En portada: La reciente redada no es la primera vez en que elementos de la Patrulla Fronteriza detienen a migrantes en el Campamento Bird ubicado en Arizona. Foto de No Más Muertes.
El pasado domingo 23 de noviembre, elementos de la Patrulla Fronteriza de los Estados Unidos (EEUU) realizaron una redada, sin orden judicial, y detuvieron a tres personas dentro del puesto de ayuda humanitaria para inmigrantes indocumentados, gestionado por el colectivo No Más Muertes, localizado en la región desértica de Arivaca, Arizona.
La tarde de aquel día, voluntarios del colectivo encontraron a varios agentes de la Patrulla Fronteriza en la entrada del campamento Byrd, un lugar que proporciona asistencia médica, comida y refugio a personas que cruzan la frontera entre EEUU y México. Testimonios refieren que, a través de los altavoces incorporados en sus vehículos, los agentes federales emitieron indicaciones a los refugiados para que salieran del lugar.
Pese a que los agentes solicitaron ingresar al puesto humanitario, los integrantes de No Más Muertes rechazaron su petición debido a que los elementos no contaban con orden judicial, por lo que permanecieron a la espera en la entrada del lugar. Una hora después, regresaron alegando una condición excepcional.
A través de imágenes, compartidas por el colectivo a medios locales, se observa a tres agentes de la Patrulla Fronteriza irrumpiendo en las casas rodantes ubicadas en el lugar, rompiendo puertas y ventanas para ingresar violentamente y detener al menos a dos personas.

Los trabajadores humanitarios refieren que, al exigirles una explicación por su conducta, los miembros de la Patrulla Fronteriza argumentaron que se encontraban en “persecución inmediata”, una situación que, de acuerdo a ellos, les permitía ingresar al puesto humanitario sin necesidad de orden judicial.
En comunicado emitido por No Más Muertes, los gestores del puesto de ayuda humanitaria alegan que la afirmación de las fuerzas de seguridad con cumplían con el criterio de persecución ya que su espera a las afueras del refugio contradice su argumento. En su posicionamiento, el colectivo refiere que existen precedentes con la misma conducta por parte de la Patrulla Fronteriza, cuyos elementos han “entrado anteriormente en el Campamento Bird sin orden judicial, pero nunca a las estructuras, que gozan de protecciones adicionales en virtud de la Cuarta Enmienda”, detallan en relación a la protección con la que cuentan los ciudadanos estadounidenses contra registros e incautaciones ilegales.
No Más Muertes especifica que han ocurrido dos redadas previas, una en 2017 y otra durante 2020, sin embargo, ambas contaron con orden de registro federal y la participación de un equipo BORTAC -unidad táctica de emergencia, perteneciente a la Patrulla Fronteriza, cuya labor es responder a amenazas terroristas.

“Esta es la primera vez que los agentes entran en edificios sin orden judicial, lo que supone una nueva escalada por parte de la agencia”, sostiene el colectivo, para quien esta agresión no es un incidente aislado, pues señalan que, en todo EEUU, agentes federales de inmigración han adoptado tácticas “cada vez más ilegales y agresivas”.
No Más Muertes ejemplifica su denuncia con lo que ocurre en ciudades como Los Ángeles, Chicago y Charlottesville, donde se han producido cientos de detenciones ilegales, “lo que viola un decreto de consentimiento, y un uso excesivo de la fuerza que desafía una orden judicial”. El colectivo también refiere lo que sucedió en Charlotte, Carolina del Norte, donde agentes de la Patrulla Fronteriza llegaron al extremo de romper la ventanilla de un coche para detener a un ciudadano estadounidense.

“No More Deaths denuncia firmemente este patrón continuado de impunidad y ataques a inmigrantes en todo el país. Afirmamos el derecho de todas las personas, independientemente de su estatus migratorio, a recibir ayuda humanitaria. De acuerdo con esta visión, el Campamento Byrd siempre ha funcionado de acuerdo con los protocolos establecidos por el derecho internacional humanitario”, sostiene el colectivo.
Criminalización
El Campamento Bird, ubicado en Arizona, opera desde el año 2004 con el objetivo de poner fin a la serie de muertes de inmigrantes indocumentados que cruzan por esta región. Durante más de una década, refiere el colectivo No Más Muertes, los trabajos del refugio se realizaron en el contexto de una “tensa tregua” entre los voluntarios y los líderes del sector de Tucson de la Patrulla Fronteriza.
Pero, en 2017, durante el primer gobierno de Donald Trump, el acuerdo se rompió cuando elementos de la Patrulla Fronteriza realizaron una redada en el campamento y arrestaron a cuatro hombres mexicanos. Para el año 2020, la agencia federal efectuó otra redada en el campamento y esta vez consiguió detener a 30 personas, en lo que el colectivo de ayuda humanitaria calificó como una “redada estilo militar” debido a que se emplearon docenas de vehículos de los agentes de inmigración, un vehículo blindado, automóviles todoterreno e, incluso, un helicóptero Blackhawk.
En aquel momento, No Más Muertes denunció la redada al argumentar que constituía un “claro ejemplo del patrón mortal de la Patrulla Fronteriza de interferir en la ayuda humanitaria”.
Sumado al aumento en la violencia de las operaciones de los agentes migratorios, fiscales federales han presentado cargos contra nueve voluntarios de No Más Muertes. Entre los indiciados se encuentra Scott Warren, quien es acusado de dos delitos por dar refugio a inmigrantes y un cargo por conspiración para transportar y dar refugio a las personas en movilidad que buscan ingresar a EEUU sin documentación.

Pese a las denuncias penales, en noviembre del 2019 un jurado se negó a condenar a Warren por dichas acusaciones. Posteriormente, en enero del 2020, un juez federal desestimó las condenas que habían sido impuestas a cuatro voluntarios de No Más Muertes y, un mes después, los fiscales retiraron los cargos contra Warren.
La redada ilegal de los últimos días de noviembre ocurre en un momento de ligero descenso en las detenciones en la frontera entre EEUU y México. Acorde a medios locales, el aumento en los operativos y capturas de personas indocumentadas comenzó en junio de 2024 y ha continuado durante la segunda administración de Trump, que arrancó en enero de este 2025.
Según datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos, durante el pasado octubre, los agentes de inmigración detuvieron a 30,573 personas, lo que supone un ligero aumento con respecto a los tres meses anteriores, pero aproximadamente una cuarta parte de las detenciones de diciembre de 2024, el último mes del gobierno de Joe Biden.
“No Más Muertes denuncia enérgicamente esta continua impunidad y los ataques contra los inmigrantes en todo el país”, denunció el colectivo. “Afirmamos el derecho de todas las personas, independientemente de su situación migratoria, a recibir ayuda humanitaria. De acuerdo con esta visión, el Campamento Byrd siempre ha funcionado de conformidad con los protocolos establecidos por el derecho internacional humanitario”, finaliza en su posicionamiento público.


