Era una noche de fiesta como cualquier otra, apróximadamente a media noche del pasado 9 de septiembre, Javier Ordóñez junto con sus amigos decidieron salir a comprar más cervezas y, tomarse las últimas. Literalmente, Ordoñez bebió la ultima cerveza de su vida. De la nada, aparecieron dos policías que lo derribaron al piso y le aplicaron por lo menos once descargas eléctricas con una pistola de parachoques conocida como Taser.
“Salimos a comprar más licor y ellos pasaban y nos pidieron documentos. Se los dimos. Uno de ellos le dijo a mi amigo (Ordoñez), de esta no te salvas”, relata Juan David Uribe, quien grabó el momento en el que la policía ejerció una brutal violencia contra su amigo.
Ordoñez era un ingeniero aeronáutico, estaba estudiando derecho, a sus 46 años de edad era padre de dos hijos. Antes de que los policías lo derribaran al piso, pidió ejercer su derecho a comparecer ante las autoridades correspondientes por si había incurrido en algo ilegal, pero los policías lo sujetaron y ahí mismo comenzaron a aplicarle las descargas. “Por favor, por favor, los están filmando”, gritaba Ordoñez, pero los dos policías no cesaron.
Ya casi con la pérdida del conocimiento, Ordoñez fue trasladado al Comando de Acción Inmediata (CAI) de Villa Luz, corporación a la que pertenecían los policías. Pero, más tarde, en un estado ya de gravedad lo trasladaron al hospital, y en el camino, murió.
Según David Uribe, otro amigo de ellos, quién también estaba grabando y que fue detenido junto con Ordoñez, fue testigo de la brutal golpiza que recibió el ingeniero al ser internado en el CAI. “Mi otro amigo, al que esposaron (…) me dijo, ellos lo molieron a golpes”, denunció David Uribe, que aún vió a Ordoñez agonizando y fue quien pidió llevarlo al hospital, pero al entrar, el medico que los atendió, les dijo que prácticamente había llegado muerto.
Arden ciudades de Colombia
Tras este crimen policial ocurrido el pasado 9 de Septiembre, miles de jóvenes salieron a las calles a expresar su descontento, principalmente en los barrios populares. “Pero hay mucha rabia y este viernes (11) se convocó nuevamente a continuar acciones en el centro de Bogotá”, dijo uno de los manifestantes que por seguridad solo se ha presentado con la sigla CPR.
Los jóvenes incendiaron por lo menos 60 instalaciones policiales, vehículos y motocicletas de la Policía Nacional. También sabotearon bancos, comercios de cadenas transnacionales y autobuses de la línea TransMilenio.
Ante ello, la policía respondió con armas de fuego y con extrema violencia, dejando un saldo, hasta este viernes, según los propios datos del ministro de defensa, Carlos Holemes Trujillo, de 10 civiles muertos, 7 en Bogotá y 3 más en Soacha.
Las manifestaciones y actos de sabotaje se han extendido hacia las principales ciudades de Colombia, como Medellín, Cali, Barranquilla, Bucaramanga, Popayán, Ibagué, Villavencio, Manizales, Cúcuta, entre otras.
Activistas en la ciudad de Cali, que por seguridad se han reservado sus nombres, aseguran que el uso de armas de fuego, por parte de los agentes de seguridad, es algo que se ha presentado en todas las ciudades dónde están las protestas, lo mismo que las detenciones, pero que aún así, continuarán con sus acciones.
“Porque es el descontento del pueblo que ya se venía expresan no desde antes de la pandemia. Una expresión de descontento social que tuvo su máximo auge desde el 21 de Noviembre (de 2019), donde muchas personas salieron a las calles como una señal de no aguantar más. Es así que se sostuvo un paro nacional por dos semanas”,
COMUNICARON LOS ACTIVISTAS EN MEDIO DE LA BRUTAL REPRESIÓN QUE SUFRÍAN EN CALI EL DÍA 10 DE SEPTIEMBRE A MEDIA NOCHE.
Junto al asesinato de Ordoñez, se suman al menos 37 personas asesinadas durante el periodo de la pandemia, en siete escenarios distintos, en los departamentos de Nariño, Cauca, Arauca, Valle del Cauca y Antioquia, en su mayoría estos jóvenes masacrados eran campesinos, indígenas o afrodescendientes.
Por ello, activistas, colectivos y organizaciones de Cali que se han movilizado al tenor de este nuevo estallido social, entre sus demandas exigen al Estado Colombiano “frenar el genocidio en Colombia y respetar el derecho a la protesta”.
Es visible la situación de descontento general que se vive en Colombia y, por ello, en diversas ciudades la gente ha salido a las calles, porque “junto al asesinato de Ordoñez, se suman muchas más reivindicaciones, como la masacre de los Paramos y las masacres que han ocurrido en el transcurso del año, que es absurdo”, dice CPR
El activista CPR visualiza que esto podría terminar como un fin de semana de protestas o, que esto, puede ser la antesala de un nuevo paro de actividades, el cuál ya se había programado para el día 21 de septiembre. “Estamos viendo un levantamiento increíble de personas en distintas partes de la ciudad, por grupos muy grandes, que están bloqueando muchas calles que nunca se habían bloqueado. Desde hace muchos años no se hacia algo tan contundente. Mucha gente manifestándose por todas partes, pero estamos a la espera de ver qué sucede hasta el 21 de septiembre, cuando está convocado el paro”, dijo CPR.
Por su pate, el expresidente Álvaro Uribe, se pronunció el día 10, a través de su cuenta de Twitter, sosteniendo que era mejor el "toque de queda del Gobierno Nacional, Fuerzas Armadas en la calle, con sus vehículos y tanquetas, deportación de extranjeros vándalos y captura de autores intelectuales; Mejor que muertos, policías heridos, que destrucción de CAIs, riesgos a Transmilenio y al Tranvía de Medellin".
Militares en las calles
Según los últimos reportes que recibió Avispa Midia, hasta las 12 pm del día 10, los disparos de armas de fuego por parte de la policía continuaban en distintas ciudades. “Se han desplegado policías de diversas corporaciones, como la policía militar, el SMAD (Escuadrón Móvil Antidisturbios) y carabineros”, comunicó la Red de Medios Libre de Cali.
Mientras tanto, en Bogotá, para reforzar a los casi mil policías que ya estaban en las calles intentando disolver las protestas, el ministerio de defensa ordenó integrar 850 más elementos que llegan de otras regiones del país. Asimismo, 300 soldados de la Décima Tercera Brigada del Ejército Nacional. La Brigada 13 es comandada, desde inicios de este año 2020, por el Brigadier General Óscar Reinaldo Rey Linares, quien fue agregado militar en el Comando del Sur de los Estados Unidos. También, se ha desempeñado como comandante de la ‘Quinta Brigada’ de la Segunda División, Batallón Popa, la Brigada 12 en el departamento del Caquetá, entre otros cargos.
“Los portales que resguardan los vehículos de trasporte de Transmilenio, una empresa privada donde el Estado solo recibe el 1% de sus ganancias, está custodiada por militares. Hay policías por todas partes, el helicóptero sigue dando rondas. Los tiroteos continúan, pero en ciertos lugares hay gente que está comenzado a disparar también contra los policías, principalmente en los barrios bravos”, agrega CPR.
Centros de tortura
El CAI es la unidad policial con una jurisdicción local, ubicada en los perímetros urbanos de los municipios, localidades o comunas. Es conocido por la población como centros sistemáticos de tortura, violaciones sexuales, maltratos y abusos de diversas índoles. “Cuando te detienen te pueden llevar a un CAI, o a una URI (Unidad de Reacción Inmediata), entre otras. Pero todos son lugares absurdos de reclusión, donde te golpean o te torturan”, denuncia el activista CPR.
En las imágenes del video, que grabó el amigo del ingeniero Ordoñez, se puede apreciar que el tipo de pistola que usaron los policías es una de las 4200 Taser modelo X2 con las que equiparon a la Policía en Colombia desde el año 2012. El SMAD y los patrulleros también usan este tipo de arma.
Tan solo entre 2018 y 2019, la Secretaría de seguridad de Colombia compró por lo menos 1000 piezas de este tipo de artefactos, considerado por muchos países como de alta letalidad, fabricada en los Estados Unidos, principalmente por la empresa TASER International, Inc. (Axon Enterprise), una compañía con sede en Scottsdale, Arizona, que desarrolla tecnología y productos de armas para la policía y civiles.
En Colombia, estas armas de electrochoques se han distribuido principalmente en Bogotá, Medellin y Cali. De a cuerdo con el número de contrato 253-1-2019, la empresa colombiana Eagle Commercial S.A es una de las empresas que ha fungido como intermediaria para la importación de este tipo de armas.
La propia empresa Taser International asegura que este tipo de artefacto detecta, imita e interfiere en la señal nerviosa u onda cerebral, entre el cerebro y los músculos. Cuando la interferencia termina, la comunicación entre el cerebro y el cuerpo se reanuda sin daños.
No obstante, el informe preliminar del Instituto Nacional de Medicina Legal reveló que Ordóñez tenía nueve fracturas en el cráneo y el rostro, así como varias lesiones en sus costillas, el hígado reventado y quemaduras por las descargas con el Taser.
Por todo lo que han representado estos centros de tortura y sus miembros, los jóvenes que salieron a las calles descargaron su ira prendiéndoles fuego. “Se atacó de forma casi simultanea y masiva la mayor parte de los CAI en los barrios. Se está atacando a la figura de la autoridad, estamos hartos de la policía, de los abusos. Toda la gente está harta”, concluye CPR.
Mientras tanto, los policías continúan disparando contra los manifestantes porque se escudan en el código de la policía, que permite disparar mientras se defienda a la institución y eso, abarca a los edificios y a los propios elementos de seguridad. Por su parte, los manifestantes esperan que las manifestaciones no se paguen, si esto pasa, esperan que cobren mayor fuerza para el paro programado el próximo 21 de septiembre, escasos diez días.