El fundador de Wikileaks, Julian Assange, recibió este lunes (24) la información del Alto Tribunal británico, que la ha concedido el derecho de continuar su apelación en Reino Unido, contra una posible extradición a Estados Unidos.
El país norteamericano lo acusa por 18 delitos de espionaje e intrusión informática que, de acuerdo con la legislación estadounidense, tendría que pagar hasta con 175 años de cárcel en ese país.
Desde el pasado mes de diciembre de 2021, los jueces Ian Burnett y Tim Holroyde del Tribunal Superior, habían determinado que Assange podía ser extraditado a Estados Unidos, en el entendido de que este país brindaría las garantías sobre su trato en ese país.
Por tanto, esta es una victoria que ha conseguido el periodista y programador, fundador y editor de Wikileaks, un sitio web pionero al servicio de la transparencia. Entre otros temas, Wikileaks expuso al publico, atrocidades y crímenes de guerra cometidos por Estados Unidos en Irak y Afganistán, también sus prácticas de tortura en Guantánamo.
“Lo que ha sucedido hoy en el tribunal es precisamente lo que queríamos que pasara. El Tribunal Superior ha certificado que hemos planteado una cuestión jurídica de interés público general y que el Tribunal Supremo tiene buenos motivos para escuchar esta apelación”, afirmó Stella Moris, esposa de Assange.
“Pero no olvidemos cada vez que ganamos que, en tanto este caso no sea desestimado y no se libere a Julian, él continúa sufriendo. Durante casi tres años ha estado en la prisión de (alta seguridad de) Belmarsh y está sufriendo profundamente”, señaló Moris.
El periodista, de origen australiano, cumple ya más de mil días de reclusión en la prisión de Belmarsh, en el sureste de Londres, desde donde ha podido sentir la presencia de la solidaridad y también a sus más cercanos. En esta prisión le fue concedido, el mes pasado de noviembre, el permiso para casarse con su pareja, Stella Moris, con quien tienen dos hijos. Antes de ser recluido en Belmarsh, Assange vivió casi siete años en la Embajada de Ecuador en Londres, en calidad de asilado político.