Fotos: Aldo Santiago, Renata Bessi, Santiago Navarro F.
Por Renata Bessi
Las verdades a medias creadas por el mercado de la economía verde son diversas. En diferentes partes de Latinoamérica existen proyectos de minería etiquetados con el sello “verde”, presas hidroeléctricas que están dentro de los Mecanismos de Desarrollo Limpio (MDL) y al mismo tiempo destruyen bosques, el agua y el tejido social de comunidades campesinas e indígenas. Pero Avispa Midia encontró, en un rinconcito de Honduras, una pequeña comunidad en el mar caribeño, llamada Plan Grande, donde realmente se produce energía limpia, o mejor dicho “energía comunitaria”, como le llaman sus pobladores.
A seis kilómetros de Plan Grande está la comunidad de Betulia. Las dos comunidades tienen en común los diversos intentos que han realizado para producir su propia energía en sus territorios. En un primer momento las dos comunidades lo intentaron utilizando una pequeña turbina que funcionaba a base de diesel. En un segundo intento, al contrario de Plan Grande, en Betulia implantaron una hidroeléctrica comercial. A pesar del rechazo de la comunidad de Betulia para recibir este proyecto, se implementó, provocando daños sociales y ambientales por parte de una represa que aún así posee el certificado Gold Standard Premium Quality, el cual le confiere el sello internacional de proyecto sustentable. En este reportaje, dividido en cuatro capítulos, compartimos la experiencia de los dos proyectos.
1.Energía y los límites de la naturaleza
Con la dificultad de no tener carreteras, esta comunidad ha logrado su autosuficiencia para la producción de energía con una pequeña hidroeléctrica. Además, los pobladores comparten su lógica de producción. “Trabajamos con el fluido de agua que viene de la montaña. Nuestra lógica como comunidad no es del consumo sin medida. Así que nos adaptamos a lo que la naturaleza nos ofrezca, de acuerdo a sus límites”.
2. El ejemplo de "Betulia"
Betulia forma parte de un contexto general de despojo de los bienes comunes a indígenas, negros y campesinos. El propósito es ceder estos bienes a terceras personas, ajenas a la comunidad, para que los exploten. Al mismo tiempo el proyecto posee el certificado Gold Standard Premium Quality, que le confiere el sello de proyecto sustentable. En esta parte del reportaje se detalla las bases legales creadas por el Estado de Honduras para facilitar la explotación de estos territorios.
3. ¿Cómo se sostiene el proyecto? y ¿cómo se organiza la comunidad?
“Pensamos en normas de uso que permitan dividir la energía de forma más igualitaria entre la gente”. De la propia generación de energía, la comunidad saca los recursos para sostener otros proyectos como, por ejemplo, un banco comunitario. Conozca los detalles de esta experiencia.
4. “Si tienes un río no hay que venderlo".
Las comunidades precisan estar conscientes para cuando lleguen las hidroeléctricas multimillonarias en sus territorios. Incito a las comunidades que vean con buenos ojos nuestro trabajo. Tomen nota, estamos dispuestos a dar cualquier información que necesiten. Incluso nuestra gente puede apoyar con el proyecto técnico y puede ir a otras comunidades, compartir la experiencia”. Esta experiencia no interrumpe el flujo de los ríos.