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Muerte y delitos contra migrantes, mientras el INM despresuriza la frontera sur de México

En portada: Familias migrantes en los alrededores de una estación de autobuses en Tuxtla Gutiérrez

Fueron 12 las personas en movilidad humana que perdieron la vida la semana pasada en diferentes momentos, pero no fortuitos. A decir de los defensores de los derechos humanos, la situación responde a una política violenta e inhumana que implementa el Estado mexicano.

El jueves 28 de septiembre, un camión tipo volteo se volcó a la altura del kilómetro 125 de la vía terrestre Malpaso-La Herradura, en Chiapas. En el vehículo viajaban hacinadas 52 personas, de las cuales dos fallecieron y 27 fueron llevadas a atención médica a Tuxtla Gutiérrez, entre ellas seis menores de edad.

Un total de 24 son originarias de Guatemala, una de Ecuador, una de Venezuela y de una persona no se logró determinar su nacionalidad.

La madrugada del 1 de octubre, una segunda volcadura terminó con la vida de 10 mujeres, de 27 personas de origen cubano que trasladaba la unidad tipo tortón. El accidente ocurrió en el kilómetro 134 del tramo carretero Pijijiapan-Tonalá, Chiapas, donde estos sucesos se han vuelto recurrentes.

Las 17 personas restantes, resultaron con heridas de gravedad: 16 fueron trasladadas al Hospital de Pijijiapan y una más fue canalizada al Hospital de Huixtla, pero la dependencia de salud permanece hermética sobre la condición de los hospitalizados.

“El Estado debe realizar una investigación pronta, exhaustiva e imparcial sobre las causas y responsabilidades de este accidente y brindar atención a las víctimas y sus familiares”, se pronunció el Colectivo de Monitoreo Frontera Sur.

Integrado por diversas organizaciones con presencia en Chiapas, el Colectivo reiteró que los hechos no son aislados, sino consecuencia directa de la política que restringe, contiene y detiene los flujos migratorios.

“Es preocupante que estas políticas generen un contexto de violencia, precariedad y riesgo para miles de personas que por diversas razones han tenido que salir de sus países”, señaló el Colectivo, pues les obligan a recurrir a vías inseguras, clandestinas y expuestas al abuso, la extorsión y la muerte.

Pidió respeto al derecho a la identidad y dignidad de las personas fallecidas, facilitar la identificación y entrega a familiares, así como el traslado y la sepultura, “que se repare el daño integral a las víctimas y sus familias”.

Los defensores que integran el Colectivo exigieron justicia, pues recordaron que hace dos años en el accidente del tramo Chiapa de Corzo-Tuxtla en el que fallecieron 55 personas y 114 resultaron heridas, las familias nunca encontraron reparación del daño.

Se expande la contención en Chiapas

El pasado 26 de septiembre, el Instituto Nacional de Migración (INM) dio a conocer que el comisionado Francisco Garduño Yáñez “despresurizó” a 8,152 personas que esperaban turno en la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) en Tapachula, Chiapas.

Es decir, trasladaron a las personas en movilidad humana usando 189 autobuses y 73 camionetas tipo Van a Tuxtla Gutiérrez, Huixtla, San Cristóbal y Palenque, Chiapas; además de Villa Hermosa, Tabasco y Acayucan, Veracruz.

Pero estos traslados no son nuevos, comenzaron poco después del incendio de la estancia migratoria del INM en Ciudad Juárez, Chihuahua. “Los traslados se hacen desde el puente de ingreso en Suchiate hasta Tuxtla y recientemente a otros estados de la república”, explicó a Avispa Mídia Karen Martínez, del Servicio Jesuita a Refugiados.

“Oaxaca es otro de los estados que se ha estado saturando porque los autobuses también las llevan para allá, pero el INM no brinda información clara y no indica a cuántas personas ha traslado en total, tampoco hay un control”, dijo Martínez.

Las organizaciones del Colectivo de Monitoreo Frontera Sur han documentado la salida de al menos 10 autobuses a diario desde Suchiate y Tapachula, que viajan con alrededor de 40 personas a bordo.

En testimonios recabados de personas migrantes y solicitantes de asilo que llegaron a Tuxtla Gutiérrez por esta vía, el traslado se les otorga a cambio de firmar documentos en los que pierden sus derechos para regularizar su estatus o acceder a la protección internacional.

Familias migrantes en los alrededores de una estación de autobuses en Tuxtla Gutiérrez

Pero si las personas intentan irse de Tuxtla Gutiérrez a la Ciudad de México son interceptadas en alguno de los cinco retenes del tramo Chiapas-Veracruz, en los que incluso participa la Fiscalía General de la República (FGR), y son retornadas a la capital chiapaneca.

Yannet Gil Ardon fundadora del albergue “Una ayuda para ti mujer migrante” dio cuenta que las personas en movilidad que son detenidas en el norte de México también son trasladadas a Tuxtla Gutiérrez, “el INM las viene prácticamente a tirar a las terminales de autobuses y les quitan o destruyen sus documentos oficiales”.

“La nacionalidad más acentuada es de Venezuela y regularmente son familias”, dijo la defensora a Avispa Mídia. Además, mencionó que están incrementando los casos de personas desaparecidas, “llegan sujetos a las terminales a ofrecerles ayuda, se las llevan y no sabe más de ellas”.

Paran los números

Tras el incendio en la estancia migratoria de Ciudad Juárez, Chihuahua, en el que 40 personas perdieron la vida, la dinámica del INM cambió de forma superficial. Se anunció el cierre de poco más de 30 estancias provisionales migratorias a razón de un diagnóstico de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) sobre las condiciones de las mismas.

El estudio se realiza sin tomar en cuenta a las principales víctimas de las violaciones a los derechos humanos en esos espacios y que, por años, han sido documentadas por periodistas y defensores de los derechos humanos.

Desde julio las estadísticas de la Unidad de Política Migratoria dependiente de la Secretaría de Gobernación (Segob) no se han actualizado, pero hasta ese mes reportó la “entrada irregular” de 317,334 personas: 93,732 mujeres y 223,602 hombres.

Familias migrantes en los alrededores de una estación de autobuses en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.

Un total de 140,671 son procedentes de América del Sur y que supera por mucho a Centroamérica con 102,106 entradas. Con 87,063 registros, Venezuela es la nacionalidad con mayor reporte de migración irregular, seguido por Honduras con 50,655, Guatemala con 35,426 y Ecuador con 30,252, por mencionar algunos países.

Este reporte también menciona que 117,076 personas fueron detenidas en Chiapas en la primera mitad del año, con mayor número en Tapachula (58,447), Suchiate (11,541), Huixtla (11,223), Arriaga (8,859), Huehuetán (7,151) y Palenque (4,718).

Mientras que, la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados publicó que hasta agosto registró 99,881 solicitantes, 33,127 más que en el mismo periodo pero de 2022. En la actualidad, Haití, Honduras, Cuba, El Salvador, Venezuela, Guatemala, Brasil y Chile, encabezan la lista.

Sin embargo, los números no muestran la realidad de la cantidad de personas esperando ser atendidas en los diferentes municipios de Chiapas. Algunos testimonios refieren que incluso no pueden hacer la cita por la plataforma digital, pues la geolocalización les pide estar en el norte del país, a donde, por más intentos que hagan, no pueden avanzar.

Casi mil granjas de cerdo en Yucatán producen carne para EEUU, Canadá y Asia

En 2021, la SCJN suspendió la mega granja porcícola de Homún en respuesta a una demanda de amparo presentada por las infancias de aquella región.

En portada: Habitantes de la comunidad maya de Homún mantienen acciones de resistencia para cerrar la mega granja que alberga casi 50 mil cerdos y contamina el agua y suelo de la región.

La ubicación estratégica de la Península de Yucatán ha facilitado la expansión de la industria porcina. A la fecha, Mercy For Animals documentó la existencia de 872 granjas de cerdos en la Península de Yucatán, siendo que muchas de ellas albergan hasta 100 mil cerdos.

En el estado Yucatán, donde se encuentra el mayor número de granjas, tras la crisis de la industria henequenera, el gobierno comenzó a impulsar la porcicultura a finales de la década de los sesenta; y a partir de los noventa, en el contexto de la firma del Tratado de Libre Comercio entre Canadá, Estados Unidos y México (TLCAN), la producción de cerdo tuvo un crecimiento acelerado.

De acuerdo a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), la media de producción de carne en el Estado pasó de 17,662.2 toneladas entre 1984 y 1992, a 38,278.6 en 1993 y 1994, con lo que se cubrió el 95% de la demanda regional. En 2019 la producción tuvo un crecimiento 4.5 % anual, mayor a las cifras en Sonora (2.6%) y Jalisco (1.7%), que por años ocuparon los primeros lugares de producción nacional de carne de cerdo.

A partir de la exigencia de las comunidades y por los fundamentos científicos presentados en las denuncias, se realizó el Dictamen Diagnóstico Ambiental de la Actividad Porcícola de Yucatán publicado por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) en marzo de 2023.

En este estudio, la dependencia federal identificó 507 coordenadas de posibles granjas solo en el estado de Yucatán. Fueron localizadas en 83 de los 106 municipios, pero con mayor presencia en Mérida, Izamal, Tizimín y Acancéh, Tetiz, Ticul, Telchac, Tixkokob y Motul. Por lo tanto, las comunidades donde hay una mayor densidad de granjas son: Conkal (27), Telchac (22), Homún (15), Tizimín (15), Umán (15), Chicxulub (15), Tixkokob (14), Tetiz (14), Izamal (12), Ticul (11).

Las investigaciones de organizaciones y expertos coinciden en que una cantidad considerable de las granjas opera fuera de la ley y no cuenta con una evaluación de impacto ambiental (EIA). Por ejemplo, en el 2020 Greenpeace documentó la existencia de 257 granjas; el 47% se localizó dentro de las áreas prioritarias para la conservación de la biodiversidad.

La mayor parte de la producción porcícola de esta zona se exporta a Japón, Corea del Sur, Hong Kong, Estados Unidos y Canadá.

Zonas kársticas

Este año, los investigadores de Mercy For Animals hicieron sobrevuelos en algunas instalaciones y confirmaron la deforestación que propician las mega granjas industriales construidas en selvas tropicales en las que antes no existía ninguna afectación.

Mega granjas porcícolas se multiplican en territorios de la península de Yucatán donde contaminan aire, suelo y mantos acuíferos.

Encontraron, además, evidencia de un potencial colapso ambiental, pues observaron edificios con miles de animales y millones de litros de desechos de animales a la intemperie que contaminan el suelo, el aire “y, posiblemente, el agua de los cenotes”.

Aunque algunas instalaciones tienen biodigestores para tratar los desechos, éstos sobrepasan la capacidad de los tanques, contaminan los suelos y, posiblemente, se filtra a la red subterránea de cenotes.

“El impacto ambiental provocado por las actividades de estas granjas es desgarrador, pues contribuyen a la deforestación de la selva, la erosión y contaminación del suelo y a la emisión de gases de efecto invernadero”, señaló la organización en un informe de septiembre de 2023.

“Y no hay sistema que pueda soportarlo, es imposible que estas zonas kársticas puedan retener y transformar tantas cantidades y volúmenes”, pues el cerdo produce cuatro veces más residuos que un humano, destacó Yameli Aguilar Duarte, Doctora en Geografía Ambiental por la UNAM, durante las sesiones del Seminario Universitario de Sociedad, Medio Ambiente e Instituciones.

Se suma que el dictamen de la Semarnat identificó 205 títulos de aprovechamiento de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) relacionados a la actividad de granjas porcícolas que, a su vez, corresponden a 343 permisos de descargas, según el Organismo de Cuenca de la península de Yucatán.

De las 507 coordenadas de las posibles granjas en Yucatán, el 60% de estas granjas no se logró identificar algún título de concesión o permiso de descarga de aguas residuales, sólo el 30% cuentan con algún título.

Hallazgos

El estudio publicado este año por la Semarnat integró los análisis de calidad del agua que arrojaron concentraciones elevadas de E. Coli, indicativo de contaminación difusa de excretas de seres vivos de sangre caliente.

“Los ácidos nucleicos o metabolitos finales como la urea y el ácido úrico; como materia orgánica está sujeta al consumo por parte de microrganismos, los cuales lo procesan y transforman el nitrógeno presente en amoniaco, al cual denominamos nitrógeno amoniacal”.

Activistas seguran que durante la pandemia Kekén, la mayor empresa mexicana, duplico su produccion

El análisis se hizo en 22 pozos de agua potable y 20 cenotes identificados a fin de realizar el muestreo correspondiente a la calidad del agua. En la zona sur y este de Mérida se identificó hasta 3 veces la concentración de Nitrógeno amoniacal en el agua subterránea.

En la misma zona se identificó contaminación con fósforo, mientras el este y noroeste, convergiendo con los municipios con mayor densidad de cerdos por hectárea. Existe señal de un efecto inducido por las granjas porcinas, destaca el estudio.

Por otro lado, en la primera aproximación sobre las concentraciones ambientales de contaminantes atmosféricos en tres granjas en Yucatán, la Semarnat encontró niveles importantes de concentraciones de amoniaco y ácido sulfhídrico, aun en condiciones atmosféricas de un Norte, donde las altas velocidades del viento diluyeron las concentraciones.

La peste que impide vivir

Entre otras afectaciones se encuentran el despojo de tierras y de los derechos de quienes habitan la región y buscan defender la biodiversidad, pues se violenta, incluso, el derecho de los pueblos a una consulta previa e informada, genera problemas de salud en la producción local, en las formas de organización social y de vida de las comunidades.

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En el caso de la comunidad maya de Siltipech, municipio de Izamal, Yucatán, donde se concentran 12 granjas, los habitantes iniciaron la lucha por su derecho a la vida hace poco más de dos años cuando se activó una mega granja de 49 mil cerdos de la empresa Kekén, muy cercana a sus viviendas.

“La gente ya está presentando erupciones en la piel y malestares estomacales. No hay bienestar porque incluso la peste les impide vivir en armonía… Aunque sabemos que hay sistemas de tratamiento sabemos que no funcionan adecuadamente”, y se le suma las condiciones del clima, agregó Aguilar Duarte.

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En este tenor, Mercy For Animals llamó de manera urgente a la Conagua, Conanp, Profepa y Semarnat para que dejen de otorgar permisos que abonan a la proliferación de esta industria, además de supervisar y clausurar las que no cuentan con los permisos correspondientes.

La investigadora de la UNAM lamentó que los gobiernos municipal y estatal se enfoquen en apoyar cada vez más a toda la industria. “Información científica hay mucha desde hace 20 años, incluso sobre sistemas de tratamiento que funcionan para ciertos aspectos, pero no para el impacto de suelos y acuíferos”.

Otras contaminaciones

Salvador Castell, fundador de la organización Va por la Tierra, aseguró a Avispa Mídia que la urgencia por la contaminación del agua en Yucatán va más allá de la industria porcícola, pues incluye a toda la producción pecuaria.

Consideró, por ejemplo, que el uso de agroquímicos en la agricultura que, además de ser tóxicos y cancerígenos, son persistentes, algunos se acumulan y se usan sin ninguna regulación.

Sin embargo, el también académico dijo que es necesario no dejar de vigilar a la porcicultura, ni toda actividad que tenga descargas que puedan tener un impacto en el ecosistema, como la industria textil y cervecera que también es una problemática en la entidad. 

Perú: Líderes indígenas entre persecución política y amenazas de narcotráfico

En portada: Ángel Pedro Valerio, presidente de la Central Asháninka del Río Ene

El proceso contra el indígena asháninka Ángel Pedro Valerio por un caso de desaparición de personas en Perú, en base a testimonios anónimos, es un peligroso precedente para los defensores de territorios que se enfrentan al narcotráfico.

El investigado es presidente de la Central Asháninka del Río Ene (Care), organización que representa a 19 comunidades nativas, 25 anexos, dos pueblos en aislamiento y dos en contacto inicial, en la Amazonía peruana.

A inicios de septiembre, el Poder Judicial notificó al dirigente que se le imputa haber participado en los hechos ocurridos entre el 14 y 15 de abril en el distrito Río Tambo (región Junín), durante un paro en protesta por el asesinato del líder indígena Santiago Contoricón a manos del crimen organizado.

La Dirección de Investigación Criminal (Dirincri) de la policía pidió al Ministerio Público declarar en reserva la investigación, sostenida por declaraciones de tres supuestos testigos oculares que señalan a Ángel Pedro Valerio en la retención de los hasta hoy cuatro desaparecidos. 

De esta forma, el órgano policial y la fiscalía evitaron que se le informara sobre la investigación al imputado hasta la proximidad de la orden de captura. El montaje se descubrió al demostrarse que los días en que los testigos lo ubican en el escenario del delito el dirigente participó en el Congreso Ordinario Asháninka, celebrado a 12 horas del lugar. Hay videos y testigos que lo confirman.

“La Dirincri creó la figura del testigo protegido, (pero) la fiscalía tiene la obligación de informar de la investigación, no emitir directamente una orden de detención. Es grave, estamos en situación de que a cualquier persona la declaren testigo protegido y solo basta su testimonio para limitar derechos, como la detención preliminar. Se pueden crear testigos. Vemos que pasan de defensores a investigados, este es el caso más fuerte, pero no el único, hay otras autoridades o jefes que denunciaban tala, deforestación y ahora los acusan de ello”, señaló a Avispa Mídia Irupé Cañari, abogada del dirigente indígena.

Además, para la defensa de Ángel Pedro Valerio, llama la atención que entre los ocho acusados se incluya a dos dirigentes del Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem), cuando la protesta fue convocada por líderes de comunidades fuera de esta zona.

De momento se le retiró la orden de detención preliminar, pero no se le excluyó del proceso.

Avance de la coca

El avance de los cultivos de coca en territorios ancestrales de la etnia asháninka crece en los últimos años. Como resultado, al menos 20 dirigentes de la Care se encuentran bajo amenazas de las mafias de tráfico de drogas y tala ilegal. Las comunidades que conforman la organización se localizan dentro del Vraem, zona declarada en emergencia, desde 2008, por la actividad del narcotráfico en alianza con remanentes de Sendero Luminoso. 

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“Desde hace muchos años luchamos contra el narcotráfico, el cultivo ilegal. Denunciamos cuando hay invasiones en territorios comunales, pero no vemos respuestas inmediatas. La semana pasada el Ejército y la Marina ingresaron a las comunidades, por primera vez, pidieron firmar documentos en blanco. Como pueblo, es una criminalización. Queremos que lo excluyan definitivamente de la investigación”, declaró para Avispa Mídia Janet Velasco, integrante del consejo directivo de la Care.

“El narcotráfico se ha agudizado, tiene como fachada a cocaleros pobres, es la fachada. Se ha visto un crecimiento del cultivo de la coca que vulnera territorios indígenas. El narcotráfico y los cocaleros con influencia en el Estado aprovechan estas desapariciones para evitar la erradicación (del cultivo ilegal)”, considera la defensa del líder asháninka.

Herramientas legales

Un inminente nuevo instrumento legal para intimidar, estigmatizar y judicializar a la población será la Policía del Orden y Seguridad. El Congreso aprobaría antes de fin de año la propuesta del Ministerio del Interior (Mininter) de implementar una nueva categoría de la Policía Nacional del Perú (PNP), integrada por agentes con solo un año de preparación y licenciados de las Fuerzas Armadas. 

De acuerdo al Mininter, el cuerpo policial brindará “servicio de prevención de la delincuencia y de proximidad para la convivencia pacífica”.

Desde diciembre de 2022, policías y soldados asesinaron a 50 personas durante protestas en regiones de mayorías quechuas y aymaras. En las últimas marchas masivas contra el gobierno, en julio, se siguió utilizando policías de civil para detener a manifestantes y se sumaron las denuncias de torturas. 

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Ante estas formas habituales, los colectivos reunidos en el Comité Nacional Unificado de Lucha advierten que se busca la formación de un escuadrón militarizado, con fines políticos. 

Los modelos citados por la cúpula de las fuerzas de seguridad del Perú son la Esmad de Colombia y los casos recientes de Chile y Francia, donde se registran cientos de asesinatos, mutilaciones y violaciones a los derechos humanos. La brutalidad policial en los estallidos sociales de los últimos años en estos países es el ejemplo “exitoso”.

El ministro del Interior, Vicente Romero Fernández, sostiene que la Policía del Orden reforzará la seguridad en zonas rurales. Eso se traduce, para pueblos y colectivos, en más violencia racial aplicada con letalidad en territorios de poblaciones originarias y campesinas. Como ejemplo, la represión estatal contra las manifestaciones massivas en los últimos meses cuenta con 49 víctimas en localidades andinas y una en la capital, Lima.

La violencia racista también se reproduce en los discursos públicos, en la cabida a mensajes de odio en medios de comunicación locales, lo que fue denunciado este mes ante el Ministerio de Cultura por parte de la organización asháninka, sin respuestas relevantes. 

Desde el Estado, además, se pretende criminalizar y censurar a la prensa, con un proyecto de ley que considera como instigadores de disturbios a periodistas que informen sobre convocatorias de protestas. El Ejecutivo propone modificar el Código Penal para incluir en este delito a “comunicadores que utilizando medios de comunicación han convocado a marchas, incluso incitando la violencia”. La Comisión de Constitución del Congreso aprobó el dictamen, que pasará a votación definitiva.

“No es sequía es saqueo”; Asamblea por el Agua y la Vida encara a Conagua

En portada: Protesta de las y los integrantes de la Asamblea por el Agua y la Vida frente a las instalaciones de Conagua en la CDMX.

La Asamblea por el Agua y la Vida responsabilizó a la Comisión Nacional del Agua (Conagua), organismo encargado de ejecutar la Ley de Aguas Nacionales, de omisión y complicidad en el saqueo de agua que ha provocado una crisis hídrica en México que se considera irreversible.

Integrantes de la Asamblea se desplegaron frente al edificio de la Conagua en la Ciudad de México, pintaron parte de la fachada y tapizaron con mantas, lonas y pancartas los barandales. Durante el mitin político bloquearon la vialidad en la Avenida Insurgentes Sur y la Avenida Universidad, en Ciudad de México.

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La frase “el agua es de los pueblos” fue escrita en grande en la entrada de la Comisión donde también se llevó a cabo una rueda de prensa en la que dieron cuenta del inicio de la “Campaña Nacional contra la Guerra y por la Vida”.

Conferencia de prensa frente a las instalaciones de Conagua.

En la lectura del comunicado la Asamblea destacó que en 34 años la Conagua permitió la sobreexplotación de 115 de 653 acuíferos; en 99 de ellos existe la presencia de alguna empresa, particular o asociación acaparadora.

El reclamo también se fundamentó en el mercado internacional del agua que abrió la Comisión otorgando concesiones a bancos como BBVA que  tiene 1.6 hm³/año en el acuífero sobreexplotado Atemajac cerca de  Guadalajara. Así mismo, Banco Azteca que logró concesionar el  acuífero  sobreexplotado  Zona  Metropolitana,  de  la  cuenca  de  México,  con 2.2  hm³/año.

Desde la creación de la Conagua el 16 de enero de 1989, “una mínima porción de la población equivalente al 1.1% de todos los usuarios del agua explota más de una quinta parte de toda el agua nacional”, enfatizó la Asamblea.

Esta quinta parte de toda el agua del país es acaparada por un grupo de 966 empresas de energía eléctrica, cerveceras, acereras, agroindustrias, mineras, papeleras, automotrices, embotelladoras, entre otras, que explotan 5,805 hm³/año. Un sólo hectómetro cúbico (hm³) equivale a un millón de metros cúbicos

Se trata, además, de 1,537 personas físicas dueñas de concesiones por 2,547 hm³/año de agua y 801 asociaciones civiles que tienen concesionados 4,856 hm³/año, “lo más grave, sin regulación, ni control y gozando de la impunidad gubernamental, una vez que usan agua, la devuelven contaminada a los mares, ríos, pueblos y comunidades”.

A la problemática se agrega la contaminación del agua en todo el país que, al parecer, se convirtió en un negocio para Conagua que bajo el lema “el que contamina paga” promueve la descarga de desechos tóxicos a ríos, lagos y áreas de tierra a cielo abierto.

“También es tierra fértil para la corrupción, compra de funcionarios que hacen inspecciones superficiales, o bien las evitan mientras reciban sus respectivos pagos por debajo del agua. Así mismo, con la Ley de Aguas Nacionales, las empresas se pueden ahorrar un gran porcentaje de los pagos que por contaminar generan, registrando sus concesiones como de diferentes usos, lo cual los exime de pagar la tarifa del uso industrial”, señala el comunicado.

Las comunidades y organizaciones recordaron que en 2010 la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó una resolución histórica que reconoce “el derecho al agua potable y al saneamiento como un derecho humano esencial para el pleno disfrute de la vida y de todos los derechos humanos”.

Guerra en defensa del agua

En voz de los otomíes, la Asamblea mencionó el caso de la minera Peñasquito, donde la empresa canadiense Goldcorp explota un volumen de  50  hm³/año, además es acusada  de  contaminar  los  cuerpos  de  agua   de  comunidades, en el municipio de Mazapil, Zacatecas.

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El agua en esta entidad también es saqueada por el grupo FEMSA que se estableció como Bebidas Mundiales y Bepensa, que juntas explotan 21.9 hm³/año  de  agua  para  producir  bebidas  azucaradas  como  Coca  Cola, sostiene la Asamblea. 

El volumen concesionado es de 39.4 hm³/año cuando se le suman los demás usuarios que forman parte del grupo Coca Cola como embotelladora del Nayar, Servicios Refresqueros del Golfo y Bajío, Bebidas Refrescantes de Nogales, Propimex e Inmuebles del Golfo.

El grupo también ha sido denunciado en Chiapas y Tlaxcala por dejar sin agua a la población por sobreexplotar los mantos acuíferos, “Conagua permite que estos acaparadores tengan varias concesiones para distintos tipos de usos, que puedan transferirlas a otros, que un mismo usuario pueda tener varias concesiones a través de familiares o prestanombres que puedan evitar pagar cuotas simulando tener otro tipo de concesión y su supuesta negligencia permitió”, denuncia  la Asamblea.

Ligaron el tema de la empresa Bonafont-Danone en la región cholulteca que, por más de siete años, opera una concesión vencida. La acusaron de robar agua durante 29 años y de provocar un desastre ambiental que se manifestó en el socavón en Santa María Zacatepec el 29 de mayo del 2021 con la permisividad de José Cinto Bernal, alcalde de Juan C. Bonilla, Puebla.

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“Quienes integramos la Asamblea Nacional por el Agua y la Vida, sostenemos que el despojo del agua, es parte de la guerra capitalista contra nuestros pueblos originarios; es decir, la guerra por el vital líquido, es una cabeza más de la hidra capitalista”.

Para la Asamblea, esta estrategia de guerra contra la vida se trama desde la cuarta transformación donde el Ejército, la Guardia Nacional, el crimen organizado y los grupos paramilitares, especialmente se imponen para garantizar el desarrollo de los megaproyectos como el Tren Maya, el Corredor Interoceánico y el Proyecto Integral Morelos.

Por ejemplo, en julio del 2022 en San Pedro Tlalcuapan, Tlaxcala, los defensores y líderes comunitarios Saúl Rosales Meléndez, presidente de comunidad y Raymundo Cahuantzi Meléndez fueron detenidos arbitrariamente, aduciendo que participaron en un linchamiento.

En la detención se cometieron violaciones a los derechos humanos, “y llevan más de un año injustamente presos”. Por este acto diversos colectivos condenaron las violaciones por parte del gobierno de Tlaxcala en contra de los pueblos tlaxcaltecas que luchan por defender su territorio, los bosques, el agua y sus derechos colectivos.

También se pronunciaron por el monte de “Malpais”, Calpulalpan, donde el bosque de encinos fue destruido para instalar el parque fotovoltaico Nueva Xcala. Mientras poblaciones del municipio de La Magdalena Tlaltelulco han tenido que enfrentar a situaciones de despojo inmobiliario, “y más peligroso aún, del despojo autoritario y violento de los pozos de agua pertenecientes a nuestra comunidad ejidal”.

Esta criminalización de la lucha social también la han documentado en Puebla. La misma resistencia logró la liberación de Miguel López Vega y Alejandro Torres Chocolatl quienes desde el 2019 fueron perseguidos por defender el Río Metlapanapa.

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En la región choluteca, la empresa Bonafont-Danone no sólo saquea el agua, también contamina cinco comunidades del municipio de Juan C. Bonilla: La colonia José Ángeles, Santa María Zacatepec, San Lucas Nextetelco, San Mateo Cuanalá y San Gabriel Ometoxtla.

En la mención del contexto de la defensa del agua en Querétaro, la Asamblea partió de marzo de 2021 cuando tras evidenciar el saqueo del agua y las múltiples irregularidades en que incurrieron funcionarios públicos, la Comisión Estatal de Aguas favoreció a empresas privadas en su mayoría inmobiliarias por encima de los derechos de los pueblos.

“Gracias a las movilizaciones, se cerraron las carpetas de investigación que criminalizaron a tres defensores del agua después de la represión del 10 de junio del 2022 en el contexto de las protestas contra la Ley que privatizó el agua en Querétaro”.

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Por estas razones, la Asamblea solicitó que la Conagua reciba las peticiones de la primera acción dislocada por los casos de Santiago Mexquititlan. “Exigimos al titular del estado de Querétaro, la abrogación de la ley que otorga los servicios de agua potable a la industria legitimando la fuerza pública para catear domicilios”.

En esta entidad la represión incrementó con intentos de ejecución extrajudicial, desaparición forzada, detención arbitraria y tortura sexual, física y psicológica, “pues en el entendido de que el estado Mexicano busca proteger el poder económico nacional y trasnacional a costa de la violencia de estado en contra de las comunidades indígenas”.

Por su parte, la Comunidad Indígena Otomí residente en la Ciudad de México, en la víspera de cumplir tres años de haber tomado las instalaciones de la Casa de los Pueblos y Comunidades Indígenas “Samir Flores Soberanes”, condenó el hostigamiento policiaco y que las autoridades siguen sin resolver sus demandas de educación, trabajo, salud, alimentación y principalmente, vivienda.

Con lo dicho previamente, la Asamblea por el Agua y la Vida reiteró el llamado para que los pueblos, comunidades, organizaciones, redes y colectivos, se sumen a las acciones de la Campaña Nacional contra la Guerra y por la Vida, enviando un correo electrónico para asambleanacionalporelagua@gmail.com.

“¡Chama!”: mujeres indígenas brasileñas en defensa de sus tierras-vidas

Por Adazahira Chávez*

Fotografías: Natalia Ramírez**

 “¡Chaaaaama!”, grita Puyr Tembé, 44 años, del pueblo Tembé del estado del Pará, Amazonía brasileña. Puyr es pequeña de tamaño pero de voz poderosa, enfundada en mallas negras y un penacho que se ha convertido en el símbolo político de las mujeres indígenas en Brasil. Miles de ellas, acampadas del 11 al 13 de septiembre en la explanada del Complejo Cultural Brasilia Funarte, responden con aplausos rabiosos y gritos de entusiasmo a esa palabra, que es invitación a llamar a las otras hermanas para dialogar y unirse a la organización. Las mujeres indígenas están hoy por hoy liderando la defensa de los territorios y de las vidas de sus pueblos ante el intento de imponerles el llamado “Marco Temporal”, y la III Marcha de las Mujeres Indígenas es su manifestación pública más importante.

Los jueces del máximo tribunal brasileño rechazaron este 21 de septiembre la constitucionalidad de la tesis jurídica conocida como “Marco Temporal”, según la cual los pueblos indígenas sólo tienen derecho a que se demarquen las tierras que ocupaban el 5 de octubre de 1988, fecha de promulgación de la Constitución brasileña. Sin embargo, aún queda por discutirse la posibilidad de explotar tierras indígenas e incluso de indemnizar a los invasores.

Durante la marcha de las mujeres, la argumentación contra el “Marco Temporal” es clara: Brasil es territorio indígena ancestral. Y punto. Según datos del Censo Demográfico realizado por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística en 2010, la población indígena en el país era de 896 mil 900 indígenas, distribuidos en 305 grupos étnicos. Hoy, aseguran algunas mujeres, ya han llegado al millón 600 mil. Son estas personas, que han sobrevivido a exterminios masivos, quienes están enfrentando la deforestación del agronegocio y la minería en la Amazonía, que amenaza el futuro del mundo entero.

"Por el fin del genocidio, NO al Marco Temporal". Fotografía: Natalia Ramírez

La III Marcha de Mujeres Indígenas reunió a más de 8 mil mujeres indígenas; muchas tuvieron que viajar hasta tres días desde los rincones más recónditos del Brasil. En la primera marcha, en 2019, hubo 1,500 mujeres. El primer plenario de mujeres indígenas, donde se reconoció su protagonismo en el movimiento indígena, tuvo lugar en el Campamento Tierra Libre en 2016. En 2018, hubo tres plenarios de mujeres indígenas, que impulsaron la realización de la primera marcha. La segunda fue virtual debido a la pandemia de Covid. Y esta tercera, impulsada por la Articulación Nacional de Mujeres Indígenas Guerreras Ancestrales (ANMIGA), superó las expectativas de las organizadoras, que esperaban a 4 mil mujeres.

Carol Santana, abogada acompañante de los pueblos indígenas, relata que hay mujeres de comunidades que por primera vez se unen a las movilizaciones. Uno de esos pueblos es donde el activista Bruno Araújo Pereira, asesinado en 2022, empujó la participación de las mujeres a pesar del rechazo y dudas de los hombres de la comunidad. Hoy están aquí y lo recuerdan.

Durante dos días, centenares de mujeres indígenas participan de mesas redondas de discusión. El sonido de distintas lenguas reverbera en el espacio compartido, y los olores de los alimentos provenientes de los seis biomas (Amazonas, Cerrado, Mata Atlántica, Caatinga, Pampa y Pantanal) flotan por todos lados, como el del pescado al carbón y el dulce amargor del acaí. Esta vez las mujeres discuten cómo enfrentar el cambio climático; cómo protegerse de las distintas violencias; y cómo defender el territorio ante los embates de los ruralistas (los poderosos hombres del agronegocio) y del garimpo, la minería ilegal.

Como parte de las actividades de la marcha, la diputada por Minas Gerais, Célia Xakriabá, presenta una iniciativa para la protección de las mujeres y niñas indígenas ante las violencias. Centenares de mujeres indígenas llenan los asientos del Congreso para arropar la inciativa, este Congreso apenas en enero fue violentamente ocupado por bolsonaristas que se negaban a que su líder perdiera el poder.

El día 13 por la mañana la tierra tiembla bajo los pies de las miles de mujeres indígenas que se agrupan para salir a marchar. Sus cantos ancestrales hacen vibrar los estómagos y erizan la piel. Son varias las personas no indígenas que no pueden contener el llanto. Las mantas claman contra el “Marco Temporal”, por la protección de las mujeres y niñas, y prometen que la lucha no se detendrá.  

"Por la justicia climática, NO al Marco Temporal". Fotografía: Natalia Ramírez

La marcha recorre los cerca de cinco kilómetros hasta la plaza de los tres poderes de Brasilia. Las oradoras recuerdan constantemente a las mujeres y hombres que han sido asesinados en la defensa de sus territorios.

De acuerdo con la organización internacional Global Witness, Brasil registró un aumento en los casos de personas defensoras de ambiente y territorio asesinados. Si en 2021 se documentaron 26 homicidios, para el 2022 (el último año de la administración bolsonarista) la cifra aumentó a 34. El informe de Global Witness especifica también que en la Amazonía fueron asesinadas 39 personas defensoras, 11 de ellas indígenas.

Algunos fotógrafos van buscando capturar con sus lentes a las mujeres indígenas que han sido elegidas por sus pueblos para participar en política, la llamada bancada del cocar (penacho). Pero Sonia Guajajara, ministra de los Pueblos Indígenas, y Célia Xakriabá, diputada federal, no van al frente de la marcha. Caminan y bailan en los contingentes de sus pueblos, de quienes toman el apellido. Al finalizar la marcha, ellas y otras indígenas en puestos de poder político, como la directora de la Fundación Nacional del Indio (Joenia Wapichana), toman la palabra para rendir cuentas de sus acciones políticas y para llamar a las mujeres a seguir participando en la organización de los pueblos.

La marcha termina, pero no la lucha. Bajo el sol seco de Brasilia, que estos días elevó las temperaturas a los 36 grados, las mujeres vuelven al campamento. Recogen el arte que han puesto a la venta en estos días -aretes de plumas, penachos, brazaletes y collares de chaquira que emulan el patrón de las serpientes, figuras de barro y madera de jaguares, osos hormigueros y armadillos- y comienzan el largo retorno a los territorios. Sus rostros y cuerpos pintados de rojo y negro sonríen. Ellas dicen que existir y gozar también es resistencia.

*Adazahira Chávez es coordinadora global de comunicación de Indigenous Peoples Rights International.

**Natalia es Especialista en Comunicación para América Latina de IPRI 

Chiapas: Desaparecer en la frontera sur de México

En portada: Familiares de desaparecidos realizan labores de búsqueda en todo el país, sin ayuda del gobierno, desde el incremento de la violencia en el sexenio de Calderón. Foto: Santiago Navarro F.

Hace dos años, la violencia, las desapariciones, desplazamientos y reclutamiento de personas por la disputa territorial de dos cárteles mexicanos trastocaron por completo la vida de diferentes comunidades de Chiapas.

Uno de los grupos identificado como el Cártel de Sinaloa tiene presencia en esta entidad desde finales de los ochenta, pues Joaquín Guzmán Loera, alias “El Chapo”, tuvo mucha influencia, además de posesión de propiedades.

“Grupos locales del crimen organizado se encontraban vinculados a este grupo mayor, hay que recordar que son redes y funcionan como células que se van reproduciendo”, explica para Avispa Mídia, Carla Zamora Lomelí, investigadora del grupo de Estudios Socioambientales y Gestión Territorial en El Colegio de la Frontera Sur (Ecosur).

En 2018, en las elecciones para presidente, gobernador y alcaldes, la violencia criminal se agudizó en el sur de México. “Pareciera casualidad, pero no lo es tanto”, señala la investigadora, pues la llegada de Morena fue coincidente con la incursión del Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG).

Los cárteles comenzaron a disputar los municipios y la violencia se repitió en junio de 2021 en las elecciones de 118 alcaldías y legisladores locales. En municipios como Pantelhó y Frontera Comalapa no hubo garantías de seguridad ni para los trabajadores de los órganos electorales, se designó un consejo municipal y comenzó a ser más visible la violencia.

Integrantes de Las Abejas de Acteal exigen justicia por el asesinato de Simón Pedro.

El 5 de julio del mismo año electoral, Simón Pedro Pérez López, defensor de derechos humanos e integrante de Las Abejas de Acteal fue asesinado frente a su hijo y su padre en el mercado público de Simojovel.

En el informe “Bienaventurados los que trabajan por la justicia…”, el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas (Frayba) da cuenta que antes del crimen, Simón Pedro denunció ante la Secretaría de Gobierno la situación de violencia en Pantelhó, Simojovel y Chenalhó por el asedio de grupos armados vinculados al crimen organizado.

Tres días después, el 8 de julio (2021) en Tuxtla Gutiérrez, fue asesinado Gilberto Rivera Maravilla, alias “El Junior” o “Jr”, hijo de Gilberto Rivera Amarillas, “El Tío Gil”, operador del Cártel de Sinaloa en Chiapas.

Desde entonces la pugna de los grupos criminales creció en otros territorios. De la frontera sur se extendió a la Sierra; luego a la zona Centro, Norte y Altos de Chiapas, aunque vinculados a grupos criminales a nivel local, tales como Los Herrera en Pantelhó o “El caracol” en Chamula, en la zona Altos, que están articulados o tienen alianzas con grupos de alcance mayor.

Los Herrera están vinculados al Cártel de Sinaloa, pero después del asesinato del Jr. fueron despojados del control de Pantelhó por un grupo armado autodenominado “El Machete”, que se presentó mediáticamente como autodefensa, posando con armas de alto poder.

Integrantes del grupo criminal "Los ciriles" captados en video difundido en redes sociales. 7 de julio, Pantelhó, Chiapas.

Un mes después, en agosto de 2021, el Fiscal de Justicia Indígena de Chiapas, Gregorio Pérez Gómez, que investigaba hechos de violencia entre Los Herrera y El Machete, fue asesinado en San Cristóbal de Las Casas.

Huir entre balas

Aunque la violencia es generalizada, la disputa de los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación cambió la cotidianidad, de manera particular, de poblaciones de la Sierra Madre de Chiapas, fronterizas con Guatemala como Frontera Comalapa, Chicomuselo, Motozintla, Siltepec, Amatenango de la Frontera, Mazapa de Madero, La Grandeza y El Porvenir.

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La presencia de cárteles en estos municipios se relaciona al flujo de personas en movilidad humana. Esta población ha sido por años víctima de diversos delitos que van desde la violencia sexual, robos, secuestros, trata de personas y desaparición.

Entre el 2018 y 2023, la Fiscalía General del Estado registró 201 carpetas de investigación por desaparición de personas por particulares, de las cuales 165 esta en trámite, 22 sin acción penal, 11 sin judicialización y acumuló tres más.

En contraparte, el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas, en el mismo periodo da cuenta de 810 casos en cinco municipios: 144 en Tuxtla Gutiérrez, 41 en San Cristóbal de las Casas, 108 en Tapachula, 104 en Comitán y 55 en Frontera Comalapa.

Sin embargo, a decir del Colectivo Madres en Resistencia, Melel Xojobal, Voces Mesoamericanas y el Frayba, no hay cifras reales oficiales de las desapariciones, tanto de personas en movilidad como de pobladores.

Las desapariciones comenzaron a denunciarse con más fuerza después de los enfrentamientos en mayo de 2023, fecha en que miles de personas huyeron de Frontera Comalapa y Chicomuselo ante el temor de ser reclutadas, desaparecidas o asesinadas.

En una tarea compleja, el Frayba logró contabilizar de 2021 a 2022, el desplazamiento de 2,000 personas de Frontera Comalapa, cifra que se elevó este año cuando otros 3,500 habitantes también huyeron.

En 2021, miles de personas en la región de los Altos de Chiapas se vieron obligadas a desplazarse forzadamente de sus comunidades debido a la violencia de grupos civiles armados. Foto: Frayba

“El Consejo (Estatal de Atención Integral al Desplazamiento Interno del Estado de Chiapas) que legalmente debe atender esta situación de desplazamiento no hace mucho, más que llevar cajitas de despensa, pero no se ha visto en los últimos meses que hayan estado actuando frente a esta situación. La gente va con sus propios medios a buscar a sus redes familiares, porque no hay acción estatal”, explica Lomelí.

Enganche y reclutamiento

En las localidades que confluyen los criminales, también existe un incremento de delitos como extorsiones, cobros de piso, que aún no se ven en otros espacios del Estado, y que involucra a personas jóvenes en sus redes.

En el reciente informe “Niñeces frente a las violencias criminales”, la asociación civil Melel Xojobal hace énfasis en el enganche y reclutamiento, mayormente, de adolescentes entre 12 y 14 años de edad que viven en las zonas donde operan los cárteles.

Estos grupos asignan a los adolescentes tareas como realizar mandados, vender y transportar drogas, reclutamiento de otros jóvenes, vigilancia, coyotaje, enfrentamientos con rivales, pandillerismo o sicariato.

En el caso de las mujeres, en actividades de limpieza, meseras de bares o cantinas o ser víctimas de explotación sexual. “Es común que las niñas, niños y adolescentes que son parte de estos grupos sean utilizados para actividades de alto riesgo que ponen en peligro su vida e integridad o que podrían llevar a su detención”, precisa Jennifer Haza, directora de la organización Melel Xojobal.

Ella explica que el fenómeno actual recuerda al antiguo proceso de enganche en el cual los finqueros engañaban a trabajadores a través de la generación de deudas para obligarlos a trabajar en condiciones de explotación.

En 2021, la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim) estimó que tan sólo en San Cristóbal de las Casas 2,507 niñas, niños y adolescentes se encuentran en riesgo de caer en manos de criminales, mientras que a nivel nacional la cifra es de 64,473.

Nuevas rutas

Los territorios en disputa se enmarcan en, principalmente, al menos tres corredores creados para el tráfico de personas, drogas y armas, señala la investigadora Lomelí. El más conocido es el corredor del pacífico, por la zona Costa y ruta principal de personas migrantes.

El segundo corredor abarca la zona Altos y Sierra, y el tercero está en la zona Norte y conecta con la Selva. Los tres se cruzan en la zona Metropolitana o Centro de la entidad.

Entre las denuncias más recientes está la de comuneros de la comunidad Nueva Palestina, localizada en la zona Selva, quienes se han visto afectados por los bloqueos y vigilancia que los cárteles realizan en cruceros y carreteras.

Protesta en Nueva Palestina por la violencia del crimen organizado y omisión de las autoridades. 2023.

La presencia de estos grupos se ha visto en lugares inimaginables como el caso de Emiliano Zapata que, hasta poco antes de las elecciones, nadie conocía. El municipio de 10 mil habitantes, que conecta la región cañera y la capital de Chiapas, es paso de los cárteles. Los campesinos del lugar son obligados a vender sus terrenos. Hace unas semanas recibieron un mensaje de texto, firmado por “Los Kaibiles”, que advierte sobre “levantones” contra distribuidores, consumidores de cristal y personas que no “respeten” el toque de queda.

Zona gris

Un mes después de la violencia que provocó desplazamientos y desapariciones en Frontera Comalapa y Chicomuselo, el 22 de junio de 2023, la cantante Nayeli Cyrene Cinco Martínez fue privada de la libertad por un grupo armado que entró a su vivienda en Tuxtla Gutiérrez.

Cinco días después, personas encapuchadas y con armas largas bloquearon la carretera Ocozocoautla-Tuxtla Gutiérrez para interceptar el autobús donde viajaban 33 trabajadores de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana.

Solo los 16 hombres a bordo fueron secuestrados como moneda de cambio para lograr la liberación de Nayeli Cinco. En videos difundidos en redes sociales, encapuchados también pidieron el cese de funciones de tres servidores públicos de la misma secretaría.

La cantante Nayeli Cyrene Cinco Martínez fue privada de la libertad por un grupo armado que entró a su vivienda en Tuxtla Gutiérrez

Los 16 funcionarios y la mujer, allegada a un líder del CJNG, fueron liberados. “Es una muestra de que hay, lo que en Ciencias Políticas se denomina zona gris: que es una parte no pública donde toman espacio las negociaciones”, explica Lomelí.

En este caso, el gobierno demostró tener estrategias para hacer frente al problema. Sin embargo, de forma “curiosa” cuando se suscitan hechos de violencia las fuerzas de seguridad se ausentan de las zonas, como hace unos días cuando el Cártel de Sinaloa desfiló y fue recibido por habitantes de Chamic, Frontera Comalapa.

Al ser cuestionado sobre el contexto de la zona Sierra de Chiapas, el presidente Andrés Manuel López Obrador minimizó la problemática con el argumento de que no es una situación generalizada, pero insistió en reforzar la seguridad con mayor presencia de militares de la Guardia Nacional.

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“Pero parece que están avisados, es como un juego político”, hace hincapié la investigadora, puesto que la militarización se ha convertido en contención mediática. Mientras, los gobiernos le siguen apostando a la falta de la memoria colectiva.

Rostros

Este es el primer texto, de una serie de cinco, que Avispa Mídia publicará bajo el título Chiapas: Desaparecer en la frontera sur de México. En las publicaciones que siguen se contará la historia de personas que han desaparecido en los últimos años en Chiapas en el contexto de la disputa por el territorio entre cárteles, y la lucha de sus familias por saber la verdad.