Por Avispa Midia
Jihad Dhiab (Diyab) es un musulmán de 43 años que estuvo detenido por 12 años en la prisión Guantanamo Estados Unidos, acusado de falsificar documentos para distintas organizaciones terroristas en Medio Oriente. En el año 2014 fue liberado sin cargos y, por medio de un acuerdo diplomático entre el gobierno de Estados Unidos y el entonces presidente de Uruguay, José Mujica, fue enviado a este país sudamericano junto a otros cinco detenidos.
Jihad Dhiab quien se encuentra actualmente en calidad de refugiado político en Uruguay, sostiene una huelga de hambre desde el 1o de septiembre, una acción por medio de la cual exige que le permitan viajar y reencontrarse con su familia. "Estoy haciendo esta huelga de hambre, en primer lugar, para poder reunirme con mi familia. En segundo lugar, el mensaje que quiero enviar al mundo es que mi gesto no es solo por mí, sino por todos mis hermanos que han estado y están todavía en Guantánamo", sostiene en una declaracion que emitio el 9 de septiembre.
Actualmente integrantes de diversas organizaciones, artistas, escritores y periodistas, exigieron al gobierno uruguayo una “pronta y adecuada respuesta” a la situación del refugiado sirio. De la misma forma exigen, "agilizar las gestiones que permitan encontrar una pronta y adecuada respuesta que resuelvan la situación existente y en cualquier circunstancia su encuentro con la familia" del refugiado. Así mismo argumentan que, "son obligaciones que le corresponden en gran medida al gobierno norteamericano responsable de las graves violaciones a los derechos humanos que padecen los prisioneros en la cárcel de Guantánamo. En segundo término al Estado uruguayo por las responsabilidades emergentes del estatuto que le reconoció al Sr Jihad Diyab, y a la comunidad internacional por no tomar las medidas que pongan fin a conductas criminales como las existentes, entre otras, en la cárcel de Guantánamo".
A continuacion la declaracion emitida por Jihad Dhiab (Diyab)
Montevideo, Uruguay
9 de septiembre de 2016
Yo, Jihad Dhiab (Diyab), extraño mucho a mi familia. Ya hace un mes que estoy en huelga de hambre y que no tenía contacto con mi familia. Hoy pude hablar con ellas y me dijeron: “Estamos muy preocupadas por ti. Estás en una situación de salud muy precaria. Nos pone tristes saber que estás tan débil”. Cuando mi esposa vio mi foto en los medios, me dijo: “tu rostro ha cambiado”.
Estoy haciendo esta huelga de hambre, en primer lugar, para poder reunirme con mi familia. En segundo lugar, el mensaje que quiero enviar al mundo es que mi gesto no es solo por mí, sino por todos mis hermanos que han estado y están todavía en Guantánamo.
Mi lucha es para poder encontrar un país donde pueda vivir en paz con mi familia, donde seamos respetados y no seamos controlados por nadie, ni nos digan lo que tenemos que hacer o no. Queremos vivir una vida santa y en paz.
Quiero ver a mi madre, a la cual no he visto por 20 años. Ella está ahora en el hospital y necesita recibir un tratamiento que cuesta 12.000 dólares. No ha encontrado a nadie que la ayude a costear ese tratamiento que necesita. Yo necesito ayuda, necesitamos una ayuda auténtica, no la que ofrecen los hipócritas que dicen que están ayudando pero no hacen nada.
Le dije a mi esposa que el culpable de nuestra separación es el gobierno de Estados Unidos. Yo estuve en Guantánamo porque Estados Unidos creó ese centro de torturas. El culpable de que mi esposa estuviera presa en Siria es Estados Unidos. El culpable de que también mi hija estuviera presa es Estados Unidos. El responsable de que mi hijo muriera por las bombas en la guerra de Siria es Estados Unidos. Mi sufrimiento y el sufrimiento de mi familia es causado por el gobierno de Estados Unidos. Todo nuestro sufrimiento, toda la injusticia que hemos sufrido, y gran parte de la injusticia que hay en el mundo, son causadas por el gobierno de Estados Unidos.
El gobierno de Estados Unidos habla de la guerra contra el terrorismo, pero ellos son los que apoyan el terrorismo; ellos son los que crean los terroristas. Estados Unidos controla los medios masivos del mundo y manipula la información a través de ellos. Estados Unidos declara a la gente culpable o inocente usando los medios masivos.
Lamento decir esto, pero la mayoría de la gente cree todo lo que dicen los medios, sin buscar la verdad. Los medios dominantes fabrican historias que no son ciertas. Una persona debe escuchar diferentes perspectivas de los hechos, no solamente lo que dicen los medios masivos. Es importante escuchar a los que sufren, y no sólo lo que dicen los dictadores.
Hace cuatro años, presenté una demanda judicial en un tribunal de Estados Unidos por la tortura practicada contra mí en Guantánamo, al sacarme con violencia de mi celda y alimentarme por la fuerza. Hay videos que documentan esta tortura practicada reiteradamente contra mí y también contra muchos de mis hermanos en Guantánamo. Esos videos muestran la verdad sobre lo que me hicieron allí.
El gobierno de Estados Unidos está jugando conmigo al apelar la resolución de la jueza Judith Kessler ordenando hacer públicos esos videos. Ayer, 8 de septiembre, hubo una audiencia oral ante la Corte de Apelaciones en Washington DC, para escuchar los argumentos a favor y en contra de revelar esos videos que documentan la tortura en Guantánamo. Dieciséis de los medios de comunicación más conocidos de Estados Unidos, incluyendo algunos presentes hoy aquí, son parte de esta demanda, paralela a la mía, exigiendo que Estados Unidos haga públicos esos videos.
Los videos muestran una realidad muy diferente de la que presenta Estados Unidos cuando dice que está a favor de la democracia, la justicia y los derechos humanos. Cuando vean esos videos, conocerán una historia muy diferente. Un día la verdad iluminará las políticas oscuras del gobierno de Estados Unidos. Yo sólo soy una de las muchas víctimas de las políticas de Estados Unidos.
Mi salud ahora está muy mal. Mi energía es muy baja y mi vida está en peligro. Esto se debe a lo que han hecho los gobiernos de Estados Unidos y de Uruguay. Si muero, hago responsables a los gobiernos de los dos países.
Le dije a mi familia que la quiero mucho y que espero reunirme con ella pronto. En una semana, este viernes, mi hija se va a casar. Yo le dije que desearía mucho estar con ella en este momento especial y abrazarla, pero no será posible, por culpa del gobierno de Estados Unidos.
A mi querida esposa y familia: desearía abrazarlas y hacerles olvidar todo el sufrimiento pasado, causado por Estados Unidos. En este momento, hay dos opciones: o nos encontramos pronto en un lugar que sea aceptable para todos, o me muero aquí en Uruguay.