Foto de portada por Santiago Navarro F
Tras la aceleración de contagios por Covid19 a escala global, el Banco Mundial (BM) ha alertado que la economía ha sufrido un duro golpe, mucho peor que las crisis suscitadas en los últimos 150 años. Se estima que la economía global en 2020 tuvo una caída de hasta 4.3%, “lo que la convierte en la cuarta recesión global”, superada solo por “la Primera Guerra Mundial, la Gran Depresión de 1929 y la Segunda Guerra Mundial”, según el BM.
La pandemia ha causado un gran número de muertes y ha sumido a millones de personas en la pobreza extrema y, advierte el BM, puede continuar “durante un período prolongado”, dónde el escenario puede ser más devastador.
Las cifras registradas a finales del 2020, primer año de la pandemia, rondaban entre “119 millones y 124 millones” de personas en extrema pobreza en el mundo, según el informe lanzado por el BM en enero del 2021, llamado Global Economic Prospects. En este mismo documento se estima que durante el año 2021 puede aumentar en 100 millones más las personas en esta situación, es decir personas que viven con menos de dos dólares al día. “Todo el progreso realizado durante la década de 2010 se ha borrado”, se argumenta en el documento del BM.
Por su parte, el Fondo Monetario Internacional (FMI) asume estadísticas mas drásticas al considerar que ha habido un retroceso de dos décadas en cuanto a la reducción de la pobreza. “Se espera que la pandemia revierta el progreso logrado”, asevera esta instancia en su informe World Economic 2021, quien, también asegura que esta crisis ha sido más severa que la del 2008-2009 estallada en los Estados Unidos y que impactó a escala global, al grado de que gobiernos, como Estados Unidos, entró al rescate de los bancos y diversas empresas.
Aunque la pobreza generada por este escenario de pandemia no es nueva, simplemente se ha agudizado. La propia Organización de las Naciones Unidas (ONU) había documentado que, tan solo en 2019, la pobreza mundial rebasaba 1.300 millones de personas que viven por debajo de 1.90 dólares al día, con la pandemia se estaría hablando de más de 1500 millones de personas en situación de pobreza para el 2021. “Son pobres en todos los sentidos de la palabra, porque no tienen apenas ingresos o carecen de acceso a agua potable, alimentos suficientes o electricidad”, según la ONU.
Estos organismos muestran un gran interés por impulsar “la recuperación de la confianza de los consumidores y las empresas, y reforzar la confianza de los mercados financieros”, según el informe del BM. Lo que pretenden es que el sistema productivo de bienes y servicios se acelere nuevamente a una velocidad inusual, que las personas sigan consumiendo de forma desmedida como se venía haciendo para acelerar el crecimiento económico. “Se espera que el consumo continúe fortaleciéndose y la inversión se recupere”, sostiene el BM.
Para el teórico y crítico David Harvey, en su análisis titulado Política anticapitalista en la época del Covid-19, esta necesidad de aumento del consumo y por consecuencia de la producción es “es un modelo de la economía capitalista como una espiral de expansión y crecimiento sin fin”, lo que ha provocado impactos severos en la crisis ambiental y climática.
Harvey ya alertaba sobre este contexto de crisis económica global desde el inicio de la pandemia. “Sabía por mis estudios del modelo económico que los bloqueos y las interrupciones en la continuidad del flujo de capital resultarían en devaluaciones y que, si las devaluaciones se generalizaban y eran profundas, eso señalaría el inicio de la crisis”, señala el teórico, quien ha hecho una larga documentación en varios libros sobre las crisis económicas y el neoliberalismo.
El analista advierte que “las economías capitalistas contemporáneas están impulsadas en un 70 o incluso en un 80% por el consumismo”, pero, además, “la confianza y el sentimiento del consumidor se han convertido en los últimos cuarenta años en la clave para la movilización de la demanda efectiva y el capital se ha vuelto cada vez más impulsado por la demanda y las necesidades”.
Pero con el Covid-19, agrega Harvey, “está apuntalando no a una fluctuación salvaje sino un choque todopoderoso en el corazón de la forma de consumismo que domina en los países más ricos. La forma en espiral de acumulación de capital sin fin está colapsando. Lo único que puede salvarlo es un consumismo masivo inspirado y financiado” por los gobiernos.
Los países más vulnerables
El BM argumenta que todas las regiones son vulnerables a la continuidad de la pandemia, así como al estrés financiero por la elevación de los niveles de deuda que han contraído los gobiernos para atender esta crisis. Sin embargo, el crecimiento sería más bajo en las principales economías de América Latina y el Caribe, Oriente Medio y África del Norte y África Subsahariana. Cuando se refiere a las principales economías de la región latinoamericana, estas son: Brasil, México, Argentina, Colombia, Chile y Perú.
Los países llamados emergentes o en desarrollo, de acuerdo con el BM, se han visto más vulnerables por su dependencia del mercado internacional, sobre todo, por las exportaciones de materias primas. “Las economías que sufrieron los peores descensos fueron las que tienen una fuerte dependencia de los servicios, el turismo y exportaciones de materias primas y productos industriales”, afirma el BM.
Nueva ola de reformas estructurales
De acuerdo con el Doctor Tedros Adhamom, director de las Organización Mundial de la Salud (OMS), estamos a punto de rebasar “cien millones de casos notificados”, advirtió en conferencia de prensa este 25 de enero. Aunque las cifras son una media y no considera los casos que no han sido notificados, por ello, hay quienes advierten que el número de contagios podría ser el doble de esta cifra.
Los principales índices bursátiles como el FTSE, el Dow Jones Industrial Average y el Nikkei, quienes se mantienen de pie al apostar por la producción y consumo a futuro, experimentaron grandes caídas a medida que avanzaba el número de casos de covid-19 al comienzo de la pandemia.
Desde que se comenzaron a desplegar las primeras vacunas, las principales bolsas asiáticas y de EE.UU. tuvieron un respiro.
Las principales economías del mundo junto al BM, FMI y las bolsas de valores, le apuestan a un rápido despliegue de vacunas para reducir lo más pronto posible la pandemia, “lo que provocaría un fuerte aumento de la confianza del consumidor”, según el informe del BM.
Tras las expectativas del BM, FMI y las empresas multinacionales, también hay temor, sobre todo temen lo que ya se esta evidenciando en diversos países, “una mala gestión de las vacunas”, y según alerta el BM, “esto interrumpiría la ya lenta recuperación y agravaría el daño a la economía mundial”.
Pero más que eso, si el despliegue de vacunas falla, el BM avizora que “también agravaría las tensiones existentes: una debilidad económica prolongada podría desencadenar una ola de quiebras; los balances bancarios podrían deteriorarse aún más; los gobiernos podrían no poder seguir brindando apoyo; y, en algunas circunstancias, episodios temporales de desempleo y cierres de empresas podrían volverse permanentes”. Un escenario donde se tendría que recurrir a nuevos rescates.
Más allá de las perspectivas económicas a corto plazo, el BM advierte que se impondrá una nueva batería de reformas estructurales, en materia de salud pública, gestión de la deuda, políticas presupuestarias y banca central, que garanticen “que sienten las bases para un sólido crecimiento y desarrollo a largo plazo”.