieron y no nos preguntaron. Pero este país sigue existiendo porque nosotros, a pesar de la discriminación y del carecimiento de varios servicios, seguimos luchando para proteger el agua, bosque, tierra, aire. Esto es el resultado de nuestra lucha de cientos de años, de la resistencia y autonomía que ya nuestros antepasados venían trabajando y nosotros ahora continuamos”, dijo Carlos Sánchez, fundador de la Radio Totopo en el Istmo de Tehuantepec, Oaxaca.
Para Carlos Sánchez, delegado del pueblo Binnizá en el Congreso Nacional Indígena (CNI) desde el año 2013 y ahora concejal en el CIG, no cabe duda que para reanimar el presente hay que empezar recordando el pasado y reconocer el papel histórico de los pueblos indígenas en la formación del México contemporáneo. Desde cuando tuvieron que volver a comprar su propia tierra a la corona española, empezando una recuperación territorial que luego servirá a la causa de unificación del país, hasta cuando combatieron por la Independencia y durante la etapa de “nuestros héroes mexicanos”, fueron utilizados como carne de cañón en las primeras filas de la Revolución. Los indígenas estuvieron, combatieron y murieron al igual que los miles de campesinos mestizos que lucharon para conseguir una tierra donde vivir y trabajar. Luego la historia traicionó ambos: la expansión del capital, los modelos extractivistas y el mercado de la homogeneización cultural hicieron que lo único que el pueblo mexicano obtuviera de sus revoluciones fuese un tremendo despojo disfrazado de desarrollo y que, para quien se resistiera, solo quedara la exclusión y discriminación. Por lo menos hasta 1994.
“En el 94 se levanta el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y cuando la sociedad civil pide que se dejen las armas, se decide seguir luchando con la palabra y nace el CNI. Desde 1996 ya no se solicita el reconocimiento de nuestros pueblos al Estado mexicano, sino que la lucha hoy es por la autonomía. Esto eran los Acuerdos de San Andrés Larrainzar, que el Estado nunca ha cumplido y ahora lanzamos este proceso para llevar la palabra y la lucha de los pueblos indígenas a través de una historia de 500 años de discriminación”.
“Un proceso para llevar la palabra y la lucha de los pueblos indígenas”, así se explica la propuesta de la candidatura independiente promovida por el CNI para la presidencia del año 2018. Nada de falsas promesas, nada de útiles escolares para los niños o gorritas y playeras a cambio de votos. Este es un proceso de reorganización social basado en la experiencia directa de lo que han sido estos últimos cinco siglos para los pueblos originarios y que, si no se genera una inversión de tendencia, será el destino de todo el país.
Explotación, expropiación, despojo, no hay derecho de nada, esto es lo que les ha tocado a los indígenas y que ahora desde las comunidades nos comparten, para avisarnos de que si permitimos iniciativas como las reformas estructurales o el replanteamiento de los Tratados de Libre Comercio o las Zonas Económicas Especiales lo único que conseguiremos será transformar el mapa de este país, pero en una imagen de aquellas que se ven colgadas en las carnicerías, donde una res ya no es res, sino la suma de sus cortes de carne.
“Las empresas transnacionales que están llegando a nuestros pueblos envían sicarios en primera avanzada, en el istmo hemos visto la llegada de sicarios europeos que se juntan con los sicarios locales y empiezan a secuestrar, intimidar, amenazar y hasta matar a nuestra gente. Nos hemos dado cuenta que tampoco el sistema de protección legal sirve, porque hemos promovido amparos y los han tirado, además el descaro de mandar peritos antropológicos para constatar si nosotros de verdad somos originarios. Si el sistema del Instituto Nacional Electoral nos dejará registrar a todos nuestros concejales entonces no utilizaríamos la estrategia de lanzar a un vocero o una vocera , pero no se permite el registro de la forma de gobierno de las comunidades indígenas, que es el concejo de gobierno, así que necesitamos de una sola persona”, sostiene el Concejal.
Aquella persona es María de Jesús Patricio Martínez, Marichuy, nombrada por su integridad y firmeza en el caminar la resistencia indígena y su apertura y disponibilidad a compartir esta experiencia con toda la sociedad mexicana. De esto se trata, “entrar en el sistema electoral para destruirlo, como éste ha destruido nuestros tejidos sociales, nuestros sistema de cargo, para luego reconstruir lo que el capitalismo ha destrozado. En esta ocasión, no sólo queremos proponer la reorganización en las comunidades indígenas sino también de la sociedad civil, los sindicatos de obreros, las organizaciones, los artistas, todos sectores de la sociedad. (…) Tenemos que salvar este país, este territorio, y preparar este espacio para las nuevas generaciones, y preguntarnos porque cuando no había internet ni celulares nuestros antepasados pudieron organizarse y hacer la revolución y ahora nosotros que tenemos todo eso no podemos organizarnos para defender nuestra propia vida”, señala Sánchez.
Los pueblos indígenas están conscientes de que la vía electoral es un “instrumento de doble filo, que puede salvar pero también donde uno se puede morir, porque trae consigo el peligro de la cooptación, como vimos durante el levantamiento zapatista, cuando se acercaron varios personajes, indígenas también, y lo ocuparon como trampolín para llegar a algún cargo en el Estado”. Sin embargo es sumamente necesario intentar todas las posibilidades existentes para resistir y contraatacar un sistema que nos está matando, e involucrar toda la sociedad en un experimento de reorganización desde abajo que no tenga fronteras, genero o colores.
Esta es la propuesta que está haciendo retemblar en sus centros la tierra, una idea peligrosa porque no promueve el voto por un líder sino la formación de una sociedad consciente de sus necesidades y organizada para satisfacerlas. El objetivo es que nos preparemos y nos organicemos para esta destrucción que ya ha comenzado y aún no dimensionamos la magnitud de lo que implica. Porque la guerra de exterminio no es sólo para los pueblos indígenas, es para el barrio, es contra el cuerpo, contra las mujeres, contra la diversidad, con las condiciones laborales y de educación, es una guerra contra la vida de todos y todas. Porque ya nadie cree en el modelo de “desarrollo” propuesto por el sistema capitalista transnacional.
La reunión del domingo 27 en Oaxaca, como la del 12 de agosto en la Ciudad de México o del 8 de septiembre en Guadalajara, son el primer paso hacia esta reorganización, donde se tomaron y tomarán acuerdos, y se definieron y definirán responsabilidades. Las trabas no faltarán, como la reciente decisión del INE de contar las firmas para el registro de los candidatos independientes solo y exclusivamente a través de una aplicación en un teléfono celular, en este caso un smartphone, lo cual complica muchísimo la recolección en aquellas áreas del país donde no llega la señal y que son, casualmente, la mayoría de las comunidades indígenas. Sin embargo, es precisamente para la solución de problemas como este que la sociedad civil y urbana se está declarando dispuesta a apoyar y a sumarse en el llamado que hace el CIG. Confirmando que el espíritu que mueve esta campaña es el mismo que mueve la voluntad de construcción de aquel “otro mundo posible” del cual hablan los zapatistas, donde todos y todas aportan y colaboran desde sus latitudes y en la medida de sus posibilidades.
Por tanto, en Oaxaca se han comenzado a trazar formas diferentes a las usadas por los partidos políticos para concentrar casi un millón de firmas para registrar a Marichuy. Tan solo al estado de Oaxaca le corresponde juntar 30 mil firmas entre los meses de septiembre y noviembre. En este sentido, las personas que acudieron a dicho evento plantearon, que se debe recurrir a las familias, amigos, al barrio, no solo para las firmas sino que también para organizarse. La diversidad de personas que acudieron a este primer encuentro compartieron que la nueva tecnología implementada por el INE es una primera traba para este registro, pero que, “hay suficiente capacidad para organizarse llevar a cabo esta tarea”. Desde un primer momento se esta contemplando nombrar comisiones, brigadas de información y crear espacios que permitan compartir ampliamente esta iniciativa que llama a la organización. Para esto se convoca, a todos a aquellos que quieran sumarse a esta gran tarea, a otra reunión para el día 10 de septiembre en la ciudad de Oaxaca, sobre todo para ir asumiendo esta gran responsabilidad de reunir las firmas requeridas por INE para el registro de Marichuy. Mientras tanto, esta propuesta va caminando en la ciudad de Oaxaca y en las 8 regiones que constituyen esta entidad federativa.
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Para quienes estuvieran interesados e interesadas para continuar construyendo iniciativas para sumarse a la propuesta del CIG, el 10 de septiembre se tendrá en Oaxaca el segundo encuentro de la sociedad civil en respuesta al llamado que hace el CIG. Para más información se pueden contactarse al siguiente correo: grupodeapoyooax@gmail.com