La violencia Intragénero debe ser visibilizada

Lukas Avendaño, Muxhe Performance Artist –  Foto port Mario Patiño, 2015

Entrevista a Luis Manuel Rodríguez Otero, Doctor en Trabajo Social. Énfasis en estudios de Violencia Intragénero. Docente-Investigador de la Escola Universitaria de Traballo Social. Universidade de Santiago de Compostela (España).

Por Consuelo Sáenz

La violencia es un fenómeno complejo que tiene su origen en múltiples causas que pueden relacionarse entre sí. Los diversos tipos de violencia familiar son representados de manera física, psicológica, económica y sexual. Los expertos nos aseguran que la violencia se manifiesta mayormente en contra de la mujer y los hijos; las personas más vulnerables, ancianos, niños o discapacitados. Pero, ese “mayormente” deja vasta especulación al respecto, porque envía el mensaje de ser más importante y trascendente que lo minoritario. Sin embargo, no se está nombrando otro tipo de violencias: hombres maltratados por mujeres, mujeres maltratadas por otras mujeres, lesbianas maltratadas por sus parejas, homosexuales maltratados por sus parejas.

En materia de violencia de género se ha recorrido un largo camino, se ha legislado y se cuenta con una fuerte campaña de concientización. No obstante, existen otros grupos vulnerables, minorías que continúan siendo invisibilizadas.

El Drama del doble armario

Después de nueve años, María reflexiona y reconoce que fue acosada y manipulada al grado de dudar de su propia sexualidad, a su vez, de caer en una grave crisis matrimonial, emocional y psicológica. Pero el manipulador no era un hombre, sino una mujer.

Dicha mujer, respetable académica y activista, conoció a María en la universidad, gracias a la amistad entre las hermanas mayores de ambas, por lo que era lógico y completamente natural su cercanía y actividades. Pero las cosas comenzaron a cambiar cuando la activista planeó escribir un libro que la ayudara a hacer catarsis a una mala época: su divorcio, el aborto al que fue sometida debido a una infección de transmisión sexual que se le había diagnosticado, la muerte de su mascota, el fracaso de su empresa y la pérdida de su capital. Una mujer brillante y talentosa pasando por una mala racha, pensó.

María cuenta cómo la llamaba a altas horas de la madrugada, hecho que la obligaba a dejar la recámara que compartía con su esposo para pasar horas hablando con ella hasta dejarla más tranquila. Muchas veces ocurrió, yo no lo veía mal. Ella era una persona muy divertida, dicharachera, la consejera del grupo, confiable y resiliente, había pasado por muchas cosas difíciles. En una de esas, estábamos camino a una presentación —recuerda María— pero ella se dio cuenta de que había olvidado un libro que necesitaba. Puse en marcha el auto para regresar. Me pidió bajar con ella, que no tardaríamos. Rentaba un departamento pequeño, cercano a la escuela donde trabajaba. Me senté sobre la cama, cuando veo que sale del baño en ropa interior, seguimos hablando y ella posaba frente al espejo mientras se pintaba los labios y yo veía cómo se le formaban burbujitas de saliva que recogía con la punta de la lengua. Me sentí incómoda y ella lo notó. Fue la primera vez que me sentía nerviosa frente a ella, nunca antes había sentido algún tipo de interés o atracción romántico-sexual por una mujer. Y no lo siento ahora. Después de eso, comenzó a llamarme constantemente. Sí, lo reconozco, nos hicimos inseparables. Viajamos juntas, salíamos acompañadas por un grupo de amigas, la ayudé a diseñar la portada de su libro. Pasamos por muchas cosas, compartimos muchas anécdotas, muchos recuerdos, pero también hubo manipulaciones sutiles, al paso del tiempo se fue volviendo agresiva. Yo sabía que ella era bisexual, eso nunca fue impedimento para convivir. Nunca he tenido ese tipo de prejuicios. A mi esposo le comenzó a molestar nuestra amistad, se quejaba de que yo pasara más tiempo con ella que con él. Y tenía razón. En determinado momento tuvimos una separación. Yo sí consideré la posibilidad del divorcio, pero teníamos dos hijos, una vida en común. Planes. Así que nos dimos otra oportunidad. Cuando ella se enteró comenzó a decirme que desconfiaba de mí, que yo quería robarle su obra, comenzó a atacarme sin razón. A culparme de planear a sus espaldas, ¡qué sé yo cuántas fantasías más! Nuestras amigas comenzaron a darse cuenta, el grupo se dividió, algunas le fueron incondicionales a ella y otras hicieron lo propio conmigo. Me difamó socialmente. Pretendió dejar entrever que tuvimos algo que ver. Y cuando se lo reclamé me respondió que revisara mi conciencia, que estaba segura de que yo también sentía algo por ella pero que me negaba a reconocerlo. Me sentí muy lastimada porque yo la apreciaba. De la noche a la mañana yo quedé como la apestada, la envidiosa. Me tomó mucho tiempo darme cuenta de sus manipulaciones y mentiras.

La Historia de María no involucra una relación afectivo-sexual como tal, es más compleja que eso. Pues ¿De qué manera se denuncia por un daño emocional? ¿De qué manera se repara? El sentimiento de soledad, desilusión y azoro, además de la fractura social que representa eludir compromisos o lugares para no encontrarse con la agresora, ex amiga, ex pareja. Faltan datos que recojan estas complejas circunstancias y muestren efectivamente que se trata de un tipo de violencia que merece llevar un nombre.

Ver también: Arranca la 3ª Jornada de la disidencia de “Cuerpos y Sexualidades” en Oaxaca

1.- ¿Qué debemos entender por violencia intragénero?

Dependiendo de los autores trae distintas definiciones. Sin embargo, podemos hablar de violencia doméstica entre personas del mismo sexo dentro de una relación sentimental. La violencia intragénero sería la violencia que se da en el entorno de una relación afectivo-sexual entre personas del mismo sexo. ¿Qué se entiende entre personas del mismo sexo? Puede ser una relación homosexual, lésbica, una relación en la que alguna de las dos personas es bisexual y la otra persona es de su mismo sexo, también se incluye lo que serían las relaciones en la que uno de sus miembros es transexual, transgénero o intersexual. ¿Qué sucede con esto? Que dependiendo del país y la legislación que tengan, se trate de personas transexuales o transgénero sería considerado como violencia de género. ¿Por qué? Si estas personas -hablo del caso español- personas que han transitado al género al que se identifican y están legalmente inscritas, en el caso de una persona que nace hombre e inicia un proceso legal de sexo y se le concede el cambio en el registro, pasaría a ser mujer. Por lo tanto, si está en una relación en la que su pareja es hombre y sufre violencia por parte de ese hombre, pues sería una relación de violencia hacia una mujer, por lo cual sería violencia de género. En el caso de que fuera una persona transexual que transita al género femenino y está legalmente inscrita y tiene una relación afectivo-sexual con otra mujer, en ese caso sería violencia intragénero. Es importante, por ejemplo, en el caso español la diferenciación. Porque si se trata de violencia de género aplicaría una ley de violencia de género, y en el caso de ser intragénero pues incluiría el código penal con sus atenuantes.

2.- ¿Cuáles serían esos atenuantes?

Ahí radica el primer problema, hablar de violencia intragénero implica hablar de lo que algunos autores llaman Sexualidades Periféricas. Es decir, existe un modelo hegemónico que el machismo y el patriarcado imponen, que es el modelo heterosexual, entonces, todo lo que rompe con el modelo heterosexual es invisibilizado. El problema que reclama el colectivo LGTBI -o que reclamamos- es que, en particular, todo lo que tiene que ver con identidades que rompen con ese modelo hegemónico, una forma de disuadirlo es a través del estigma y de la invisibilización. Esto implica muchas veces confusión. Confusión por parte de los legislativos, confusión por parte de los técnicos que a veces intervenimos –yo soy Trabajador Social- porque, al no conocer esta realidad, es importante que se lleven a cabo medidas para difundir lo que es, cómo se debe de actuar, etcétera. Porque a través de la acción política y la acción profesional, se pueden dar procesos de victimización o de revictimización. ¿Qué sucede cuando una mujer es víctima de violencia por parte de su pareja mujer, y acude a un centro de salud y comunica que tiene una relación y que su pareja mujer la ha violentado? en esos casos el protocolo, en algunos profesionales, no es el que se debería de realizar. El hecho de tener que dar explicaciones, estar en continuas derivaciones, estar recontando y vivenciando otra vez lo sucedido se ven expuestas a lo que sería una revictimización.

En cuanto a la política ¿qué sucede? Hay autores que hablan de procesos de vinculación en el discurso legislativo o en el discurso político basado en la Sexo-Política. La inclusión del patriarcado en lo que se legisla es lo mayoritario y lo considerado minoritario o disidente no se legisla, invisibilizándolo.

¿Qué sucede con la violencia intragénero? Los pocos estudios que hay, nos demuestran que existe violencia intragénero. Estados Unidos tiene un grandísimo acervo de datos con el NCAVP (National Coalition of Anti-Violence Programs) que nos dice la cantidad de casos de violencia denunciados en Estados Unidos, por personas LGTBI, en la que se identifican distintos tipos de violencia. También existe en España la Asociación Aldarte, asociación LGTBI, que recoge estos datos.

3.- ¿Te encuentras al tanto de lo que está ocurriendo en México con la violencia intragénero?

En concreto, en el caso de México esto está totalmente invisibilizado. Apenas hay estudios, tampoco hay una voluntad política, sobre todo, existe un gran desconocimiento por parte de los profesionales a la hora de intervenir. Es cierto que en Ciudad de México el tema está, digamos, más sobre la mesa, pero en estados más conservadores como Nuevo León, por tener un mayor calado la Sexo-política, la cisnormatividad, la heteronormatividad y el machismo, su invisibilización se agudiza más.

4.- ¿Existe intención de incluir la violencia intragénero entre los delitos punibles de violencia doméstica?

Existe una reflexión que se hizo en España, a raíz del debate que durante el gobierno socialista del ex presidente Zapatero se intentó incluir la ley de violencia intragénero en la ley de violencia de género. Para ello, se convocó a las asociaciones LGTBI ¿qué sucedió? que el colectivo LGTBI se pronunció en contra de incluirlo. El argumento que daban es que la violencia de género, a pesar de que tiene rasgos en común con cualquier otro tipo de relación afectivo-sexual como es la intragénero, la base no es el sometimiento en el que se encuentra la mujer respecto al hombre, sino que se establece por  otras cuestiones, por las diferencias de roles que se pueden dar entre una pareja pero no por las cuestiones de que uno sea hombre y otro sea mujer, por un sistema que establece o fundamenta la superioridad de un sexo frente a otro. Pero esto no quiere decir que dentro de las relaciones entre personas del mismo sexo no se establezcan roles, tampoco quiere decir que las relaciones entre personas del mismo sexo no estén también influidas por ese sistema machista-patriarcal al que habría que sumarle la cisnormatividad, por ejemplo, en aquellas personas transexuales o el caso de la homofobia, la bifobia o la transfobia. En cierta medida, no es que se niegue por parte de los colectivos LGTBI la violencia intragénero, pero, sí hay autores que hablan de ciertas asociaciones lo que hacen es presentar un perfil de las personas LGTBI en el que simplemente se visibilicen las cuestiones positivas para dar un mayor reconocimiento. Y, como que se han ido olvidando un poco aquellos aspectos negativos. Hay asociaciones feministas que han defendido y apoyado a la causa LGTBI y es como surgen las teorías transfeminstas, las teorías queer, etc. Han servido de grandísima ayuda. Pero también, en cierta medida, existen asociaciones de feministas y LGTBI en las que se maneja un doble discurso de que no interesa tanto el que se lleguen a visibilizar aspectos negativos. Con la idea de que se debe de “positivizar” (sic) la lucha de la mujer y de los colectivos LGTBI.

5.- Entonces, ¿cómo podrían proponerse legislaciones a favor de la causa LGTBI en la que se prevenga y castigue la violencia intragénero? ¿No te parece que insistir en presentar un perfil “positivo” del colectivo, sería ofrecer un tratamiento faccioso y confuso a ciertos tipos de violencia?

Recuerdo que, en el año 2014, cuando empecé con los estudios de violencia intragénero, en un congreso en León, España, sobre violencia de género y violencia contra las mujeres, llevé una ponencia donde el tema fue, concretamente, la violencia que sufren las mujeres por parte de sus parejas mujeres. Transcurría la ponencia cuando, una asociación LGTBI presentó un manifiesto porque un hombre -yo- estaba investigando un tema sobre mujeres, mujeres lesbianas. ¿Qué pasa con esto? Que a veces, los colectivos consideran que las temáticas de tal o cual colectivo son propias y les pertenecen, pero, las problemáticas sociales son (deben ser) compartidas. A partir de ahí se derivó un debate. Había muchas personas de colectivos feministas y la gran mayoría defendió la postura de que un hombre está perfectamente capacitado para estudiar (los casos que desee) siempre que tenga una perspectiva de género. Y que, lo ideal, es que los hombres también participemos en las problemáticas que atañen a las mujeres porque es la única forma de cambiar y deconstruir el sistema establecido.

6.- La violencia, ¿es exclusiva de los hombres? 

La violencia es una problemática estructural de la sociedad.  Hombres y mujeres observamos violencia en la televisión, hombres y mujeres observamos violencia en la sociedad, hombres y mujeres observamos violencia en las familias, en las relaciones que se establecen. Es decir, la violencia a través de los diversos procesos de socialización. Interiorizamos la violencia y la reproducimos. Es un fenómeno que no es exclusivo de los hombres. Las teorías biológicas que explican las supuestas razones de la violencia masculina como única, están demostradas que no son ciertas. Hombres y mujeres estamos insertos en la sociedad y de una forma u otra hacemos uso de una violencia más sutil u hostil a través de distintos procesos y en distintos ámbitos.

8.- Luis Manuel, ¿cómo podemos identificar las señales de estar en una relación de violencia intragénero, y qué se debe hacer una vez identificadas las señales de peligro?

Lo primero que debemos tener en cuenta es que este tipo de violencia puede afectar a cualquiera, da igual la edad, da igual la nacionalidad, el nivel académico, el estrato social. Es una problemática estructural y afecta todo el mundo. Esta puede ser producida por parejas actuales o por ex parejas. La violencia puede tomar distintas formas, desde violencia física, psicológica, control, amenazas, violencia patrimonial, violencia a través de la cual se impida el acceso a servicios o a prestaciones o incluso a la toma de medicamentos o acudir al médico. Por eso la falta de ciertos requisitos sociales sí puede ser factor clave en que esto se produzca o en que la víctima, cuando esto se produce, no reaccione. ¿En qué sentido? Cuando ocurre una dependencia económica de la víctima respecto al agresor. Por ejemplo, si cuestión de la legalidad de la víctima no es regular y la del agresor sí. El hecho de ser más joven, los miedos, los prejuicios, el hecho de que la familia desconozca la orientación sexual de la víctima o incluso en casos en los que hay un estatus de O positivo (VIH) en la víctima y el agresor utiliza esta situación como medio de coacción que priven a la víctima de tomar decisiones. También son importantes las experiencias previas en la violencia, tanto en relaciones de ex-parejas y para con la familia, es decir, debemos preguntarnos si hemos vivido en un entorno en el que la violencia se utilizaba como un medio de resolución de conflictos entre la pareja, entre los padres, pues eso puede ser un factor determinante, porque a través de los procesos de socialización podemos interiorizar esa forma de proceder. También el tipo de apego que se tenga hacia la pareja, eso va a hacer determinante en que se decida poner fin a la relación o no.

Las redes de apoyo son importantes, una red social de apoyo fuerte va a facilitar el proceso.

Contacto:  luismaotero@yahoo.es

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