El gran tsunami del desempleo mundial y ambiental que se avecina tras el Covid-19

A fines del año 2019, los médicos en Wuhan, China, se alarmaron con el aumento de casos de neumonía del que desconocían su origen. Días después, confirmaron que las enfermedades fueron causadas por el coronavirus (COVID-19). Hasta el 21 de Marzo del año 2020, la Organización Panamericana de la Salud reportó que, más de 262 mil personas ya habían sido infectadas en 148 países, lo que ha resultado en más de 11 mil muertes. Según la Organización Internacional del Trabajo las estimaciones son que de entre el 40% y el 70% de la población mundial podría infectarse y, lo más grave, es que 25 millones de personas podrían quedar desempleadas y vulnerables.

El 11 de Marzo, la Organización Mundial de la Salud (OMS), clasificó como pandemia al brote del nuevo coronavirus, denominado SARS-CoV-2. Diversos países establecieron cuarentenas severas, lo cual provocó el pánico en las bolsas de valores, una reducción del flujo de transportes, la interrupción en la producción de mercancías, primero en China y tiempo después “se han extendido a las cadenas de suministro en todo el mundo. Lo que provocó un shok económico”, según ha declarado la OIT este 18 de Marzo en su documento llamado, COVID-19 y el mundo del trabajo: impactos y respuestas.

Las proyecciones de la OIT apuntan a un impacto negativo en lo que resta del 1er semestre de este año 2020 y afirma que en términos de empleo las afectaciones serán de largo alcance, incluso, mayor a los de la crisis financiera mundial de los años 2008-2009, cuando el desempleo en esa época aumentó en 22 millones.

Las estimaciones preliminares de la OIT indican “un aumento en el desempleo global de entre 5,3 millones”, considerando un escenario bajo y, “24,7 millones”, en un escenario alto, suponiendo que se responde favorablemente a esta pandemia. 

Estas cifras se sumarían al índice de desempleo que en el año de 2019 alcanzaba ya los “188 millones de desempleados en todo el mundo y, por lo menos, a más de 470 millones de personas en todo el mundo que carecen de un acceso adecuado al trabajo remunerado”, según el informe de la OIT llamado Perspectivas Sociales y del Empleo en el Mundo, Tendencias 2020.

La tasa de desempleo mundial se situaba 5,4 por ciento en 2019 y la OIT preveía que no iba a variar, incluso, aseveraba que había una disminución gradual de la tasa de desempleo en relación al periodo 2009 y 2018, cuando se cerraba con 172 millones de personas desempleadas en el mundo, pero la realidad es contrastante ya que antes de la pandemia las cifras casi alcanzaban 200 millones de personas desempleadas. En el peor de los casos, sino hay una respuesta contundente a nivel global, las cifras de desempleo mundial serían más del doble que las que provocó la crisis del año 2008 que estalló en los Estados Unidos.

Los diversos rescates

Al parecer China viene superando la pandemia al no haber registrado un aumento en el número de infectados en los últimos días. Al contrario, tras la parálisis de la Unión Europea, este país asiático a salido a ofrecer ayuda a Roma y Madrid, donde se han registrado más personas infectadas y más muertos. 

La embajada China en Italia publicó en su cuenta oficial de twitter una fotografía que confirmaba la llegada del equipo de médicos chinos tras un viaje de “casi 10.000 kilómetros de Shanghai a Roma”. Cargados con un lote de 30 toneladas de suministros médicos, 1,8 millones de mascarillas y material para realizar 100,000 pruebas del coronavirus. También llegó un equipo de nueve especialistas a Italia para ayudar a contener el virus.

“Las dos partes han formado un grupo conjunto de expertos compuesto por funcionarios y miembros del Ministerio de Sanidad de China, el Centro Chino de Enfermedades, Control y Prevención, la Dirección General de Salud y Seguridad Alimentaria de la Comisión Europea y el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades”,

HA ANUNCIADO GENG SHUANG, PORTAVOZ DEL MINISTERIO DE RELACIONES EXTERIORES DE CHINA.

Mientras tanto, la industria farmacéutica de los Estados Unidos, especialmente la compañía Rising Pharmaceutical, aumentó en casi un 100% el precio del medicamento llamado chloroquine, un posible medicamento contra el COVID-19. Además, el mandatario de este país, Donald Trump, también aprovechó este escenario para invocar al acta 42 del código de los Estados Unidos No. 265, que negará la entrada al país a todos los solicitantes de asilo, así como de turistas, de tal manera que solo se permitirá la entrada de residentes permanentes y ciudadanos estadounidenses.

Trump dijo que debido al riesgo de contagio del COVID-19 es necesario “reducir el incentivo para una migración masiva global”, al anunciar la suspensión de cruces “no esenciales” en las fronteras con México y Canadá.

Por su parte, Charanya Krishnaswami, Directora de Amnistía Internacional, aseveró que “este veto no tiene nada que ver con mantener seguros a los estadounidenses respecto a la pandemia de coronavirus. El presidente Trump está jugando a meter miedo para justificar políticas racistas y discriminatorias”.

Trump también invocó al acta de defensa a la producción para rescatar a las empresas que se vean forzadas a cerrar por la pandemia del coronavirus. El Congreso estadounidense aprobó, este miércoles 18 de marzo, un plan de ayuda de un billón de dólares para rescatar su economía.

“Está Acta se instrumenta cuando ocurren situaciones catastróficas, como huracanes y tornados. Estamos en la fase uno de la crisis por el virus… vamos a derrotar a este enemigo invisible; ya lo estamos haciendo”, dijo Trump refiendose al COVID-19 como “el virus chino”.

De la misma forma el mandatario estadounidense, a través del Departamento del Tesoro, aseguró que la mitad de este presupuesto se destinará en un cheque de 500 dólares o hasta 1000 dólares a cada ciudadano, para sostener su economía personal. Esta medida no incluye a trabajadores ilegales o residentes permanentes. Hasta el momento más de 70 millones de personas en este país están en cuarentena en las principales ciudades, las cifran han rebasado más de 19 mil personas infectadas y 275 muertes.

Por otra parte, la Unión Europea se vio incapacitada para reaccionar de forma conjunta a la pandemia del COVID-19, por tanto, cada Estado impulsó su propio protocolo de emergencia, que ha dejado en evidencia su incapacidad en términos de servicio de salud publica para responder a esta pandemia, su principal preocupación ha sido para intentar salvar sus economías.

La respuesta por parte el Banco Central Europeo (BCE) ha sido un paquete de 750,000 millones de euros (equivalente a casi 810,000 millones de dólares) para contener las repercusiones económicas provocadas por el coronavirus. Pero el objetivo principal es que, a través de la deuda masiva, los Estados y empresas de la zona euro se empeñen en reactivar la economía para continuar con la producción y el empleo.

“A tiempos extraordinarios, se necesita una acción extraordinaria”, escribió en su cuenta de Twitter la directora del BCE, Christine Lagarde.

Mientras unos buscan cerrar fronteras y salvar sus economías, la isla de Cuba vuelve a dar una lección de solidaridad al recibir y brindar atención medica a los viajeros enfermos del crucero británico MS Braemar. A la terminal del Mariel donde desembarcaron los tripulantes de esta embarcación también llegó el embajador de Reino Unido en Cuba, Antony Stokes, quien expresó, “Estoy muy agradecido con el Gobierno cubano por aceptar realizar esta operación”.

Pero, además, fue Cuba, quien asesoró y brindo el medicamento a China para combatir el COVID-19, con el Interferón alfa 2B’ (IFNrec), entre otros 30 medicamentos para combatir el nuevo coronavirus. El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, celebró que el gobierno de China haya utilizado este medicamento cubano para combatir esta pandemia.

“Interferón alfa 2B tiene la ventaja de que ante situaciones como estas es un mecanismo para poder protegerse, su uso evita que los pacientes con posibilidades de agravarse y complicarse lleguen a ese estadio, y finalmente tengan como desenlace la muerte”, manifestó, para el medio cubano Granma, el doctor en ciencias Luis Herrera Martínez, uno de los creadores del INF recombinante en Cuba y hoy asesor científico y comercial del grupo empresarial cubano BioCubaFarma, poseedor de la patente, fabricante y distribuidor de ese y otros productos de la biotecnología cubana.

Este medicamento se produce desde el año 2007 con tecnología cubana a través de una empresa mixta sino-cubana en la provincia de Jilin, China. También ha sido utilizado por el sistema de salud chino para combatir enfermedades virales, sobre todo las hepatitis B y C.

El producto puede ser empleado también para tratar las infecciones producidas por el VIH, la papilomatosis respiratoria causada por el papiloma humano y el condiloma acuminado.

La crisis ambiental 

Un efecto que se registró en China tras la implementación del cierre de las ciudades, la paralización de la producción y las cuarentenas fue la disminución de los niveles de dióxido de nitrógeno en la atmósfera. Este gas se emite al quemar combustibles fósiles, con los automóviles, plantas generadoras de energía, en las industrias y la maquinaria de construcción.

El informe publicado en febrero por CarbonBrief estima que en tan solo cuatro semanas de la cuarentena como medida para contener el coronavirus dieron como “resultado la reducciones de entre 15% a 40% en la producción en sectores industriales clave. Es probable que esto haya eliminado una cuarta parte o más de las emisiones de CO2 del país”.

Los satélites de monitoreo de contaminación de la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA) también confirmaron la reducción del dióxido de nitrógeno (NO2) en China. “Existe evidencia de que el cambio está relacionado, al menos en parte, con la desaceleración económica que siguió al brote de coronavirus”, explican en el portal oficial de la NASA.

Según los científicos de la NASA, la reducción de la contaminación por NO2 fue evidente por primera vez cerca de Wuhan, pero finalmente se extendió por todo el país donde millones de personas han sido puestas en cuarentena, una de las acciones más grandes de este tipo en la historia humana. “Esta es la primera vez que veo una caída tan dramática en un área tan amplia para un evento específico”, dijo Fei Liu, investigadora de calidad del aire en el Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA.

Lo que no ha hecho el modelo de “Desarrollo Sostenible” por ya casi 30 años, desde que se llevó acabo la histórica Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro , Brasil, celebrado en el año 1992, donde se trazó como meta la reducción de las emisiones de CO2, el COVID-19 lo ha hecho en unas cuantas semanas. Investigadores de la Universidad de Nueva York han documentado que la concentración en monóxido de carbono ha disminuido casi un 50% en las ciudades afectadas por el coronavirus.

Es posible que la reducción de emisiones de Co2 continúe en otros países, pero lo más dramático es que, con la reactivación de las economías a marchas forzadas, es posible que las próximas emisiones sean más severas, lo que agudizará la crisis ambiental y climática en el planeta. “Si el gobierno (de China) mantiene el objetivo de crecimiento del PIB para el año, eso podría significar el lanzamiento de un programa de construcción masivo para apuntalar el PIB”, dijo Lauri Myllyvirta, analista principal del Centro de Investigación sobre Energía y Aire Limpio en Helsinki, Finlandia, quien argumenta que fue lo mismo que sucedió posterior a la crisis financiera global de los años de 2008 y 2009.

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