Inicio / Home Blog Página 5

“Tres décadas se dicen fácil”: del dicho popular a una compleja resistencia política de organización y autonomía

Foto de portada: María Ruíz

En vísperas de su aniversario número 30, el Congreso Nacional Indígena (CNI) deja entrever ver sus flaquencias y fortalezas ante una guerra capitalista que no para, sólo se transforma.

Como ya es sabido, desde el pasado 12 de octubre en vísperas de su aniversario número 30, el CNI convocó a las Jornadas Permanentes rumbo a las tres décadas de su fundación, es decir, a una serie de actividades que se desplegarán bajo el objetivo de fortalecer la autonomía y organización de los pueblos indígenas ante la guerra capitalista vigente.

La invitación, entonces, es que cada colectividad de acuerdo a “sus tiempos y sus formas”, realicen reuniones, foros, conferencias o actividades artísticas-culturales enfocadas en reforzar sus propias perspectivas de lucha y resistencia ante el despojo.

Pero, más allá de su llamado a las Jornadas, a casi un año de que suceda su aniversario -que tendrá lugar el 12 de octubre del 2026-, integrantes del CNI insisten en rememorar su pasado histórico, en un intento por reafirmar su autonomía que aún en momentos de crisis han logrado sostener, y también persisten en reconocer la fortaleza que los ha llevado a resistir tres décadas, afrontando múltiples retos inclusive antes de su fundación.

Foto: Santiago Navarro F.

Aunque desde una lógica común todo parezca estar separado, los antecedentes del Congreso parten desde 1994, cuando el primero de enero de ese año, un ejército de carácter peculiar, de presencia sutil y andar silencioso, compuesto por miles de mujeres y hombres -campesinos tzotziles, tzeltales, tojolabales, zoques, choles y mames- que traían por delante la rabia, el hambre y la sed de justicia, ocupó cinco cabeceras municipales del estado de Chiapas: San Cristóbal de las Casas, Altamirano, Las Margaritas, Ocosingo y Chanal.

Este ejército silencioso de guerrilleros indígenas con el rostro cubierto, proveniente de los lugares sureños más recónditos de la selva y las frías montañas chiapanecas, se armó de fusiles descontinuados, palos y escopetas, leyó ante periodistas y fotógrafos de todo México y algunas partes del mundo la “Declaración de la Selva Lacandona” y, estableció oficialmente su levantamiento insurgente bajo el nombre de Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). 

Dos años más tarde de que esta marea insurgente emprendiera su guerra contra el olvido, en enero de 1996 el EZLN convocó, en San Cristóbal de las Casas, a lo que sería el antecedente del Congreso Nacional Indígena: el Primer Foro Nacional Indígena que congregó a 236 delegados indígenas, 198 mestizos y 25 integrantes del Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General (CCRI-CG) del EZLN, tras el objetivo de resonar la voz de los pueblos de México contra el hambre y exterminio a los que la población indígena en el país había sido sometida luego de la ocupación colonial a más de cinco siglos atrás.

Semanas después de este Primer Foro, toman lugar los “Acuerdos sobre Derechos y Cultura Indígena” conocidos popularmente como “Acuerdos de San Andrés”, que son un conjunto de convenios firmados el 16 de febrero de 1996 en el municipio de San Andrés Larráinzar, Chiapas, en los que el gobierno se comprometió a: reformar la Constitución mexicana, garantizar los derechos culturales, promover el desarrollo sustentable, proteger a las mujeres indígenas, asegurar el acceso a la justicia a través de intérpretes, fortalecer los municipios marginados y garantizar el derecho a los medios de comunicación.

Compromisos que para los insurgentes, primordialmente fueron una estrategia de avance sobre sus demandas históricas de autonomía y justicia.

Nueve meses después de la firma, entre el 9 y 12 de octubre de ese mismo año, tomaría forma el Congreso Nacional Indígena, un espacio que hasta hoy se ha conformado por pueblos, barrios, tribus, naciones, colectivos y organizaciones indígenas, fundado a partir de un encuentro que congregó a más de 3 mil delegados y delegadas provenientes de todo el país.

Foto: Santiago Navarro F.

Regido desde sus inicios bajo los siete principios zapatistas del “Mandar obedeciendo”, el CNI fue uno de los primeros espacios que los pueblos indígenas de México tuvieron para compartir y organizarse bajo el lema: “Nunca más un México sin nosotros” que, en la misma lógica del EZLN, refiere a la ruptura del silencio impuesto sobre los pueblos originarios a partir del proceso colonial, sugiriendo una reconstitución integral de los pueblos indígenas.

Desde 1996 y hasta marzo del 2001, el CNI y el EZLN iniciaron una lucha para exigir la incorporación de los Acuerdos de San Andrés a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, hasta que, en abril del 2001, “la Cámara de Diputados aprueba un dictamen de reforma constitucional que no tiene el reconocimiento de los derechos territoriales ni el reconocimiento de las comunidades indígenas como entidades de derecho público” comparte para Avispa Mídia el abogado y coordinador de seguimiento del CNI, Carlos González García.

A partir de que los diputados, la totalidad de los partidos políticos y el gobierno federal traicionan los acuerdos iniciales, el EZLN y el CNI cambian sus formas organizativas: “entramos a otra segunda etapa en la que ya el acento fundamental no está en el reconocimiento de derechos por parte de un estado que exhibió su matriz, colonial, racista y su colusión con los intereses con los grandes intereses empresariales y de las cúpulas militares para impedir el reconocimiento mínimo de derechos de los pueblos indígenas” comenta el abogado.

Las comunidades indígenas pasaron de solicitar un reconocimiento oficial de sus derechos a ejercerlos. En ese proceso de hacer, de tomar “sin pedir permiso”, llega el sexenio del mandatario panista Felipe Calderón, una administración marcada por la violencia criminal que afectó significativamente el ejercicio de autonomía y derechos territoriales que el CNI había emprendido después del año 2001.

“Muchos de nuestros pueblos sufrieron situaciones de represión, de asesinatos, de desapariciones muy fuertes, que fueron mermando la capacidad de organización y de respuesta por parte de los pueblos y también por parte del propio Congreso Nacional Indígena” describe González. 

La “guerra contra el crimen organizado” emprendida durante el sexenio de Calderón, dejó un saldo de 121 mil 683 muertes violentas, informó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) el 30 de julio de 2013.

Al término de la presidencia panista, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) vuelve a la cúpula presidencial luego de que, desde el año 2000, perdiera -frente al Partido de Acción Nacional (PAN)- su gobernatura de 71 años consecutivos en el país.

Ya en el sexenio del priísta Enrique Peña Nieto (2012-2018), su mandato se caracterizó por niveles récord de violencia en México, superando al gobierno de Calderón, al registrar al menos 156,066 homicidios, cifra que representa un aumento del 14% en comparación con el sexenio de Calderón

Frente a este nivel de violencia, a la salida del presidente priísta, el CNI comienza un proceso reorganizativo que culminaría en 2017 con la propuesta de la creación del Concejo Indígena de Gobierno (CIG) y su vocera de origen nahua originaria de Tuxpan, Jalisco, María de Jesús Patricio Martínez, para contender en las elecciones presidenciales de 2018.

Carlos Gonzalez aclara que no participaron en la coyuntura electoral porque tuvieran intención de ganar sino “para generar visibilidad internacional, construir protagonismo por parte del movimiento indígena en la sociedad nacional y poner en su lugar tan importante la agenda de los pueblos indígenas en el conjunto de la nación”.

Acuerdos del V CNI Oventik, Chiapas.

Actualmente el CIG aún existe y es una iniciativa para construir una solidaridad comunitaria transnacional, articulándose con activistas, académicos, movimientos sociales, colectivos y pueblos de diversas latitudes del país y del mundo. 

A la llegada de la llamada “Cuarta Transformación” (4T, como se conoce popularmente), con el sexenio de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), para el CNI empieza nuevamente un escenario difícil que Gonzalez desgloza en tres principales razones.

Primero, un neoliberalismo reflejado en la creación de programas sociales a partir de los cuales “ha reconstituido una relación clientelar y corporativa como la que tuvo el viejo régimen priísta, para amplios sectores de la sociedad social no estando exentas las comunidades indígenas”.

La segunda razón es la creciente militarización del país, sobre todo en los territorios indígenas donde han idenficado un creciente militarismo: “cuando hablamos de militarismo nos referimos a que a las fuerzas castrenses en sectores estratégicos de la economía nacional, se les entrega una parte importante de la obra pública como aduanas, y puertos y este es otro factor que pesa mucho para la organización, no solo de los pueblos y comunidades indígenas y el CNI, sino en general del movimiento social”.

La última de sus razones es la complicidad del crimen organizado con las instituciones del Estado Mexicano, que en palabras del abogado indígena se trata de “un predominio como nunca antes había existido ni bajo el gobierno de Calderón o el de Peña Nieto”.

Para complementar los tres puntos ya expuestos, resulta importante considerar que, con la entrada de la 4T a la gobernatura del país, sucede un proceso de reordenamiento territorial visible sobre todo en el sur, sureste y noreste de México. Esto se hace tangible a través de proyectos mineros y gasíferos, en el desarrollo de puertos y la continuación de las llamadas Zonas Económicas Especiales. Estos emprendimientos engloban proyectos como el “tren Maya”, el Corredor Interoceánico y el Proyecto Integral Morelos, sumados a los cinco Polos de Desarrollo Económico para el Bienestar (Podebis) puestos en marcha a partir de junio pasado. 

Foto: Santiago Navarro F

En consecuencia, los megaproyectos implican la militarización ya mencionada por González, a lo que demás agrega que “se trata de una guerra no declarada, pero demasiado presente en toda la vida nacional y demasiado violenta”, perpetuada en acciones como: la asentación de cárteles sobre nuevos territorios, la reclutación de jóvenes para el servicio del ejército, así como la implementación de tecnologías como los drones y minas anti-persona.

Una pregunta fue clara hacia Carlos Gonzalez: “¿Cómo esperan ustedes que sea la respuesta y, hasta el momento, cómo han respondido los pueblos en resistencia y otras colectividades que están integradas en el CNI?”, a lo que él contestó: “hay entusiasmo en las organizaciones y en las comunidades que de manera permanente han estado en el CNI en los últimos años, pero sabemos que va a costar trabajo darles contenido y darles fuerza en las regiones”.

Un trabajo ‘arduo’ después de analizar el panorama ya expuesto, por lo que el CNI pretende reforzar el trabajo en organizaciones y comunidades para lograr una mayor integración al Congreso. 

Es importante resaltar que, en septiembre de este año 2025, se intensificaron los ataques contra comunidades autónomas zapatistas en Chiapas. Muestra de ello es la destrucción y quema de viviendas en la comunidad de Belén, perteneciente al Caracol 8 ubicado en Dolores Hidalgo. Resultado de esta agresión es el desplazamiento de 13 personas Bases de Apoyo del EZLN, que de acuerdo con el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas, son acciones encaminadas a privatizar la tierra ocupada por la rebeldía indígena desde el año 1994.

Foto: Santiago Navarro F

En ese sentido, Bonifacia Margarita, joven otomí perteneciente al CNI, originaria de Santiago Mezquititlán y residente en la Ciudad de México, visualiza las Jornadas Permanentes Rumbo a los 30 años del CNI como una “demostración al mal gobierno de que los compañeros zapatistas no están solos”.

A raíz del contexto ya enunciado, hoy el CNI se encuentra -y hasta el 12 de octubre del 2026- en una llamado permanente dirigido a “pueblos, naciones, tribus, comunidades, barrios y organizaciones indígenas, así como a las personas, organizaciones y colectivos de México y el mundo” para que acompañen su lucha y sumen sus iniciativas encaminadas al fortalecimiento autónomo y organizativo de los pueblos índigenas de México.

Sus delegadas y delegados aún consideran que a casi 30 años de su formación las cosas no han cambiado para poder hablar de “mejorías”, por el contrario, tanto en entrevistas como a partir de sus comunicados siguen refiriendo -a partir de experiencias propias- cómo la guerra sólo se ha intenficicado. 

En territorio Yaqui, pueblos reafirman compromiso en la defensa del agua y la vida

Fotos por Otomíes en resistencia y rebeldía.

Desde la comunidad de Loma de Bácum, territorio Yaqui en Sonora, donde en 2016 la comunidad expulsó al ejército y a la empresa IEnova Energy, quienes intentaban imponer un gasoducto, cientos de delegados y delegadas provenientes de más de 17 estados y 15 pueblos originarios de México ratificaron su compromiso para unir sus resistencias frente al despojo del agua y la vida.

“Nos encontramos estos dos días para escucharnos, mirarnos y sabernos en resistencia, para identificar a los enemigos que tenemos en común, organizarnos y unirnos para defendernos y luchar por la vida”, se lee en la Declaratoria de la Sexta Asamblea Nacional por el Agua, la Vida y el Territorio difundida durante el cierre de este evento el pasado domingo (19).

Durante dos días, representantes de pueblos yaquis, nahuas, mixe, otomíes, purépechas, tseltales, rarámuris, mayas peninsulares, e incluso mapuche y otras comunidades, alertaron de una situación común que experimentan en sus territorios: mientras el despojo avanza, la represión y criminalización se extiende sobre quienes los defienden.

“El enemigo del pueblo hermano es también nuestro enemigo”, advirtieron los pueblos reunidos sobre el reconocimiento del despojo en distintas geografías de México. En su declaración, señalaron a las instituciones del gobierno federal y estatal —CONAGUA, SEMARNAT, PROFEPA, CFE, SENER, INPI— como “saqueadoras” al servicio de empresas como Grupo México, Constellation Brands, Bonafont-Danone, Nestlé, Coca-Cola, Abengoa y AUDI, entre otras.

“Todos ellos son criminales que generan planes para despojar de manera masiva y dejar despoblados y destruidos los territorios”, sostuvieron los pueblos reunidos en la Asamblea.

Las comunidades denunciaron que estas empresas mantienen un rol destacado al participar en la construcción del “Plan México”, una estrategia impulsada por el gobierno “servil a los intereses de Estados Unidos”, que busca convertir al país en “la nueva fábrica del mundo en un desierto tóxico”.

La declaración de la Asamblea también señala que el Plan de Expansión y Fortalecimiento del Sistema Eléctrico Nacional, promovido por el gobierno actual de la presidenta Claudia Sheinbaum, profundiza la entrega de energía y agua al capital mediante gasoductos que importan gas fósil desde Texas, termoeléctricas y megaproyectos de energía “verdes” en estados como Veracruz, Morelos, Sonora y Baja California.

Asimismo, denuncian que los Planes de Justicia y el Plan Hídrico Nacional operan como mecanismos de cooptación que dividen comunidades y reactivan proyectos contra los que los pueblos han luchado por años: presas, acueductos, canales y represas en Zacatecas, Nayarit, Sonora y Guanajuato. “Los planes de justicia y los planes de restauración de ríos, son estrategias del Estado para garantizar la gobernabilidad en el país, para dividir a los pueblos y así asegurar las inversiones y la implementación de megaproyectos en los mismos lugares despojados y devastados a través del saqueo del agua y el territorio durante décadas”, sostienen.

Las delegaciones de pueblos y cmunidades participantes destacaron sus exigencias sobre distintos casos de represión y criminalización que ocurren a lo largo y ancho de México.

Entre sus principales demandas, la Asamblea exige libertad inmediata para las y los presos mazatecos de Eloxochitlán, Oaxaca; para los presos tseltales de San Juan Cancúc, Chiapas, encarcelados por oponerse a la imposición de la carretera San Cristóbal-Palenque y contra la militarización. También reclamaron por el fin de la persecución contra defensores en Puebla y Xochimilco, en la Ciudad de México.

A estas demandas, se suma la exigencia de cancelación del gasoducto Puerta al Sureste, en Veracruz; justicia para Estela Hernández, torturada en Querétaro, y el retiro de las concesiones mineras de Grupo México responsables de la contaminación del río Sonora, uno de los mayores ecocidios ocurridos en el país. Además, la Asamblea exigió que México rompa relaciones con el Estado de Israel y reiteró la exigencia de presentación con vida de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa, quienes el pasado septiembre cumplieron 11 años de su desaparición.

Además de enunciar los despojos, la Asamblea rememoró las victorias locales que se han convertido en símbolos nacionales. Por ejemplo, en Mexicali, la organización popular logró expulsar a la cervecera Constellation Brands. En Juan C. Bonilla, Puebla, la resistencia detuvo la extracción de agua de Bonafont-Danone y clausuró una de sus instalaciones. En el mismo estado, enMetlapanapa, frenaron el vertido de desechos industriales. Y en Xochimilco, CDMX, las comunidades recuperaron su agua y convirtieron el espacio Tlamachiloyan en un centro de enseñanza para niños y cuidado colectivo de la naturaleza.

“Venimos hasta esta tierra para llevarnos la palabra escuchada, para compartirla con nuestros pueblos, venimos para llevarnos trabajo, para en común expulsar al enemigo y asegurar que no vuelva. Es momento de que los pueblos nos unamos en un solo corazón, un solo sentir y celebremos nuestros logros, desde los cuales resurgimos como pueblos”, expresa la Declaratoria.

El encuentro cerró con una declaración de profundo sentido espiritual: “Declaramos la defensa del agua y la vida, y que defender la vida es defender todo un universo común desde y para los pueblos. Declaramos el sentir profundo común del agua como un ser con espíritu vivo y como tal la vamos a defender hasta las últimas consecuencias”.Por último, la Asamblea Nacional por el Agua, la Vida y el Territorio convocó a una jornada nacional de lucha contra CONAGUA para realizarse el próximo 22 de marzo de 2026. También instó a preparar el camino hacia los 30 años del Congreso Nacional Indígena (CNI), al convocar a que, a partir de ahora, todas las acciones de resistencia en los diferentes territorios, sea en el marco de las jornadas permanentes rumbo al aniversario de la fundación del CNI y del Concejo Indígena de Gobierno (CIG).

De Zapata a Mercado Libre: El caso de Isla Cerralvo

Por Nysaí Moreno

—¿Insurrecto yo? 

¿Y ustedes no se robaron el país con tinta?

Demetrio Macías, Los de Abajo

A inicios de abril de 2025, una publicación en Mercado Libre encendió las alarmas: una isla entera, con imágenes satelitales y promesas de lujo, era ofrecida por 115 millones de dólares. Las coordenadas coincidían con Isla Cerralvo, ubicada frente a las costas de La Paz, en el Golfo de California. El anuncio desató indignación, pero también confusión: ¿cómo es posible que una isla mexicana esté en venta?

Captura de pantalla de la publicación en Mercado Libre.

Lo que parece como un absurdo más de esta hidra capitalista —que también lo es—, pero no acaba de nacer. Tiene raíces antiguas: desde el siglo XIX, el territorio ha sido visto como mercancía. Isla Cerralvo no es una excepción: es el síntoma de una historia más larga.

Isla Cerralvo, también conocida desde 2009 por decreto presidencial como Isla Jacques Cousteau, es una de las islas más grandes del litoral mexicano. Su biodiversidad, importancia ecológica y cercanía con la península la han convertido en objeto de deseo turístico desde hace décadas. Pero más allá de su belleza, su estatus legal es el verdadero centro del conflicto.

Desde la promulgación de la Constitución de 1917, el artículo 27 declara que todas las islas mexicanas son propiedad de la Nación. Sin embargo, existe una excepción poco conocida: algunas islas ya eran consideradas propiedad privada antes de 1917 y conservaron ese “estatus legal”. Todo parece indicar que la Isla Cerralvo es uno de esos casos. 

Ubicación de la Isla Cerralvo en el Golfo de California.

En el siglo XIX, durante el Porfiriato y desde antes, el Estado mexicano otorgó concesiones, ventas o títulos de propiedad sobre ciertos territorios insulares. Estas prácticas formaban parte del proyecto liberal de modernización territorial iniciado tras la Independenciauna visión del país donde el territorio debía ordenarse, dividirse y ponerse al servicio del capital, a costa de los pueblos originarios y del vínculo comunal con la tierra.

Aunque la Constitución de 1917 nacionalizó la mayoría de los bienes, también reconoció ciertos “derechos” adquiridos previamente. Esta laguna jurídica ha permitido que algunas islas —como Isla Piedra (en Sinaloa) o la propia Isla Cerralvo— mantengan un estatus ambiguo que oscila entre lo público y lo privado.

El artículo 27 de la Constitución de 1917 estableció que “las tierras y aguas comprendidas dentro del territorio nacional” son propiedad originaria de la Nación. Desde entonces, todas las islas mexicanas —salvo contadas excepciones con títulos anteriores a esa fecha— fueron consideradas bienes del Estado.

Pero esta noción de “propiedad nacional” no surgió en el vacío. Fue el resultado de un largo proceso de centralización estatal que se remonta a los albores de la Independencia y se consolida con el proyecto liberal del siglo XIX. La creación del Estado mexicano implicó no solo la independencia política respecto de España, sino también una redefinición radical del territorio: las tierras dejaron de pertenecer a comunidades, pueblos o regiones, para ser reconfiguradas como activos de una Nación abstracta y centralizada.

Durante la Revolución Mexicana, figuras como Emiliano Zapata impulsaron una visión radicalmente distinta, basada en el derecho de los pueblos a la tierra, el agua y el territorio desde una lógica comunal. Pero con su asesinato en 1919, esa visión fue sofocada. La Constitución de 1917, aunque progresista en apariencia, terminó consolidando una versión “oficial” de la revolución que institucionalizó el despojo en nombre del bien común, dejando fuera a quienes habían luchado por la tierra.

Lo que se proclamó como soberanía nacional, en muchos casos se convirtió en una nueva forma de despojo, esta vez ejercida desde el Estado mismo, mediante decretos, leyes y una narrativa de modernidad, desarrollo y unidad nacional.

La nación revolucionaria no redimió a los pueblos; los reemplazó por una figura jurídica sin rostro, y con ello, legalizó el despojo desde adentro. 

Demetrio, mirando el horizonte, sin saber por qué sigue peleando:

—Al principio quemábamos los papeles de los ricos… ahora firmamos nuevos.
—¿No es eso lo mismo? —le preguntó uno.
Demetrio no respondió. Apretó la mandíbula y miró al suelo:
—Ahora solo cambiamos de dueño.

En Los de Abajo, Azuela narra como Demetrio Macías intuye esa traición. No la nombra con discursos ideológicos, pero la siente: su lucha, que comenzó con sentido, se diluye en violencia sin rumbo. La revolución ya no es del pueblo.

“Todo había cambiado desde entonces. Todo… menos los cerros, siempre azules, siempre lejanos.”

Demetrio Macías bajó del cerro sin rabia, sin miedo, sin patria.

La revolución había pasado, y la tierra por la que peleó, también.

—Nos dijeron que era por justicia…
—Pero justicia no vino. Solo más papel sellado.

Demetrio quizá lo intuyó desde el principio, pero la rabia lo cegaba. La rabia que lo encendió a defender el territorio, por todas esas injusticias, por el yugo que solo se transformaba. Luchó con todo su corazón, su empeño, su vida entera… y cuando lo entendió, no supo si lo que dolía más era la derrota o haber tardado tanto en nombrarla.

Quizá, entender la transición de la rebeldía a la domesticación institucional nos pueda servir de algo. 

La pregunta vuelve con fuerza, pero ahora cargada de historia y contradicción: ¿Se puede vender una isla?

¿De qué “Nación” hablamos cuando se define que todo le pertenece al Estado? Tras el asesinato de Zapata en 1919, la Revolución Mexicana se institucionalizó bajo una Constitución que, si bien proclamó derechos sociales, también consolidó un modelo centralista donde el Estado —y no los pueblos— detenta el poder sobre la tierra. Lo que se presentó como “un acto de soberanía nacional” fue, en muchos casos, una nueva forma de despojo, ahora ejercida desde arriba, en nombre del “desarrollo, el turismo o el progreso”. 

Esto nos deja con una certeza incómoda: sí, es legal vender una isla en México. Pero esa legalidad —como tantas otras— se construyó desde el despojo.

Pero incluso si se aceptara que Isla Cerralvo cuenta con un título legal anterior a 1917, eso no autoriza su venta indiscriminada. Hoy existen múltiples leyes y marcos de protección ecológica que limitan cualquier operación de compra-venta sobre territorios insulares, especialmente cuando forman parte de ecosistemas estratégicos como El Golfo de California.

Las regulaciones de lo que el Estado ha llamado conservación, señalan que la Isla Cerralvo forma parte de un ecosistema marino delicado, reconocido como «área prioritaria para la conservación» por la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP). Además, está ubicada dentro de la franja restringida de 50 km desde la costa, lo que impide la compra directa por parte de extranjeros según la ley mexicana.

También están en juego normativas sobre:

  • Zonas protegidas y uso de suelo insular
  • Derecho marítimo nacional
  • Protección del patrimonio natural

Estas regulaciones, aunque a menudo ignoradas o diluidas por intereses privados, siguen siendo instrumentos jurídicos que podrían —si se aplicaran con rigor— impedir la venta de una isla entera a capital extranjero. La pregunta no es si existen las leyes, sino si se hará valer su propósito o se seguirá vaciando su sentido de existencia.

El hecho de que una plataforma comercial como Mercado Libre albergue este tipo de anuncios es reflejo del avance del extractivismo inmobiliario en territorios naturales. La transformación de lo común en mercancía no es nueva: ya sucedió en Balandra, Tulum, Holbox y otras regiones costeras mexicanas.

La venta simbólica de una isla no solo representa un acto comercial: es el síntoma de una lógica que convierte territorios vitales en activos del mercado, y que desplaza, una vez más, el sentido colectivo de lo común. 

Esta situación ejemplifica este proceso de desposesión legalizada. Aunque su venta fue retirada tras la indignación pública, su estatus legal ambiguo expone los vacíos históricos que permiten que el territorio nacional se negocie como mercancía.

Quienes figuran como propietarios de Isla Cerralvo desde hace décadas son la familia Ruffo, a quienes se atribuye la posesión de la isla; un grupo empresarial registrado como dueño en distintos documentos. No es la primera vez que aparece en el mercado: en 2016 ya circulaba la noticia de su venta por 90 millones de dólares, y en 2025 se publicó en Mercado Libre, ahora por 115 millones. Incluso catálogos de bienes exclusivos como Vladi Private Island han señalado que cualquier desarrollo requeriría una planta eléctrica, una desalinizadora y un sistema de tratamiento de aguas, revelando el tipo de megaproyecto que se imagina para la isla.

Lo que está en juego no es únicamente la propiedad legal de un pedazo de tierra insular, sino la continuidad de un modelo de nación construido desde el despojo: Un Estado que, desde sus orígenes, disfrazó de “soberanía nacional” lo que fue, en el fondo, la apropiación sistemática del territorio en nombre del capital y el desarrollo.

El asesinato de Zapata no solo selló la traición a los pueblos que luchaban por la tierra, sino que inauguró un régimen donde el despojo ya no venía de fuera, sino desde adentro: legalizado, decretado y celebrado como modernidad.

Hoy, vender una isla no es un error aislado: es la consecuencia natural de una nación que hace mucho dejó de pertenecer a su gente.

¿Qué pasa cuando la patria se convierte en lote? ¿Cuándo el mar entra a subasta?

Quizá Demetrio diciéndonos: 


—Nos prometieron tierra… y nos dejaron papeles.
—Nos dijeron patria… y nos dejaron escrituras.

Perú: se inició nuevo proceso contra reactivación de proyecto minero Conga

En portada: Protesta de campesinos contra proyecto minero Conga. Foto: Buenapepa.

Un nuevo proceso de amparo contra el proyecto minero Conga, suspendido desde hace 13 años, se inició este mes en la región Cajamarca, en el norte andino del Perú.

La empresa Yanacocha, del grupo estadounidense Newmont Mining Corporation y el peruano Buenaventura, persiste en defender su plan de extracción de oro y cobre en la provincia Celendín, para lo que propone secar cuatro lagunas y reemplazarlas por reservorios artificiales. La concesión, que abarca un área de más de 3,000 hectáreas, contempla la instalación de un depósito de relaves de 692 hectáreas en la cabecera de cuenca de los ríos Sendamal y Llaucano.

La lucha contra Conga es un símbolo de la resistencia frente a la megaminería en el Perú. En defensa del agua y la agricultura, entre los años 2011 y 2012 las comunidades cajamarquinas realizaron movilizaciones masivas en las que la represión policial asesinó a cinco personas, entre estas un menor de edad. 

En 2024, nueve años después de admitir la demanda de amparo contra el proyecto, la Corte Superior de Justicia de Cajamarca declaró fundado el recurso, reconociendo la amenaza de violación al derecho constitucional de vivir en un medio ambiente adecuado. Ante la apelación de Yanacocha y el Ministerio de Energía y Minas, el caso fue reiniciado.

En la audiencia judicial efectuada el pasado 7 de octubre, el perito ambiental que representa a la población, Gilles Wendling, explicó que el proyecto afectará la cabecera de cinco cuencas que abastecen de agua varias localidades de Cajamarca. Asimismo, advirtió la contaminación de ríos y del agua subterránea, sin posibilidades de reparación. 

“Conga es inviable, su ejecución destruiría lagunas y rompería el ciclo hídrico natural. No existe garantía sobre quién asumirá el monitoreo y la remediación de aguas contaminadas a perpetuidad”, recalcó el especialista en ecosistemas de montaña e hidrogeología minera. 

Por su parte, el principal argumento de los especialistas de la minera es que no faltará agua para los reservorios “porque siempre habrá lluvias”.

En Cajamarca, el 24% del territorio está concesionado a la minería, según reportes de Cooperacción. La paralización del proyecto de Yanacocha, la mina aurífera más grande de Sudamérica, es un duro revés para las políticas extractivistas del Estado peruano, el noveno productor de oro del mundo en 2024. 

Los antecedentes de contaminación y desaparición de fuentes de agua por parte de la compañía Yanacocha, durante 20 años de operaciones en la región, generaron desconfianza de antemano entre la población de Cajamarca. 

El secado de las cuatro lagunas implicaría la afectación de 34 hectáreas de espejos de agua, 682 manantiales, 102 captaciones de agua para consumo humano y 18 canales de riego. Lo que obviaba el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) del proyecto Conga, aprobado en 2010 sin el análisis hidrogeológico completo y en un tiempo récord de diez meses.

Hoy despiertan dudas las intenciones de Yanacocha en torno a la posibilidad de reactivar el proyecto. La empresa ha considerado a Conga fuera de su cartera de inversiones, sin embargo, no renuncia formalmente a la concesión y en este nuevo proceso insiste en relativizar el impacto.

Por parte del Estado, en un encuentro de capitales mineros realizado en septiembre, el entonces ministro de Energía y Minas comunicó que el proyecto no está en agenda. “La mina está ahí, el recurso está ahí. Se volverá a dialogar cuando sea necesario y eso sea posible, con mucho respeto”, indicó Luis Montero.

El conflicto socioambiental llevó a más de 300 defensores ambientales a ser denunciados o judicializados. Decenas de campesinos fueron detenidos, heridos y torturados, algunos resultaron con lesiones permanentes. Meses atrás, el Poder Judicial declaró finalizado el proceso judicial contra los dos oficiales que dirigieron la represión.

Aunque la justicia reconoció que se probó el uso desproporcionado de la fuerza y de armas de fuego, hallando la responsabilidad de los mandos policiales en delitos contra los derechos humanos, el juez a cargo del caso aplicó una ley de prescripción considerada inconstitucional. Los defensores de las víctimas de violencia de Estado apelaron la sentencia. 

El recientemente destituido gobierno ilegítimo de Dina Boluarte promovió el reinicio de megaproyectos mineros paralizados por conflictos con comunidades. Como alegato a favor del extractivismo, semanas atrás su ministro de Agricultura manifestó que, en circunstancias de escasez de agua, “la agricultura puede esperar, un proyecto minero no”.

En un escenario de criminalización de defensores ambientales y crecimiento crítico de la minería informal, cuya producción es blanqueada por las empresas formales, el proceso de amparo contra Conga sentará precedentes para otros proyectos de megaminería suspendidos.

Liberan 2 mil palestinos y aún hay más de 10 mil bajo prisión, incluyendo niños

En portada: Los palestinos liberados fueron recibidos con vítores y gritos de alegría.

Casi 2 mil prisioneros y detenidos palestinos fueron puestos en libertad tras el acuerdo de un alto el fuego que pone fin a dos años de intensos bombardeos de Israel hacia Gaza. Los palestinos que habían sido privados de su libertad han sido recibidos con lágrimas y ánimos que desbordan la alegría al reunirse con sus familias en los territorios de Gaza y Cisjordania ocupada.

Los primeros palestinos que han sido liberado son 250 prisioneros que habían sido condenados a penas de cadena perpetua, así como a 1,700 más detenidos en Gaza tras el 7 de octubre de 2023, que permanecían recluidos por Israel sin cargos. Algunos fueron liberados en Cisjordania, otros en Gaza o deportados a Egipto y otra parte de los liberados fueron llevados a Jerusalén del Este. Cuando los prisioneros bajaron del autobús de la Cruz Roja Internacional en Ramala, muchos de ellos se apreciaban demacrados y algunos tenían dificultades para caminar.

El Estado de Palestina, en su redes sociales dentro de su misión en la ONU, denuncian que “Israel aún todavía mantiene cautivos ilegalmente a más de 10,000 palestinos, incluidos más de 360 ​​niños”. 

Un prisionero palestino llega a Ramala, Cisjordania, tras ser liberado por Israel el 13 de octubre del 2025. Foto:Majdi Mohammed

De acuerdo con la ONG israelí HaMoked, de los más de 11 mil palestinos que fueron detenidos en el conflicto, al menos 3,500 de ellos estaban sometidos a detención administrativa sin juicio y solo una cuarta parte de ellos estaban vinculados como combatientes.

Por otra parte, tras el reciente acuerdo, el movimiento de Resistencia palestino (Hamas) entregó el lunes a 20 rehenes israelíes con vida a la Cruz Roja Internacional. Varios de ellos emitieron su agradecimiento en público a los militantes de Hamas, que también fue publicado en diversas redes sociales. El grupo armado palestino también se ha comprometido a entregar los cuerpos de otros 28 israelitas que perecieron.

Este intercambio se ha dado en un contexto donde coincide con la Cumbre Internacional sobre la Paz en Oriente Medio, en Sharm el-Sheikh, en Egipto, en el que se han debatido los pasos siguientes del acuerdo del alto el fuego. Este evento fue copresidido por el mandatario anfitrión Abdel Fattah el-Sisi y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

Entre los mediadores del conflicto, también figura el gobierno de Egipto, Catar y Turquía, quienes firmaron el acuerdo de alto el fuego en Gaza junto con el presidente estadounidense en la cumbre en Sharm el-Sheikh, donde también participado más de 20 líderes mundiales, entre ellos el rey Abdullah de Jordania, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan, el emir de Qatar, jeque Tamim bin Hamad Al Thani, el presidente francés y el primer ministro británico.

El presidente del Consejo Europeo, Antonio Costa, refirió que solo se alcanzaría una paz justa y duradera al “basarse en la solución de dos Estados”, y que la Unión Europea se compromete a contribuir a los procesos de gobernanza transitoria, recuperación y reconstrucción, entre otras cosas “continuando su apoyo a la Autoridad Palestina”.

Trump, en ese viaje relámpago, también hizo presencia ante el parlamento de Israel, donde sostuvo que “la larga y dolorosa pesadilla finalmente terminó” debido a su intervención en alto el fuego entre Israel y Hamás en Gaza.

Aunque un parlamentario israelita increpó a Trump en medio de su discurso, levantando un cartel que rezaba "Genocidio", éste fue inmovilizado y sacado del recinto inmediatamente.

De entrada, el gobierno de Israel ha repetido constantemente su postura negativa al reconocimiento de Palestina como Estado nación. Incluso, Hamas advirtió que el gabinete del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, sigue amenazando con reanudar la guerra contra Gaza, por eso hacen un llamado a presionar internacionalmente para impedir una nueva agresión y que se cumplan los acuerdos establecidos.

De acuerdo con el Ministerio de Salud de Gaza, se han asesinado más de 67, 000 palestinos en ese territorio, sin distinción alguna entre civiles y combatientes, desde el 7 de octubre del 2023 -cuando estalló el conflicto- y la mayoría han sido mujeres y niños. También fue desplazada alrededor del 90 % de la población de Gaza, de unos 2 millones de habitantes.

Mientras Corte rechaza amparos contra reforma a la ley minera de 2023, industria cabildea reglamento 

El pasado miércoles (8), por unanimidad de votos, los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) desecharon dos amparos por supuestas violaciones al proceso legislativo que iban contra los cambios realizados en la Ley Minera, en la reforma de 2023, durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador (AMLO).

Con esta decisión, la SCJN avaló la reforma que también incluyó cambios en la Ley de Aguas Nacionales y colocó al Servicio Geológico Mexicano (SGM) como responsable por la exploración minera en el país. Entre las principales modificaciones de la ley destaca que se redujeron de 50 a 30 años la duración de las concesiones mineras y de 50 a 25 años la prórroga que se pueden tramitar con estas concesiones. 

La resolución de la SCJN se basó en que los particulares que promovieron los juicios de amparo -un ciudadano llamado Miguel Antonio Delgadillo Acuña y la empresa Grupo SLA Mining-, carecen de “interés jurídico” para reclamar sobre el procedimiento legislativo, además de que los artículos impugnados no les fueron aplicados directamente. Acorde a la ministra Lenia Batres, esto solo compete a los legisladores, con lo que reafirmó la reforma del 2023.

Esta decisión acontece después de que, en julio del 2024, la SCJN publicó un acuerdo para ordenar a todos los juzgados y tribunales del país congelar temporalmente las resoluciones de amparos y recursos interpuestos contra la reforma, debido a que sería el máximo tribunal el único encargado de resolver sobre la constitucionalidad de la reforma.

La decisión de la Corte sucede en un contexto en el que se lleva a cabo debates y cabildeos, reportados por medios especializados en el sector minero, en el que actores empresariales resaltan que aún está pendiente la elaboración del reglamento para regir y operar la nueva Ley Minera, cuyo esfuerzo conjunto realizan en colaboración con distintos organismos gubernamentales.

A principios del 2025, organizaciones sociales, comunidades y académicos reunidos en la Colectiva ¡Cambiémosla Ya! ya advertían sobre la vigencia de la Ley Minera aún pese a la falta de reglamentación, que debió ser publicada a finales del 2023. Acorde a la Colectiva, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) entregó el borrador de reglamento a Presidencia, pero la Secretaría de Economía no cumplió con ese requisito. A pesar de haber realizado reuniones con los funcionarios, integrantes de la Colectiva refirieron que posteriormente no hubo respuesta, por lo que desconocen detalles sobre la reglamentación pendiente.

Mientras tanto, el sitio de análisis estratégico BnAméricas destaca que, tras el sexenio de AMLO, caracterizado por la incertidumbre en la obtención de concesiones y retrasos en la entrega de permisos para las operaciones mineras, “la administración de Claudia Sheinbaum está dando señales cada vez más precisas sobre una mayor apertura hacia esta actividad estratégica para la economía y la transición energética”. 

Respaldando estas declaraciones, la Cámara Minera de México (Camimex) afirmó que, ante la falta de definición del reglamento que regirá la nueva Ley Minera derivado de la reforma, la organización empresarial está trabajando de la mano del gobierno para el desarrollo de dicho reglamento.

Fernando Aboitiz, de la unidad de Coordinación de Actividades Extractivas de la Secretaría de Economía, confirmó esta estrategia entre el gobierno y sector empresarial encabezado por la Camimex, para desarrollar el marco regulatorio. Ya desde marzo del 2025, durante el Mexico Mining Forum 2025 PDAC realizado en Toronto, el funcionario aseveró que trabajan para concretar la regulación para dar certidumbre a la inversión minera en el país. “Eso lo estamos trabajando con la cámara [Camimex]”, aseveró en aquella ocasión.

En ese evento, el funcionario de economía aseguró que una de las metas de la administración de Claudia Sheinbaum es hacer crecer la minería mexicana, “pero de una manera sustentable”. Esto, añadió, derivó en decisiones como la de acelerar la entrega de permisos a la industria minera, por lo que reveló que la Secreatría de Medio Ambiente y Recursos Naturales solicitó masificar las certificaciones de empresas limpias, “porque ayudarían mucho a avanzar estos trámites”.

Aunado a lo anterior, Aboitiz detalló que el marco legal para la minería en México tomaría mayor claridad cuando el gobierno publique los reglamentos requeridos para poder aplicar la Ley Minera reformada, lo cual habría previsto sucedería en julio de este año. Destaca que la reforma de la Ley Minera, publicada el 8 de mayo de 2023, estableció en su régimen transitorio que el Ejecutivo Federal debía emitir el nuevo reglamento en un plazo que no excedería los 180 días a partir de su entrada en vigor. Sin embargo, para octubre del 2025 dicho reglamento aún no se ha publicado.

Pese al estancamiento en la emisión del reglamento, otros actores de la industria como la Asociación de Ingenieros de Minas, Metalurgistas y Geólogos de México (AIMMGM), reportaron durante abril pasado que el gobierno de Sheinbaum ha mostrado avances al otorgar 27 nuevos permisos a la industria

Rubén del Pozo, presidente de dicha asociación ha calificado a la reforma minera como “bastante dura” por lo que su organización avoca por la “flexibilización” de la ley vigente y reconoce un mayor entendimiento con la administración actual de la presidenta Claudia Sheinbaum.

Cabe resaltar que, como documentamos en febrero de este año, uno de los programas con mayor promoción en el mandato de Sheinbaum, que incluye al sector minero, es el Plan México el cual prevé un portafolio de inversiones por 277 mil millones de dólares. Para octubre de este año, la presidenta de México reiteró públicamente dicho Plan ante empresas de 17 países del Foro Económico Mundial, a quienes describió que, entre sus objetivos, está el aumentar la inversión pública y privada en el país.