Zarpan en secreto decenas de pequeñas embarcaciones hacia Gaza con ayuda humanitaria

Desde Mediterráneo Occidental, en el Moll de la Fusta de Barcelona, un puerto que ha visto zarpar históricas travesías, una a una se preparan decenas de pequeñas embarcaciones civiles para partir este domingo (30). Su objetivo es desafiar uno de los bloqueos más bestiales del mundo contemporáneo: el del Estado israelí sobre la Franja de Gaza. Esta es la llamada Flotilla Global Sumud, una iniciativa que aspira a convertirse en la "mayor misión humanitaria" de la historia liderada por la sociedad civil global.

La palabra "Sumud" en árabe significa "firmeza" o "resistencia pacífica", un concepto profundamente arraigado en la identidad palestina. Es esta la firmeza que marca el corazón y la razón de cada tripulante que sostiene esta coalición sin precedentes, compuesta por cuatro grandes alianzas internacionales: la Campaña Global para el Retorno a Palestina, la veterana Coalición de la Flotilla de la Libertad —cuya tragedia del Mavi Marmara en 2010 aún resuena—, el Convoy Sumud del Magreb y la Iniciativa Nusantara Sumud del Sudeste Asiático.

El portavoz de la Global Sumud Flotilla Saif Abukeshek, dirigiéndose a los manifestants aúnados en a la Plaza de Sant Jaume de Barcelona por Gaza. Foto: Albert Hernández

Hasta el momento se han sumado activistas provenientes de 44 países, desde Argelia, España, Italia, Grecia, Marruecos, Colombia, Brasil, México, EEUU, Arabia Saudita, Irlanda, entre otros. Nuevamente se suma a esta iniciativa la activista sueca Greta Thunberg, ya que en junio pasado, en un intento por romper el bloqueo con la entonces llamada Flotilla de la Libertad, fueron detenidos y deportados.

Hasta el momento se mantiene en total secretismo el número de embarcaciones que se han sumado a esta gran travesía humanitaria, así como los puestos de donde zarparán, aparte de Barcelona y Túnez. Lo que se sabe es que abordo no viajan soldados, sino sindicalistas, médicos, parlamentarios y activistas como la actriz estadounidense Susan Sarandon y la portuguesa Sofía Aparício. También se suman activistas de Indonesia, Malasia, Filipinas, Maldivas, Bangladesh, Bután, Tailandia, Sri Lanka, Nepal y Pakistán, entre otros.

Lo organizadores aseguran que las embarcaciones en su mayoría son pequeñas y medianas, como el Madleen, ya  “que son legalmente viables, ágiles y más difíciles de obstruir. Cada barco es supervisado por una delegación regional con apoyo legal, náutico y logístico de la coalición de la flotilla”.

Su objetivo es triple: entregar ayuda de forma directa, romper el aislamiento mediático y político de Gaza, y denunciar ante el mundo lo que califican como una "guerra genocida" y un "asedio ilegal" que constituye un castigo colectivo, violando el Cuarto Convenio de Ginebra.

Desde octubre de 2023, Israel ha matado a más de 62 mil palestinos y ha herido a más de 157 mil personas. Mientras, Tel Aviv sigue obstaculizando sistemáticamente la entrada de alimentos y ayuda humanitaria en el enclave.

"Es lamentable que tengamos que hacerlo nosotros; que tengamos que cargar barcos con ayuda humanitaria para intentar romper el bloqueo y frenar el genocidio", declaró Saïf Abukeshek, portavoz de la flotilla, quien el pasado junio fue detenido por Egipto durante la Marcha Global por Gaza. “No solo anunciamos la misión en sí, sino la construcción de un movimiento global de solidaridad que trabaja con todos los pueblos oprimidos”, detalló el activista.

Esta travesía esta planeada para ejecutarse entre siete y ocho días. Se han establecido estrictas medidas de seguridad y discreción, conscientes de las experiencias vividas enteriormente por la represión israelí. Este año ya se han registrado dos amargos precedentes: el buque Madleen, con Thunberg abordo, y el Handala, los cuales fueron interceptados en junio y julio respectivamente mediante ataques con drones y abordajes por comandos israelíes en aguas internacionales. Sus pasajeros fueron golpeados, secuestrados, deportados y se les confiscaron sus teléfonos.

Los coordinadores de la Flotilla Sumud tienen la certeza de que esta acción es legal según el derecho internacional, además porque “las embarcaciones civiles que transportan ayuda humanitaria o participan en protestas pacíficas en aguas internacionales están protegidas por el derecho marítimo”, puntualizan 

La iniciativa de la Flotilla Global Sumud represeta el despliegue de solidaridad marítima más ambicioso desde 2007. La estrategia se basa en la masa y la atención internacional: con docenas de barcos pequeños y ágiles —más difíciles de obstruir— y una cobertura mediática constante, se busca elevar el coste político de cualquier agresión israelí, así mismo, se busca que los gobiernos del mundo se posicionen y tomen partido sobre este genocidio.

“Nuestro modelo descentralizado, con cientos de embarcaciones pequeñas, fomenta la resiliencia, distribuye la responsabilidad y amplifica el liderazgo de base. Si un buque grande está disponible y se alinea con nuestra misión, puede unirse. Pero nuestra fuerza está en la escala, la velocidad y la estrategia”, anuncian los activistas de la flotilla humanitaria.

Detrás de cada barco hay una historia de convicción; por ejemplo, desde el País Vasco, donde colectivos han organizado ayunos, manifestaciones y una marcha por la ría de Bilbao en apoyo a la causa Palestina, hasta los puertos de Túnez e Italia que zarparán en simultáneo. Incluso hay un barco exclusivo para mujeres y otro para veteranos de EEUU, simbolizando el amplio espectro de apoyo.

Manifestantes participan en una concentración a favor de Palestina contra las acciones de Israel y la actual escasez de alimentos en la Franja de Gaza, que la ONU declaró oficialmente en estado de hambruna el 22 de agosto, durante una protesta en Melbourne el 24 de agosto de 2025. Foto de William West.

Mientras tanto, en Gaza, el ejército israelí intensifica su ofensiva, donde un millón de personas vive una pesadilla a diario. La hambruna, declarada oficialmente por la ONU, se ha cobrado ya 317 vidas desde octubre del 2023, 121 de ellos niños. El bloqueo, total por tierra, mar y aire, convierte cada envío de ayuda en una trampa burocrática o mortal.

Quienes se encaminan a esta travesía aseguran, “nuestros esfuerzos se basan en décadas de resistencia palestina y solidaridad internacional. Aunque pertenecemos a diferentes naciones, religiones y creencias políticas, nos une una sola verdad: el asedio y el genocidio deben terminar”.

Esta iniciativa es totalmente independiente, no están afiliados a ningún gobierno o partido político. “Nuestra lealtad es a la justicia, la libertad y la santidad de la vida humana”, declara la Flotilla Global Sumud.

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