En portada: Rosario Piedra Ibarra durante comparecencia en el Senado mexicano para buscar la reelección de la titularidad de la CNDH. Foto: Gabriel Pano
Organizaciones de la sociedad civil rechazaron la terna de aspirantes para encabezar la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) al no tomar en cuenta criterios objetivos, así como el estándar de no reelección de Los Principios de Venecia, que regulan el funcionamiento de los organismos o instituciones públicas de derechos humanos y que instan a que las personas titulares de organismos como la CNDH ejerzan su cargo por solamente un mandato.
El 6 de noviembre, las comisiones de Derechos Humanos y Justicia del Senado aprobaron la terna integrada por Paulina Hernández Diz, Nashieli Ramírez Hernández y María del Rosario Piedra Ibarra, actual presidenta de la CNDH.
El Centro de Derechos Humanos Agustín Pro Juárez A.C. (Centro ProDH), el Observatorio Designaciones MX, además de Documenta, integrada por más de 150 organizaciones de la sociedad civil, se articularon para señalar que desde la primera etapa del proceso de elección se demostró que Piedra Ibarra no cuenta con el mejor perfil para continuar en la CNDH.
Para las organizaciones, no existe ningún elemento objetivo que justifique que la actual titular forme parte de la terna. Rosario Piedra Ibarra, después de cinco años de gestión en el organismo, deja una institución “debilitada y a la deriva”, dijo Eduardo Guerrero Lomelí, representante del Centro ProDH.
Aunque parte del proceso de elección de la terna fue abierto, las organizaciones señalaron que no fue transparente. El dictamen emitido por las comisiones enumera los indicadores que los senadores tomaron en cuenta en cada perfil, pero no se conocen los puntajes que tuvo cada una de las 47 personas que se presentaron a las comparecencias públicas.
Dentro de los 22 indicadores que deben tener los perfiles se menciona la capacidad de diálogo con representantes de la sociedad civil, independencia político partidista, compromiso con la progresividad de los derechos humanos, capacidad de diálogo e imparcialidad, así como las aportaciones en derechos humanos.
De acuerdo a las organizaciones, en la comparecencia de Rosario Piedra Ibarra, dijo que no le interesa trabajar con sociedad civil o al menos con posturas críticas, “refrendando su postura de distanciamiento”, la misma que niega la crisis de derechos humanos, militarización y ejecuciones extrajudiciales.
“Si existen las voces desde las víctimas y la sociedad civil, además de un balance objetivo a partir del funcionamiento de esta institución, y el Senado aprueba una reelección, sería ir en sentido completamente contrario a los intereses de garantizar una CNDH independiente y autónoma”, dijo Guerrero Lomelí.
Para las organizaciones es importante mencionar el antecedente de la elección de la titular que hace cinco años fue objeto de múltiples cuestionamientos, pues entonces tampoco se cumplió con los criterios de imparcialidad y autonomía, por el contrario, se evidenciaron sus vínculos partidistas.
Balance
El Centro ProDH presentó recientemente un balance del debilitamiento institucional de la CNDH durante su gestión de 2019-2024, en el que demostraron la necesidad de cambios en el sistema ombudsperson nacional y local en el país.
Este estudio señala que la reivindicación de la agenda de cambio de la CNDH no puede instrumentalizarse, como ha sucedido desde el 2019, cuando Piedra Ibarra tomó la titularidad para impulsar un proceso de partidización y subordinación plena del organismo al partido que está en el poder, en este caso el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
Uno de los ejemplos más públicos es que la actual CNDH se ha abstenido de emitir recomendaciones o pronunciarse frente a eventos trascendentes como las graves violaciones cometidas por miembros de la Guardia Nacional (GN) y de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
De 2020 a 2023, la Guardia Nacional tiene 1,816 quejas ante la CNDH, mientras la Sedena suma 1,664. Estos números contrastan con las recomendaciones emitidas respecto a estos abusos castrenses, pues en el mismo periodo la Sedena solo cuenta con 26 recomendaciones y la GN con 13 por graves violaciones a los derechos humanos.
Este balance del Centro ProDH, publicado en octubre de 2024, también hace visible el aumento de 75% del total de las quejas en un periodo de cuatro años. Es decir, en 2020 la CNDH registró 11,387 quejas y para el 2023 fueron 19,916.
El estudio dividido en cinco partes concluye en que después de cinco años la CNDH se encuentra a la deriva tanto internamente como en su posición frente a la sociedad como garante de los derechos humanos y contrapeso del poder.
Durante el citado proceso de elección para la titularidad de la CNDH existen inconformidades de distintos actores, incluso han evidenciado a Piedra Ibarra de falsificar documentos presentados ante el pleno para respaldar su participación como candidata a una reelección.
Erosión democrática
“Nos parece sumamente reprobable este tipo de prácticas, nos parece muy desafortunado que la llamada cuarta transformación no haya impactado justamente en cómo hacer mejores designaciones o tener designaciones idóneas”, agregó Itzel Checa, de Designaciones Mx.
Recordó la demanda ciudadana de “sin cuotas ni cuates” que es un llamado a transformar las prácticas que colocan a personas con perfiles no adecuados en altas responsabilidades públicas, pues tiene consecuencias en la vida de las personas, en los derechos y, por ende, en la calidad democrática que se vive en México.
“Esta reproducción de una decisión evidentemente unilateral, discrecional, de arriba (...) tiene que ver con la conveniencia de estar cuidando intereses de la clase gobernante. El escenario es complejo, porque no solo es esta decisión, está en un marco y un contexto más alto”, dijo.
Esto en referencia a la reforma judicial, las tendencias de profundizar la militarización, así como el proceso de la eliminación de órganos autónomos, varios de ellos con un papel importante en la protección de los derechos como el Sistema Nacional de Transparencia.
Las organizaciones coinciden en que el país vive un escenario de “erosión democrática”, de “disminución de los controles y contrapesos”. Por ello la importancia e insistencia de recuperar la CNDH aunque las probabilidades sean escasas, coincidieron las organizaciones.
“Si queremos transformar esta forma de hacer política, entendiendo que lo público es de todas y todos, elijan con otros criterios y transparenten las evaluaciones”, enfatiza Itzel Checa.
De llegar la reelección de Piedra Ibarra como titular de la CNDH, las organizaciones visualizan el aumento de la crisis de derechos humanos en el país que se quedará sin un mecanismo de protección de los derechos y con más indefensión ante los abusos del poder.
“Nos parece lamentable que la señal que mande el segundo piso de la cuarta transformación con las víctimas de derechos humanos, sea apostarle a una gestión ineficiente y que ha sido omisa en distintos procesos y distintas reformas importantes en materia de derechos humanos”, menciona Checa.
El Proceso
El 9 de octubre el Senado de la República aprobó la convocatoria para la elección de la persona que ocupará la presidencia de la CNDH durante el periodo 2024-2029. Fueron 47 los aspirantes que se registraron en línea durante seis días a partir del llamado.
En el proceso, el 22 de octubre las comisiones de Derechos Humanos y Justicia realizaron un parlamento abierto con la presencia de las organizaciones de la sociedad civil y dos días después los candidatos fueron llamados a comparecer. El 6 de noviembre, las comisiones del Senado aprobaron la terna.
Ahora habrá una votación en el pleno del Senado para elegir a la persona que ocupará el cargo de presidente de la CNDH del 16 de noviembre de 2024 al 15 de noviembre de 2029. Todavía no hay claridad sobre la fecha de la decisión, pero se prevé que a más tardar el 14 de noviembre se conozca el nombre del perfil seleccionado.