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Migrante haitiana muere en estación migratoria; organizaciones acusan condiciones inhumanas

En portada: Migrantes haitianos, procedentes de Sudamérica, esperan los transportes que el INM prometió para llevarlos fuera de la ciudad de Tapachula, donde permanecen sin acceso a servicios básicos y en condiciones insalubres. Diciembre, 2011. Foto: Santiago Navarro F.

La tarde de este miércoles (31), organizaciones de derechos humanos e integrantes del Colectivo de Monitoreo Frontera Sur denunciaron la muerte de Jean “N”, persona de nacionalidad haitiana quien falleció el pasado 27 de enero en la estación migratoria Siglo XXI, localizada en Tapachula, al sur de Chiapas.

Según la denuncia, la reciente muerte se suma a una larga lista de personas migrantes que han muerto al interior de las estaciones migratorias mexicanas. “La muerte de Jean ‘N’ no es un hecho aislado, sino que se suma a una serie de muertes de personas extranjeras bajo custodia del Estado Mexicano”, enfatiza el colectivo mediante comunicado.

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Las organizaciones que trabajan en el monitoreo de la movilidad de personas en la frontera sur de México señalan que han documentado que, tras la privación de su libertad, las personas migrantes son sometidas “a condiciones de hacinamiento, insalubridad, falta de servicios médicos, alimentación precarizada, malos tratos físicos y psicológicos, abusos sexuales, lo que en su conjunto constituyen entornos torturantes para las personas”.

Acorde al colectivo, son reiteradas las denuncias sobre las condiciones inhumanas y torturantes de las Estaciones Migratorias por lo cual rechazan el uso de eufemismos por parte del gobierno mexicano, quien las cataloga como “albergues” para las personas en movilidad. 

“Estos espacios de detención tienen un componente de racismo estructural, puesto que afecta de manera desproporcionada a personas racializadas, principalmente negras y/o caribeñas”, enfatizan. 

Además, argumentan que al nombrarlas como “estancias de alojamiento”, el Estado mexicano pretende ocultar e incluso negar, la realidad de estos centros de detención arbitrarios e ilegales, “que violan el derecho a la libertad personal, el principio de no devolución, el derecho a solicitar y recibir asilo, y el derecho a la vida”. 

Muertes bajo custodia

La versión oficial, proporcionada por el Instituto Nacional de Migración (INM), establece que Jean “N” murió por una broncoaspiración, después que los agentes migratorios se percataron que no respondía a los llamados, por lo que solicitaron la intervención de un médico. “Sin embargo, esta explicación no es suficiente ni convincente para aclarar las circunstancias y las causas del deceso”, sostiene el colectivo Frontera Sur.

Las organizaciones recuerdan que, en noviembre del 2023, una persona de nacionalidad cubana murió mientras era trasladada de la misma estación migratoria, en Tapachula, hacia un hospital privado “sin que hasta ahora se hayan esclarecido las causas de su muerte, y mucho menos se hayan deslindado las responsabilidades correspondientes”.

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Cabe recordar que, en 2021, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) emitió una recomendación al INM por la muerte de una persona haitiana y una ghanesa bajo custodia de la misma estación migratoria Siglo XXI, acontecidas en junio y octubre de 2019, respectivamente.

“Desde diversos espacios de la sociedad civil hemos documentado casos de motines, protestas, autolesiones y suicidios en las estaciones migratorias, lo que evidencia el grado de desesperación y sufrimiento que viven las personas en detención migratoria”, subrayan las organizaciones de derechos humanos. 

Es en este contexto que el colectivo, que integra centros de derechos humanos nacionales e internacionales, demandan el cierre inmediato y definitivo de las estaciones migratorias, “y el fin de la política de detención migratoria en México, que atenta contra la dignidad y los derechos humanos de las personas en contexto de movilidad”.

Milei pretende entregar semillas de Argentina a las gigantes de la Biotecnología

Foto de La Tinta

Productores de alimentos, educadores, organizaciones campesinas e indígenas, semilleras, huerteros, comercializadoras, distribuidoras agroecológicas y organizaciones de economía social y popular de Argentina sostienen la campaña nombrada #semillazos, un conjunto de acciones contra la privatización de la semilla nativa y criolla en el país. 

El presidente de ultraderecha, Javier Milei, ha enviado al Congreso legislativo el proyecto de Ley Ómnibus, con 600 artículos, que, entre otras medidas, promueve la “flexibilización de las protecciones ambientales de los bienes comunes del país”, explica Jonatan Baldiviezo, del Observatorio del Derecho a la Ciudad, una de las organizaciones que hacen parte de las movilizaciones contra la ley.

Uno de los “ataques a las leyes ambientales del país”, señala Baldiviezo, está la propuesta de que Argentina sea asignataria del Acta de 1991 del Convenio Internacional de la Unión Internacional para la Protección de las Obtenciones Vegetales (UPOV), una organización intergubernamental con sede en Ginebra, Suiza, cuya creación partió de la iniciativa de empresas europeas de Fito-mejoramiento, para definir los principios básicos de “protección” de nuevas variedades vegetales, creadas a través de modificación de la estructura genética de los vegetales.

Oficialmente, de acuerdo con su sitio web, “su objetivo es proporcionar un sistema eficaz de protección de las obtenciones vegetales”, es decir, “protege” los derechos de propiedad intelectual de las nuevas variedades vegetales, normalmente solicitada por grandes corporaciones biotecnológicas, como Monsanto. 

De manera que define un modelo de reglamento que debe ser aplicado por sus miembros en sus legislaciones nacionales, incluso ofrece orientaciones para la creación de las leyes en los países, de acuerdo los criterios del convenio. 

En la práctica organizaciones, pueblos y colectivos en toda América Latina han denunciado que este sistema de “protección” de semilla ha beneficiado a las grandes empresas y generado un impacto negativo en la comunidades rurales y indígenas, por promover la privatización de la semilla criolla o nativa.

Lo que está en “riesgo es la seguridad y soberanía alimentaria, porque promueve un sistema agroalimentario concentrado, fomentando un modelo de agricultura transgénica, industrializada y monopolizada; empobrece y achica la gran red agroalimentaria al vulnerar y desarticular a los principales actores de la cadena de producción de alimentos, que diversifican, garantizan y enriquecen de sabores, culturas e identidad a los alimentos y pueblos”, sostienen las organizaciones y colectivos argentinos movilizados en la campaña #semillazos.

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Hoy están en vigencia dos versiones de este convenio. El acta de 1978 y el acta de 1991. “Todo el sistema UPOV es terrible porque ha permitido el control del sistema de semillas en el mundo, especialmente por las corporaciones biotecnológicas de las semillas que hoy circulan comercialmente en el mundo. Ambas versiones tienen diferencias por su alcance e impacto, ambas son extremadamente nocivas”, explica Germán Vélez, del Grupo Semillas, de Colombia. 

Sin embargo, el acta de 1991 va más allá y promueve un despojo aun más grande de los bienes comunidades de comunidades indígenas y campesinas, denuncian las organizaciones. 

Hoy en América Latina, 14 países hacen parte del Convenio UPOV. Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia (fue derogada), Ecuador, México, Nicaragua, Paraguay Uruguay, hacen parte del acta de 1978. Costa Rica, Panamá, República Dominicana, Perú, hacen parte del acta de 1991.

De acuerdo con Vélez, los tratados de libre comercio con Estados Unidos, Unión Europea y Japón han obligado a que los países del sur adhieran al acta de 1991. Países como Colombia, México y Argentina, que hacen parte del acta de 1978, han sufrido presiones por los Estados Unidos para que se adhieran al acta de 1991.

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En lo que sigue retomamos las palabras de Germán Vélez en el conversatorio La Naturaleza no se Patenta, que comparte lo que implica el acta de 1991 para los países del sur y principalmente para las comunidades indígenas y campesinas, con la experiencia de que, en Colombia, la movilización de las comunidades y organizaciones lograró echar para tras la incorporación de dicho convenio internacional en la legislación nacional.

Centro de origen

América Latina es uno de los centros de origen y diversificación de los principales cultivos que sustentan hoy la agricultura y la alimentación en la región, como el tomate, ají, ñame, batatas, calabazas, tabaco, cacao, caucho, tubérculos, raíces, cereales, frutales, plantas medicinales, entre otros.

Las semillas forman parte esencial de las culturas ancestrales y han sido criadas mediante el trabajo, la creatividad, la experimentación y el cuidado colectivo, permitiendo sus formas de cultivar, de alimentación, de compartir y de desarrollar sus visiones de mundo. 

Desde épocas ancestrales las semillas han sido compartidas en las comunidades y han circulado libremente sin restricciones, sin controles externos para su producción, uso y difusión. Han sido recibidas los antepasados para ser entregadas a sus hijos e hijas, como garantía para su soberanía alimentaria.

Si hoy es posible nutrir la agricultura en el mundo entero, gozar de los sabores y formas de alimentación, sustentar la humanidad, es porque los pueblos las han cuidado, llevado consigo y permitido su libre circulación.

Ataques desde diferentes frentes

Las semillas se ven amenazadas por la biopiratería y las patentes, lo que ha llevado a crear monopolios de semillas y ha volver ilegal que los agricultores guarden e intercambien semillas.

El centro de ataque de las semillas está enfocado hacia la propiedad intelectual, mediante leyes y reglamentos que legalizan el abuso y el despojo, como son las leyes de certificación y registros de variedades, leyes de comercialización y convenios internacionales como la UPOV. 

La UPOV

De acuerdo con el acta de 1991, para “proteger una variedad”, es decir, para que una empresa se adueñe de una variedad vegetal, se requieren cuatro requisitos. Primero que la variedad sea nueva, es decir, que la variedad no sea comercializada por alguien más y que tampoco exista la solicitación de los derechos de patente para dicha variedad. 

Segundo, que la variedad sea homogénea, es decir, suficientemente uniforme en sus caracteres pertinentes. Tercero, que la variedad sea distinguible de cualquier otra variedad cuya existencia sea notoriamente conocida. Cuarto, que la variedad sea estable, es decir, que las características de la variedad se expresen permanentemente. 

Las semillas nativas y criollas no son nuevas, homogéneas, distinguibles, ni estables. Afortunadamente no cumplen con estas características. Son semillas que están en constante evolución y se adaptan a los cambios de su entorno natural y social, por lo que no cumplen estos criterios. El mejoramiento genético realizado por las comunidades se ha basado en la ampliación de la base genética, mientras que en los centros de investigación se basan en el estrechamiento de esta base genética, para producir especies más uniformes.

El Artículo 1 de la UPOV 1991 define como “obtentor” a “la persona que haya creado o descubierto y puesto a punto una variedad”.

Eso posibilita que las empresas se apropien de todas las variedades campesinas e indígenas que hoy existen, pues todas ellas pueden ser “descubiertas” por un obtentor no campesino o su empleador. Luego de tomarlas de los campos de agricultores, las reproducen, realizan algún nivel de selección, las homogenizan (“poner a punto”), las vuelven “estables” y las privatizan.

Además, la UPOV 1991 permite extender la propiedad privada sobre otra variedad que sea “similarmente confundible” a aquella que se privatizó.

También restringe el uso de variedades esencialmente derivadas para investigación de nuevas variedades. En la UPOV de 1978, se permitía que los mejoradores de planta tomaran las variedades ya protegidas y a partir de ella generara nuevas variedades vegetales, que serían también sujetas a protección vegetal. 

Pero lo que hace la UPOV 1991 es que solo se protege la primera modificación realizada en una semilla y todo lo que se derive de allí en adelante es propiedad de la primera empresa que promovió la modificación. Eso permite que las grandes transnacionales se apoderen de todo el material genético que ya tenga alguna forma de protección y se desconocería cualquier innovación tecnológica derivada de ella.

Fuerza

La UPOV restringe o prohíbe el derecho de los agricultores a guardar, intercambiar y vender semillas protegidas.

En la UPOV de 1978, los agricultores requieren la autorización del obtentor para reproducir, vender o guardar semillas y depende del pago al obtentor de la variedad.

En la UPOV de 1991, no se reconoce y se restringe el derecho del agricultor a guardar semillas privatizadas. Incluso la cosecha y sus productos son propiedad del “obtentor” de la variedad. Excluye el intercambio y venta de semillas seleccionadas por los campesinos y pueblos indígenas. 

En el mismo documento de 1991, las casas y los campos de los agricultores pueden ser requisados, sus cultivos y cosechas pueden ser destruidos, sin orden judicial, con el acompañamiento de fuerzas militares. Entidades públicas, privadas o personas pueden ser autorizadas para actuar como inspectores o autoridades de certificación, para hacer este control.

Es posible

En Colombia, durante las negociaciones de los tratados de libre comercio con los EEUU, se aprobó una ley que modificaba un artículo del código penal. La ley 1032 de junio de 2006 modificó el artículo 306 del Código Penal. 

Así había quedado el artículo: “Usurpación de derechos de obtentores de variedades vegetales. El que fraudulentamente usurpe derechos de obtentor de variedad vegetal protegida legalmente o similarmente confundibles con uno protegido legalmente, incurrirá en prisión de 4 a 8 años y multa de 26.6 a 1500 salarios mínimos legales mensuales vigentes”. 

Sin embargo, la Corte Constitucional, a partir de una demanda interpuesta por la Red de Semillas Libres, ordenó retirar del ordenamiento jurídico sobre semillas la expresión “Variedad similarmente confundible con una protegida legalmente” aplicable a los derechos de obtención vegetales.

En 2012, una vez que entra en vigencia el tratado de libre comercio entre Colombia y Estados Unidos, el congreso aprueba una ley que aprobaba el convenio UPOV 1991 (Ley 1518/2012).

La Corte Constitucional revisó la constitucionalidad de esta ley y abrió un período de intervenciones ciudadanas. Fueron presentadas mas de 10 mil firmas y conceptos técnicos de expertos que solicitaron derogar la ley. 

La Corte la declaró inexequible por no haber sido consultada previamente a las comunidades indígenas y afrocolombianas. Consideró que la aplicación de la propiedad intelectual sobre las semillas, mediante UPOV 1991, afecta directamente los derechos ancestrales de los pueblos y comunidades, que puede afectar la biodiversidad, la cultura y los territorios de los pueblos indígenas. 

También incluyó la posibilidad de que “la consulta [a los pueblos] podría llevar a la necesidad de renegociar el Tratado”.

Mientras tanto, el gobierno de EEUU ha presionado reiteradamente al gobierno de Colombia argumentando que ha habido avances muy limitados de los acuerdos. Pese a la presión, el gobierno de Colombia no ha insistido en suscribir en la versión de 1991.

Criminalizan legalmente a indígena opositor al Corredor del Interoceánico

En portada: David Hernández Salazar comparte el proceso de resistencia de su comunidad, Puente Madera, frente a la imposición de un parque industrial en el marco del megaproyecto del Corredor Interoceánico. Foto: El Sur Resiste

El indígena binnizá y agente comunitario de la comunidad Puente Madera, David Hernández Salazar, fue declarado culpable hoy, 30 de enero, en un proceso penal por ataque a las vías de comunicación y daños por incendio, tras 13 días de audiencia para el desahogo de pruebas y peritajes. La demanda fue impuesta por autoridades municipales de San Blas Atempa, en Oaxaca, en el Istmo de Tehuantepec.

Salazar, quien también es integrante de la coordinación general de la Asamblea de Pueblos Indígenas del Istmo en Defensa de la Tierra y el Territorio (APIIDTT) y del Congreso Nacional Indígena (CNI), ha representado a la comunidad indígena binnizá de Puente Madera en la reivindicación de su derecho al territorio que se ha visto vulnerado por la instalación en sus tierras comunes de un parque industrial en el ámbito del megaproyecto Corredor Interoceánico.

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El próximo 7 de febrero se retomará la audiencia que determinará la pena y sanciones, sin embargo, “continuaremos defendiendo y exigiendo la inocencia y libertad incondicional de David Hernández Salazar ante la fabricación de delitos y criminalización por su labor como defensor del territorio”, anunció la Asamblea Comunitaria de Puente Madera en un comunicado.

En julio de 2023, 23 organizaciones de la sociedad civil, nacionales e internacionales, en una Misión Civil de Observación, visitaron la comunidad binnizá y denunciaron actos de criminalización y difamación en contra de 17 defensoras y defensores de derechos humanos en Puente Madera. Las agresiones, argumentan, se deben a su labor de derechos frente la amenaza de imposición del Parque Industrial o Polos de Desarrollo para el Bienestar (Podebi) del Corredor Interoceánico en San Blas Atempa, incluyendo al defensor de derechos humanos, David Hernández Salazar.

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En un comunicado, organizaciones congregadas en el Frente de Organizaciones Oaxaqueñas denunciaron que las acciones de judicialización en contra de Salazar se “dan como parte de la campaña de difamación, hostigamientos, persecución y amenazas por parte de los tres niveles de gobierno, instituciones estatales, la Sedena [Secretaría de Defensa Nacional], organizaciones partidistas, políticos y empresarios relacionados con la imposición” del parque industrial en tierras de uso común de San Blas Atempa.

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Durante este martes (30), se realizaron acciones de protesta ante instalaciones del poder judicial y de la fiscalía General del Estado de Oaxaca en las ciudades de Matías Romero y Huajuapan de León para demandar el cese a la criminalización en contra de los defensores del territorio de Puente Madera y de Santa María Mixtequilla, también impactada por la creación de un polo de desarrollo. 

Ecuador: minera australiana Hanrine continúa operación pese prohibición

En portada: Resistencia antiminera en la comunidad de la Merced de Buenos Aires, al norte del Ecuador.

El día de ayer (29), la empresa minera Hanrine Ecuadorian Exploration Andmining S.A. pretendió ingresar una plataforma cargada de madera sin guía de transporte a la concesión minera Imba1, localizada en la Comunidad de la Merced de Buenos Aires, en la provincia de Imbabura, al norte del Ecuador. La empresa, propiedad de la australiana Hancock Prospecting, tampoco contaba con procedencia debidamente autorizada por el Ministerio de Ambiente.

La denuncia fue hecha por el Frente Antiminero de Ecuador y por el colectivo Buproe, una organización local en defensa de la vida en la Merced de Buenos Aires.

La empresa viene operando en total ilegalidad desde el 28 de marzo de 2023, sostiene el Frente en un comunicado, fecha en que la Agencia de Regulación Minera emitió la Resolución MEM-VM-2023-0004-RM que suspendía sus actividades. 

Sin embargo, desde entonces la comunidad ha denunciado constante actividad por parte de la empresa que incumple la resolución. 

En el comunicado, preguntan “¿por qué las autoridades permiten las actividades de la empresa aun cuando tiene orden de suspensión?”.

Otro ejemplo de omisión por parte del gobierno es que el viceministerio de Minas “omitió” inscribir en el Registro Minero la Resolución de Suspensión, “por lo cual la empresa sigue operando a discreción, junto a mineros ilegales y grupos terroristas que se encuentran en el territorio, dentro de las concesiones mineras ‘legales’”.

El gobierno utiliza la no inscripción como justificación para permitir la operación de la empresa. “Sobre el estado de las áreas suspendidas por el Viceministerio de Minas mediante Resolución MEM-VM-2023-0004-RM de 28 de marzo de 2023, la misma no ha sido inscrita en el Registro Minero de la Coordinación Zonal Imbabura - ARCERNNR, por tanto, dicha suspensión no tiene efecto ni valor legal alguno, y bajo este contexto el titular minero está facultado para realizar actividades mineras”, así justificó el Estado ecuatoriano.

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“En lugar de cumplir sus obligaciones las autoridades invierten su tiempo y dinero en organizar formas de corrupción minera, a su vez que amedrentan y amenazan a las defensoras y defensores del territorio, tal como ocurre en Buenos Aires, contra nuestras compañeras y compañeros”, dicen en el comunicado.

Concesiones

Hanrine tiene seis concesiones mineras en Imbabura, todas en etapa de exploración. Cuatro de ellas están ubicadas en la parroquia La Merced de Buenos Aires: Imba 1, Imba 2, Imba 5 e Imba 6. Mientras que dos concesiones están ubicadas en la parroquia Carolina, en el cantón Ibarra.

“Ilegales” y “legales”

La comunidad de Buenos Aires estuvo invadida durante tres años, entre 2017 y 2019, por mineros ilegales que se instalaron en una de las áreas concedidas a la minera Hanrine.

En 2019, por decreto presidencial, se ordenó el desalojo de los mineros ilegales que estaban acabando con la zona. A finales de ese mismo año, Hanrine ingresó a la comunidad para iniciar actividades en su concesión. Según informe de la Contraloría General del Estado (2020), la concesión fue otorgada a la minera de oro y cobre.

La conflictividad en la zona ha ido escalando progresivamente a niveles sin precedentes de violencia. De acuerdo con la organización Salva la Selva, desde el aparato estatal, junto los medios de comunicación tradicionales y las empresas mineras se emprendió una campaña para deslegitimar la defensa del territorio. El estado ecuatoriano instaló un campamento militar y policial para controlar la zona.

Ocho detenidos en el Istmo por participar en protestas contra Corredor Interoceánico

En Portada: Fuerzas de seguridad y miembros del ejército se apersonan en la comunidad de Santa María Mixtequilla, tras las detenciones de miembros de la población que se mantiene en protesta contra la imposición de un parque industrial en el marco del CIIT.

Mediante un fuerte operativo policiaco, durante la madrugada del pasado sábado (27), fueron detenidas ocho personas de la comunidad de Santa María Mixtequilla, en el Istmo de Tehuantepec, Oaxaca. 

Los detenidos son personas que han participado en las protestas de la comunidad mixteca contra la imposición de un “polo de desarrollo”, complejo industrial previsto a ocupar 502 hectáreas y que forma parte de una decena de parques previstos en el marco del megaproyecto del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec (CIIT).

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La Resistencia Civil Mixtequillense asegura que las detenciones están basadas en una acusación falsa sobre el robo a una patrulla municipal. También denuncian que, a pesar de mantener diálogos con la secretaría de Gobernación, “esta represión orquestada por el gobierno del estado busca acabar con nuestra lucha”.

Las personas detenidas son: Adelaido López Gallegos, Armando Sánchez Gómez, Orlando de la Cruz Gallegos, Roberto Vásquez Orozco, Ricardo Vargas Ruiz, Alba Pérez Santana, Albino Palacios Orozco y Jorge Ontiveros Álvarez.  

En una primera instancia fueron trasladados ante un Juzgado de Control en Tehuantepec. No obstante, durante el desahogo de la Audiencia de Control y Detención, el 28 de enero, se les determinó prisión preventiva oficiosa, por lo que fueron enviados a la ciudad de Oaxaca.

Asedio militar y policial

Posterior a la detención de los miembros de Santa María Mixtequilla, la mañana del domingo (28) los pobladores denunciaron la presencia de decenas de policías estatales, elementos de la Secretaría de Marina, así como de la Guardia Nacional, quienes señalan participan de “actos de intimidación que buscan frenar la movilización comunitaria”.

Manifestación de pobladores en Santa María Mixtequilla contra la imposición de un parque industrial en el istmo oaxaqueño.

“Nuestro pueblo de Santa María Mixtequilla amaneció tomado por decenas de policías estatales, marinos, militares y guardias nacionales, con lo que buscan los gobiernos frenar cualquier movilización”, sostuvieron los pobladores ante las detenciones arbitrarias y la ocupación violenta de la comunidad indígena.

“A los gobiernos les decimos no somos delincuentes, somos hombres y mujeres que defendemos nuestro derecho y que por ello estamos siendo reprimidos por gobiernos que se dicen de izquierda, pero que actúan como de derecha”, aseveran en comunicado por la irrupción de las fuerzas de seguridad.

Acorde a un pronunciamiento de la Red Nacional de Organismos Civiles de Derechos Humanos Todos los Derechos para Todas, Todos y Todes, (RedTDT), estos actos de intimidación se suman a un contexto de criminalización del derecho a la protesta y la libertad de expresión.

La RedTDT, quien participo de una Misión Civil de Observación de Derechos Humanos que visitó la región en julio del 2023 y constató las agresiones contra las poblaciones que protestan contra el megaproyecto del CIIT, asevera que las recientes detenciones e intimidaciones buscan llevar a cabo la imposición de un megaproyecto que es rechazado por la comunidad, “violando el derecho a la consulta, a la autodeterminación y al proceso de asamblea como forma de toma de decisiones comunitaria”.

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La Resistencia Civil Mixtequillense hace un llamado a la liberación inmediata de los detenidos, así como la salida de policías y militares de su comunidad.

Periodistas presentarán demandas legales contra Israel por asesinato de colegas

La Federación Internacional de Periodistas (FIP) ha emitido una advertencia a Israel, anunciando su intención de iniciar acciones legales contra políticos y líderes militares israelíes si periodistas son atacados en medio de los enfrentamientos en la Franja de Gaza.

En un comunicado, la FIP expresó su creciente consternación por el aumento de fallecimientos entre periodistas desde el 7 de octubre, representando actualmente alrededor del 10% de los periodistas en el enclave.

Reporteros sin Fronteras ha comunicado que, de los 63 periodistas asesinados en todo el mundo en 2023, 56 fueron ejecutados en Palestina.

En una carta dirigida a Benjamín Netanyahu, ministro de Israel, la presidenta de la FIP, Dominique Pradalié, y el secretario general de la organización, Anthony Bellanger, recordaron que el derecho internacional exige la protección de civiles, incluyendo a periodistas. Solicitaron a Israel comprometerse y publicar políticas y procedimientos específicos para garantizar el cumplimiento de este requisito por parte del ejército israelí.

La FIP advirtió que, en caso de que Israel no cumpla con estas demandas, no dudará en llevar a cabo acciones legales ante tribunales internacionales contra políticos y comandantes de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI). La federación instó a sus 187 afiliados a hacer lo mismo en jurisdicciones nacionales donde sea posible.

“La tasa de mortalidad entre los periodistas ha sido tal (aproximadamente tres veces mayor que la de los trabajadores de la salud, por ejemplo), que es imposible creer que sea una cuestión de azar”, destacó esta organización, enfatizando que Israel cuenta con tecnología altamente sofisticada que usa inteligencia artificial, como “El Evangelio”, o también conocida como “Habsora” o “The Gospel”, una herramienta que elige sus objetivos militares para atacar.

De acuerdo con el periodista israelí Yuval Abraham, las fuerzas armadas de este país vienen usando este tipo de tecnología desde 2019 y, además, le reveló en una entrevista el ex jefe del Estado Mayor de las FDI, Aviv Kohavi, que antes “producíamos 50 objetivos en Gaza al año. Ahora esta máquina produce 100 objetivos en un solo día, de los cuales el 50% son atacados”.

 "Si estos informes son exactos, ¿presumiblemente se están tomando decisiones individuo por individuo con respecto a los trabajadores de los medios de comunicación, sus familias y sus hogares?", cuestionó la FIP.

La FIP no solo ha emitido una advertencia, sino que ha confirmado su compromiso de llevar a Israel ante los tribunales internacionales si persisten los ataques a periodistas en Gaza. En la carta, la presidenta y el secretario general de esta organización subrayando que los periodistas de Gaza son respaldados por los 600 mil miembros de la FIP, en más de 140 países.