Laloua Moutbena es una de tantas madres de Mauritania, país ubicado en el noroeste de África, que busca a sus hijos desaparecidos. Su hijo Yatoub salió un día de su país en búsqueda de una vida mejor y huyendo de la crisis económica en su país. “Él quería ayudar a sus hermanos y a su madre”, comparte Laloua en una carta que envió a las madres centroamericanas y de México que buscan a sus hijos desde hace más de una década.
El día 2, 3 y 4 de noviembre en ciudad de México, por primera vez, se reunieron madres con hijos desaparecidos de diversas partes del mundo. El lenguaje compartido por todas fue el dolor y la fuerza de continuar en la búsqueda. Lloraron, compartieron y asimilaron que las desapariciones es un fenómeno que se esta dando en todo el mundo y que es una cuestión sistemática, emanada de la crisis del sistema capitalista.
Nadia Trima, una madre de Tunes, busca desde hace 10 años a su hijo Chemami Mehdi Zine quien decidió migrar hacia Italia en búsqueda de una vida mejor, nunca más volvió a saber de él. “Estamos buscando a nuestros hijos, son más de 500 jóvenes Tunecinos que han desaparecido. Responsabilizamos al Estado de Tunes por estas desapariciones y exigimos justicia”, dijo para Avispa Midia la madre.
La organización France-Americ Latin ha analizado y documentado las causas de la migración en Europa y asegura que la crisis económica y financiera generada después del año 2008, y con el inicio de las revoluciones árabes en 2011, ha generado una enorme ola de migraciones, “que en Europa se les llama la crisis migratoria, cuando en realidad se trata de una crisis de la Unión Europea”, dijo para Avispa Mídia, Braulio Moro, integrante de esta organización con sede en Francia.
En 2015 los países europeos alcanzaron un acuerdo comprometiéndose a aceptar a tan solo 160,000 refugiados, pero dos años después apenas 20,000 han sido reinstalados. Por tanto, organizaciones europeas, africanas y asiáticas pidieron al Tribunal Permanente de los Pueblos (TPP), con base en Italia, organizar un Tribunal sobre la violación de los derechos humanos de las personas migrantes y refugiadas y su impunidad.
El TPP ha documentado sobre los flujos migratorios, pero también los cientos de fallecidos y desaparecidos que ha dejado a su paso. “En el primer semestre del año 2017 más de 100,000 migrantes y refugiados llegaron a Europa. Pero también hay que saber que entre los años 2000 y 2017, en el Mar Mediterráneo, han muerto más de 17 mil personas, hombres, mujeres y niños, sin que la Unión Europea haya respondido a la obligación que tiene de brindar el libre transito de estas personas, el derecho de acoger correctamente a estas personas y, en su caso, facilitar el transito, ya que están escapando a la guerra, a la miseria y a la crisis que han provocado las políticas económicas de la Unión Europea”, destaco Moro, quien migró a Francia por voluntad desde hace veinte años.
“Para nosotros la frontera principal es el agua, es el mar, y no hay datos exactos sobre las perdidas de vidas como en el desierto en Estado Unidos con las personas que migran de ilegales”, compartió Moutbena.
Este flujo migratorio proveniente principalmente de Medio Oriente o África, que ha buscado llegar principalmente a Europa, ha sido calificado por las Naciones Unidas (ONU) como “la peor crisis migratoria desde la Segunda Guerra Mundial”.
Éxodo Centroamericano
A la par de este contexto, los medios de comunicación se abalanzaron sobre el Éxodo Migrante proveniente de Honduras y, donde se sumaron personas de países como Guatemala, Nicaragua y el Salvador, engrosando esta oleada a más de 10 mil personas y que hoy están llegando a la frontera de Estados Unidos y México, en Tijuana.
La activista y socióloga Marta Sánchez Soler, una de las organizadoras de la 1ª Cumbre Mundial de madres de desaparecidos, dijo para Avispa Midia que las circunstancias de las migraciones Centroamericanas son un poco diferentes a las de Europa, pero el problema general es exactamente el mismo. “Son en la mayoría jóvenes que vienen escapando de las guerras, del terrorismo, de las pandillas y de las crisis económicas”.
Soler asevera que también los flujos migratorios en Europa y Centroamérica se han agudizado por “la persecución, las violaciones de derechos humanos, pero también por la desigualdad, la pobreza, el cambio climático y los desastres naturales”.
Antes del Éxodo Centroamericano, luego del trágico terremoto del año 2010, miles de Haitianos aprovecharon para migrar hacia Sudamérica, principalmente a Brasil para la construcción de los complejos de la Copa Mundial y los Juegos Olímpicos celebrados en este país. A esta oleada migratoria también se sumaron migrantes provenientes de África tras las restricciones migratorias que les impuso la Unión Europea.
“Nosotros teníamos capacidad para cerca de 110 personas por día y recibíamos más de 200. No había estructura, pero se crearon varios grupos de voluntarios y se pudo hacer el trabajo. Dormían fuera de la iglesia, en la calle, entonces se abrieron las puertas para que durmieran en el auditorio de la iglesia. Estuvimos con ellos algunos meses. Comenzamos a llamar a varias empresas para que los contrataran en el área de construcción y frigoríficos, entonces se colocaban de una forma segura. Tiempo después otras organizaciones se sumaron para recibirlos, inclusive la administración municipal creó servicios que antes no existían para el inmigrante”, explica para Avispa Midia Elvira Gonzales, migrante peruana que trabaja en la organización Misión Paz de São Paulo, en Brasil, cuya función es acoger a los migrantes que llegan a la casa; ella trabajó intensamente en la fase más crítica de la llegada de los primeros haitianos.
Después del golpe de Estado ocurrido el año 2016 en Brasil, cuando se destituyó a la presidenta electa Dilma Roussef, una nueva crisis económica y política afectó no solo a los brasileños, sino que a los migrantes. Fueron dos años de salida intensa de haitianos de este país, rumbo a países como Canadá, Chile y principalmente hacia EEUU. “No sabemos cuantos salieron, no existen estadísticas, pero sabemos que fueron muchos. Muchos de los que acogimos, tuvimos información de que estaban varados en la frontera con México intentando cruzar hacia los Estados Unidos”, señala Paolo Parise, quien es uno de los coordinadores de la Misión de Paz. Se estima que por lo menos 30 mil haitianos llegaron a la frontera con México en este periodo.
50 millones de migrantes
El investigador de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Andrés Barreda, comparte que los flujos migratorios han sido constantes y que “el más grande flujo y el más importante es el hacia América del Norte que empujó a más de 50 millones de migrantes centroamericanos y mexicanos desde hace décadas y que se agudizó con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA)”.
Ese flujo migratorio, “se desacomodó a partir de la crisis del año 2008, con la contracción de la economía norteamericana que ya no pudo sacar provecho de la mano de obra barata migrante y le comenzaron a dar la vuelta y lo comenzaron a súper criminalizar, aplicando políticas de control genocidas de los flujos de migrantes en el territorio mexicano, llevado acabo por los grupos criminales y carteles de la droga”, señaló en investigador para Avispa Midia.
Para el investigador de la UNAM, el problema de los flujos migratorios esta siendo suplantado por otras formas de modelo capitalista y, en medio de esto el complejo industrial militar esta presente el control de fronteras para ofrecer sus servicios privados. “Estamos en un momento de quiebre de una política neoliberal que no termina de caer, porque ya no funciona como estaba funcionado en los años 90 o hasta el año 2000. Hay modelos diferentes de capitalismo que se están encontrando fuertemente entre una nación y otra, pero también dentro de las mismas naciones, como en los Estados Unidos, donde unos quieren seguir con las mismas dinámicas de globalización y otros quieren otras políticas de explotación, pero basadas en la construcción de una capitalismo nacional. Eso esta ocurriendo en Brasil, China, EEUU y Rusia, en todas partes”, agrega Barreda.
