A muy tempranas horas de la madrugada del lunes (17), con neumáticos, troncos, sus arcos y sus flechas, el pueblo Kayapó Mekragnotire decidió bloquear la carretera BR-163 en el municipio de Novo Progresso, estado de Pará, Brasil. Esta manifestación ha sido para denunciar la falta de atención por parte del gobierno sobre la intensa deforestación ilegal en su territorio, por la falta de apoyo para enfrentar la pandemia de la Covid-19 en las tierras indígenas y, como rechazo a la obra ferroviaria que también cruzará por su territorio, con el proyecto denominado el “Ferrogrão”.
De acuerdo con la Articulación de los Pueblos Indígenas de Brasil (APIB por sus siglas en portugués), después de 12 horas de manifestarse, “la Justicia Federal de Itaituba (del estado de Pará) otorgó una orden judicial para desalojar a los manifestantes del lugar a solicitud del Gobierno Federal”.
Además de la orden de desalojo, la jueza federal Sandra María Correia da Silva, del distrito de Itaituba, también estipuló una multa diaria equivalente a 1800 dólares para el pueblo Kayapó en caso de incumplimiento. Sin embargo, el bloqueo se mantuvo hasta las 11 de la mañana del martes (18) provocando una aglomeración vehicular de más de 15 kilómetros, en su mayoría, camiones que trasportan mercancías y granos.
La carretera BR-163 es la ruta terrestre de la Amazonia con más de 4.500 km de longitud, que atraviesa todo el país, desde el norte hasta el sur, conectando las cuencas de Prata y Amazonas. Una carretera que los agroexportadores, principalmente de soja y maíz transgénico, han tomado como alternativa por los altos costos que genera trasladar sus granos a través de hidrovías.
Esta ruta fue construida en los años 70, durante la dictadura militar y, posteriormente, abandonada cuando se degradó. Fue hasta el año 2009 cuándo se volvió a pavimentar. Aunque aún faltan por concluir 200 kilómetros más, diversas franjas que ya habían sido asfaltadas se han comenzado a llenar de baches.
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Por ello, el pasado mes de julio, en plena pandemia de la Covid-19, la Agencia Nacional de Transporte Terrestre (ANTT) de Brasil presentó el proyecto de adjudicación denominado “Ferrogrão”, para que fuera analizado por el Tribunal de Cuentas de la Unión (TCU) y diera luz verde a la licitación de la concesión de construcción de esta vía férrea que contempla una extensión de 933 km. Esta vía conectará la región del Medio Oeste (Mato Grosso) con el Estado de Pará. Uno de los proyectos más importantes del gobierno de Jair Bolsonaro que beneficiará, principalmente, a empresas productoras de soja en la región.
“Las obras del ferrocarril Ferrogrão, que pretende disponer de la soja producida en el estado de Mato Grosso, tienen impacto directo en las tierras indígenas del pueblo Kayapó, en Pará”,
HA DENUNCIADO LA APIB.
La concesión de construcción se asignará al consorcio que ofrezca el mayor valor por el otorgamiento y, que pretende, a un largo plazo, reducir el flujo de camiones de la carretera BR-163, para convertir esta vía férrea en la principal ruta de la soja.
Desde el año 2017, la multinacional estadounidense Cargill, anunció que concurriría en la licitación con un bloque de otras empresas de Estados Unidos y brasileñas, donde contempla como posibles socios a los comerciantes de granos Archer Daniels Midland Co, Bunge Ltd y Amaggi, indicó Luiz Petti, presidente de Cargill en Brasil.
Esta vía férrea cruzaría, por lo menos, en 14 Áreas Naturales Protegidas a través de la selva amazónica y el Cerrado (amplia ecorregión de sabana tropical de Brasil). Esto mantiene al pueblo Kayapó en alerta, pero, además, la situación no ha sido fácil para ellos, ya que el número de contagios de Covid-19 entre los pueblos originarios va en aumento. Además, al mismo tiempo, la deforestación y la minería ilegal, ejercida por los llamados garimpeiros, que funcionan como grupos paramilitares, vienen diezmando a estos pueblos.
Por tanto, la APIB, exige el “fin de la deforestación y la minería ilegal en sus reservas”, y además sostiene que, “los Kayapó Mekragnotire culpan a las autoridades (al gobierno) por la muerte de cuatro de sus mayores y por las infecciones de decenas de personas en su tierra”.
También, los manifestantes exigen “apoyo para enfrentar la pandemia de la Covid-19 en la región, la expulsión de invasores de sus tierras”.
El bloqueo carretero concluyó el martes (18), pero este pueblo anuncia que continuará con sus acciones, sobre todo, contra el proyecto ferroviario del Ferrogrão.