*Desde el año 2010, en Eloxochitlán de Flores Magón se vive un ambiente represivo. Caciques y políticos locales, bajo la mirada de las instituciones y desde ellas, han desatado una persecución política y jurídica contra l@s representantes de la Asamblea Comunitaria. A continuación, presentamos un texto en dos partes. La primera aborda la lucha actual de las mujeres Mazatecas y, la segunda, hace un repaso en el conflicto y la violencia desatada por el grupo encabezado por Manuel Zepeda y su hija Eliza Zepeda.
El pasado 26 de julio, mujeres Mazatecas de Eloxochitlán de Flores Magón, Oaxaca, cumplieron dos meses en plantón afuera del Consejo de la Judicatura Federal (CJF) en la Ciudad de México.
Ellas se encuentran ahí para exigir la libertad de los presos políticos: Herminio Bonfil, Isaías Gallardo, Fernando Gavito, Omar Hugo Morales, Francisco Durán, Alfredo Bolaños y Jaime Betanzos, recluidos hace siete años en el área de máxima seguridad del Centro de Reinserción Social Varonil, en San Francisco Tanivet, Tlacolula de Matamoros, acusados del asesinato de dos personas.
El plantón se encuentra al sur de la Ciudad de México. Este campamento lo componen varias casas de campaña, una cocina improvisada, además de un espacio donde un par de mesas y sillas son utilizadas lo mismo como comedor, sala de prensa, multiforo y salón, donde las mujeres mazatecas y algunos varones comparten talleres con organizaciones solidarias, resistiendo frío, lluvias y el hostigamiento de personas que se acercan a tomar fotos sin identificarse.
Su problemática, como así lo menciona Argelia Betanzos, hija de Jaime Betanzos, en entrevista para Avispa Midia señala: “Hemos venido a partir de la negación de la justicia en los tribunales del estado de Oaxaca por un lado y, por otro lado, el asunto de la dilación sistemática practicada por el juzgado mixto de Huautla, el tribunal de Oaxaca y la fiscalía del estado de Oaxaca”.
Estas situaciones, de acuerdo a Argelia, hicieron que los casos brincaran en una línea de defensa, a la que llama “vertical” al dirigirse hacia el ámbito federal. De esta manera, seis de los siete presos, aunque residen en Oaxaca, tienen sus casos en manos de jueces y magistrados federales.
Por eso han decidido venir al CJF, porque allí están los consejeros encargados de coadyuvar a que la sociedad reciba justicia. Las mujeres mazatecas iniciaron en mayo el plantón debido a las irregularidades en los casos de seis de los presos de Eloxochitlán.
Entre las presentes se encuentra Viviana Gavito, quien abandonó su milpa, su casa y sus animalitos, para exigir la libertad de su hijo Fernando Gavito. Ella señala que, desde muy pequeño, Fernando se trasladó a la ciudad de México para trabajar y tenía muy poco de haber regresado a su casa cuando lo arrestaron. Viviana tardó cuatro días en saber el paradero de su hijo, pues nunca le dijeron la razón de su detención.
Fernando ayudaba en las labores del campo a doña Vivi, como le dicen de cariño en el plantón. Ahora, ella levanta la siembra, cuida a los animalitos y levanta la cosecha sola. “Quiero ver libre a mi hijo, no le enseñé eso de las mentiras (…) le enseñé el trabajo del campo, soy madre soltera, yo crecí a mi único hijo, es el único hijo que tengo, quiero ver libre a mi hijo, estoy harta de que no avancen sus papeles, es muy duro estar aquí (en el plantón)”, señala Viviana Gavito.
Yadira Morales Zaragoza es otra de las mujeres mazatecas de Eloxochitlán presentes en el campamento. Ella también es parte de la organización a través de la Asamblea Comunitaria. Sin embargo, después de que sus integrantes fueran objetivo de reiteradas agresiones, decidieron no continuar con el esfuerzo por temor a la violencia en su contra. “Ahorita que estamos en la lucha de los presos políticos, volvimos a retomar la Asamblea, yo me uní a la lucha porque estoy harta de ver y sentir tanta injusticia, tanta corrupción en el estado y en el país. Yo creo que llegó el momento de que ya nuestros compañeros salgan, nosotras como mujeres mazatecas, retomamos esa lucha”, enfatiza Morales.
Aún con pruebas, negación de libertad
En el año 2017, los presos políticos y sus representantes legales promovieron un recurso llamado “incidente de libertad” al considerar que todos los datos de prueba acusatorios estaban desvanecidos.
Después de la reticente demora del juez de Huautla y la apelación de los presos ante ello, en marzo del 2019, el juez local, bajo orden del Tribunal Superior del Estado de Oaxaca, resolvió a favor de cuatro de los siete presos. El 1 de marzo de 2019 fueron absueltos y liberados, Herminio Bonfil Avendaño, Jaime Betanzos Fuentes y Fernando Gavito Martínez. Pese a ello, Omar Hugo Morales Álvarez continuó preso, acusado de la muerte de Gustavo Estrada. Sin embargo, al salir de la pluma del penal de Ixcotel, los demás absueltos fueron nuevamente aprehendidos para aplicarles una nueva orden de aprehensión, esta vez por el supuesto delito de tentativa de homicidio, pero ahora contra Elisa Zepeda Lagunes.
A pesar de que desde noviembre y diciembre del 2020 se realizaron las audiencias de los casos, fue hasta marzo de este 2021 cuando les comunicaron a los familiares el resultado que negaba su liberación. A la llegada de las mujeres Mazatecas al plantón en mayo de este año, los casos eran considerados irregulares. Por ejemplo, la fiscalía de Oaxaca no había notificado a la parte demandante, pese a que es un requisito esencial para que puedan luego desarrollar las audiencias. En junio, el Tribunal regularizó los trámites y quedaron listos para el dictado de audiencia del Tribunal Colegiado, que es lo que se espera que suceda en los próximos días.
Argelia Betanzos señala que entre los años de 2017 al 2019 les había sido otorgada la libertad en casos idénticos, inclusive con menores pruebas y ahora con mas material probatorio de inocencia les fueron negadas. Por ejemplo, el caso de Miguel Peralta, quien fue detenido en abril de 2015 en la Ciudad de México, sin orden de aprehensión. Peralta estuvo en calidad de desaparecido varias horas tras su arresto y fue liberado por el juzgado mixto de Huatla en octubre del 2019, tras cuatro años, cinco meses y 14 días de estar en prisión tras ser acusado por los delitos de homicidio y tentativa de homicidio contra Elisa Zepeda Lagunas.
Otros ejemplos, de acuerdo a Argelia Betanzos, son los 18 autos de libertad, las dos sentencias absolutorias y un incidente de libertad por desvanecimiento de datos, todos ganados entre 2015 y 2019 y que fueron negados por el juez de Huautla. En todos los casos se interpusieron o apelaciones o amparos para que una autoridad superior, estatal o federal revisara la actuación del juez local. De ese modo, el análisis de las autoridades superiores favoreció la obtención de las libertades cuando declaraban ilegal la actuación del primer juez.
Desde el plantón, Betanzos espera la resolución de los amparos en revisión. En estricto sentido, una vez que pasa al ponente, no debería de tardar más de un mes para que el tribunal enliste el asunto. A partir de ahí, se anunciará la fecha que darán el resultado a la defensa, pero al momento no han notificado a la defensa la fecha.
“No significaba, tampoco, que cuando nos fueron otorgadas, la cosa fue tan fácil, no, siempre fue una cuestión de insistencia y de mucha pulcritud jurídica. Cuando entonces en el 2020 se nos niega todo, pues fue un mensaje muy claro en el que nosotros pudimos concluir que la corrupción había alcanzado escalones muy altos. Ya no solo el juez local que desde inicio estuvo corrompido, ahora las salas del Tribunal, todas las salas del Tribunal y el primer escalón federal, que son los jueces de amparo”, acusa Argelia Betanzos.
Para ejercer presión, desde el 26 de mayo pasado, Argelia Betanzos y después Fernando Gavito se declararon en huelga de hambre. Argelia desde el plantón y Fernando desde el penal, ambos se mantuvieron 50 días en huelga, sin embargo, debido al riesgo en la salud de Fernando Gavito, decidieron detener la acción de protesta el 20 de julio pasado.
N ́guixo: bajo la neblina
Eloxochitlán es un municipio indígena mazateco, cuna de Ricardo, uno de los tres hermanos anarquistas Flores Magón. Colinda al norte con Santa Anta Ateixtlahuaca, al sur con Santa Cruz Acatepec, al oriente con Santa María Chilchotla, y al poniente con San Pedro Ocopetatillo. Para sus habitantes, es conocido en la lengua mazateca como N ́guixo que significa “Entre nubes o bajo lo espumoso, bajo la neblina”.
“Nuestro pueblo es en el que nació Ricardo Flores Magón, a parte de su exuberancia natural, hay una exuberancia histórica, así que no dudo que grupos caciquiles del estado o del país de pronto quieran adueñarse por completo, dejar a los habitantes más sumisos quizá, que no respinguen por si hay un despojo masivo o una destrucción total”, apunta Argelia Betanzos.
De acuerdo a integrantes de la Asamblea Comunitaria de Eloxochitlán, fue aproximadamente a inicios del 2010, cuando los partidos políticos comenzaron a operar encaminados a las elecciones de aquel año en noviembre, intentando con ello deslegitimar las tradicionales elecciones realizadas por medio de usos y costumbres.
Ese mismo año, en Oaxaca ocurrió el fin de 80 años de gobierno bajo el Partido de la Revolución Institucional (PRI), lo que llevó a la gubernatura del estado a una coalición de cuatro partidos políticos. Uno de ellos, Convergencia, cobijó a ManuelZepeda, expriísta originario de Eloxochitlán, para contender por la alcaldía del municipio mazateco.
Así, en medio de una serie de irregularidades tales como el reparto de despensas, la compra de votos, y la introducción de maquinaria antes de anunciarse su victoria el 14 de noviembre de 2010, Manuel Zepeda Cortés consiguió ocupar la presidencia municipal de Eloxochitlán.
Las costumbres tradicionales de elegir representantes contra los partidos políticos
A partir de aquel momento ocurrieron una serie de abusos de poder por parte del nuevo alcalde, además de reiteradas agresiones violentas contra quienes se organizaban a través de la Asamblea Comunitaria de Eloxochitlán.
Ya en el cabildo, Zepeda se negó a reconocer como regidores electos a Eladio Rocete Guerrero, Bernardo Barbosa Hernández, Fernando Palacios Cházares y Alonso Nieto Guerrero. De acuerdo a Argelia Betanzos, el 26 de enero del 2011, una comisión de la asamblea incluyendo a Jaime Betanzos, se reunieron en la oficina de la gubernatura donde fueron amenazados por Benjamín Robles Montoya, secretario de gobernación. La intención era sofocar el movimiento de la Asamblea Comunitaria que buscaba la integración de los regidores.
Pero, sobre todo, continúa Betanzos, la presión era para que Manuel Zepeda “tuviera manga ancha en el desempeño de sus funciones y la tuvo, tan es así, que a pesar que los regidores ganaron el juicio en el Tribunal Electoral del Estado, les tomó protesta hasta el final de su trienio, a finales del 2014”.
Tras esta amenaza, la noche del 27 de enero del 2011, Jaime fue detenido por la policía ministerial en el centro de Oaxaca. La policía lo mantuvo incomunicado por más de 12 horas para después trasladarlo al reclusorio de Miahuatlán, donde permaneció recluido cerca de dos meses, es considerado el primer preso politico del gobierno de Gabino Cué. En este contexto violento, el 10 de septiembre de 2011, los regidores afectados promovieron un juicio para la protección de sus derechos político-electorales ante el Tribunal Estatal Electoral del Poder Judicial del Estado de Oaxaca, cuyo juicio quedó radicado con la clave de expediente JDC/80/2012.
Sin embargo, los hechos violentos continuaron. El domingo 20 de marzo de 2011, en el corredor municipal de Eloxochitlán, Vicente, Vidal y Venancio Zepeda Cortés, hermanos del presidente municipal, junto a David Tello Delgado, su yerno, aparecieron armados con palos, tubos y gases lacrimógenos, mismos que utilizaron en contra de l@s integrantes de la Asamblea Comunitaria, quienes se encontraban en reunión en espera de los representantes que tenían audiencia con Manuel Zepeda para abordar la toma de protesta de los regidores electos y desconocidos por el alcalde.
Tiempo después, el 14 de agosto del 2012, fue detenido Pedro Peralta Carrillo, integrante de la Asamblea Comunitaria de Eloxochitlán, supuestamente por los delitos de lesiones, daños y portación de arma de fuego sin licencia, iniciándose en su contra la averiguación previa 154/TFM/2012. Sin embargo, de acuerdo a sus familiares, en específico de su hijo Martín Peralta Betanzos, los dos, Pedro y Martín se dirigían a una faena cuando fueron interceptados por Manuel Zepeda, quien, de acuerdo a los testimonios, orquestó el ataque, la persecución y la posterior detención de Peralta. Él fue entregado a las autoridades estatales 20 horas después de su detención y durante ese lapso fue torturado física y psicológicamente, e incluso por la gravedad de las lesiones, tuvo que ser hospitalizado.
En una carta desde prisión, Pedro señala que: “tras haber sido torturado física y psicológicamente por Manuel Zepeda Cortés (personaje que continúa reprimiendo a la gente de mi comunidad) y sus simpatizantes, día a día me preguntó qué es lo que pasa con la justicia en el Estado de Oaxaca.” Respecto a esto, la organización Código DH reconoció en su informe “La situación de los Derechos Humanos en Oaxaca, Grandes pendientes” que Pedro Peralta podría haber sido víctima de tortura.
Peralta fue liberado tres años después, luego de que sus denunciantes no continuaran con el proceso. Además, fue absuelto de los delitos de agresión contra el hijo de Zepeda, Manuel Zepeda Lagunes.
Para el 20 de noviembre del 2012 también sucedió otra agresión, esta vez contra alrededor de 37 personas, entre ellas hombres, mujeres y niños quienes se encontraban a bordo de un autobús con dirección a la ciudad de México. De acuerdo a Miguel Peralta, liberado en el año 2019, “subieron al autobús 20 personas encapuchadas quienes portaban armas de fuego, eran policías encapuchados, dirigidos y comandados por Manuel Zepeda Cortés”.
Aquella misma noche, relata Argelia Betanzos, “fueron tirados por muertos, como el periodista Fernando Cházares que de hecho lo encontraron en un barranco. Lo dieron por muerto, literalmente, esos actos también quedaron impunes. El tema del 20 del noviembre se redujo a lesiones, no a tortura, aunque hay protocolo de Estambul positivo y ahorita firman Manuel y sus compañeros cada mes”.
De acuerdo a la alerta de Artículo 19, “Fernando Palacios Cházares, director de la revista regional Ruta 135, se encontraba documentando la caravana que partía a la Ciudad de México, cuando fue agredido y despojado de su equipo de trabajo por presuntos elementos de la Policía Municipal de Eloxochitlán”. Durante la agresión, el periodista reconoció tanto al presidente municipal como a varios efectivos municipales, quienes la mañana del mismo martes ya habían intentado despojarlo de su equipo.
Los Zepeda se niegan a dejar el poder
En el año 2013, después de tres años gobernados por un régimen policial y represivo, sostenido por un cabildo ilegal comandado por Zepeda Cortés, la Asamblea Comunitaria de Eloxochitlán decidió participar en el proceso para la elección de los nuevos cargos en la presidencia municipal.
En Eloxochitlán, explica Betanzos, las elecciones se realizan cada tres años. En el mes de noviembre se anuncia por la bocina comunitaria, y es cuando las personas originarias de los diversos barrios se congregan en la cancha principal. Es ahí cuando se elige al presidente y a la mesa que dirigirá las dinámicas de las elecciones. También se eligen escrutadores, que son las personas que cuentan las manos alzadas. Antes de votar se proponen personas para el puesto y estos perfiles generalmente son de personas reconocidas por su trabajo comunitario. Las personas propuestas pueden aceptar o no el cargo y generalmente antes de las votaciones las personas mayores realizan una reflexión sobre la importancia de la vida comunitaria para después pasar a la votación.
Sin embargo, en noviembre del 2013, Manuel Zepeda trató de arrebatar la elección, emitiendo por primera vez en el municipio un estatuto que contenía “las reglas” para el nombramiento del cabildo municipal. Así, cuando llegó el día de las elecciones Zepeda anunció que, de acuerdo al estatuto, sólo una planilla tenía el derecho a participar.
“El estatuto nunca fue consultado, ni votado, ni mucho menos publicado. La asamblea éramos tantos que logramos desconocer el estatuto de Manuel Zepeda y no nos ceñimos a su famosa planilla que ya estaba inscrita, con acuerdo del gobierno. Dijimos ‘aquí se va a nombrar el presidente’, ‘diremos porqué y nombraremos’ y así fue como se nombró a Alfredo Bolaños Pacheco”, recuerda Argelia.
Electo Bolaños por la Asamblea Comunitaria, buscó la integración entre los grupos antagónicos. La idea era que personas del grupo de Manuel se sumaran al gobierno de Alfredo para pacificar la comunidad y recobrar un ambiente de paz, sin confrontación.
Irregularidades en la gestión de Manuel Zepeda
Zepeda, junto con su hija y actual diputada estatal por el partido Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), Elisa Zepeda, comenzó desde el año 2010 a extraer recursos naturales del municipio para la empresa que mantuvo como principal proveedora de materiales pétreos a diversos municipios mazatecos, la cual él benefició de manera empresarial y personal.
“Manuel Zepeda empezó su empresa de materiales a costa de la sobreexplotación de los recursos naturales de nuestro pueblo, de hecho, en algún momento comenzó a desazolvar el río, cambiando sus características más sobresalientes, se llevó el material que le daba la vitalidad y el río dejó de ser lo que era”, señala Argelia Betanzos.
De acuerdo a la asamblea, durante la nueva administración, Zepeda se acercó al cabildo en distintas ocasiones, principalmente para presionar al gobierno de Bolaños para continuar con las compras de material pétreo a su compañía, pues estas acciones de autocompra las realizó durante su gestión. No obstante, Alfredo se negó rotundamente y para octubre fue la última vez que Manuel insistió en el asunto.
Al respecto, en un mensaje enviado desde su reclusión, Alfredo Bolaños señaló que Manuel Zepeda Cortés se presentó en las oficinas de la presidencia municipal con el propósito de ofrecer los productos de su empresa, productos pétreos, específicamente de grava y arena en gran cantidad para obras de infraestructura.
También, proponía la introducción y negociación con varios constructores de obras públicas con los que él había pactado en el trienio pasado siendo el presidente de Eloxochitlán. Una vez que se sometió a cabildo la propuesta de Zepeda, se acordó cumplir con los ciudadanos con el propósito de beneficiar a las familias de bajos recursos, tras lo cual Manuel Zepeda Elisa y sus familiares empezaron a parar las obras públicas, porque la presidencia no le estaba comprando a su empresa.
A principios de noviembre de 2014, notificaron al nuevo cabildo la orden de auditoría ASE/OAS/SAF/DACF/2079/2014 emitida por la Auditoría Superior del Estado de Oaxaca (ASE), por la cual Manuel Zepeda debía rendir cuentas a más tardar el día 28 de noviembre de 2014 y justificar el gasto público del año fiscal 2013, que ascendió a 21 millones de pesos. Alfredo tomó el documento y lo notificó a Manuel, quien en represalia desató la violencia en días posteriores.
En la segunda parte abordaremos el conflicto desatado por Manuel Zepeda Cortés y la importancia en la búsqueda de justicia y verdad, así como un repaso de la resistencia ante los abusos caciquiles y del Estado.