Inicio / Home Blog Página 173

Zapotecas exigen que Sener respete suspensiones judiciales contra EDF

La autoridad municipal de la comunidad zapoteca de Unión Hidalgo, César Carrasco Vicente, en el Istmo de Tehuantepec, Oaxaca, ha solicitado a la Secretaría de Energía (Sener) que retome el proceso de consulta indígena para la instalación del parque eólico Gunaa Sicarú de la empresa francesa de energía EDF (Electricité de France).

Durante toda la consulta, que fue suspendida debido a la pandemia de Covid-19, comuneros han denunciado que ha sido un proceso protocolar para la implementación del proyecto, sin llevar en consideración los impactos reales en el territorio zapoteca.

Te puede interesar - Secretaría de Energía desconsidera recomendación de CNDH e inicia consulta en Unión Hidalgo

En caso de que la Sener decida retomar el proceso de consulta contravendría, de acuerdo con el abogado agrario del Congreso Nacional Indígena (CNI), Carlos González, dos suspensiones otorgadas por tribunales de Oaxaca que impiden a la eólica EDF realizar cualquier acción sobre los terrenos comunales de la comunidad, lo que incluye la retomada de la consulta.

La primera, otorgada desde el 05 de mayo de 2018, suspende la Manifestación de Impacto Ambiental. La segunda es la suspensión de plano, lograda el 6 de septiembre de 2021, que el tribunal colegiado de Oaxaca del décimo tercer circuito otorgó por unanimidad a la comunidad agraria de Juchitán de Zaragoza, Oaxaca y sus anexos, Santa María Xadani, Unión Hidalgo, Chicapa de Castro, Espinal y La Ventosa.

Te puede interesar - Comuneros de Juchitán logran victoria contra la francesa EDF

“Las suspensiones mencionadas, confirman que se ha tenido que recurrir a juicios para defender nuestro territorio (…). Exigimos a las autoridades respeten y hagan respetar la suspensión de plano otorgada por el Tribunal Colegiado”, sostiene la Asamblea de los Pueblos Indígenas del Istmo en Defensa de la Tierra y el Territorio (APIIDTT) en un comunicado.

Además de las dos suspensiones, González sostiene que las fechas previstas en el permiso concedido por la Comisión Reguladora de Energía, en 2017, para la realización del parque eólico, ya han caducado. “El permiso señala que la terminación de obras tendría que haberse dado el 31 de mayo de 2019 y la operación tendría que haber iniciado el 1o de junio de 2019”, explica.

Así que “no hay condición de ningún tipo para que la empresa pretenda iniciar trabajos para la construcción del parque eólico”, evalúa el abogado.

Te puede interesar - Riesgo de simulación jurídica: consulta eólica en Unión Hidalgo, Oaxaca

Tierras de uso común

En el caso de la suspensión lograda en septiembre de 2021 por los comuneros de Juchitán de Zaragoza, que resisten a la imposición de este proyecto, argumentaron que se pretende construir el parque en tierras comunales sin la autorización del pueblo indígena que vive en Juchitán y sus cinco anexos.

En la decisión, el colegiado declaró: “(…) Que las autoridades responsables se abstengan de ejecutar actos que tengan por objeto privarla total o parcialmente, en forma temporal o definitiva, de la propiedad, posesión o disfrutar de las tierras de uso común con motivo de los trabajos relativos a la construcción de un campo eólico denominado Gunaa Sicarú”.

El abogado aclara que la eólica EDF hizo declaraciones manifestando que la suspensión no le causa ninguna afectación, argumentando que la construcción de la central eólica se va a realizar fuera de los terrenos comunales.

“Quiero dejar claro que no es cierto lo que dice la empresa. La totalidad o la mayor parte de las obras que pretende realizar la empresa EDF se ubica dentro de la superficie que fue reconocida y titulada a la comunidad de Juchitán y sus anexos, mediante resolución presidencial en el año de 1964. Existen los documentos, existe la resolución presidencial. Dentro del expediente agrario están los títulos primordiales que dan fe de la posesión y de la propiedad ancestral que Juchitán y las diversas comunidades que lo componen han tenido desde hace siglos. Son tierras comunales y están constitucionalmente protegidas de acuerdo a la Ley Agraria”, sostiene González.

Actualmente existen 29 parques eólico en el Istmo de Tehuantepec, de los cuales 26 son de empresas privadas. Solamente en las tierras comunales de Juchitán hay una ocupación de 50 mil hectáreas por parte de estas empresas, en su mayoría transnacionales.

Syngenta ocultó evidencia sobre daños a la salud para continuar vendiendo sus agrotóxicos

por Darío Aranda

En portada: “Alto a los agrotóxicos en Brasil y la complicidad de Suiza con el agronegocio”. Manifestantes señalan la responsabilidad de Syngenta en ocultar información para continuar con el negocio de sus herbicidas que provocan daños a la salud.

Una investigación europea denuncia que la empresa suiza Syngenta, líder en transgénicos y agrotóxicos, tenía pruebas de la letalidad de su herbicida paraquat pero las omitió para seguir vendiéndolo. Sus productos, como la atrazina, están prohibidos en Europa, pero Syngenta lo exporta a América Latina.

“En Syngenta nos encanta hacer las cosas bien”, afirma la publicidad que se reitera en radios y canales de televisión. Pero, desde su propio país de origen (Suiza), la empresa acumula denuncias por el impacto de sus productos en el ambiente y la salud. Entre sus químicos más cuestionados sobresalen los herbicidas paraquat y atrazina. “El accionar de Syngenta con sus pesticidas es muy similar al de Monsanto/Bayer con el glifosato, privilegian sus ganancias por sobre la salud”, afirma Laurent Gaberell, de la organización suiza Public Eye. Una investigación de esa ONG reveló que la compañía sabía del efecto letal del paraquat desde 1990, pero aún así lo sigue produciendo.

También te puede interesar → La guerra jurídica que puede derrumbar la prohibición del uso de Glifosato en México

“Paraquat papers”, es el nombre de la investigación que publicaron Public Eye y Unearthed (unidad británica de Greenpeace). Mediante miles de documentos internos y el testimonio de Jon Heylings, toxicólogo que trabajó durante 22 años para Syngenta y fue responsable de seguridad del plaguicida, determinaron que la compañía tenía conocimiento desde 1990 de lo ineficaz de su emético (sustancia para causar vómitos) en el paraquat. Se trataba de una medida de seguridad ante un químico altamente tóxico.

“Es como si una fábrica de autos vendiese sus vehículos con cinturones de seguridad que no funcionan. Un fraude donde lo que está en juego es la vida”, explicó Laurent Gaberell. “La dirección de la empresa se negó a aumentar la proporción de emético principalmente por motivos de costos. Syngenta antepuso las ganancias a la seguridad del producto y toleró miles de muertes”, denunció el investigador.

La investigación da cuenta que, durante casi 60 años, Syngenta (y su predecesor en el Reino Unido, la compañía ICI) produjeron el herbicida Gramoxone, que contiene paraq
uat como ingrediente activo. “Es uno de los herbicidas más tóxicos del mundo. En la mayoría de los casos, un solo sorbo puede matar y en casos de intoxicaciones, no hay antídotos disponibles”, explica la ONG Public Eye. Greenpeace denunció que la sustancia provocó “decenas de miles de muertes en todo el mundo” desde su introducción en la década de 1960.

Laurent Gaberell, uno de los responsables de la investigación sobre el paraquat, recordó que el herbicida esta prohibido en más de 50 países y en Suiza desde 1989, pero la multinacional lo sigue vendiendo en decenas de países. “¿Por qué Syngenta reconoce que no es bueno para los suizos, pero sí lo vende para los argentinos? Es una hipocresía, avanzan leyes europeas de cuidado, se habla de la salud, pero se siguen enviando esos químicos al resto del mundo”, denuncia Gaberell. La principal fábrica de paraquat de Syngenta está en Inglaterra (Huddersfield).

La Red de Acción en Plaguicidas en América Latina (Rapal) exige desde hace más de una década la prohibición del paraquat. La última vez fue en abril pasado, luego de que Syngenta comenzara una agresiva estrategia de publicidad y lobby, que incluyó reuniones con diversos sectores políticos. “Llamamos la atención de dos plaguicidas de alto uso en la Argentina, que son altamente peligrosos y cuya utilización se ha incrementado en los últimos años. Se trata del insecticida clorpirifos y el herbicida paraquat. Ambos, dado su probado efecto socioambiental, incluida la salud humana, deben ser prohibidos sin dilaciones”, reclamó la organización.

Javier Souza Casadinho, referente de Rapal y docente en la Facultad de Agronomía de la UBA, detalla que la importación de producto formulado, en la Argentina, se incrementó de 1,3 millones de kilos en 2007 a 7,5 millones de kilos en 2016 (último dato difundido por las empresas). Remarca que ya está probado que el paraquat está vinculado, mediante sus efectos crónicos, a enfermedades como el Mal de Parkinson, cáncer de piel, edema pulmonar, insuficiencia pulmonar, hepática y renal, entre otras.

El integrante de Rapal remarca que la prohibición de los plaguicidas es una decisión política y no tecnológica. “Como con el glifosato, con el paraquat y la atrazina hay muchas pruebas de sus efectos en la salud y el ambiente, pero es una decisión política seguir utilizándolos, siempre con el argumento de generar divisas y, además, con la presión de las corporaciones que los venden”, explica. Y recuerda que Syngenta, “de forma insólita”, participa de la “Mesa contra el hambre” (espacio inaugurado por el Gobierno en diciembre de 2019).

A diferencia de Monsanto (adquirida en 2018 por la alemana Bayer), Syngenta no suele estar en el foco de las denuncias públicas. “La clásica ‘discreción’ suiza es un elemento, aunque seguro no el único. Pero cada día aparecerán más denuncias. Es claro que atrás de Monsanto/Bayer hay otras empresas que hacen lo mismo”, afirmó Gaberell. Y recordó que Syngenta es el mayor productor del herbicida atrazina.

Como el glifosato fue durante décadas la estrella de Monsanto, la atrazina lo es de la empresa suiza. “Con la atrazina pasa lo mismo que con el paraquat, es muy nociva para la salud y Syngenta lo sigue vendiendo. Está probado que es perturbador endocrino, daña el sistema reproductivo y está presente en cursos de agua, incluso en el agua potable”, alerta el investigador suizo y marca el cinismo de la multinacional: “Ahora sus campañas publicitarias hablan de ‘desarrollo sostenible’ y preocupación por el ambiente”.

Javier Souza Casadinho precisa que la atrazina está prohibida en 40 países, incluidos los 27 de la Unión Europea. Explica que se utiliza mucho en maíz, caña de azúcar, forestales y también en los cócteles de químicos para trigo y soja. En 2015 Argentina importó dos millones de kilos de atrazina; en 2017 (último dato disponible) llegó a los 5,3 millones del agrotóxico. Recordó que existen numerosos trabajos científicos que confirman el vínculo de la atrazina con efectos neurológicos y en el sistema endocrino.

Honduras: Desalojan comunidades campesinas en Bajo Aguán por intereses de agroindustria

En portada: Policías antimotines preparándose para desalojar a la comunidad de San Isidro. Foto: Witness for Peace

Este martes (21), bajo un contexto de terror y fuertes amenazas, 1,500 elementos de seguridad, en su mayoría miembros de las Fuerzas Especiales Cobras, quienes han sido entrenadas y financiadas por Estados Unidos, realizaron el desalojo de 252 familias campesinas integrantes de la Cooperativa Remolino ubicada en el municipio de Trujillo, departamento de Colón, costa norte de Honduras.

Esta acción violenta es la más reciente en una serie de desalojos ocurridos durante la última semana y en donde al menos cuatro comunidades han sido despojadas de sus tierras.

Los operativos comenzaron el pasado 16 de diciembre y han sido dirigidos contra cooperativas de la Reforma Agraria, quienes tienen documentación legal que les respalda su derecho al acceso a tierra, y otras familias de escasos recursos, así lo denunció la Plataforma Agraria Regional del Valle del Aguán.  

Te puede interesar → Tierras en Honduras, un tema de seguridad nacional para Estados Unidos

En comunicado, la Plataforma Agraria recalcó que la orden de desalojo ilegal y fraudulenta contra la Cooperativa Remolino busca favorecer a la empresa Inversiones Ceibeña, productora de palma aceitera. “Los jueces han abusado de su autoridad y dado órdenes ilegales de desalojo para beneficiar empresas agro-extractivas como las familias Facussé, Canales y Morales, dejando sin techo y sin alimentación a las familias campesinas”, denuncia la Plataforma Agraria.

De acuerdo a un reporte del equipo del Colectivo Solidaridad Testigo por la Paz, quien se encuentra monitoreando los desalojos violentos, “las comunidades sienten que esto es un acto de represalia, y tal vez uno de los últimos movimientos de represión por parte del régimen de Hernández [presidente Juan Orlando Hernández, que cumple su mandato hasta enero de 2022] y sus amigos de las familias terratenientes de Honduras”.

Por su parte, Yoni Rivas vocero de la Plataforma Agraria manifestó que “una vez más se demuestra que el poder judicial en Honduras se vende al mejor postor, hemos visto su confabulación de los jueces y fiscales con las familias Facussé, Morales, Canales y Pérez; otro ejemplo muy claro es el caso de Guapinol donde la justicia hondureña se ha encaprichado en mantener privados de libertad a los ocho defensores del rio Guapinol y San Pedro para favorecer a los interés de las familia terratenientes y mineras que tienen poder e influencia en todo el poder judicial”.

Te puede interesar → A 26 meses, y sin justificación legal, defensores del río Guapinol son retenidos en prisión

La Plataforma Agraria Regional del Valle del Aguán señala que las acciones recientes violan el Protocolo de las Naciones Unidas sobre Desalojos Forzosos que establecen “el Estado debe garantizar la reubicación, alimentación y atención médica a las familias que han sido desplazadas”, por lo cual exigieron el cese inmediato de los mismos.

Desalojos

Familias pertenecientes a la cooperativa San Isidro y la cooperativa La Confianza fueron las primeras en ser desalojadas durante los operativos iniciados el 16 de diciembre. Un día después, la comunidad Palma Sol Río Claro, quien no hace parte de la Plataforma Agraria, también fue desalojada.

El operativo ocurrió a pesar de que la cooperativa de San Isidro posee un título de propiedad definitivo de la finca San Isidro y ocupó durante dos años dichas tierras. No obstante, la Corporación Dinant afirma ser la propietaria de dicho territorio. En ese espacio, las familias de la cooperativa habían eliminado pequeñas secciones de las plantaciones de palma para plantar yucca, maíz, frijoles, plátanos y otros cultivos de subsistencia.

“Una fuente nos dijo que había al menos 800 policías y fuerzas especiales presentes para el desalojo de la comunidad. Observamos que esto incluía a los ‘Tigres’, las Fuerzas ‘Rurales’, la DPI y la Policía Nacional. Sabemos que los Tigres y la Policía Nacional reciben financiamiento y entrenamiento de Estados Unidos. Algunos llevaban viejas mochilas verdes con el sello ‘US’, otros tenían parches militares estadounidenses que parecían llevar como una especie de recuerdo”, señala el Colectivo Solidaridad Testigo por la Paz.

En el informe de Testigo por la Paz también destacan la presencia y colaboración de guardias de seguridad privados contratados por Dinant, pertenecientes a la empresa Servicios Especiales de Colón (SEC). “Después del desalojo, vimos a los guardias repartiendo comida y bebidas a la policía desde la parte trasera de una camioneta, y en general siendo muy amables con la policía durante todo el día. Las relaciones entre la policía y los guardias del SEC, donde trabajan juntos para reprimir y criminalizar campesinos en recuperación de tierra, han sido denunciadas por la Plataforma en numerosas ocasiones. Tras marcharse, la policía dejó a los guardias a cargo del terreno”.

Ante la situación de alerta, integrantes de las cooperativas y de la Plataforma se reunieron con el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (CONADEH), con quien señalaron la recomendación de la Corte Interamericana de Derechos Humanos sobre los conflictos de tierras del Aguán que insta al Estado de Honduras a no realizar desalojos en la región, y buscar un diálogo para resolver el conflicto de terreno.

En el mismo martes (21), otras 60 familias de La Brea Chapaguita fueron desalojadas después de tres años de la recuperación de sus tierras. Esta es la cuarta comunidad campesina del Bajo Aguán en ser desplazada desde el inicio de los operativos.

Conflicto

La región conocida como el Bajo Aguán ha estado marcada por las luchas por la tierra de organizaciones campesinas quienes disputan el usufructo de las mismas contra grandes terratenientes, empresas de aceite de palma y de la agroindustria como la Corporación de Dinant.

Fue en la década de los setentas cuando el Estado hondureño distribuyó tierras fértiles a cooperativas agrícolas en el valle del Bajo Aguán e incluso estas organizaciones campesinas recibieron títulos de propiedad. No obstante, durante las décadas de los ochenta y noventas estas cooperativas sufrieron el ataque y despojo de sus tierras por parte de empresas productoras de aceite de palma, quienes contaron con apoyo del gobierno para adquirir contratos ilegales de uso de la tierra del Instituto de la Propiedad (INA).

Tras los conflictos por la tierra que se sucedieron en los años posteriores, fue en el contexto del incremento de la represión estatal tras el golpe de Estado del año 2009, cuando la Plataforma Agraria aglutinó a diversos movimientos campesinos quienes han luchado por la recuperación de sus tierras.

Actualmente, la Plataforma integra a nueve cooperativas, las cuales poseen títulos definitivos de sus tierras. No obstante, necesitan realizar esfuerzos de reocupaciones en el que las personas ingresan en las tierras, presentan sus títulos de propiedad y establecen viviendas permanentes, inicialmente en condiciones básicas y a merced de los ataques de las empresas y de las fuerzas del Estado.

“Mientras tanto, las empresas productoras de aceite de palma y los intereses comerciales de la región, conocidos por trabajar estrechamente con las autoridades gubernamentales, han impulsado campañas de difamación contra las cooperativas, presentándolas como ‘invasoras’ armadas y violentas, perjudiciales para el desarrollo económico de la región”, contextualiza el Colectivo Solidaridad Testigo por la Paz.

Pueblos llaman a la defensa organizativa y legal contra acuerdo que blinda proyectos de AMLO

El Congreso Nacional Indígena (CNI) se declara en estado de alerta por el acuerdo del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), firmado el 22 de noviembre, el cual obliga a las instancias federales a emitir autorizaciones a megaproyectos en un plazo no mayor de cinco días. Por ello, anunció que iniciaron la interposición de amparos en contra del acuerdo desde diversos pueblos indígenas.

Dos de estos amparos fueron interpuestos por pueblos del Istmo de Tehuantepec, en donde está el proyecto del Corredor Transístmico. Uno por mujeres zapotecas de diferentes comunidades de la región, y otro por la comunidad Puente Madera, donde se pretende construir uno de los 10 polos de desarrollo.

Te puede interesar - AMLO implementa un “régimen de excepción” para ejecutar megaproyectos

De acuerdo con Juan Carlos Flores, abogado del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra y el Agua - Morelos, Puebla y Tlaxcala (FPDTA-MPT), organización integrante del CNI, el acuerdo viola por lo menos diez artículos constitucionales, cuatro convenios internacionales y 120 artículos de leyes federales. “Estamos demandando a todo el gabinete presidencial, que son 20 autoridades federales, incluyendo el presidente de la República y la Fuerza Nacional”, explica el abogado.

Te puede interesar - Cae blindaje de información sobre megaobras; riesgo hacia los pueblos continúa

La exigencia de los pueblos es que los jueces otorguen la total suspensión del acuerdo. “Es el arma, la pistola, el rifle, el cañón dirigido hacia a los pueblos indígenas, donde primero van a disparar y después van a preguntar”, sostiene el abogado.

Inconstitucionalidad

En la reforma constitucional de 2001, les negaron a los pueblos indígenas el derecho de ser reconocidos como sujetos de derecho público. “Se estableció el derecho de los pueblos indígenas como de interés público. Aun con esta migaja, los megaproyectos, también declarados de interés público [por el acuerdo], no pueden estar por encima de los pueblos”, explica Flores.

Además, argumenta el abogado, los derechos de los pueblos indígenas son también equiparables a los derechos de los sujetos agrarios de México. “Los ejidos y los bienes comunales tienen esta garantía constitucional de que no se puede pasar ningún acto de gobierno por encima de sus tierras, montes o aguas. Son también de interés publico los ejidos así como los pueblos indígenas. Eso lo marca la constitución, lo marca la ley agraria”. Por eso “estamos demandando la suspensión de este acuerdo”, reafirma el abogado.

Condiciones desiguales

El abogado del FPDTA-MPT relata la dificultad de llevar a cabo la defensa de los territorios en México. “Los amparos son complejos y desgastantes para los pueblos. En los procesos hay que enfrentar estudios de más de 800, 1000 páginas, que ni siquiera están en sus lenguas”.

Otra dificultad, por ejemplo, es lograr el peritaje que demandan los procesos. “En el caso del Proyecto Integral Morelos, que está en zona de riesgo volcánico, llevamos por lo menos siete años buscando un perito en vulcanología que es necesario para demostrar la inviabilidad de este proyecto y no existe en todo el sistema mexicano de justicia un perito en vulcanología”, relata Flores.

En comunicado, el CNI sostiene que las sucesivas reformas constitucionales, las leyes vigentes y los órganos judiciales están “fundamentalmente a favor de los intereses empresariales, pues, son parte sustancial de este sistema”.

Por lo mismo, “nos dejan caminos difíciles para defendernos en el ámbito legal y aun así resistimos con nuestra organización utilizando los resquicios que las leyes nos dejan e interponiendo toda clase de juicios y recursos en contra de las arbitrarias determinaciones políticas, administrativas y judiciales que nos atacan, que buscan cercarnos y arrinconarnos”, detalla el comunicado.

Frente a todo ello, “a estas condiciones desproporcionadas de defensa del territorio, ahora nos dicen que en cinco días van a autorizar a los megaproyectos. Estamos viviendo un acrecentamiento de la guerra de exterminio hacia a nuestros pueblos indígenas”, resume el abogado.

Te puede interesar - Congreso aprueba reforma que restringe la protesta; organizaciones condenan aprobación

Intervención en las comunicaciones

Otro punto que ha sido poco comentado sobre el acuerdo firmado por Obrador es que, por establecer los megaproyectos de seguridad nacional, puede vulnerar la privacidad de los defensores de derechos humanos.  Puede “implicar intervención de las comunicaciones de las personas defensoras de territorio y de derechos humanos”, aclara Flores.

Llamado

El CNI extiende la alerta a todos los pueblos de México. “Vayamos organizándonos en nuestros territorios, interponiendo recursos legales contra esta acción regresiva de los derechos indígenas, porque significa el exterminio de nuestros territorios”, dice el abogado.

Congreso aprueba reforma que restringe la protesta; organizaciones condenan aprobación

El Congreso de la Unión aprobó reformas a la Ley de Vías Generales de Comunicación que criminaliza el derecho a la protesta social. La actualización legislativa penaliza con cárcel de hasta siete años y multas a quienes interrumpan el tránsito de los medios de transporte y la operación de los servicios de peaje.

También sanciona quienes interrumpan la construcción de dichas vías o que interrumpan los servicios que operen en estas vías. Así que no se necesita que las vías de comunicación ya estén en funcionamiento, porque también se consideran como parte de estas vías “los servicios auxiliares, obras, construcciones y demás dependencias y accesorios de las mismas”, dónde el ejercito y la Guardia Nacional ya están custodiando.

Te puede interesar - AMLO implementa un “régimen de excepción” para ejecutar megaproyectos

Esto implica que los campesinos e indígenas, quienes han protestados en las vías generales de comunicación, como los opositores a las megaobras del Tren Maya y el Tren Interoceánico, o las nuevas carreteras que ya se están construyendo, incurrirán en un delito.

Tras la aprobación de la reformas, Organismos de la Sociedad Civil para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas y el Frente por la Libertad de Expresión y la Protesta Social (FLEPS) alertaron que “la aprobación de esta reforma por ambas Cámaras contribuye al discurso punitivista hacia el ejercicio de derechos y estigmatiza a quienes ejercen el derecho a la manifestación”.

Además, FLEPS ha remarcado que la protestas en las vías generales de comunicación es uno de los últimos recursos que restan para el derecho a la protesta de personas que viven en condiciones de pobreza, personas defensoras, mujeres y poblaciones racializadas, lo que las coloca en una mayor situación de vulnerabilidad.

Te puede interesar - Cae blindaje de información sobre megaobras; riesgo hacia los pueblos continúa

“Debe recordarse que bajo estándares internacionales la toma de las calles y vías, es una otra forma legítima de apropiación del espacio cívico, siendo ésta cualquier acción individual o colectiva dirigida a expresar ideas, visiones o valores de disenso, oposición, denuncia o reivindicación”, denuncia la FLEPS en un comunicado.

Las más de 20 organizaciones de la Sociedad Civil, quienes vienen documentando diversas violaciones a los derechos humanos, consideran que con este nuevo marco legal se están violentando acuerdos y tratados internacionales que el gobierno mexicano ha signado. “En consecuencia, condenamos la reciente aprobación del dictamen que reforma la Ley de Vías Generales de Comunicación”, denuncian.

El martes 14 de diciembre, la reforma fue avalada por la mayoría de senadores con 75 votos en favor, 12 en contra y tres abstenciones y fue enviada al Ejecutivo para su publicación en el Diario Oficial de la Federación (DOF).

En 2021, se devastó más de 10 mil km² de bosque en la Amazonia brasileña

En 2021, se devastó más de 10 mil km² de bosque en la Amazonia brasileña

Entre los meses de enero y noviembre de 2021, la Amazonia brasileña perdió 10.222 km² de bosque, área que equivale a siete veces la ciudad de São Paulo, centro financiero de Brasil. La suma de esta devastación es una de las más grande de los últimos 10 años, representa arriba del 31% de lo que fue registrado en 2020.

Solamente en noviembre de 2021, se destruyó 480 km² de bosque. “Las consecuencias del aumento de la deforestación observada en este año son innúmeras, entre ellas la intensificación del calentamiento global, la alteración del régimen de lluvias y la perdida de la biodiversidad. Además, la destrucción del bosque amenaza la vida de los pueblos y comunidades tradicionales, como los indígenas y quilombolas”, sostiene la investigadora del Imazon, Larissa Amorim.

En noviembre de 2021, la mayoría de la destrucción (54%) ocurrió en áreas que fueron privatizadas. El resto fue registrado en asentamientos de pequeños agricultores, espacios que son el resultado de programas de repartición de tierras (40%), áreas de conservación (4%) y tierras indígenas (2%).

Las informaciones son del Sistema de Alerta de Desmatamento (SAD, Sistema de Alerta de Deforestación, en español) del Instituto do Homem e Meio Ambiente da Amazônia (Imazon), que monitorea la región utilizando imágenes satelitales.

Tres de los nueve Estados brasileños que convergen con el bosque amazónico, Pará, Mato Grosso y Rondônia -principales productores de soja y ganadería industrial-, fueron los responsables del 80% de la destrucción.  El caso más grave, sostiene el estudio de Imazon, es el Estado de Pará, donde solamente el mes de noviembre se devastó 290 km² de bosque.

En los estados de Mato Grosso y Rondônia ocurrieron, respectivamente, el 54 km² (11%) e 42 km² (9%) de la deforestación en noviembre de 2021. Estos Estados poseen cinco de las 20 áreas protegidas que más sufrieron devastación en Brasil.

SAD

El Sistema de Alerta de Deforestación es una herramienta de monitoreo de la Amazonia basada en imágenes de satélites, desarrollada en 2008, para reportar mensualmente el ritmo de degradación del bosque y de deforestación en la región.