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Alemania: La lucha contra la Gigafactoría de Tesla

Por CrimethInc

En portada: Entre las acciones de protesta contra la fábrica de automóviles, algunas personas ocupan el bosque mientras otras realizan sabotajes contra la red eléctrica.

Desde hace varios años vecinos, anarquistas, ecologistas y otras personas luchan contra una “gigafábrica” de Tesla en la pequeña localidad de Grünheide, a sólo cinco kilómetros al sureste de Berlín. Se trata de la mayor fábrica de producción de coches eléctricos de Tesla en toda Europa. En este conflicto convergen muchas cuestiones importantes: la lucha entre el capitalismo global y los ecosistemas locales, la cuestión de qué se entiende por “sostenible” y quién puede definirlo, el poder que multimillonarios como Elon Musk han adquirido y están utilizando para remodelarnuestra sociedad de acuerdo con su visión autoritaria.

Hace cuatro años, el gobierno de Brandenburgo hizo caso omiso de la oposición popular y permitió a Tesla destruir un bosque para construir la fábrica. Ahora, Tesla pretende ampliar las instalaciones con un coste adicional para los bosques y las aguas subterráneas locales. Hace dos semanas, la mayoría de los habitantes de Grünheide votaron en contra de la ampliación propuesta por Tesla. Más del 70% de los aproximadamente 9,200 residentes emitieron su voto, el 65% de ellos para oponerse al plan de ampliación. Sin embargo, según la ley, la decisión final corresponde a los políticos, no a la población local.

Poco después de la votación, los y las activistas establecieron una ocupación en el bosque que va a ser destruido para dar paso a la ampliación de la fábrica. Un centenar de personas ocupan ahora los árboles con diversas estructuras. Hasta ahora, la policía los ha observado, pero aún no ha emprendido el desalojo.

En la mañana del 5 de marzo de 2024, una torre de alta tensión se incendió cerca de Steinfurt, justo al sur de la gigafactoría de Tesla en Brandenburgo. El acto de sabotaje cortó temporalmente la electricidad a miles de hogares en varias partes de Berlín. También paralizó el trabajo en la fábrica de Tesla durante al menos una semana, lo que probablemente costó a la empresa cientos de millones de euros.

Apareció un comunicado reivindicando la autoría en nombre de Vulkangruppe - “Grupo Volcán”-, un grupo anarquista clandestino del que se dice que lleva activo desde 2011. El grupo se ha atribuido la quema de un cable eléctrico en Berlín-Charlottenburg en 2018 y el corte del suministro eléctrico a las obras de la fábrica de Tesla en Grünheide en 2021, entre otras acciones.

A continuación, presentamos una entrevista con un(a) participante en la ocupación del bosque junto a una traducción del comunicado de Vulkangruppe, con el fin de ofrecer múltiples perspectivas del movimiento contra la gigafactoría de Tesla.

La ocupación del bosque.

La ocupación del bosque: Una entrevista

Realizamos la siguiente entrevista apresurada el viernes 8 de marzo a un(a) participante en la ocupación forestal Tesla Stoppen.

Explique quién está involucrado y lo que está tratando de hacer

Hay mucho que decir sobre lo que estamos haciendo, pero para ser breve, Tesla quiere ampliar su gigafactoría, que es la mayor fábrica de coches eléctricos de Tesla en toda Europa, con unas mil personas que trabajarían allí. Para ello, quieren talar más bosque, porque toda la fábrica está en un bosque, o está en lo que solía ser un bosque. Antes talaron gran parte del bosque para construir la primera parte de la fábrica y ahora Tesla quiere ampliarla. Por eso hemos ocupado el bosque.

Hay mucha gente implicada. La ocupación en sí se llama Tesla Stoppen, o “Paremos Tesla”, pero también participan otros grupos, incluido un grupo más amplio llamado Tesla den Hahn Abdrehen [“cerrar el grifo a Tesla”], en el que participan muchos otros grupos de izquierda y también gente local. Están organizando manifestaciones y acciones judiciales.

Además, hubo una votación aquí y votaron en contra de la expansión de la gigafactoría, por lo que la gente local también están en contra de esta expansión.

Es importante mencionar que no somos sólo una ocupación forestal, también nos llamamos una ocupación del agua, porque hay una zona de protección del agua donde está la gigafactoría de Tesla. Están utilizando mucha agua para la fábrica, y ha habido muchos problemas y accidentes en la fábrica, lo que está perjudicando a las aguas subterráneas de cientos de miles de personas.

Desde un punto de vista más amplio, se trata de una protesta contra la concepción de los sistemas de crecimiento capitalista “verdes”. Decimos que “los coches limpios son una sucia mentira”: no es cierto que vayan a resolver los problemas de la crisis climática. Los coches eléctricos son un problema internacional porque las baterías de los coches Tesla utilizan materiales como el litio y el cobalto que proceden de proyectos extractivos. Eso es un problema para nosotros porque implica explotación, es una forma neocolonial de explotar la Tierra y a los seres humanos.

Describe qué tácticas están involucradas en esta ocupación forestal

Estamos ocupando los árboles construyendo casas en los árboles, construyendo caminos en los árboles. Estamos viviendo en estas casas en los árboles y construyendo para prepararnos para los intentos del estado de desalojarnos, para que cuando venga la policía podamos estar seguras en las casas de los árboles y defender la ocupación.

Cuando escalamos más de 1,5 metros, la ley alemana exige que tengan que emplear fuerzas especiales para bajarnos, y no hay tantas fuerzas especiales ni policías escaladores para hacerlo, lo que se lo pone más difícil. Estamos preparando las casas en los árboles para que, cuando venga la policía, podamos subir a ellas, para que tengamos la infraestructura allí arriba, una cocina, agua, todo, para que podamos quedarnos allí una semana.

Una casa en los árboles.

Al trabajar con la prensa y los medios sociales, intentamos ser muy abiertos y amables. Esta es una gran campaña con un diseño cooperativo: intentamos atraer a la gente, ayudarla a implicarse, trabajamos mucho con la población local. Estamos intentando hacer muchas cosas que hemos aprendido de las ocupaciones y protestas en otros lugares, como Lützerath.

La ocupación comenzó a principios de la semana pasada. En cuanto a las tácticas, puede ser interesante saber que vinimos aquí con 80-100 personas, inmediatamente trajimos ocho plataformas y casas en los árboles al bosque por la noche. Eso implicó mucha logística: subirlas a los árboles y demás. Empezamos nuestra ocupación en una noche, con ocho casas en los árboles; era una declaración, destinada a establecer el poder suficiente para que no pudiéramos ser desalojados en los días siguientes, porque no es fácil desalojar ocho casas en los árboles con 80-100 personas implicadas.

En cuanto a la convivencia, intentamos organizarnos de forma anarquista. Así que hay mucha autoorganización, tenemos diferentes grupos que organizan plenos y reuniones más pequeñas. Hay mucho que decir sobre cómo vivimos juntas, cómo intentamos deshacernos de las jerarquías, el racismo, el sexismo, etcétera. Se trata de organizarnos, estar abiertas a nuevas personas y reflexionar sobre las tendencias que traemos de la sociedad en general.

De momento, las cosas van bien: tenemos mucho apoyo, viene mucha gente, hay mucha atención mediática, mucha prensa. Estamos intentando enmarcar la cuestión del agua como un problema climático internacional, como una cuestión sobre quién tiene acceso al agua y quién no. Por ahora todo va bien, pero mucha gente cree que intentarán desalojarnos la semana que viene, porque en los últimos días ha venido la policía a la ocupación del bosque y lo han filmado todo, han hecho fotos… han sido las fuerzas especiales.

Así que… no creemos que estemos a salvo todavía.

¿Cómo ha afectado el incendio provocado a la ocupación?

Sobre el ataque, nos acabamos de enterar por las noticias. Para nosotros y nosotras en el bosque, no cambió mucho. Por supuesto, cambió el encuadre de alguna prensa, de alguna gente de los medios, que dicen “Oh, sois todos terroristas”, y por supuesto, hay aún más atención mediática al respecto… También cambió nuestro trabajo de prensa y en los medios sociales, porque intentan decir “Sois iguales, o hacéis lo mismo, que la gente que quemó las torres eléctricas”. Así que ahora es más difícil hacer el trabajo de prensa, pero para nosotros y nosotras, en el bosque, no ha cambiado tanto.

¿Cómo se relaciona esta lucha con otras luchas ecológicas, anticapitalistas y antifascistas en Alemania?

En relación con otras luchas en Alemania, con esta ocupación, queremos dar el siguiente paso en la lucha por la justicia climática, porque estamos tratando de traer el agua como un problema, y estamos tratando de desacreditar la narrativa del “crecimiento verde”, la idea de que los coches eléctricos están resolviendo el problema. Al mismo tiempo, esta ocupación está relacionada con el movimiento antifascista, porque Elon Musk también es parte del problema fascista.

Se trata de obtener nuevas ideas y dar pasos para acabar con el capitalismo. Otro proyecto que participa es Disrupt, que es una nueva idea para organizar a la izquierda radical. Disrupt, la campaña, ahora forma parte de esta ocupación, así que hay muchas cosas nuevas por venir en Alemania y en Europa.

Y estamos recibiendo apoyo de otros países. Este fin de semana nos visitará gente de Les Soulèvements de la Terre[“Levantamientos de la Tierra”] de Francia. También estamos intentando apoyar a los trabajadores de Tesla, porque allí las condiciones laborales son realmente malas y los salarios bajos, hay muchos problemas cuando trabajan allí. Estamos intentando apoyarles, hablar con ellos.


¡Grupo Volcán Cerrar Tesla! Ataque a la fuente de alimentación cerca de Steinfurt

Este comunicado apareció en la mañana del 5 de marzo, poco después de la quema del poste eléctrico, aunque describe la acción como realizada “en vísperas” del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer. En alemán, el nombre “Elon” suena parecido a la palabra Elend, que significa “miseria”. Para los lectores alemanes, el juego de palabras de los autores “Elend Musk” a lo largo del texto se lee como “Misery Musk “.

Hoy hemos saboteado Tesla. Porque Tesla en Grünau engulle tierra, recursos, personas y mano de obra y escupe 6,000 todoterrenos, máquinas asesinas y camiones monstruo a la semana. Nuestro regalo para el 8 de marzo [Día Internacional de la Mujer] es cerrar Tesla.

Porque la destrucción completa de la Gigafactoría y con ella el corte de “tecno-fascistas” como Elend Musk es un paso en el camino hacia la liberación del patriarcado.

La base del poste que fue objetivo.

La Gigafactoría se ha hecho conocida por sus condiciones extremas de explotación. La fábrica contamina las aguas subterráneas y consume enormes cantidades de la ya escasa agua potable para elaborar sus productos. 

Durante años, los grupos de protección de la naturaleza se han opuesto a la fábrica por su consumo de agua y el hecho de que supera continuamente los máximos legales de vertido de nitrógeno y fósforo al agua.

El estado de Brandeburgo-Berlín está siendo excavado para Tesla sin ningún escrúpulo. Se silencia a las personas críticas con las tomas de agua, a la población local y a los y las activistas ecológicas. Se adornan las cifras. Se violan las leyes. Se engaña a la gente. Sin embargo, gran parte de la población de los alrededores de Grünheide rechaza la Gigafactoría por el robo de agua y la gentrificación. Las protestas y la resistencia no cesan. Y van en aumento, porque hay más de un motivo para ellas. Además de la sucia fábrica de baterías, Tesla quiere ahora ampliar su recinto fabril en otras 100 hectáreas, incluida una estación de carga.

Con la ampliación de las zonas de almacenamiento y logística directamente en la planta (incluida la posibilidad de una logística ferroviaria intensiva) se pretende estabilizar las cadenas de suministro y la producción. En la actualidad, esto se ve dificultado porque las entregas procedentes de los campos de trabajos forzados de China no pueden tomar la ruta directa a través del Mar Rojo. El Ministerio de Economía de Brandeburgo está comiendo de la mano de Tesla, a pesar de las muchas razones para denegar cualquier aprobación. Al parecer, lo único importante es que Brandeburgo prospere como próspero emplazamiento empresarial.

Tesla es un símbolo del capitalismo “verde” y un ataque tecnológico totalitario a la sociedad. El mito del crecimiento ecológico no es más que un sucio truco de magia ideológica para cerrar filas contra la crítica interna. Sugiere una salida a la catástrofe climática. Pero el “capitalismo verde” es sinónimo de colonialismo, robo de tierras y agravamiento de la crisis climática. Las baterías de litio proceden de minas tóxicas de Chile y consumen otros metales raros, lo que significa miseria y destrucción para quienes viven donde están las minas. La fábrica de baterías de Grünheide, cerca de Berlín, por ejemplo, necesita la rara materia prima del litio, que también se extrae en Bolivia. Musk pone las cartas sobre la mesa cuando se trata de impulsar la extracción de litio en Bolivia: “Golpearemos a quien queramos”, dice, comentando la resistencia indígena a la minería. Los recursos minerales están siendo arrancados de la tierra en condiciones brutales. El “acuerdo verde” no es más que la expansión del crecimiento económico sin límites. También en Portugal, la población rural se resiste a la extracción forzosa de litio.

La torre eléctrica quemada.

Al igual que se usa y abusa de la tierra a diario, Tesla hace lo mismo con las personas. Tiene a trabajadores forzados en todo el mundo, como los uigures en China, trabajando (hasta la muerte) para ella (igual que hace Volkswagen), a los que el régimen racista chino sirve a la empresa para su producción. Incluso en Grünheide, las condiciones de trabajo se consideran desastrosas. Hace poco, un miembro del comité de empresa de IG Metall en Grünheide fue despedido. A pesar del comité de empresa amarillo instalado por Tesla, -un sindicato “amarillo” es una organización laboral dominada por un empresario y que, por tanto, no es un sindicato independiente-, la verdad sobre las condiciones en la fábrica se está filtrando. Para mejorar las estadísticas de accidentes, se lleva a la gente al hospital en taxi en lugar de llamar a una ambulancia. Se despide a los críticos internos y, si emprenden acciones legales, se les obliga a llegar a un acuerdo judicial. La indemnización económica se utiliza entonces como bozal para sofocar el debate público sobre los despidos racistas, por ejemplo amenazando con sanciones contractuales. El empleado despedido tiene que callarse a cambio del dinero: ése es el cálculo.

Así es el ataque tecnológico totalitario. Un vehículo Tesla es un dispositivo de vigilancia de los espacios públicos. Está equipado por todas partes con cámaras de alta resolución de Samsung. Samsung es una empresa líder en tecnología armamentística, entre otras cosas. Según el fabricante, las cámaras graban hasta 250 metros. En “modo vigilancia”, filman todo lo que hay cerca del vehículo y garantizan que el conductor también esté vigilado mientras conduce. El conductor ya es un componente gratuito del universo Telsa y un conejillo de indias. La inteligencia artificial registrará cada movimiento y cada error que cometa el conductor, monetizándolos mediante el uso de los datos para entrenar el software de conducción autónoma.

Tesla militariza la carretera. Sus tanques en movimiento son armas de guerra. El coche como arma. La carretera es el campo de batalla. En lugar de 9 mm, Tesla ha introducido ahora en el mundo 856 CV: “Si alguna vez tienes una discusión con otro coche, ganarás”, dice Elend Musk. Un Tesla es un símbolo de estatus, a la vez declaración y propaganda: por el desprecio a la humanidad, la destrucción sin límites a través del “progreso” y un modo de vida imperial y patriarcal.

Cualquiera que compre un SUV (todoterreno) es con toda probabilidad un partidario de un modo de vida imperial que quiere beneficiarse de esta locura hasta el amargo final. El álbum secreto de poesía de todo activista debería incluir un Tesla destrozado. Ningún Tesla del mundo debería estar a salvo de nuestra furia encendida. Cada Tesla en llamas sabotea el modo de vida imperial e interrumpe eficazmente la red cada vez más tupida de vigilancia inteligente sin fisuras que apunta a cada expresión de la vida humana.

Una pancarta en el bosque en la que se lee “¡Alto el fuego ya!”

Los ejércitos utilizan el sistema de satélites Starlink de Tesla en sus guerras. Por ejemplo, en Ucrania. El ejército ruso también accede a terminales de satélite Starlink de otros países para llevar a cabo ataques. Del mismo modo, Israel utiliza el sistema de satélites Starlink para asesinar a personas en Gaza. La infraestructura Starlink de Tesla es un actor militar. Enrolladas como un collar de perlas hechas de basura, surcan el cielo para hacer vigilancia total.

Hablemos de un hombre que se convertirá en polvo, aunque preferiría ser inmortal: Elend Musk. Para hombres como él, aún no se ha inventado la palabrota adecuada para describir correctamente su arrogancia, su desprecio por la humanidad, su codicia antisocial de poder y reconocimiento.

No oculta su chovinismo. Su plataforma de propaganda X es el medio para un fin. Aquí es donde reúne a los partidarios de un modo de vida imperial. Aquí es donde los antisemitas, antifeministas, autoritarios, chovinistas, fascistas y partidarios del odio contra los “extranjeros” se tranquilizan. Aquí es donde se organizan con su visión elitista del mundo y de sí mismos como raza superior. Aquí es donde los arios de la AfD -partido de ultraderecha alemán- se encuentran con sus iguales.

Una casa en un árbol en la ocupación del bosque.

Cuando Elend Musk vitorea al presidente antifeminista y neoliberal de Argentina en X, es porque están unidos. No se avergüenzan de ello: han decidido ponerse del lado de un masculinismo mortífero y dejar tras de sí un reguero de sangre como un monstruo devorador de hombres.

Elend Musk es el nuevo modelo de capitalista depredador neoliberal y patriarcal, neocolonial, de este siglo, que utiliza medios diferentes a los de los explotadores que le precedieron en el siglo anterior. Es un zeitgeist(espíritu de la época) invasor que utiliza las crisis económicas autofabricadas de valorización para abordar la próxima destrucción. Sólo sigue los pasos marrones preparados de otros pioneros patriarcales. Del mismo modo, el “fabricante de automóviles” Henry Ford era un admirador de los nazis con su “Volkswagen” y su eficiente organización de la industria. La planta de Volkswagen en Wolfsburg funcionaba a lomos de trabajadores forzados. La idea era que todos los alemanes pudieran tener un Volkswagen para poder conducir un coche o un tanque por la nueva autobahn (autopista). Ford, inspirado por la eficacia de la organización obrera alemana, trasladó las ideas a su imperio en EEUU. El asalto a los trabajadores y la economización de la explotación se conocieron como “fordismo”.

Una reciente acción de protesta contra Volkswagen en Wolfsburg.

Esto incluía la organización de la mano de obra y el trabajo en cadena: producción en masa con consumo masivo simultáneo del automóvil. Este modelo, también conocido como taylorismo, puede entenderse como una forma de lucha de clases desde arriba. En la actualidad, Elend Musk combina las posibilidades tecnológicas invasivas de nuestro tiempo con su visión misógina del mundo, su extremismo patriarcal y la actitud totalitaria típica de su casta. Como “fabricante de automóviles”, se erige en un revenant [persona que ha regresado de entre los muertos] de la tradición histórica. En consonancia con los tiempos, actúa como un “tecnofascista”.

En lugar de desechar el automóvil en el basurero de la historia y ampliar el transporte público gratuito, sólo se cambia la tecnología de conducción, de motores de combustión a motores eléctricos, para preservar el transporte individualizado. El modo de vida imperial es más lucrativo económicamente.

Las posiciones de poder permiten a “visionarios” patriarcales como Elend Musk experimentar -en el sentido más horrible de la palabra- con las formas más “avanzadas” de explotación y con el recurso disponible de los “seres humanos”. Conquistar nuevos reinos, avanzar, sin invitación, y penetrar en la tierra. En el espacio, en el cielo, en el espacio público, en nuestras cabezas: el violador no deja nada sin tocar. La empresa de neurotecnología Neuralink pretende conectar cerebros humanos con máquinas. Están haciendo pruebas con animales para aprender a leer flujos de pensamiento. Al igual que SpaceX y Tesla, Neuralink también aspira a una visión a largo plazo en la que se considere que diferentes personas tienen diferentes cantidades de valor inherente. En la que ciertas personas tienen derecho a una vida mejor dentro de la catástrofe ecológica que ya está en marcha.

Una escena de la ocupación forestal.

Aunque no estés en X, antes Twitter, si simplemente paseas por la vía pública, seguirás siendo impactado por este miserable y sus cámaras y propaganda. Las posiciones de poder permiten una invasión permanente, una relación invasiva hacia toda la vida, que sólo puede detenerse mediante una resistencia decidida. El “progreso tecnológico” de nuestro tiempo les proporciona a ellos, los “tecnofascistas”, una herramienta de posibilidades con la que seguir aumentando la explotación y la indescriptible destrucción de nuestro planeta.

En su abundancia de poder, este tipo puede actuar a veces como un jefe de Estado sin haber sido elegido. Dispone de los medios de producción necesarios y del recurso “humano” para tomar decisiones políticas. Este tipo puede comprar jefes de Estado o llevar al poder a partidos y políticos, incluso a uno llamado Hitler. Este tipo es el cerebro detrás de los supuestos responsables de la toma de decisiones de los gobiernos. Puede imponer condiciones a los Estados o reducir a los jefes de Estado a suplicantes. El sistema patriarcal produce toneladas de personas de este tipo; luchan por la posición más alta porque eso corresponde al modelo patriarcal. Dan golpes de Estado cuando las cosas no salen como ellos quieren. Son reemplazables. Sólo su poder les da estas oportunidades; sin poder, no son más que ególatras pomposos y ridículos. Llevan siglos llevando a la muerte a millones de personas, destruyendo la naturaleza como si les perteneciera. Si no destruimos el sistema que produce tales ególatras, surgirán nuevos ejemplos de su clase. Así que no se trata (sólo) de Elend Musk, sino también del modo de vida imperial que estos hombres nos están imponiendo. Se trata de un enfrentamiento entre este modo de vida imperial y la libertad de todas las personas.

A pesar de todos sus conceptos sobre economía, este tipo de personas representan una minoría en este planeta, una minoría que cree que este modo de vida imperial es el único correcto. Lo que es nuevo es que hemos pasado muchos de los puntos de inflexión que nos muestran la naturaleza finita de este modo de vida destructivo. Nos estamos acercando a otros puntos de inflexión a una velocidad pasmosa. Año tras año, mes tras mes, día tras día.

(Si todo lo demás falla, Elend Musk y un puñado de subordinados huirán de las consecuencias de este modo de vida imperial e insultarán a Marte con su presencia. Pero nuestros fuertes aliados extraplanetarios ya le están esperando; las tormentas solares estrellarán su cohete, como ya han hecho con el 30% de los satélites que ha puesto antes en el espacio. Así que ganaremos).

Un cartel contra Elon Musk y el poder de los multimillonarios en general, pegado con engrudo de harina en una calle de Pittsburgh en 2022.

Mucha gente sigue considerando natural y deseable este modo de vida y la supuesta riqueza asociada a él. Muchas personas, equivocadas y mal orientadas, confunden las posesiones y la riqueza material con la libertad y la felicidad. La ignorancia, la manipulación y el miedo han moldeado a generaciones de personas. Se nos reduce al trabajo y al consumo y se nos degrada a un modo de vida imperial. Esta riqueza material a expensas de otras personas es una acusación a la “civilización”. Este modo de vida tampoco hace felices a sus beneficiarios. Las alternativas se hacen invisibles o se destruyen a medida que surgen. Se deslegitiman los enfoques que podrían beneficiar a la humanidad sin generar dinero o poder. Se aniquilan las formas de vida indígenas que se relacionan con la naturaleza y su protección. Los enfoques emancipadores que abordan las raíces del problema han sido ahogados en sangre en todas las épocas. O los movimientos revolucionarios son corrompidos, infiltrados, sus “líderes” comprados con el fin de asegurar la dominación y el progreso de la destrucción durante décadas más.

En consecuencia, en vísperas del 8 de marzo, encendimos un faro contra el capital, el patriarcado, el colonialismo y Tesla. Contrarrestamos el continuo abuso de la tierra con sabotaje. La ideología del crecimiento económico ilimitado y la creencia en un progreso basado en la destrucción han llegado a su fin. Todos los obstáculos se están haciendo a un lado para gigantes como Tesla con el fin de hacer de Europa un “lugar de inversión de primera clase con un fuerte ecosistema industrial”. Pero algo se está resbalando. Nosotros y nosotras, una resistencia amplia y variopinta, estamos haciendo rodar los obstáculos de vuelta a su sitio. Somos los montones de escombros y los granos de arena en los engranajes de una máquina que avanza inflexible. Somos los factores de perturbación en la sala de máquinas. Somos las personas desesperadas y marginadas. Somos gente de clase media en Alemania o emigrantes a la fuga. Podemos ser mucha gente en el bosque y en las casas de los árboles y en la calle; podemos ser grupos de sabotaje encubiertos como el nuestro. También puede haber gente en la gigafactoría que se vengue de las máquinas de su capataz por las condiciones de trabajo a las que les obliga. Pueden atraparnos, golpearnos, humillarnos, agredirnos o asesinarnos, pero estamos en nuestro derecho. Sólo la violencia puede mantenernos en el suelo. Pero volveremos a levantarnos. Y otros vendrán a por nosotras.

Comparte esta declaración. Tradúcela y envíasela a otras personas que participan en la lucha mundial.

Una casa en la ocupación del bosque.

Con nuestro sabotaje, nos hemos fijado el objetivo de infligir el mayor apagón posible en la Gigafactoría. Hemos descartado poner en peligro nuestras vidas y las de otras personas. La paralización de la producción en la industria automovilística es el principio del fin de un mundo de destrucción. Nuestra hoguera de liberación iba dirigida al sistema que suministra electricidad a Tesla. Queríamos golpear la línea aérea de un pilón de alta tensión en la conexión con los cables subterráneos en las fundas impermeables y cortocircuitar los seis cables de 110 kV que había en su interior. Para ello, abrimos el pozo hasta los empalmes de los cables, que estaban en parte bajo el agua. Aún así, quemamos los cables de alimentación expuestos y, en combinación con el agua, esto puede haber provocado un cortocircuito. Los daños en los empalmes de cables suelen ser largos y caros de reparar. Al mismo tiempo, hicimos el fuego grande y alto, con muchos neumáticos de coche para debilitar la estructura de acero y provocar la inestabilidad del mástil.

Un mástil de acero sólo se funde a unos 1300 -1500 grados. Como estábamos trabajando con una generación de calor de unos 900 grados, el objetivo era cambiar las propiedades mecánicas del mástil. En una estructura portante de acero, un incendio rápido y de grandes dimensiones que arda a 500 grados o más puede provocar una pérdida de resistencia y alterar la rigidez, la resistencia a la tracción y la elasticidad del metal. Esto puede provocar efectos de deformación, torsión o desviación. Esa era nuestra intención.

Nos sentimos conectadas con todas las personas que luchan en todo el mundo y a las que llegan nuestras palabras.

Nos sentimos conectadas con todas las personas que no permitirán que Tesla les cierre el paso. Si queremos vencer a gigantes como Tesla, necesitamos muchas formas de resistencia. La nuestra es una de tantas. Impredecible y diversa, sólo juntos podremos obligar al Ministerio de Economía de Brandemburgo a respetar la voluntad de la población.

El ministro de Economía, Jörg Steinbach (SPD), considera que el resultado de la votación de los habitantes de Grünheide (71% en contra de la ampliación del emplazamiento de la fábrica de Tesla) no es más que un voto importante. Ve la votación sobre todo como una “oportunidad curativa”, lo que significa que Tesla no ha logrado convencer a la gente y que la empresa aún tiene que hacer sus deberes para dividir, comprar, engatusar y persuadir a la población. No acepta el “no” del público y pide a Tesla que suavice su postura antes de mayo.

Todo el mundo es libre de alegrarse abierta o secretamente de nuestra acción. Quien se sienta obligado a distanciarse debería preguntarse ¿por qué? ¿Y quién se beneficia de ello?

Juntas pondremos a Tesla de rodillas. Apaga Tesla.

Saludos a todas las personas que están huyendo, en la clandestinidad, en las cárceles y en la resistencia.

¡Amor y fuerza a todaos las Antif@s!

Vulkangruppe Tesla abschalten! (¡Grupo Volcán Cerrar Tesla!)

Nos hemos inspirado en una serie de acciones:

Asamblea Nacional por el Agua: piden organizar campañas de boicot a Coca-Cola y Bonafont

Texto y fotos por Karen Castillo

Los días 23 y 24 de marzo se llevó a cabo la cuarta Asamblea por el Agua y por la Vida en el territorio de La Magdalena Tlatelulco, en el estado de Tlaxcala, asistiendo más de 500 personas de 300 pueblos originarios, comunidades, colectivos y organizaciones de distintas geografías del territorio mexicano, así como de otros países de Latinoamérica y Europa.

La consigna principal de esta Asamblea fue “No es sequía, es saqueo”, haciendo referencia a que “el agua, un elemento esencial para la vida, es disponible sólo para unos cuantos millonarios”, y denunciando que el Estado mexicano privilegia a empresas e industrias transnacionales que obtienen millones de litros de agua en concesiones. 

Las comunidades ofrecieron cifras sobre la extracción de agua que el Estado mexicano permite a las grandes industrias, mencionando a la Cervecería Cuauhtémoc Moctezuma, que extrae 143.7 mil millones de litros al año, a la Coca-Cola que extrae 55 mil millones de litros al agua y a la Compañía Industrial Minera, con la extracción de agua de 8 mil millones de litros al año. Otras empresas mencionadas como grandes explotadoras del agua en México fueron Danone, Nestlé, Bimbo, Bachoco, Walmart, así como empresas inmobiliarias y complejos turísticos.

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Los participantes de esta Asamblea reconocieron que las dinámicas de despojo y saqueo son complejas y que además se entrelazan y se relacionan a otras formas de explotación.

Algunas de las problemáticas más mencionadas por las comunidades fueron el crimen organizado y el aumento de consumo de drogas como el cristal, sobre todo en las juventudes; la gentrificación de pueblos, barrios, colonias y el aumento del turismo desmedido; leyes y programas de ordenamiento territorial y de privatización del agua y otros recursos; la militarización y el incremento de represión en contra de comunidades originarias. 

Debido a la complejidad de las dinámicas de despojo, las comunidades también reconocieron la necesidad de responder a la crisis provocada por el sistema capitalista y patriarcal desde distintos frentes como lo es la educación, la salud comunitaria, las movilizaciones, detener leyes de privatización, el fortalecimiento de los sistemas normativos tradicionales de las comunidades indígenas, la comunicación comunitaria y otras formas de resistencia. 

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El consenso de las comunidades es que toda propuesta debe partir desde y hacia la autonomía plena de sus territorios.

Tlaxcala sí existe y está luchando por defender el territorio

El equipo de este reportaje acompañó a la Asamblea y entrevistó a seis mujeres de la comunidad de La Magdalena Tlatelulco, Tlaxcala, que forman parte del Colectivo en Defensa de Tlaltelulco. El colectivo se dedica a la defensa del territorio, la cultura y a la organización comunitaria. Hace parte de los Colectivos por la defensa de la identidad y territorio de Tlaxcala, que estuvieron a cargo de la organización y logística de la cuarta Asamblea.

“Las mujeres somos la fuerza de estos movimientos y de la defensa de este territorio. Nosotras trabajamos con mujeres ejidatarias que por muchas dinámicas que se nos han asignado los trabajos en reproducción en las sociedades, siempre están aquí y han defendido el territorio incluso con el cuerpo”, mencionan.

Todas las presentes expresaron sentimientos similares: felicidad y alegría por los aprendizajes, experiencias y vivencias compartidas previo, durante y al cierre de la cuarta Asamblea por el Agua y la Vida y, al mismo tiempo, cansancio por el esfuerzo realizado durante seis meses de planeación y organización de esta Asamblea Nacional.

“Nunca había vivido una experiencia tan enriquecedora, hay muchas problemáticas en los territorios, no es un problema nacional es internacional que se pierde la identidad y la cultura. Fue muy bonito ver a muchos jóvenes involucrados”, dijo una joven integrante de Colectivo en Defensa de Tlaltelulco.

Las mujeres mencionaron como una de las problemáticas principales la expansión de las urbes a sus territorios transformando el paisaje, la cultura, la identidad e incrementando la demanda de recursos como el agua y la tierra.

Otra joven menciona el despojo de los bosques y la tala ilegal de cientos de árboles como una situación crítica en este Estado. 

El Colectivo en Defensa de Tlaltelulco se encuentra a las faldas del volcán conocido como “La Malinche” y también participa en la defensa y cuidado del mismo. De acuerdo con el Centro Tlaxcala de Biología de la Conducta de la Universidad Autónoma de Tlaxcala, la tala ilegal, los incendios forestales, muchas veces provocados, y el cambio de uso de suelo para uso agrícola y de asentamientos urbanos, son las principales causas del deterioro del ecosistema de la Malinche. 

El mismo centro reconoce que la destrucción de los bosques de esta Área Natural Protegida “compromete la captación, filtración y disponibilidad de agua, así como la fertilidad del suelo, secuestro de carbono y regulación del clima y aire”.

Las mujeres parte del Colectivo en Defensa de Tlaltelulco también mencionaron que la industrialización es una de las problemáticas más importantes en su territorio. La comunidad de Magdalena Tlaltelulco poco a poco se ha convertido en parte de un corredor industrial que une a la Ciudad de México, Puebla y Tlaxcala. Las industrias que llegan, sostienen ellas, no están reguladas y, en cambio, el gobierno les da todas las facilidades para establecerse sin un plan para mitigar los impactos sociales, económicos y ambientales que generan en los territorios.

“Llega mucha gente que no se integra a la comunidad, no participa, entonces también rompen el tejido comunitario, y aquí hay sistemas normativos propios de la comunidad que son muy importantes, y eso también se va perdiendo con la llegada de todas estas industrias”, señala una joven.

Mencionan, además, cómo la industrialización genera problemas de salud, que pasan desapercibidos para la población. De acuerdo con instituciones de salud del gobierno mexicano, en 2020 Tlaxcala era el tercer Estado del país con mayor incidencia de enfermedades renales y mostraba cifras alarmantes de incrementos de este tipo de enfermedades sobre todo entre jóvenes y niños/niñas.

Exigencias y denuncias

Durante la Asamblea se llevaron a cabo mesas de trabajo con el fin de identificar las principales problemáticas que las comunidades enfrentan, así como soluciones y formas de hacer frente al despojo desde la organización autónoma. 

Estas son algunas de las acciones coordinadas que la cuarta Asamblea Nacional por el Agua y la Vida acordó realizar con el fin de defender los territorios y el agua y, con ello, la vida de miles de personas en el país. 

  • Realizar memoria colectiva y documentar los saberes ancestrales de las comunidades.
  • Fortalecer el trabajo de formación con niños y jóvenes durante las asambleas desde el enfoque de escuelas autónomas.
  • Sumarse a las movilizaciones para acuerpar la lucha de madres buscadoras, padres y madres de Ayotzinapa y en contra de la guerra en contra de las comunidades zapatistas.
  • Exigir la presentación de los defensores del territorio Antonio Díaz y Ricardo Lagunes desaparecidos en 2023.
  • Organizar campañas de no consumo de productos de Coca-Cola, Bonafont–Danone, así como de todas las empresas refresqueras, embotelladoras y cerveceras.
  • Denunciar y realizar boicot a empresas que apoyan el genocidio en Palestina.
  • Realizar baños secos en nuestras comunidades para evitar contaminar nuestros ríos.
  • Campañas contra los Planes de Ordenamiento Territorial que se buscan aprobar en estados como la Ciudad de México, Querétaro, Puebla, Tlaxcala.
  • Movilización nacional e internacional dislocada, en el marco del 105 aniversario luctuoso por el asesinato del General Emiliano Zapata el 10 de abril.
  • Campaña en contra de la militarización, por el derecho al agua y por la libertad de presos políticos, del 26 de abril al 26 de septiembre en todos los espacios posibles.
  • Jornada por la liberación de Saúl Rosales a partir del próximo 14 de julio.

Finalmente se acordó llevar a cabo la quinta Asamblea Nacional por el Agua y por la Vida, en la Casa de los Pueblos y Comunidades Indígenas “Samir Flores Soberanes”, con la Comunidad Indígena Otomí residente en la Ciudad de México, los días 17 y 18 de agosto del 2024.

Fuerzas de seguridad atacan pueblo en resistencia contra la minería en Ecuador

En portada: Habitantes de la comunidad de Palo Quemado mantienen desde hace años la resistencia al proyecto minero de La Plata.

Este martes (26), elementos de la Policía Nacional del Ecuador y de las Fuerzas Armadas realizaron una incursión violenta en la comunidad de Palo Quemado, provincia de Cotopaxi, en la región centro sierra, donde pobladores mantienen la resistencia contra el proyecto minero La Plata, a cargo de la empresa canadiense Atico Mining, el cual busca extraer oro, cobre, plata y zinc.

Desde la mañana, miembros de la comunidad difundieron imágenes denunciando el ingreso de militares en la zona, pese a que horas antes, el lunes (25), un juez admitió una acción de protección con medidas cautelares y ordenó la suspensión provisional de una consulta ambiental en la parroquia de Palo Quemado.

Ejército del Ecuador ingresó con violencia a comunidad que resiste minería en Ecuador.

Dicho proceso, acusan pobladores, se desarrolla bajo un contexto de militarización y violencia con la anuencia del Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica, para dar continuidad al trámite de permisos para la extracción minera.

Ante ello, el alcalde de Sigchos, Óscar Monge, solicitó el retiro de las fuerzas de seguridad debido a que en las semanas previas, su presencia ha provocado confrontaciones contra los campesinos que rechazan la extracción minera.

Con la incursión de las fuerzas de seguridad esta mañana, el Frente Nacional Antiminero denunció una nueva arremetida por parte de los militares contra campesinos de la comunidad de Palo Quemado.

“El ejército y la policía han recibido órdenes de atacar al pueblo de Palo Quemado y Las Pampas como represalia a la suspensión de la consulta ambiental. Los campos se llenan de humo y sangre. Mientras, el pueblo organizado rescata a los campesinos heridos”, denunciaron.

Rechazo contundente

La comunidad de Palo Quemado apenas rebasa los mil habitantes y en su mayoría se posicionan en rechazo al proyecto minero La Plata, el cual también afectaría las comunidades vecinas de Las Pampas y Alluriquín, esta última perteneciente a la provincia de Santo Domingo de los Tsachilas.

La superficie concesionada al proyecto La Plata alcanza las 2,222 hectáreas y de acuerdo a la empresa canadiense Atico Mining, el área destinada a la extracción se extiende por 143 hectáreas pertenecientes a la comunidad de Palo Quemado, donde son sus residentes quienes están facultados para aprobar o rechazar la minería mediante la realización de la consulta ambiental.

Con elevada presencia policial y militar se desarrolló el pasado 20 de marzo una asamblea informativa en Palo Quemado.

De acuerdo a la empresa se han invertido más de 16 millones de dólares para la preparación de la extracción minera y prevén que, para el desarrollo minero de tipo polimetálico que existe en la región, se necesitarán 100 millones de dólares. 

Cabe destacar que, a principios de marzo, el presidente del Ecuador, Daniel Noboa, encabezó una serie de encuentros estratégicos, durante la Convención Mundial de Exploración y Minería en Toronto, Canadá (PDAC 2024), en colaboración con el Banco de Montreal (BMO), donde se comprometieron inversiones hasta por 4,800 millones de dólares en proyectos mineros en el Ecuador.

Los compromisos de inversión se concretaron a través de proyectos destacados en la industria minera, entre los cuales se encuentra el proyecto La Plata de Atico Minning.

La ministra de Energía y Minas del Ecuador, Andrea Arrobo, en Toronto, Canadá.

Por su parte, este lunes (25), la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE), el Frente Nacional Antiminero y el Movimiento Indígena y Campesino de Cotopaxi, mediante comunicado, celebraron el fallo judicial que suspendió la consulta ambiental y, por ende, el trámite para la operación minera.

Sin embargo, las organizaciones llamaron a no bajar la guardia y mantener las acciones de resistencia previo a la incursión violenta registrada este martes (26). 

Será el próximo martes 2 de abril cuando se realice una audiencia judicial para definir la suspensión la consulta ambiental que mantiene la extracción minera en vilo.

Movilizaciones

Tras los hechos violentos, numerosas organizaciones y comunidades del Ecuador se han manifestado en apoyo a la resistencia antiminera en la provincia de Cotopaxi, por lo que anuncian que se sumarán a movilizaciones a nivel nacional a realizarse el próximo miércoles (27).

Entre las manifestaciones anunciadas destaca que la CONAIE y el Frente Antiminero realizarán un plantón en la capital, Quito, a partir de esta misma tarde para posicionarse contra la explotación minera en Palo Quemado y Las Pampas.

Expanden producción de hidrógeno verde en Brasil para la “transición energética” europea

En portada: Ednilson Silva, 18 años, es miembro del Quilombo de Cumbe, en el estado de Ceará, comunidad que resiste a la presión de la empresa CPFL Renováveis que hace 15 años instaló un parque eólico con 67 aerogeneradores. Foto: Galba Nogueira/BrasildoFato

El hidrógeno verde es propagandeado por los órganos internacionales, empresas y Estados en el proceso llamado de “transición energética” como el combustible del futuro, una fuente energética para sustituir los combustibles de origen fósil, por ejemplo, en los automóviles.

Alemania ocupa un papel central en la política de expansión de la producción de este combustible a nivel mundial, de acuerdo con el estudio En nombre del clima, mapeo crítico: transición energética y financerización de la naturaleza, realizado por la Fundación Rosa Luxemburgo, de Brasil, y el Programa de Pós-Graduação de Ciências Sociais em Desenvolvimento, Agricultura e Sociedade (CPDA) da Universidade Federal Rural do Rio de Janeiro (UFRRJ).

La demanda de hidrógeno verde para la “transición energética” de Alemania es estimada en 20 millones de toneladas, de los cuales 10 millones deberán ser producidas internamente y las demás serán importadas, acorde a una de las investigadoras que hicieron parte del estudio, Karin Pecis Valenti.

Alemania, por ser uno de los actores centrales en la definición de la agenda de la Unión Europea (UE), presiona los otros miembros, advierte la investigadora, principalmente Francia, Italia, España y Portugal, a destinar parte de sus fondos para desarrollar este tipo de combustible. 

Solo en 2024, la UE planea invertir 3,8 billones de euros en la industria del hidrógeno verde. El objetivo es que el hidrógeno represente “al menos 5,7% de los combustibles hasta 2030, año en que 50% de la industria debe adoptarlo, subiendo para 70% en 2035”, sostiene Valenti en el estudio. 

Lo que se busca es “construir una agenda de política externa que garantice la consolidación de una producción mundial del hidrógeno verde”. De esta manera, se busca firmar acuerdos con países donde existan buenas condiciones para la producción del combustible, es decir “países en desarrollo, ricos en sol y viento”. 

Están en esta agenda, según la investigadora, principalmente el sur del Cáucaso, países del Golfo Pérsico, Marruecos y Namibia. En América Latina, Chile, Argentina Colombia, Uruguay, México y Brasil. 

Brasil, en la mira

El mercado de hidrogeno verde lanza una mirada especial al territorio brasileño, afirma Valenti. La intención de la UE, anunciada en 2023, es invertir 2 billones de euros, en 2024, en la producción de dicho combustible en el país.

De acuerdo con una de las organizadoras del estudio, Elisangela Soldateli Paim, de la Fundación Rosa Luxemburgo, en el estado de Rio Grande del Sur, sur del país, ya fueron firmados nueve memorandos de intención de producción de hidrógeno verde. En el estado de Ceará, nordeste de Brasil, ya son más de 30 memorandos firmados entre empresas y gobierno del Estado. “Las empresas europeas tiene un papel importante”, sostiene Paim durante la presentación del estudio.

Uno de los motivos para el interés europeo es que el país posee un gran potencial de producción energética a partir de fuentes consideradas renovables, lo que hoy representa 85% de su matriz. 

La llamada energía verde es un punto fundamental para la industria del hidrógeno verde. Eso porque el hidrógeno puede ser obtenido por medio del proceso de electrólisis del agua – se rompe la molécula del agua (H2O) en hidrógeno (H2) y oxígeno (O) –, y se garantiza que sea un combustible verde porque la energía utilizada para la división de la molécula del agua se da a partir de fuentes consideradas renovables. 

Justamente para sostener las plantas de producción de este tipo de combustible se está llevando a cabo una oleada de proyectos de producción de energía eólica, principalmente con complejos en altar mar en los estados de Ceará y Rio Grande del Sul.

En julio de 2023, constaba en las bases de datos del gobierno de Brasil, 78 proyectos de producción de energía eólica en alta mar en proceso de licenciamiento junto a los órganos ambientales, según datos averiguados por Júlio Holanda, uno de los investigadores que hizo parte del estudio, siendo que 24 de ellos están localizados en el Rio Grande del Sur, y 23 en el Ceará. 

Hoy existen alrededor de mil centrales eólicas onshore (en tierra firme) instaladas en el país, sumando más de 10 mil aerogeneradores en operación. Alrededor de 90% de ellos están localizados en la región nordeste de Brasil, acorde a Holanda. Otras 491 centrales están proyectadas, pero todavía no se ha iniciado la construcción, y 145 complejos ya están en proceso de construcción.

Brasil ocupa, según Paim, el sexto lugar en el ranking de capacidad instalada de energía eólica en el mundo. En 2012, ocupaba la posición 15. “Las eólicas son la segunda fuente de participación en la matriz eléctrica de Brasil, atrás solamente de las hidroeléctricas”, informa.

La integrante de Rosa Luxemburgo en Brasil sostiene que estos proyectos están siendo presentados, incluso por los medios de comunicación hegemónicos, como parte de la llamada “transición energética”, pero alerta el hecho de que “estos proyectos están siendo pautados básicamente por el sector privado, poco espacio ha habido para discutir lo qué está pasando en los territorios frente a toda la expansión de estos proyectos”.

“Transición energética”, mayor extractivismo

Brasil está jugando el papel de “proveedor de recursos naturales, en un marco de profundización de extractivismo”, afirma. 

Además, sostiene, una central eólica en tierra requiere nueve veces mas recursos minerales que una termoeléctrica a gas, mientras un carro eléctrico requiere seis veces mas minerales que un carro convencional. Eso significa la expansión del extractivismo mineral. 

De acuerdo con la Agencia Internacional de Energía, la demanda por litio, esencial para la construcción de baterías responsables por el almacenamiento de energía, se triplicó entre 2017 y 2022. Se estima que la extracción aumentará mundialmente en mas de 8,000% en los próximos años. Entre 2022 y 2050, esta demanda está directamente asociada con los vehículos eléctricos.

En Brasil, durante el primer semestre de 2023, se registró un aumento de 11,5% del consumo del aluminio por el sector eléctrico brasileño, demandado, sobretodo, por instalaciones eólicas y solares. El país es el cuarto productor mundial de aluminio.

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Además del aumento del extractivismo, estos proyectos considerados parte de la “transición energética” han implicado a las comunidades tradicionales que viven, por ejemplo, del mar en el estado de Ceará, la pérdida de sus territorios. 

Quilombo de Cumbe, en el estado de Ceará, comunidad que resiste a la presión de la empresa CPFL Renováveis que hace 15 años instaló un parque eólico con 67 aerogeneradores. Foto: Galba Nogueira/BrasildoFato

“Pérdida de sus territorios para la reproducción tradicional de sus vidas, de sus trabajos, de la agricultura comunitaria, de los espacios de convivencia, de religiosidad. Los territorios están siendo privatizados. En Ceará, comunidades quilombolas tienen que pedir permiso a la empresa para llegar hasta el mar. Sin hablar de los cambios ambientales y los riesgos que implican la instalación de estos proyectos”, señala Fabrina Pontes Furtado, profesora del CPDA y también organizadora del estudio.

Todas estas informaciones “nos llevan a cuestionar esta ‘transición energética’ tan pautada en diferentes espacios; de ninguna manera defendemos que la producción de energía sea a través de fuentes fósiles, pero es necesario desmitificar lo que es que está por detrás de este proceso que se ha llamado ‘transición energética”, alerta Paim, y que se está llevando a cabo en todo el mundo.

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“El sur global continúa a ser considerado como frontera a ser explotada, pero ahora alrededor de un consenso: la “salvación” de la humanidad a través de la ‘descarbonización’, legitimando proyectos de biocombustibles, hidrógeno verde, complejos eólicos y extractivismo minero en una lógica de capitalización de la naturaleza y explotación de los bienes naturales”, sostienen las organizadoras en la presentación del estudio.

Altepee, colectivo que construye jaranas para resistir al Corredor Interoceánico

En portada: Jóvenes de Acayucan, Veracruz, durante taller impartido por el colectivo Altepee. Forto: Santiago Navarro F

Entre las finas líneas de sus vetas se guarda la memoria de otro tiempo, el susurro del bosque, la armonía y el canto de las aves que alguna vez posaron sobre su frondosa copa. Hoy, el cedro talado de la montaña yace tirado y mutilado. Algunas partes de su tronco embellecerán un piso, se convertirán en muebles lujosos y, tal vez, nadie pondrá atención en la memoria que guarda. Pero un pedazo arrumbado, uno muy pequeño, fue rescatado, la pretensión no es poca, se busca que sea un instrumento que sacuda el cuerpo y la memoria.

Sael Blanco recuerda que hace más de una década le fue entregado el trozo de madera en un taller que presenciaba en una comunidad en el estado de Veracruz, México. “Yo solamente era espectador de lo que sucedía ahí y me lo dieron”, comparte al mismo tiempo que suelta una sonrisa cómplice. 

Sael trabajando en la laudería del colectivo Altepee. Foto: Santiago Navarro F

Aquel taller al que asistió el veracruzano era para aprender a construir jaranas con el cedro, ahí fue donde construyó su instrumento de lucha, una jarana de cedro. Este es uno de los instrumentos que le da vida y ritmo a la fiesta conocida como fandango o huapango, principalmente en los estados de Veracruz, Oaxaca y Tabasco, en el sur-suroeste de México.

El fandango es una gran fiesta que le acompaña el canto en forma de verso replicado por las y los asistentes. El tacón de quienes suben a la tarima hace palpitar los corazones con el sonido de las jaranas. “Hoy es una música que se toca en diversas partes del mundo. Pero, hace 12 o 15 años, esta música era desvalorizada, ya solo la tocaban las personas más viejas de entre 70 y 80 años”, comparte Blanco.

Entre las vueltas y los zapateados que marcaron el tiempo de vida de este músico, hubo un momento en que, junto a sus compañeros y compañeras que llevaban la alegría a diversas fiestas de los pueblos vecinos, decidieron crear una colectividad bautizada como Altepee. “Este colectivo surge como una necesidad para la preservación de esta música que es de origen campesino. Entre las amigas y los amigos comenzamos a dar talleres para compartir este conocimiento”, cuenta este jaranero al equipo de Avispa Mídia.

La lógica de rescatar este conjunto de sonidos fue algo que vibró fuerte para los integrantes de este grupo. Entonces les surgió un cuestionamiento, “¿De qué vamos a salvar la música? Pues en realidad la música sigue existiendo y siempre tuvo una importancia muy grande en estos territorios y que no necesariamente se estaba perdiendo, solo que no nos acercábamos a las comunidades como jóvenes que vivíamos en la ciudad”, comparte Gemaly Padua Uscanga, una mujer afrodescendiente, también fundadora de Altepee. 

Han pasado catorce años desde que estos jóvenes, hoy adultos con hijos, iniciaron los talleres para compartir y aprender desde la música, sobre todo, lo que significa el fandango. “Nos dimos cuenta entonces que era más complejo que solo tocar. Porque un campesino tiene que ir al campo, tiene que comer y tiene que solventar sus necesidades. Pero, para la visión más urbana, ser campesino es sinónimo de pobreza y nadie quiere ser campesino, menos los jóvenes. Entonces volteamos a ver al campo”, relata Blanco.

En un fandango no solo intervienen los músicos, hay todo un proceso organizativo que implica pensar en comida para decenas de personas, crear las condiciones para la convivencia, además está el cuidado de la comunidad. “Entonces los músicos no solo se la pasan tocando su jarana. Es parte de su diversión, sí, pero también es un servicio que ofrecen a las comunidades que pertenecen. Además, tienen que cultivar sus alimentos, cuidar el bosque, el agua, los animales. Este conocimiento está ligado con el territorio, su cuidado y su defensa”, comparte Padua para el equipo de Avispa Mídia.

La defensa del territorio y la memoria

Más allá de aprender las notas musicales, este colectivo inició un proceso de aprendizaje y de formación constante que sostiene hasta el día de hoy, en Acayucan, Veracruz, donde están establecidos. Además de la música y las fiestas, sus integrantes comenzaron a realizar ejercicios de comunicación a través de la radio en línea, a realizar video-documental, serigrafía, dibujo y se sumergieron en explorar la medicina tradicional y otras actividades más, como la defensa de la memoria y el territorio.

“Porque el fandango y la fiesta tienen el poder de convocarnos, de reunirnos y de organizarnos, de plantearnos posibles salidas si es que se presenta un problema. No es igual a que convoques una reunión donde casi no llega gente. En cambio, la música tiene poder de convocatoria. El fandango no se puede realizar sin gente”, dice Padua.

Entre los materiales que han documentado figuran ancianos haciendo música, participando en el fandango. “Pero varios de ellos han dejado de existir. Entonces queda registrada la memoria para que sigan compartiendo”, dice con alegría la cantante. 

Gema, como le conocen en el colectivo Altepee, durante entrevista. Foto: Aldo Santiago.

También comentan que tienen un registro histórico de hace 11 años atrás, cuando Veracruz fue tomada por el ejército, por el crimen organizado y una diversidad de empresas que aterrizaron en esta región. 

“Estábamos viendo un video que realizamos hace 11 años y nos dimos cuenta que documentamos de alguna manera el proceso en que Veracruz se comenzó a militarizar”, señala Padua al tiempo que, sorprendida, complementa, “hubo un cambio muy drástico en seguridad y que, obviamente, elevó los hechos de violencia que, en la actualidad, de alguna manera, están normalizados”.

Seguridad y Transístmico

El año pasado, según el informe del 1er semestre del año 2023, de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), en Veracruz se habían desplegado para operaciones de seguridad alrededor de 1,296 militares. A esto se suma la seguridad que requieren los emprendimientos en torno al Corredor Interoceánico, que abarca los estados de Veracruz y Oaxaca. Se distribuyeron como hormigas al menos 1,950 uniformados, distribuidos en 18 destacamentos y tres estaciones navales para cubrir diariamente los 2,600 kilómetros de vía del Interoceánico.

El jaranero Blanco alerta que el escenario comenzó a cambiar muy rápidamente desde una década atrás con la llegada del crimen organizado y la militarización, cuando anunciaron que en su región se iba a crear una Zona Económica Especial y que ahora es llamado Corredor Interoceánico. “Comenzaron a abrir una gran carretera de cuatro carriles, se comenzaron a llevar el agua. Ya se hablaba de una red de fibra óptica, del puerto Coatzacoalcos. Muchas empresas y proyectos se comenzaron a establecer”, advierte Blanco. 

Elementos de la Secretaría de Marina custodian las vías de Ferrosur en Coatzacoalcos, Veracruz. (Cuartoscuro)

Una integrante de este colectivo se da a la tarea de recorrer con el equipo de Avispa Mídia la región que comprende desde Acayucan, Minatitlán y Coatzacoalcos, parte de la ruta de la construcción del Corredor Interoceánico en Veracruz, para demostrar que el gran complejo industrial y económico - que representa el Corredor Industrial y el Tren Maya que conectan con el Puerto de Coatzacoalcos - no es nuevo, sino que se ha venido edificando gradualmente. 

Antes de la llegada del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, se establecieron en la región extensas plantaciones de palma aceitera (también conocida como palma africana), un cultivo que absorbe grandes cantidades de agua y usa agroquímicos como el glifosato. Junto a estas plantaciones llegó también la procesadora industrial de aceites la empresa Industrializadora Oleofinos, S.A. de C.V.

Procesadora de aceite de palma, propiedad de Oleofinos. Foto: Aldo Santiago

Al lado de esta procesadora está la multinacional Harinera de Veracruz, S.A. de C.V. (MASECA), Campi Alimentos S.A de C.V. (BACHOCO), entre otras empresas, que han llegado a la región y que, incluso, reciben beneficios fiscales. El Estado les construyó un ducto específico para suministrarles gas de la paraestatal Petróleos Mexicanos (Pemex), a través de la empresa Igasamex Bajío, S. de R. L. de C. V. Las vías del tren pasan justo a orillas de donde están establecidas estas industrias.

A pocos kilómetros de donde se encuentran estas empresas, también hay una mina a cielo abierto de arenas de sílice, donde opera la empresa Materias Primas Monterrey, que en 2017 pasó a formar parte del grupo Covia Materias Primas, una filial de la estadounidense Covia Holdings LLC. Según la Secretaría de Economía, hasta el año 2022, procesaron arriba de 2 mil toneladas diariamente de este material.

Tajo a cielo abierto producido por la actividad minera del grupo Covia Materias Primas. Foto: Aldo Santiago.

Esta región es muy rica en biodiversidad y cultura, “porque los pueblos la han cuidado y porque su forma de vida lo ha permitido. Pero, está la explotación de los yacimientos de petróleo, están abriendo más carreteras en torno al Tren y un nuevo gasoducto”, cuenta Blanco con mucha certeza. 

Efectivamente, como dice el músico, las empresas rondan como buitres, con hambre de carroña. En su primera fase, se ofertará a los mejores postores porciones de tierras del Istmo de Tehuantepec, veracruzano y oaxaqueño, donde serán construidos al menos diez parques industriales, también llamados polos de desarrollo.

En julio del 2023 en conferencia de prensa, los gobernadores de Oaxaca, Salomón Jara Cruz, y de Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez, afirmaron que “hay una demanda por cada polo [parque industrial] de más de 30 empresarios”, de los cuales cinco parques ya han sido destinados a tres empresas. Estos polos son: Coatzacoalcos I, Coatzacoalcos II, Salina Cruz, San Juan Evangelista y Texistepec.

Entonces, el colectivo Altepee comparte una gran preocupación que ya no solo es por preservar la música, la fiesta y las tradiciones, sino preservar la vida. “Mientras avanzan estos proyectos, también camina la devastación. Sabemos que sin agua ya no nace un cedro y no se construye una jarana, pero sin agua nosotros no vivimos. Ahí esta el problema, nadie nos habla de las grandes cantidades de agua que van a necesitar estas industrias, de los desechos que van a generar”, comparte con preocupación el músico Blanco.

Uno de los jóvenes que forman parte de este colectivo, Ángel Chávez, muestra un interés muy especial, principalmente, por las personas de su edad y los más niños. “La promesa es que va haber progreso y van a tener un ingreso las familias. Para mi, como joven, es complicado y también para el resto de los jóvenes, porque las universidades solo te forman para ser obrero para estas industrias. Muchos jóvenes, sí, están aceptando este discurso, pero, con ello se va a perder nuestra riqueza, que no es monetaria, es cultural y de biodiversidad. Se va a perder la memoria”, puntualiza el músico Chaves, mientras lija la madera para una nueva jarana.

Ángel tocando una pieza musical. Foto: Santiago Navarro F

Este colectivo tiene presente que, bajo el asfalto, bajo las industrias, a lado de los ductos de gas y petróleo, hay una memoria que podría quedar sepultada, junto con su forma de vida.  “Entonces cuando hablamos del trabajo que hacemos, tiene que ver con un trabajo de formación para que también haya compañeras y compañeros jóvenes que se interesen por estas problemáticas”, asevera el jaranero Blanco.

El relevo generacional

Mientras que los músicos lijan y ponen cuerdas a nuevas jaranas, comparten con cierta nostalgia que son los más viejos quienes han cuidado y preservado la música, pero también el territorio. “Tú vas a las asambleas y la mayoría de la gente es de 60 y 70 años, los más jóvenes son de 50 años. Entonces hay una gran preocupación porque no hay un relevo generacional en el cuidado de nuestra madre naturaleza, de la vida”, remarca Blanco.

Además, los más viejos están siendo acosados para que vendan sus tierras, lo que vulnera más el relevo hacia los más jóvenes. 

El pasado mes de febrero, por ejemplo, Coatzacoalcos, Veracruz, fue sede del llamado Programa de Ordenamiento Territorial de la Región del Istmo de Tehuantepec (POT – RIT), donde convocaron a síndicos y presidentes municipales de 33 entidades ubicadas en torno al Corredor Interoceánico (parte de Veracruz). El objetivo es crear los lineamientos legales para ceder la tierra al capital privado, ya que la mayoría de este territorio es de propiedad social o colectiva.

Esta herramienta fue promovida por el gobierno federal a través de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), y ejecutada por el gobierno de Veracruz, en colaboración con la academia y la sociedad civil. 

Evento del Programa de Ordenamiento Territorial de la Región del Istmo de Tehuantepec

La planeación de estos territorios es para crear condiciones que requieren los parques industriales. Además de los servicios como el agua, drenaje, luz, basureros, también requieren zonas dormitorios para sus trabajadores, hospitales, escuelas, lo que implica un cambio en el uso de suelo, de la propiedad colectiva a la propiedad privada.

Los músicos intuyen que, si el uso de la tierra cambia hacia a la propiedad privada, la razón de ser de los comuneros y comuneras perderá sentido y, por tanto, la asamblea como máxima autoridad de una comunidad también tenderá a desaparecer. “Entonces los jóvenes perderían la posibilidad de tomar decisiones en asamblea y eso es otro golpe para nuestras comunidades”, agrega Blanco. 

Gema y Sael comparten su música. Foto: Santiago Navarro F

El músico hace énfasis en que por eso es muy importante el trabajo con los jóvenes. “Parte de lo que hacemos es organizarnos con las chicas y los chicos”, complementa.

“Pero de nada sirve si nos organizamos solo nosotros, tenemos que organizarnos con más gente que haga conciencia de los tiempos que estamos viviendo. Porque estas problemáticas no solo nos afectan a nosotros, es a nivel planetario”, señala el jaranero y, acrecienta que, “algo que está pasando en estos tiempos es la deshumanización, se ha perdido la sensibilidad, no nos importa de dónde viene el agua, no hay interés en los bosques, en los animales. Entonces tenemos que sumar esfuerzos”. 

Blanco es enfático y pone el dedo en el renglón en el tema de la crisis climática que estamos viviendo. “Es importante que la gente entienda que el hecho de que estemos experimentado calores de más de 50 grados [Celsius] tiene que ver con nuestras vidas y es nuestra responsabilidad. No podemos pensar que la siguiente generación la va a componer, porque la siguiente generación no tendrá nada que componer. Al final es un llamado a la acción. Sino sabes que hacer, hay gente haciendo cosas, acércate a esas personas”.

El jaranero insiste en que tenemos que voltear la mirada más allá de nuestros espacios, “aunque parezca mucho trabajo, tenemos que hacerlo, pensar en los pueblos que están siendo devastados por la minería, donde están talando bosques, construyendo represas, porque son temas que incumben a la humanidad”, añade el músico. 

La jarana y el arte, concluye otro integrante de este colectivo, Ángel Escudero, son las herramientas de lucha con las que continúan el andar. “La memoria está ahí guardada y solamente hace falta una sacudida para que nos pongamos a recordar y eso hace la jarana”, reafirma.

Patrulla Fronteriza involucrada en muerte de migrantes y subregistro de fallecimientos

En portada: Migrantes que entraron a Estados Unidos desde México hacen fila para ser procesados ​​por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los EEUU.

Los abusos de la Patrulla Fronteriza y su involucramiento en el fallecimiento de migrantes que intentan cruzar la frontera entre México y EEUU son temas de un reciente informe que revela cómo las políticas migratorias norteamericanas minimizan y subregistran el número de muertes causadas por el abuso del poder y las leyes que criminalizan a las personas en movilidad.

Sólo en una década, entre los años 2012 y 2022, la base de datos recopilada por la organización norteamericana No más muertes demuestra un mayor número de fallecimientos que los datos proveídos por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EEUU (CBP, por sus siglas en inglés).

Registro de muertes de migrantes en el sector de El Paso, frontera compartida entre EEUU y México. Elaborado por No más muertes

Esto lo evidencian con los datos recogidos del cruce fronterizo del Sector El Paso, que incluye la frontera entre el estado de Nuevo México y los condados texanos de El Paso y Hudspeth. “Con algunos años mostrando hasta dos, tres o incluso cuatro veces (en 2020) más muertes”, revela el informe.

Esta tendencia se mantiene durante los años. Por ejemplo, mientras la CBP reporta la muerte de 10 migrantes en el Sector El Paso para el año 2020, la base de datos de la organización demuestra el fallecimiento de 39 personas en movilidad. Para el año 2022, el informe revela 109 fallecimientos contrastando con el subregistro de 71 muertes por parte de la CBP.

Comparación de registros de muertes de migrantes entre los datos oficiales y los recabados por No más muertes.

Entre las causas de los fallecimientos, la base de datos de No más muertes enfatiza que el 15% de los casos están vinculados al uso de la fuerza por parte de la Patrulla Fronteriza del Sector El Paso. Esto incluye muertes derivadas por las persecuciones, caídas desde el muro fronterizo y bajo custodia de los agentes.

Muros, barreras mortales 

En la región fronteriza del Sector El Paso se despliegan barreras y muros fronterizos, casi todos construidos durante la presidencia de Donald Trump (periodo entre los años 2016-2020), que cubren una extensión de más de 424 kilómetros.

Acorde a No más muertes, lejos de que las barreras redujeran los numerosos intentos de cruce por esta región, el Sector El Paso ha experimentado un drástico aumento de detenciones de migrantes, “además de un desastre ecológico bien documentado en otros lugares”, asevera el informe.

De acuerdo a la base de datos, existe el registro de 26 muertes atribuidas a caídas desde los muros fronterizos en el Sector El Paso. “La mayoría de las muertes en el muro que registramos aquí no fue reportada por ninguna entidad, oficial o independiente, e insinúan la crisis sub-reportada de lesiones y sufrimiento debido a caídas no fatales”, detalla el reporte.

No más muertes subraya el desconocimiento del total de personas que han sufrido discapacidades y lesiones resultado de caídas no mortales -algunas desde alturas de más de 10 metros. Fuentes como el Departamento de Bomberos de Sunland Park, Texas, han recabado informes de hasta cinco lesiones graves por caídas del muro en un solo día.

Un reporte periodístico confirmó que, desde 2019, cuando se construyeron los muros más altos en la frontera, el Centro Médico Universitario, el único centro de traumatología a una distancia de 400 km de El Paso, ha tratado alrededor de 1,100 pacientes que cayeron desde las barreras fronterizas.

El informe de la organización humanitaria también destaca que la CBP ha vinculado la muerte de migrantes derivada de las caídas a otras causas. Tal es el caso ocurrido en el año 2022, cuando una joven hondureña falleció mientras era trasladada al hospital tras caer del muro. 

No más muertes señala que el parte médico que examinó el cuerpo de la joven determinó que la causa de la muerte fue un “traumatismo contuso”, no obstante “el informe no menciona ni una sola vez el muro fronterizo (…). En otro caso, un salvadoreño fue encontrado cerca del muro fronterizo, donde se había lesionado gravemente la espalda en una caída, y murió cuando iba a camino al hospital. La causa de su muerte figuraba como ‘exposición ambiental’”, detalla el reporte. 

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No más muertes acusa a la Oficina del Médico Forense del Condado de El Paso (EPCOME, por sus siglas en inglés) y a la CBP por la omisión de las causa de fallecimiento, lo que “sugiere un intento de desinflar las cifras de estas muertes”.

Asilo

El reporte señala un incremento en el caso de migrantes que murieron al cruzar hacia los EEUU tras solicitar asilo. Particularmente, No más muertes señala que existe un mayor número de muertes de migrantes no mexicanos en comparación con otros sectores.

“Los restos humanos recuperados recientemente en el sector de El Paso se han asemejado más a la demografía de los solicitantes de asilo, tanto por nacionalidad como por género; en 2023, las mujeres constituían más del 50% de los restos humanos recuperados, una proporción sin precedentes en ningún año para ningún sector en el que se disponga de estos datos”, enfatiza el informe. 

Una cruz en memoria de un migrante fallecido y cuyo cuerpo fue recuperado del Río Grande

Esta situación, argumenta No más muertes, deriva de las políticas implementadas desde el año 2017, bajo la administración de Trump y que continúan “de manera informal o bajo diferentes nombres” en la actual presidencia de Joe Biden, con las cuales se restringen las solicitudes de asilo, “incluidas las prácticas ilegales de dosificación y devolución”.

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Con ello, las personas atrapadas en el limbo de los trámites del lado mexicano deciden emprender el cruce hacia los EEUU para solicitar asilo una vez detenidos por la Patrulla Fronteriza en suelo estadounidense. 

“Creemos que este mayor número de muertes de mujeres está relacionado con las recientes y continuas restricciones de asilo y el cierre de los puertos de entrada a los solicitantes de asilo”, asevera No más muertes.

Persecuciones

Los agentes de la Patrulla Fronteriza de los EEUU realizan persecuciones contra cualquier persona que intente evadir el paso por un control de inmigración y de vehículos de los que sospechen un cruce ilegal, lo cual señala No más muerteses una “práctica innecesaria y peligrosa”.

Según la organización humanitaria, las persecuciones de la Patrulla Fronteriza representan la mitad (35 de 73) de las muertes de agentes fronterizos, 20 en vehículo y 15 a pie. 

También citan un informe de LATimes del 2019, el cual rastreó 500 casos de persecuciones de vehículos de la Patrulla Fronteriza, entre 2015 y 2018, y descubrió que las estrategias empleadas significaron que “1 de cada 3 terminó en un accidente”, contabilizando al menos 250 lesiones y 22 muertes.

Migrantes cruzando la frontera entre México y EEUU.

A la par de las persecuciones en automóvil, los agentes de la Patrulla Fronteriza emplean otros métodos como el de “zumbar” a grupos de migrantes desde un helicóptero, es decir, volar a un nivel bajo para levantar polvo e intimidar y desorientar a los migrantes, lo que puede provocar lesiones, hacer que los grupos se dividan y que aumente en gran medida sus posibilidades de muerte.

“Se sabe que la CBP encubre intencionadamente muchos de estos casos. Hemos encontrado múltiples referencias en los datos que muestran que los investigadores no pudieron entrevistar a los agentes de la CBP involucrados, lo que se hizo imposible una investigación completa”, acusa No más muertes cuya labor para recopilar los datos hecho mano de diversas fuentes gubernamentales, instituciones médicas e investigaciones independientes.

Responsabilidad

No más muertes registra 16 muertes relacionadas con el actuar de los agentes de la CBP para el año 2022, mientras que sólo 6 aparecen en el recuento oficial de la OPR (Oficina de Responsabilidad Profesional).

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Falta de datos

Pese a lo extenso del informe, No más muertes subraya que no se conoce el verdadero número de muertes de personas que migraron a través de Nuevo México debido a que muchos restos nunca son encontrados. “La descomposición puede tener lugar muy rápidamente en condiciones desérticas, y los restos pueden quedar ocultos a la vista o dispersos”, enfatiza.

A su vez, señala que faltan datos sobre las muertes que ocurren del lado mexicano de la frontera, donde los migrantes se enfrentan a veces a condiciones igual de peligrosas antes de iniciar la parte estadounidense de su viaje. “Por ejemplo, tenemos datos de las personas que murieron al caer desde el muro hacia el norte, en dirección a Estados Unidos, pero no de las que murieron al caer hacia el sur, en dirección a México”, detallan.

Los datos que hacen parte del informe se recopilaron de la Oficina del Investigador Médico de Nuevo México (OMI), la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EEUU (CBP), el Departamento de Transporte de Nuevo México (NMDOT), la Oficina del Médico Forense del Condado de El Paso (EPCOME), los Juzgados de Paz de los Distritos 1 y 2 del Condado de Hudspeth, el Proyecto de Migrantes Desaparecidos de la OIM, fuentes de noticias independientes y declaraciones del Departamento de Bomberos de Sunland Park, así como la observación directa de voluntarios sobre el terreno.