La controvertida organización conservacionista denominada Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF por siglas en inglés) ha sido acusada una vez más por financiar, equipar y colaborar directamente con fuerzas paramilitares que golpean, torturan, violan y asesinan a personas en países de Asia y África.
Estas acusaciones han sido rebeladas por una amplia investigación que publicó, este 4 de marzo, el portal de noticias BuzzFeed en su reportaje que lleva por nombre “La guerra secreta de WWF”.
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Esta organización, fundada por Max Nicholson, tiene sus orígenes en los años 1961 como iniciativa del biólogo Julian Huxley, hermano de Aldous, el autor de “Un mundo feliz”. Esta organización estuvo presidida por el Príncipe Bernardo (Bernhard Leopold Frederick) de Holanda hasta el año de 1976. El príncipe fue públicamente denunciado como Nazi, miembro de las SS motorizada y luego agente de la IG Farben alemana en Paris, empresa que recaudaba información para la SS, así los sostuvieron los Juicios de Núremberg o Procesos de Núremberg (en alemán, Nürnberger Prozesse), un conjunto de procesos jurisdiccionales emprendidos por iniciativa de las naciones aliadas vencedoras al final de la Segunda Guerra Mundial.
Hoy, una vez más, WWF con una gran presencia en Latinoamérica y el resto del mundo, le han sido develados documentos internos citados por Buzzfeed, donde prueban los repetidos encubrimientos e incluso su participación en una operación de compra de armas.
WWF había ayudado durante mucho tiempo a financiar y equipar a los guardabosques de Chitwan, uno de los 75 distritos de Nepal, quienes fueron acusados de torturar hasta la muerte a un granjero llamado Shikharam. Los guardabosques de Chitwan trabajan junto a más de 1.000 soldados del batallón del ejército del parque. La ley nepalí les otorga un poder especial para investigar delitos relacionados con la vida silvestre, hacer arrestos sin orden judicial e incluso a disparar en caso de “no tiene otra alternativa” contra cualquier delincuente o sospechoso muere.
La investigación asegura que el asesinato de Shikharam en el año 2006 no fue un incidente aislado, fue parte de un patrón que persiste hasta nuestros días. En los parques nacionales de Asia y África, WWF financia, brinda equipos y trabaja directamente con las fuerzas paramilitares que han sido acusadas de golpear, torturar, agredir sexualmente y asesinar a decenas de personas. Incluso denuncian la tortura a un niño de 11 años frente a sus padres en el año 2017, en un parque de Camerún.
Buzzfeed también informa de que WWF “ha operado como un centro de espionaje mundial, organizando, financiando y gestionando redes peligrosas y secretas de confidentes motivados por el ‘miedo’ y la ‘sed de venganza’, inclusive en comunidades indígenas, con el fin de facilitar información confidencial a las direcciones de los parques, mientras que públicamente ha negado trabajar con informantes”.
El medio ha revelado la práctica de la violencia a escala masiva en toda Asia y África, ejercida contra pueblos indígenas cuyas tierras han sido robadas para la creación de parques nacionales y reservas de tigres respaldados por WWF.
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Esta organización, considerada la mas grande en materia de conservación a nivel mundial, ha proporcionado a las fuerzas paramilitares salarios, entrenamiento y suministros, incluidos cuchillos, binoculares de visión nocturna, equipos antidisturbios y toletes, y ha financiado incursiones en las aldeas. En un país africano, se vio envuelto en un acuerdo de armas para comprar rifles de asalto a un ejército brutal que ha desfilado las calles con las cabezas cortadas de presuntos “delincuentes”.
La investigación advierte que los empleados de las oficinas de campo de esta organización en cada país que financia deben informar cualquier denuncia de brutalidad a su sede en Suiza. “Pero los documentos revelan que los propios empleados de WWF, en el terreno, a menudo están profundamente vinculados con el trabajo de los guardabosques. Coordinan sus operaciones, dirigen sus incursiones y patrullas conjuntamente con los funcionarios del gobierno y se hacen de la vista gorda ante sus faltas”.
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Tras estas denuncias WWF anunció que iniciará una investigación sobre estas revelaciones, aunque ya había encargado una investigación similar cuatro años atrás y luego ocultó los hallazgos. Para realizar la investigación ahora los conservacionistas han contratado al estudio de abogados Kingsly Naply, especialista en “gestión de la reputación” y que aconseja a sus clientes, “responder de forma completa a todas las preguntas, no siempre es la mejor estrategia”.