En portada: Arresto policial durante la “Operación Contención” en la favela de Vila Cruzeiro, en el complejo de Penha. Foto: Mauro Pimentel
Este martes (28), una operación de fuerzas de seguridad efectuada en favelas de la zona norte de la ciudad de Rio de Janeiro, Brasil, arrojó un saldo de 132 muertos, lo que representa la mayor masacre policial en la historia de la ciudad sudamericana.
Según reportes de la Defensoría Pública de la ciudad de Río, el operativo movilizó a más de 2,500 agentes policiacos. También utilizó vehículos blindados, así como helicópteros, para irrumpir violentamente en las favelas densamente pobladas de la zona norte de la ciudad.
Acorde a declaraciones del gobernador del estado de Río, Cláudio Castro, la acción denominada “Operación Contención” tenía como objetivo atacar al grupo delincuencial Comando Vermelho, una de las mayores agrupaciones criminales de Brasil. No obstante, testimonios de habitantes de las favelas de Penha y Alemão, recabadas por medios de comunicación, aseguran la ocurrencia de abusos y violaciones a derechos humanos, e incluso, denuncian ejecuciones extrajudiciales.
La abogada Flávia Fróes, presente durante el levantamiento de los cuerpos, declaró que varios de ellos presentaban marcas de disparos en la nuca, puñaladas en la espalda y heridas en las piernas. Debido a la magnitud de la violencia, Fróes calificó la intervención policial como “la mayor masacre de la historia de Río de Janeiro”. Organizaciones y defensores brasileños solicitaron a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos la presencia de interventores y peritos internacionales para investigar lo sucedido en la ciudad de Río.
Una vista desde un dron de los cuerpos apilados. Foto:Ricardo Moraes
Por su parte, Naciones Unidas, a través de su oficina para los Derechos Humanos, se declaró “horrorizada” por las consecuencias de la operación policial efectuada este martes (28). Para la ONU, el operativo evidencia una tendencia sobre las consecuencias letales de las acciones de la policía en áreas con comunidades marginadas. “Recordamos a las autoridades sus obligaciones ante el derecho internacional, y urgimos a que se conduzcan investigaciones de forma pronta y efectiva” sobre las muertes, expresó en la red social X.
Otra organización de derechos humanos, la Human Rights Watch (HRW) en su oficina desde Brasil calificó como un “desastre” el operativo policial y pidió a la Fiscalía investigar las circunstancias de cada muerte. “Una operación policial que resulta en la muerte de más de 60 residentes y policías es una enorme tragedia”, declaró el director de la ong, César Muñoz.
Incluso el ministro de Justicia de Brasil, Ricardo Lewandowski, aclaró mediante rueda de prensa que el gobierno federal no recibió ningún pedido para la realización del operativo, ya que la seguridad es responsabilidad de los gobernadores.
Ejecuciones extrajudiciales
Reportes de medios locales aseguran que este miércoles, un día después de la mayor matanza policial en la historia de la ciudad de Río, habitantes de la favela de Penha trasladaron 64 cadáveres a la plaza de plaza São Lucas, una de las principales de la región norte.
“Con ello, el número de personas asesinadas por la policía asciende al menos a 124. Esta cifra supera la de la emblemática Masacre de Carandiru, de 1992, cuando la policía militar de São Paulo asesinó a 111 presos, según las cifras oficiales”, declara Mídia 1508.
Acorde a los testimonios, los cadáveres fueron encontrados con signos de tortura y ejecución, como manos atadas, puñaladas y disparos en la boca. “124 muertes sin ninguna información ni peritaje. Cuerpos sin nombre, condenados de antemano como ‘criminales’ por el Estado y la prensa, y ejecutados, por lo tanto, sin merecer ni siquiera los derechos más básicos”, asevera el reporte.
Según publicaciones de agencias internacionales, los cadáveres quedaron expuestos para que familias puedan buscar e identificar a sus familiares que podrían estar entre los fallecidos, sin contar para ello con la participación de las autoridades.
Familiares lloran junto a los cuerpos de los fallecidos Foto: Ricardo Moraes
“El Estado nos abandonó hace mucho tiempo y nos volvieron a abandonar después de esta matanza. Quienes están cargando los cuerpos son los habitantes”, declaró Rayune Diaz Ferreira, habitante de la comunidad de Penha y quien busca a su primo entre los fallecidos. Diaz Ferreira compartió para medios internacionales que la población de las favelas no ha dormido, ni comido, buscando a los desaparecidos entre los fallecidos.
El activista Raull Santiago, nacido en la favela de Alemão, detalló que la exposición de los cuerpos fue solicitada por los familiares, con el objetivo de mostrar las condiciones en que fueron hallados. “Una escena que entra para la historia de terror de Brasil”, sostuvo Santiago.
“Tanto estas ejecuciones como los policías que murieron son hitos históricos que gritan la ineficiencia de la política de seguridad pública de Río de Janeiro. O, peor aún, la manera en que está diseñada, estructurada, pensada y aplicada para tratar con ciertas vidas”, denunció el activista.
Los cuerpos fueron encontrados entre los complejos del Alemão y de la Penha, donde se llevó a cabo la operación policial más letal de la historia del estado. La cifra oficial de muertes ascendió a 132.
La “Operación Contención” se realizó a pocos días previo a la C40 Cumbre Mundial de Alcaldes 2025 que albergará la ciudad de Río de Janeiro entre el 3 y 5 de noviembre. Además ocurre a menos de dos semanas del inicio de la cumbre climática de las Naciones Unidas, conocida como COP30 que será efectuada en la ciudad brasileña de Belém, en la región amazónica.
En portada:Una persona coloca una vela en un mural por la memoria del padre Marcelo Pérez este lunes 27 de octubre, en San Cristóbal de las Casas, Chiapas. Foto: Carlos López.
Desde el barrio de Cuxtitali, al oriente de la ciudad de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, donde el 20 de octubre del 2024 fuera asesinado el párroco tsotsil Marcelo Pérez Pérez, organizaciones integrantes de la Plataforma para la Construcción de Paz en México denunciaron que el discurso actual del gobierno del estado, que habla de “pacificación”, no corresponde a la realidad que sucede en los territorios chiapanecos.
El pasado lunes (27), en el marco de su cuarto encuentro realizado en la ciudad de los Altos de Chiapas y mediante conferencia de prensa, organizaciones defensoras de derechos humanos como Serapaz y el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas (Frayba) cuestionaron el discurso del gobernador, Eduardo Ramírez Aguilar, respecto al presunto “retorno de la paz” en el estado al sureste del país.
Mientras que Ramírez Aguilar encabezó una marcha en Chicomuselo bajo el lema “la paz que ha regresado”, integrantes de la Plataforma sostuvieron que existen contrastes con “clamores de justicia y paz que se estuvieron escuchando en otras partes del estado”. Para ejemplificarlo destacaron las acciones de miles de feligreses que, convocados por el Pueblo Creyente, peregrinaron en la comunidad tsotsil de San Andrés Larráinzar.
Con consignas como “¡Queremos paz, no simulación!” y “¡Fuera cárteles de Chiapas!”, la protesta, convocada por la diócesis de San Cirstóbal de las Casas, retumbó en las calles para exigir justicia a un año del asesinato del padre Marcelo. Mediante comunicado, las organizaciones sostuvieron que el párroco fue “una voz que en todo su sacerdocio luchó por la paz, la verdad y la justicia, motivo por el que fue asesinado”.
También destacaron lo que sucede en la capital, Tuxtla Gutiérrez. Ahí, las integrantes de la colectiva Madres en Resistencia, quienes buscan a sus familiares víctimas de desaparición forzada, mantienen desde hace semanas un plantón frente a la Fiscalía General del Estado de Chiapas exigiendo respuestas concretas sobre sus casos, al mismo tiempo que enfrentan acciones de represión policial y campañas de criminalización.
Conferencia de prensa de la Plataforma para la Construcción de Paz en México.
Por estas razones y más, la Plataforma asevera que el discurso de “paz” oficial solo invisibiliza los problemas estructurales vigentes en Chiapas. “Más que un contexto de paz, la mayor parte del estado se está volviendo nuevamente una zona silenciada”, denunciaron las organizaciones, para quienes la presencia omnipresente de cuerpos de seguridad en todo el estado busca inhibir la expresión de legítimas preocupaciones y demandas sociales ante la violencia que no cesa y mantiene la ocurrencia de desplazamientos forzados, desapariciones, tortura y control territorial por estructuras criminales.
La Plataforma para la Construcción de Paz en México es una articulación conformada en el año 2020 por organizaciones mexicanas y aliadas internacionales, con el propósito de enfrentar los desafíos de la violencia generalizada en el país y sus consecuencias.
Continuación de la criminalidad
En su pronunciamiento, la Plataforma advirtió que la actual estrategia de seguridad del gobierno chiapaneco, basada en una “lógica de pacificación y en acciones coercitivas”, ha producido solo resultados parciales. No obstante, las organizaciones argumentan que bajo esta estrategia no han desmantelado, desarmado ni judicializado a los grupos delictivos. Además, subrayan, el estado tampoco ha implementado acciones que permitan romper con los pactos de impunidad que permiten la criminalidad en Chiapas.
La Plataforma reconoció la reducción de enfrentamientos armados, con una mayor libertad de tránsito, pero, a la par denunician la continuación en el desplazamiento de comunidades, quieens no cuentan con condiciones de segurida para regresar a sus territorios debido a la presencia de grupos criminales.
“Vemos víctimas que no se atreven a denunciar por miedo a represalias, lo cual pone en tela de juicio las declaraciones gubernamentales en el sentido de que Chiapas se ha vuelto el segundo lugar más seguro del país. Además varias de las acciones que se llevaron a cabo conllevaron violaciones a derechos humanos, incluyendo detenciones arbitrarias y tortura”, sostienen las organizacione mediante pronunciamiento.
En la conferencia, Pedro Faro, integrante del Frayba presentó un panorama de la violencia acumulada durante los últimos años durante el gobierno morenista de Rutilio Escandón en el cual se profundizó una crisis estructural de derechos humanos. “Entre 2023 y 2024 hubo 15,780 personas desplazadas de manera forzada por la delincuencia organizada en complicidad efectiva del Estado; hubo desapariciones, asesinatos, cientos de personas desaparecidas, defensores ambientales asesinados y comunidades enteras silenciadas por el miedo”, detalló.
Actividades a un año del asesinato del padre Marcelo en Chiapas. Foto: Frayba.
Faro sostuvo que el sexenio de Rutilio Escandón estuvo marcado por una “narrativa oficial de gobernabilidad y paz” mientras se multiplicaban los grupos armados y la impunidad. Esa herencia, sostuvo, “se profundiza” bajo la administración actual: “No hay reconocimiento de las víctimas ni voluntad política para desmontar las redes de corrupción e impunidad que sostienen lo que muchas comunidades nombran como un narcogobierno.”
El miembro del Frayba aseveró que, lo que actualmente se presenta como “mano dura” y pactos de seguridad, forman parte de una estrategia de control que fusiona el gobierno con estructuras criminales. “Esa alianza tácita se traduce en represión, silenciamiento y abandono institucional”, destacó Faro.
En su pronunciamiento, la Plataforma resalta que los datos oficiales de homicidios ocultan una tendencia creciente. Mientras se percibe una disminución en la cantida de homicidios registrados, siguen aumentando los casos de desaparición forzada. De especial preocupación son las cifras de desapariciones de niños, niñas y adolescentes chiapanecos, destaca el documento.
En este escenario, Pedro Faro argumentó que la supuesta tranquilidad ha convertido comunidades enteras en territorios sometidos por el control armado. “Lo que viven las comunidades no es paz, es una reconfiguración del miedo. La violencia no ha cesado, solo ha mutado”.
Guerra prolongada en México
En su participación, Guillermo Trejo, investigador de la Universidad de Notre Dame, contextualizó que, el próximo diciembre, México estará cumpliendo dos décadas de guerras criminales con la consecuente proliferación de conflictos territoriales.
En ese lapso, destaca el académico, el país pasó de tener operando seis cárteles en el año 2006 a más de 450 organizaciones criminales. Durante esos años han perecido más de 350,000 personas y existen más de 133,000 personas desaparecidas, esta última, una cifra que supera la suma de todas las desapariciones ocurridas en dictaduras del cono sur entre los años sesentas a ochentas.
“México ha experimentado no nada más el estallido de múltiples guerras criminales, la proliferación de muchos conflictos territoriales por el control de muchas economías ilícitas, sino quizás lo más importante, y es algo que ya está tocando a Chiapas de manera acelerada y brutal: el reordenamiento de los órdenes locales, de los municipios, de las comunidades”, alertó Trejo sobre el poder criminal que mata a sacerdotes, periodistas o defensores del territorio que desafían el control armado.
Entre las cifras, Trejo destacó que México es el país más peligroso del mundo para candidatos y autoridades municipales; el tercero para defensores de derechos humanos y el más peligroso del hemisferio occidental para sacerdotes católicos. Además, es el país más peligroso del mundo para periodistas, especialmente aquellos que informan no desde las principales ciudades del país, sino desde localidades y cabeceras municipales donde son objeto de agresiones y violencia homicida.
“Al ritmo que vamos, al terminar del sexenio de Claudia Shimbam habremos alcanzado los niveles de letalidad que alcanzó Colombia en más de 50 años de guerras civiles”, advirtió el investigador. Para él, no se puede hablar de paz por decreto de las autoridades cuando las comunidades reportan personas desaparecidas pero no las denuncian ante el Minsterio Público debido a que, a menudo son ineficientes, están coptadas o coludidas con grupos criminales.
Ante ese contexto, para Trejo es fundamental cuidar nuestras narrativas y fomentar contra narrativas desde las comunidades, pueblos y ciudades para contraponer las “estructuras político-criminales empresariales”, gobiernos de facto donde no existen derechos y que, señaña el investigador, aproximadamente un tercio del país ya está controlado por ese tupo de estructuras de reordenamiento de los órdenes locales.
“Ahí tenemos que alzar la voz, porque control social, control y expoliación, control tan punitivo como lo están viviendo tantas comunidades de Chiapas, eso no es paz”, sostuvo el académico.
En su comunicado, la Plataforma concluyó reiterando su apuesta por una paz construida desde las comunidades: “la verdadera paz no se construye desde la contención ni el silencio, sino desde la verdad, la justicia, la reparación y la participación activa de las comunidades. Apostamos por una paz que no sea solo la ausencia de violencia, sino la presencia plena de derechos, de condiciones de vida dignas y de un Estado que escuche y proteja a su gente (…) Una paz que no se imponga, sino que se teja colectivamente desde la memoria, la organización y la vida.”
A dos semanas del inicio de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Clima (COP30), a realizarse en la ciudad brasileña de Belém, en la región amazónica, un grupo de gobiernos de países industrializados y ONGs con perfil corporativo promueven un nuevo fondo de inversión internacional que busca movilizar cientos de miles de millones de dólares para “recompensar” la conservación de los bosques tropicales.
El Fondo Bosques Tropicales para Siempre(TFFF, por sus siglas en inglés), se presenta como un “avance histórico” en favor de la conservación de la naturaleza mundial. Sus principales promotores son una docena de gobiernos de países industrializados -incluídos miembros del G20, los más poderosos del planeta-, en alianza con gobiernos de países amazónicos como Colombia, Ecuador y Brasil, así como de ONGs como la Sociedad para la Conservación de la Vida Silvestre (WCS), Conservación Internacional (CI), The Nature Conservancy (TNC) y el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF).
Su propuesta, que planean lanzar oficialmente en la COP30, aspira a recaudar mil millones de dólares a través de un fondo de inversión internacional que busca movilizar capital público, filantrópico e institucional para recompensar la conservación de bosques tropicales mediante pagos anuales por hectárea “en pie”.
El TFFF estima incorporar un fondo financiero de entre 100 y 125 mil millones de dólares mediante el cual se pagarán cuatro dólares por hectárea conservada. Incluso, asevera que planean destinar al menos 20% de estos recursos a pueblos indígenas y comunidades locales. No obstante, organizaciones ambientalistas como el Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales (WRM) advierte que el mecanismo puede convertirse en una nueva trampa de mercado que refuerce el control financiero sobre los territorios del Sur Global.
A través del estudio, “El Fondo Bosques Tropicales para Siempre: Una nueva trampa para los pueblos y bosques del Sur global”, el WRM alerta que, pese a que Brasil es el rostro político de la iniciativa financiera -pues además anunció que contribuirá con 1,000 millones de dólares-, su origen se remonta al año 2009, cuando fue creada por un ex funcionario del Banco Mundial vinculado a grandes bancos estadounidenses.
La implementación de proyectos REDD+ han sido objeto de protestas por mercantilizar la naturaleza.
Para la organización, estas dinámicas revelan la verdadera expresión del fondo de inversión como “colonialismo financiero impuesta desde una lógica verticalista”, la cual, aseguran tiene una relación estrecha con otros mecanismos como REDD+ (Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación) que “fueron concebidos por actores que operan a gran distancia de las realidades del Sur global, aunque afirman saber cómo salvar los bosques tropicales (…) lo que se propone no es más que otro plan diseñado por las élites del Norte, para ser gestionado por las élites del Norte y, por consiguiente, en beneficio de las élites del Norte”.
Convertir los bosques en activos financieros
El estudio del WRM, difundido este mes de octubre, destaca que la iniciativa del TFFF esconde una estructura engañosa, debido a que, en realidad, la gerencia del fondo estará a cargo del Fondo de Inversión en Bosques Tropicales (TFIF, por sus siglas en inglés), que funcionará bajo el soporte del Banco Mundial.
El documento detalla que las decisiones estratégicas recaen en el consejo directivo del TFIF, fondo compuesto exclusivamente por los gobiernos de los países industrializados. En contraste, los gobiernos de los países con bosques tropicales no participarán en la toma de decisiones, a pesar de que el TFFF se promociona como una “propuesta originada en el Sur global”.
El WRM y organizaciones aliadas advierten que el TFFF, además de reproducir lógicas de mercado y financiarización de la naturaleza con participación desigual para los pueblos, los pagos dependan de la rentabilidad financiera del fondo y que la conservación coexista con la expansión de industrias extractivas. Aun más, preocupa que los pagos que el TFFF promete realizar a las comunidades podrían fragmentar la solidaridad entre los movimientos de resistencia o entre las comunidades en resistencia.
En términos simples, el TFIF planea utilizar el capital prestado por inversores ricos, filántropos, bancos y gobiernos del Norte global para adquirir “bonos” emitidos por aquellos gobiernos que necesitan financiamiento, lo que implica sacar provecho de la ya abultada deuda pública de los países del Sur global, o bien por grandes empresas que los utilizan para financiar proyectos industriales a gran escala que destruyen los bosques en dichos países. “Entre estos proyectos se incluyen actividades como minería, monocultivos, infraestructura y energía ‘limpia’”, alerta el estudio del WRM.
Marina Silva, ministra de Medioambiente y Cambio Climático de Brasil, se reunió con el responsable de clima de la Unión Europea, Wopke Hoekstra, en Brasília para debatir sobre el TFFF y la COP30.
Derivado de esta dinámica, la organización cuestiona cómo la mayor parte de las ganancias que el TFIF espera generar no se destinará a la conservación, sino al pago de intereses y beneficios para quienes prestan los fondos. “Estos actores invierten en el TFIF como una forma de ganar más dinero. Solo después de cubrir las comisiones de gestión y distribuir las ganancias entre los prestamistas, desde el TFIF se contempla la posibilidad de transferir una porción de los fondos a los gobiernos que han prometido proteger los bosques tropicales”, sostiene el movimiento.
El WRM y la Global Forest Coalition alertan que el TFFF podría agravar la exclusión de comunidades y pueblos, quienes más cuidan bosques y selvas, al reducir a los ecosistemas únicamente como activos financieros que, en consecuencia, vulnerará sus derechos y criminalizará prácticas tradicionales como el cultivo itinerante, actividades que pueden interpretar como deforestación.
Más falsas soluciones
Este modelo, advierte el informe del WRM, replica las deficiencias del programa REDD+, donde múltiples proyectos de conservación generaron conflictos territoriales y restricciones al uso tradicional de los bosques. “Al igual que REDD, es probable que se convierta en otro rotundo fracaso en el cumplimiento de esas promesas. En esencia, el TFFF no se trata de abordar las causas de la deforestación. Por el contrario, su “corazón financiero”, el TFIF, se alimenta de un mercado financiero que fomenta la deforestación”, sostiene el movimiento.
Según advierte la Coalición Mundial por los Bosques (GFC, por sus siglas en inglés) en su análisis del TFFF, “resulta profundamente engañoso creer que la asignación de un pago por hectárea”, y más aún, uno tan exiguo, podría “resolver los problemas estructurales del capitalismo que son promovidos activamente por capitales privados, grandes corporaciones y Estados”. Como resultado, alertan ambas organizaciones, el TFFF profundizará aún más las incertidumbres y amenazas para las comunidades que dependen de los bosques y pondrá en riesgo el futuro de los bosques tropicales.
Deforestación en la Amazonía.
Además, rescatan que mecanismos similares como la implementación de REDD+ durante dos décadas, han arrojado aprendizajes contundentes pues evidencian que, para los negocios que lucran con la deforestación a gran escala, “las ganancias derivadas de la venta de créditos de carbono no resultan tan significativas frente a las ganancias que se obtienen con la destrucción de los bosques”.
El estudio concluye que el nuevo fondo depende de la destrucción de territorios, debido a que su modelo de generación de ganancias está basado en inversiones dentro de los mercados financieros. Los mismos que prosperan mediante la expansión de la economía capitalista.
“Ese es el propósito original de los bonos: financiar megaproyectos energéticos, mineros, de agronegocios, así como la producción de papel y celulosa. En la actualidad, muchas de estas actividades –que incluyen a las represas hidroeléctricas o la minería de níquel para baterías, entre otras– son catalogadas como “limpias” o “verdes”, pese a que, por definición, implican destrucción territorial a gran escala. Sin canalizar el dinero para este ciclo de explotación, el TFIF no puede generar las ganancias que luego aspira destinar al TFFF como pagos por “conservación de bosques”, sostiene el movimiento.
Acorde al análisis del WRM, el TFFF profundizará aún más las incertidumbres y amenazas para las comunidades que dependen de los bosques y pondrá en riesgo el futuro de los bosques tropicales a nivel global.
En el norte del estado de Veracruz, región considerada por el gobierno mexicano como prioritaria para el fracking, comunidades campesinas, nahuas y tutunakas conviven con un territorio herido por derrames de petróleo, mientras la Operadora de Campos DWF - empresa que reúne a la mexicana Diavaz y la trasnacional texano-suiza Weatherford - explota la región bajo un contrato petrolero marcado por irregularidades y beneficios.
Elbit Systems es el mayor fabricante de armas de Israel. El 8 de septiembre de 2021, Elbit anunció que abriría un «Centro de Innovación» en Cambridge (Massachusetts, EEUU) para su empresa filial KMC Systems. El Centro de Innovación duró menos de tres años antes de que activistas lo obligaran a cerrar.
La rescisión anticipada del contrato de alquiler de la oficina de KMC el año pasado es la primera vez que activistas en Estados Unidos obligan a Elbit Systems a cerrar una instalación. También es uno de los pocos éxitos que ha logrado el movimiento de solidaridad con Palestina en Estados Unidos desde el comienzo del genocidio en Gaza en 2023. Este análisis, enviado de forma anónima, explora la campaña de acción directa selectiva de un año de duración que logró expulsar a KMC Systems de Cambridge.
Comienzo
El 8 de septiembre de 2021, la mayor empresa de armas de Israel anunció que su filial KMC Systems iba a abrir un «Centro de Innovación» en el corazón del centro de Cambridge. KMC Systems (en adelante, su empresa matriz, Elbit) explicó que las nuevas instalaciones formaban parte del crecimiento previsto de la empresa. El inicio de su expansión en Cambridge situó a la empresa a poca distancia de sus fuentes de reclutamiento de «talentos de primer nivel» en Harvard y el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). Mientras el alcalde de la ciudad cortaba alegremente la cinta roja de Elbit, los activistas tomaron nota. Pero no actuaron de inmediato.
En la cercana Somerville, muchas personas solidarias con Palestina estaban muy ocupadas presionando a Puma para que rescindiera su contrato con la Asociación Israelí de Fútbol. Otros se preparaban discretamente para publicar un proyecto de investigación interactivo que rastreaba la colaboración sionista en todo Massachusetts, conocido como The Mapping Project. Pasó más de un año antes de que se organizara una protesta contra Elbit, tras la mortífera incursión que las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) perpetraron contra el campo de refugiados de Jenin en enero de 2023.
En diciembre de 2021, los manifestantes del BDS Boston obligaron a Puma a cerrar temporalmente su tienda outlet.
Días más tarde, una multitud de 300 personas se reunió en el Ayuntamiento de Cambridge y marchó dos manzanas para interrumpir el funcionamiento del Centro de Innovación situado en el 130 de Bishop-Allen Drive. Mientras el edificio de tres plantas quedaba rodeado por un mar de banderas palestinas, varias docenas de activistas irrumpieron en el vestíbulo de la planta baja. Los ascensores, a los que solo se podía acceder con tarjeta magnética, impidieron a los activistas llegar a la segunda planta, donde Elbit tenía alquilado un espacio. En su lugar, los organizadores pronunciaron discursos contra la empresa armamentística, interrumpieron el trabajo de los inquilinos de la primera planta y se marcharon antes de que la policía pudiera llevar a cabo detenciones. La marcha continuó sin obstáculos hasta el cercano campus del MIT.
Meses más tarde, en abril de 2023, convocaron la primera manifestación dirigida específicamente contra Elbit. Varias docenas de activistas se reunieron, marcharon por la calle hasta la oficina y gritaron fuera. Unas semanas más tarde, una manifestación del Día de la Nakba, el 15 de mayo, que se convirtió en una marcha, se detuvo en las instalaciones de Elbit. Esta vez, alguien pintó con spray «Land Back» (Devuelve la tierra) en todo el edificio antes de volver a incorporarse a la marcha.
Intuyendo lo que podía venir, Elbit intentó ocultar su presencia. Tras las dos protestas consecutivas, retiró el logotipo de KMC Systems de la vista y tintó las ventanas de la oficina. Demasiado tarde.
Esa primavera, un grupo activista llamado BDS Boston declaró una campaña para expulsar a Elbit de Cambridge. Comenzaron haciendo campaña entre los negocios de los alrededores de Central Square, donde se encontraba Elbit. Para cuando llegaron a la tercera ronda, ya habían contactado con todos los negocios de la zona. Muchos se mostraron comprensivos; algunos se ofrecieron a exponer folletos informativos condenando a su vecino. A dos manzanas de la oficina, una popular cafetería palestina exhibía el folleto en un lugar destacado de la caja registradora. Solo cabe esperar que eso le amargara la pausa para comer al menos a un empleado de Elbit.
De abril a octubre de 2023, BDS Boston sondeó regularmente la manzana circundante. A menudo, unas pocas personas, a veces hasta veinte, se reunían fuera de Elbit durante los días laborables y entregaban a los transeúntes folletos con información sobre la empresa de armas que tenían en su patio trasero. Esta actividad inicial no era conflictiva, pero estableció una presencia visual y una rutina de frecuencia que sería importante en los meses venideros.
Los primeros esfuerzos de campaña también contaron con el apoyo del grupo filipino Malaya Movement. En agosto, el grupo presentó una orden política en el Ayuntamiento de Cambridge para apoyar la Ley de Derechos Humanos de Filipinas. En ella se incluía una cláusula que condenaba los crímenes de guerra de Elbit en Filipinas. El Ayuntamiento de Cambridge votó a favor de eliminar toda mención a Elbit.
A principios de otoño, mensajes como «Los criminales de guerra trabajan en el 130 de Bishop-Allen Drive» y «¡Elbit fuera de Cambridge ya!» aparecieron pintados en las aceras de los barrios ricos cercanos a la oficina, lo que generó un pequeño revuelo en los hilos locales de Reddit.
Elbit eliminó la dirección de sus instalaciones de Cambridge de su sitio web en octubre de 2023. Los activistas publicaron la información por su cuenta.
7 de octubre de 2023
El 7 de octubre de 2023, el asedio a Gaza se rompió momentáneamente cuando 3000 militantes liderados por las brigadas al-Qasam derrotaron a la ocupación sionista por mar, aire, tierra y subsuelo. El mundo quedó conmocionado; muchos anticiparon la escalada de violencia por parte del ejército israelí que se produjo inmediatamente después. Un impulso urgente recorrió el movimiento internacional por Palestina. Estallaron manifestaciones por todas partes. En Boston, cientos de personas salieron a las calles en apoyo a la resistencia. Una de las primeras grandes manifestaciones en Boston se centró en Elbit.
En una semana, un nuevo grupo inspirado en la red británica de acción directa Palestine Action (y que operó brevemente con el mismo nombre) impidió a los trabajadores de Elbit acceder a su oficina de Cambridge. Antes de la hora de apertura, tres activistas de Palestine Action US bloquearon la puerta del edificio atando sus cuellos con candados de bicicleta a las manillas de la puerta. Uno de ellos también derramó pintura roja por la acera y pintó con spray «Shut Elbit Down» (Cierren Elbit) en el edificio. Tras haber disuadido con éxito a los empleados, los y las activistas pudieron desbloquearse y escapar a casa ante las atónitas miradas de la policía de Cambridge.
En pocas horas, activistas anónimos volvieron a vandalizar el edificio. Las paredes fueron pintadas con eslóganes contra Elbit y la máquina de tarjetas magnéticas fue destrozada. Cuatro días después, activistas anónimos volvieron a atacar el edificio, destrozando los lectores de tarjetas magnéticas y rociando el edificio con pintura roja que tardó semanas en eliminarse. Intercontinental Real Estate, la empresa inmobiliaria propietaria del edificio Bishop-Allen y que alquilaba la segunda planta a Elbit, fue objeto de un ataque una semana después. Activistas anónimos rociaron pintura roja por toda su oficina y destrozaron los lectores de tarjetas magnéticas. Una cadena de televisión local también fue cubierta de pintura roja.
Durante este tiempo, BDS Boston pasó de hacer campaña en las aceras a montar piquetes frente a la oficina y anunciar manifestaciones ruidosas. Las multitudes pequeñas y medianas que esto atraía habitualmente ahora traían megáfonos y pancartas.
El 30 de octubre, Palestine Action convocó una manifestación frente a la oficina de Elbit. Acudieron más de 200 personas. La policía instaló un perímetro de barricadas metálicas alrededor del edificio y colocó a los agentes detrás de ellas. La multitud coreó consignas contra la policía por proteger a una empresa de armas. Varias personas comenzaron a empujar las barricadas hacia el edificio. La policía, desprevenida, entró en pánico. Arrastraron a personas de entre la multitud, las derribaron y les rociaron con spray pimienta. Un policía perdió el equilibrio sobre las hojas mojadas y se estrelló contra la acera de forma caricaturesca. Los agentes discutieron abiertamente entre ellos sobre qué hacer. Los activistas se liberaron unos a otros y repelieron a la policía; algunos les lanzaron con entusiasmo huevos y bengalas de humo.
En total, nueve personas fueron detenidas por delitos que iban desde alteración del orden público hasta agresión a un agente. Todas fueron puestas en libertad esa misma noche y, finalmente, un juez desestimó todos los cargos.
Intercontinental Real Estate, ¡no puedes esconderte!
Tras la manifestación del 30 de octubre, Palestine Action volvió a actuar contra las instalaciones de Elbit en Cambridge. El grupo convocó una protesta allí el 14 de diciembre, que posteriormente fue cancelada discretamente. En Internet, promovieron acciones contra Elbit Systems of America a nivel nacional, animando a la gente a organizarse contra la maquinaria bélica, a formar grupos de afinidad y a emprender acciones directas. En noviembre, el grupo organizó su última acción pública antes de disolverse.
El 20 de noviembre, los activistas se presentaron en la planta de fabricación de Elbit en Merrimack, New Hampshire. Bloquearon las entradas con candados de bicicleta, rompieron puertas de cristal, cubrieron el edificio con pintura, destrozaron el sistema de climatización y pintaron grafitis con el lema «¡Liberen Gaza, que le den a Elbit!». Cuatro personas fueron detenidas y finalmente cumplieron 40 días de cárcel y dos años de libertad condicional.
En los alrededores de Boston, varias ONG y los Socialistas Democráticos de América hicieron llamamientos inútiles a Elizabeth Warren y otros miembros del Congreso para que respaldaran un alto el fuego. Las secciones locales de Jewish Voice for Peace e If Not Now imitaron brevemente las acciones performativas de detención de activistas judíos que acapararon los titulares en Washington D. C. y Nueva York. El Partido por el Socialismo y la Liberación agotó a la gente marchando frente a edificios consulares vacíos y organizando manifestaciones durante los fines de semana en parques públicos. De vez en cuando, activistas no afiliados organizaban acciones disruptivas contra Boeing, Raytheon y la logística de transporte por carretera de Boston.
Mientras tanto, BDS Boston buscaba nuevas formas de ejercer presión contra Elbit. A finales de octubre, el grupo lanzó una campaña contra un tercer objetivo: el propietario, Intercontinental Real Estate. En las redes sociales, BDS Boston publicó los nombres, correos electrónicos y números de teléfono de las otras tres empresas que alquilaban espacio en el 130 de Bishop-Allen Drive. Durante los siguientes diez meses, el bar-oficina de la planta baja y los estudios de arquitectura de la planta superior recibieron correos electrónicos y llamadas telefónicas sobre su vecino de la segunda planta.
BDS Boston material de divulgación sobre Elbit Systems en noviembre de 2023.
Los y las activistas del BDS estaban tensando las relaciones dentro del edificio al mismo tiempo que llamaban ellos mismos a la empresa inmobiliaria. Cuando la recepcionista del propietario empezó a colgar las llamadas, los activistas probaron una nueva forma de ponerse en contacto con la empresa. Un sindicato local de inquilinos envió a organizadores a otra de las propiedades de Intercontinental, un complejo de apartamentos de lujo en el centro de la ciudad. Los activistas encuestaron a los irritados residentes sobre su propietario, el director ejecutivo de Intercontinental Real Estate, «Peter “Genocide Profiteer” Beneficiario del genocidio Palandjian». Las quejas sin duda llegaron a la empresa. Cuando el sindicato de inquilinos organizó una segunda encuesta, la seguridad privada ya les estaba esperando.
¿Tu banco se está enriqueciendo con el genocidio?
El 22 de enero, BDS Boston amplió sus acciones contra Elbit para incluir al inversor JP Morgan Chase. Ese día, casi 200 personas marcharon hasta la sucursal del Chase Bank en Harvard Square. Por iniciativa propia, algunas personas se adelantaron a la marcha y perturbaron la sucursal, gritando consignas contra Elbit y lanzando dinero falso manchado de sangre por todas partes. En el exterior, los activistas formaron un piquete en un círculo largo e ininterrumpido que ocupaba toda la manzana. La sucursal cerró durante todo el día.
Menos de un mes después, cientos de activistas cerraron una sucursal del Chase Bank en el barrio de Jamaica Plain, en Boston. Un puñado de personas recreó la interrupción con el dinero ensangrentado; otros trajeron escombros y sábanas ensangrentadas para tirarlas fuera de la entrada, creando una imagen de la inversión de la empresa en el genocidio de Elbit. La gran multitud bloqueó la entrada al banco hasta que cerró por ese día, y luego cortó el tráfico en la intersección contigua, donde oradores del Movimiento Juvenil Palestino elogiaron las acciones directas que interrumpían la maquinaria bélica sionista estadounidense. Otros hablaron en apoyo de la resistencia armada palestina.
Formulario 13F presentado por JP Morgan Chase ante la SEC en mayo de 2024 mostró una reducción del 70 % en las acciones de Elbit que poseía, pasando de un valor total de 54 millones de dólares a solo 16 millones.
Se repitieron acciones similares en varias ocasiones más. BDS Boston anunciaba la ubicación de una sucursal, lo que solía atraer a más de 100 personas. Mientras la multitud hacía piquetes en el lugar e impedía físicamente el acceso a la sucursal, otros actuaban de forma autónoma como consideraban oportuno, normalmente lanzando dinero falso al interior de la sucursal o tirando escombros, pintura y sábanas ensangrentadas en la puerta. Cada acción logró cerrar la sucursal durante ese día. Solo una vez se detuvo a alguien por supuestamente tirar escombros, y los cargos contra esa persona fueron finalmente desestimados.
Campamentos estudiantiles
El 17 de abril de 2024, estudiantes de Columbia ocuparon el hierbín en un campamento estudiantil por Gaza. La policía los desalojó al día siguiente. Cuando los y las estudiantes de Columbia volvieron a montar sus tiendas, no estaban solas. En una semana, estallaron protestas similares en todo el país. En Boston, los estudiantes montaron campamentos en Harvard, el MIT, Emerson, la Universidad de Boston y Northeastern.
Días antes de esta «intifada estudiantil», BDS Boston interrumpió simultáneamente cuatro sucursales del Chase Bank en toda la ciudad. Esta fue la última de las protestas contra los bancos hasta mediados del verano, y la penúltima de toda la campaña. La mayoría de los organizadores palestinos dirigían sus energías a mantener los campamentos en toda la ciudad.
Las acciones dirigidas contra Elbit no se reanudaron hasta finales de mayo. Aprovechando la energía de los campamentos estudiantiles y las interrupciones del Chase Bank, los piquetes comenzaron a salir en mayor número y con más ganas de tomar la intersección frente a la oficina de Elbit. Al menos 50 personas se presentaron repetidamente y bloquearon el paso de los coches que querían girar hacia Bishop-Allen Drive, lo que normalmente provocaba pequeños empujones con la policía de Cambridge, que se mostraba impotente. Los manifestantes siempre se mantuvieron firmes.
El empujón final
En febrero, BDS Boston se enteró de que los empleados de Elbit no tenían que acudir a la oficina los días en que había una protesta. Los piquetes se reanudaron con regularidad. A principios de mayo, las acciones del Chase Bank habían disminuido en frecuencia. Los documentos presentados por JP Morgan Chase ante la SEC mostraban una reducción del 70 % en las acciones de Elbit, lo que supuso una caída de sus participaciones de 56 a 16 millones de dólares. Siguieron realizando campañas telefónicas a las demás empresas del edificio de Elbit durante toda la primavera y el verano. Las secretarias, furiosas, transmitían ocasionalmente el mensaje de que el propietario estaba tratando de rescindir el contrato de alquiler con Elbit lo antes posible. Los organizadores lo tomaron como un estímulo, pero lo consideraron nada más que un rumor. Si era cierto, era el momento de redoblar la presión contra el propietario.
A finales de junio, más de 100 personas se concentraron en Harvard Square. La multitud marchó un kilómetro y medio hacia el norte hasta la casa de 15 millones de dólares del director general de Intercontinental Real Estate, Peter Palandjian. Reunidos frente a la mansión amarilla, los y las activistas criticaron a Palandjian por cobrar «cheques de alquiler manchados de sangre» y le exigieron que desalojara inmediatamente a Elbit. Los vecinos molestos condenaron la ruidosa acción del mediodía. Los y las activistas empapelaron su calle con fotos de su rostro, con la leyenda: «SE BUSCA POR LUCRAR CON EL GENOCIDIO. DILE A TU VECINO QUE DESALOJE A SU INQUILINO GENOCIDA».
A finales de junio de 2024, manifestantes se reunieron en la casa de 15 millones de dólares del director ejecutivo de Intercontinental Real Estate Corporation, Peter Palandjian, exigiéndole que desalojara a la filial médica de Elbit, KMC, de su «Cambridge Innovation Center».
En julio, BDS Boston y el Movimiento Juvenil Palestino convocaron una semana de acción. El objetivo era aumentar la participación de la comunidad de Boston en la campaña contra Elbit, planificando algo para cada día de la semana. PYM dirigió un taller sobre Palestina 101 durante una cena de inauguración, en la que se presentó ante más de 100 personas. A la mañana siguiente, una multitud cerró la sucursal del Chase Bank de Harvard Square desde el momento en que abrió hasta la hora de cierre. Más tarde, el PYM organizó un taller de Tatreez, seguido de una charla sobre «No Tech for Apartheid» (No a la tecnología para el apartheid).
A la noche siguiente, BDS Boston y el PYM organizaron un piquete de 18 horas frente a la oficina de Elbit. Durante el día, realizaron piquetes frente a Elbit y corearon consignas en apoyo a la resistencia. Se organizó una charla de la Universidad Popular para Palestina en medio de la calle. Por la noche, la manifestación se convirtió en una vigilia y un memorial por los mártires palestinos. Solo una vez un agitador intentó interrumpirla: una noche, un hombre solitario con un carro de sonido interrumpió la vigilia con una grabación en árabe de propaganda sionista. Las personas asistentes lo acallaron colectivamente, rodeándolo con kuffiyehs y, finalmente, aguantando más que él.
Más tarde, el espacio se transformó de nuevo tras colocar lonas y almohadas en la calle en las que se acomodaron. Proyectaron Tell Your Tale Little Bird, un documental sobre las mujeres palestinas que luchan en la resistencia, contra la pared de hormigón del edificio. Durante toda la noche, la calle perteneció a la protesta. Otra noche, varias docenas de activistas regresaron a la casa del propietario en North Cambridge. Cerca de las 2 de la madrugada, se juntaron frente a su jardín delantero, haciendo ruido con matracas y gritando consignas para que desalojaran a Elbit. Mientras los guardias de seguridad privados perseguían e intentaban grabar a las personas manifestándose, un furioso Palandjian salió tambaleándose al porche, gritando en ropa interior.
La policía vigila a los manifestantes solidarios con Palestina el 2 de septiembre de 2024.
Elbit fuera de Cambridge
A finales del verano, la campaña había cobrado impulso. La acción directa contra Elbit era una piedra angular de la organización palestina en Boston. BDS Boston organizaba piquetes semanales frente a la oficina, ocupando más espacio y sintiéndose cada vez más cómodos para hacer retroceder a la policía. Peter Palandijian estaba cada vez más irritado. Los inquilinos de arriba difundieron rumores de que la mayoría de los empleados de Elbit habían empezado a trabajar desde casa. La oficina estaba casi siempre vacía.
El 18 de agosto, el noticiario local Cambridge Day informó de que la oficina estaba vacía. Elbit lo confirmó públicamente: se habían ido. Unos días más tarde, los activistas organizaron una marcha para celebrarlo. Ocuparon la intersección situada debajo de la oficina ahora vacía en la segunda planta, donde aún se veían manchas de pintura roja bajo las persianas bajadas. Alguien modificó el habitual cántico «Elbit no es bienvenido aquí» por «¡Elbit ya no está aquí!». La multitud vitoreó. La policía, exaltada, amenazó repetidamente con arrestar a activistas, blandiendo bridas. Pero no se amedrentaron. Alguien tomó el megáfono. No oirás la palabra «victoria» en boca de BDS Boston hasta que Elbit Systems sea completamente desmantelada. Hasta que Palestina sea completamente liberada. En su lugar, nos oirás decir: «¡Adelante!».
Lecciones y reflexiones
La campaña de un año de duración para expulsar a Elbit Systems fue impulsada por cuatro grupos: el grupo activista independiente BDS Boston, la red de acción directa, Palestine Action el grupo comunitario palestino Palestinian Youth Movement y personas y grupos afines que actuaron de forma anónima. Juntos, esta constelación abrió un nuevo camino para la solidaridad con Palestina en Boston y para la protesta en la ciudad en general.
Esta campaña fue única en el ecosistema palestino de Boston. En lugar de complacer a los políticos municipales o federales, se centró en obstaculizar una unidad específica de la economía de guerra sionista. La campaña también se diferenció de las acciones puntuales en las instalaciones de Boeing y Raytheon. Las interrupciones contra Elbit fueron rutinarias, ocurriendo casi semanalmente durante la mayor parte del año. El alquiler de oficinas en un edificio compartido era una vulnerabilidad particular que la campaña aprovechó acertadamente.
La campaña fue liderada principalmente por grupos independientes y autónomos con fuertes líneas políticas que se apoyaban mutuamente en sus tácticas. La campaña contra Elbit rechazó las detenciones simbólicas y la policía pacífica. Cuando la gente se reunía en masa, ya fueran 20 o 200 personas, era para impedir el trabajo, no para marchar simbólicamente. Los que usaban megáfonos elogiaban a los que usaban botes de pintura en spray. Se trata de una desviación significativa de la tímida locomotora de las ONG que suele impulsar las protestas en Boston. Y funcionó.
Activistas cierran Elbit Systems en octubre de 2023.
¿Qué funcionó?
A continuación se presentan algunas reflexiones individuales sobre la campaña.
Vandalismo temprano y repetido
Después del 7 de octubre, las primeras acciones en la oficina de Elbit fueron actos de vandalismo. El edificio fue pintado con grafitis y rociado con pintura tres veces en cuatro días. Su lector de tarjetas fue destrozado, al igual que el lector de tarjetas de la oficina de Intercontinental Real Estate. Una cadena de noticias local fue rociada con pintura roja. Estas acciones se produjeron con frecuencia, y la policía no tenía pistas, con la excepción de una persona que se atribuyó públicamente la autoría de un acto de vandalismo (los cargos contra ella fueron posteriormente retirados por un juez). Todos los actos de vandalismo anónimos fueron celebrados abiertamente por los órganos públicos de la campaña de Elbit.
La manifestación del 30 de octubre siguió inmediatamente a esta serie de acciones con pintura. Previendo más actos de vandalismo, la policía acordonó el edificio con vallas metálicas y lo rodeó. Las personas asistentes no aceptaron este giro de los acontecimientos, atravesaron el cordón policial y lanzaron huevos y bengalas de humo a la policía. Esto supuso un cambio importante con respecto a las manifestaciones dóciles a las que la policía de Cambridge estaba acostumbrada, y se reflejó en su respuesta agravada y disfuncional.
En conjunto, las semanas de vandalismo seguidas de la manifestación conflictiva señalaron una voluntad de intensificar la lucha contra Elbit. Este espectro acechaba detrás de todas las protestas futuras. Probablemente contribuyó a que Elbit acabara ofreciendo a sus empleados la opción de trabajar desde casa en respuesta a las protestas. Esto supuso una ventaja útil para los activistas, que convirtieron las protestas menos conflictivas en un elemento disuasorio para acudir al trabajo. Las frecuentes protestas significaban que menos empleados acudían al trabajo, lo que convertía la oficina física en un coste empresarial redundante.
Objetivos terciarios, presionando el eslabón más débil
En octubre, BDS Boston inició una campaña de objetivos terciarios contra el «Centro de Innovación» de Cambridge. Durante los siguientes diez meses, el grupo experimentaría con tres tipos diferentes de objetivos terciarios: el propietario, los inversores de Elbit Systems y los clientes de KMC Systems.
Perseguir a los clientes de KMC Systems fue la campaña de objetivos terciarios menos explorada. BDS Boston solo organizó dos campañas telefónicas para exigir a los clientes que cortaran sus lazos con la filial de Elbit. En una ocasión, el grupo convocó una manifestación frente a una cumbre de investigación y desarrollo en la que estaban presentes KMC y sus clientes.
BDS Boston dedicó más tiempo a protestar contra el inversor de Elbit, JP Morgan Chase. El grupo organizó varias interrupciones exitosas en algunas sucursales de consumo en el área metropolitana de Boston. El impacto directo de estas protestas sobre Elbit fue probablemente insignificante, pero beneficiaron sustancialmente al propio BDS Boston. El grupo creció en número durante las protestas bancarias, atrayendo a más de 100 personas cada vez. Las protestas en el Chase Bank siempre se celebraban los fines de semana, lo que ofrecía la oportunidad de participar a quienes no podían acudir a los piquetes de la oficina de Elbit durante la semana laboral. El éxito repetido en el cierre de sucursales con un esfuerzo mínimo generó un impulso y una confianza que se reflejaron más tarde en los piquetes.
El objetivo terciario más eficaz fue el propietario, Intercontinental Real Estate. Este era tanto el eslabón más débil de la cadena como el más importante. A la campaña le resultó fácil convertir a Elbit en una responsabilidad comercial para Intercontinental en varios frentes.
El hecho de que Elbit compartiera el edificio con otras empresas representaba una vulnerabilidad. Las perturbaciones fuera del edificio (vandalismo, piquetes ruidosos, enfrentamientos con la policía) irritaban a los demás inquilinos. Desgastar a los demás inquilinos, sondear otras propiedades de Intercontinental y presentarse en la casa de Palanjian a todas horas facilitó que se dejara caducar el contrato de alquiler.
Organización, dedicación, coherencia
Los grupos que pueden analizar los objetivos, experimentar con tácticas e integrar lecciones estratégicas son indispensables para ganar campañas. Palestine Action US se disolvió tras dos acciones. En noviembre de 2023, el vandalismo anónimo contra Elbit había terminado. El Movimiento Juvenil Palestino se involucró en 2024, después de que la campaña sobreviviera a otras iniciativas locales. Si no hubiera sido por el enfoque inquebrantable de BDS Boston y sus repetidas acciones contra Elbit a lo largo de un año, es posible que el «Centro de Innovación» nunca hubiera cerrado. Era fácil distraerse después del 7 de octubre de 2023. La operación Toufan al-Aqsa y la consiguiente política de tierra quemada de Israel generaron un apoyo público imprevisto a Palestina. Multitudes de personas inundaron las calles buscando actuar. Muchos grupos convocaron protestas por toda la ciudad, protestas con objetivos cambiantes y poca estrategia. BDS Boston era una organización a la que se podía unir con una campaña activa contra un objetivo sensato; esto ofrecía una forma significativa de participar.
La política de BDS Boston también desempeñó un papel importante. BDS Boston no es una ONG, sino un grupo político independiente; no se centra en atraer a los políticos, sino en la acción directa. El grupo apoya la resistencia palestina y es firmemente antisionista. En Boston, se distinguió por apoyar The Mapping Project, un recurso en línea que rastrea la colaboración sionista en Massachusetts; BDS Boston superó una disputa pública con el Comité Nacional BDS en Ramallah, que denunció ese proyecto.
Estas distinciones políticas no son triviales. Son importantes barreras de protección contra la cooptación. No es casualidad que BDS Boston ayudara a crear un espacio para una campaña que se alejó de las normas de protesta de las ONG.
Una manifestación frente a las oficinas de Elbit en Cambridge, Massachusetts, el 30 de octubre de 2023.
La acción: la dialéctica de la represión
El Estado responde inevitablemente a las acciones efectivas. Las campañas inteligentes buscan minimizar, aprovechar o aplastar las contramedidas que las autoridades toman contra ellas sin capitular ante la intimidación. Los activistas deben mantenerse al tanto de los cambios en el terreno de la represión para minimizar el daño que puede causar.
Tras la oleada de vandalismo contra las instalaciones de Elbit, la seguridad del edificio se incrementó con una vigilancia las 24 horas del día por parte de la policía de Cambridge y personal de seguridad privado. Por lo general, nunca había más de un guardia, que se adormecía con la luz azul de su teléfono móvil y comida rápida para soportar los aburridos turnos de noche. Este pequeño ajuste fue evidentemente suficiente para disuadir el vandalismo. Quién sabe cuáles eran los cálculos estratégicos de los vándalos; aún así, vale la pena señalar que los activistas no siempre tienen que estar a la defensiva con la policía.
Eso quedó patente en la manifestación del 30 de octubre, cuando el alboroto de la multitud tomó por sorpresa a la policía. ¿Cuánto más se podría haber conseguido con un poco más de coordinación? En diciembre, la policía se presentó más preparada.
Palestine Action tenía la intención de celebrar otra manifestación frente a las instalaciones el 14 de diciembre, pero la canceló discretamente. Los únicos que se presentaron fueron los policías. Esa mañana se hicieron virales unas fotos en las que se veía a la policía de Cambridge colocando a dos francotiradores en el tejado de un edificio comercial situado justo enfrente de Elbit. Los activistas hicieron bien en aprovechar el escándalo resultante en su beneficio. Mientras defensoras de la lucha contra la policía acudían al ayuntamiento para denunciar el desproporcionado despliegue de fuerzas, las personas organizadoras de la protesta contra Elbit aprovecharon la tensión con los demás inquilinos del edificio: ¿Por qué un arquitecto tiene que venir a trabajar bajo la mira de un francotirador?.
Los tres ejes estratégicos en respuesta al aumento de la presencia policial en las instalaciones entre octubre y diciembre fueron el fin definitivo del vandalismo, el escándalo sobre los francotiradores y el cambio a objetivos terciarios. Esta última medida abrió nuevos espacios para reunirse y ganar confianza cuando la organizacións considerón que las instalaciones de Elbit eran «demasiado peligrosas».
Tras el éxito de esta campaña, la policía ha ampliado su arsenal. En el verano de 2024, se instalaron tres cámaras Flock con IA para leer matrículas en el edificio Bishop-Allen y otra en la entrada de la oficina de Intercontinental Real Estate. Por ahora, estas son algunas de las únicas cámaras Flock que hay en el estado de Massachusetts. La policía también está solicitando la instalación de nuevas cámaras de vigilancia en Cambridge, empezando por Central Square.
Conclusión
Esta no es una receta para cerrar las oficinas de Elbit. Cada campaña se enfrenta a una convergencia única de fuerzas. Al compartir esta historia, esperamos compartir cómo algunas personas participantes evaluaron su situación específica y se animaron mutuamente con sus tácticas para ganar.
Además de un análisis sólido, los y las activistas de Boston fueron constantes. Ya fuera un individuo o un pequeño grupo actuando por la noche, unas pocas docenas de activistas haciendo piquetes frente a Elbit durante el horario comercial, o cientos cerrando el Chase Bank durante el fin de semana, hubo actividades contra Elbit casi todas las semanas durante un año.
Si estás leyendo esto al este del Mississippi, estás a pocas horas de una instalación de Elbit. Con dedicación, puedes cambiar eso.
Activistas cerraron Elbit Systems en octubre de 2023.
Apéndice: Cronología de las acciones
• 3 de agosto de 2023: BDS Boston y Malaya Movement se concentran frente a Elbit. • 21 de agosto de 2023: BDS Boston se manifiesta frente a Elbit. • 7 de septiembre de 2023: BDS Boston protesta frente a Elbit. • 12 de octubre de 2023: Tres activistas de Palestine Action se encadenan con candados de bicicleta al cuello a la entrada de la oficina de Elbit, impidiendo la entrada a los empleados. Alguien vierte pintura roja por toda la acera. Se pinta con spray «Shut Elbit Down» (Cierren Elbit) en el edificio. Esa noche, el edificio vuelve a ser objeto de vandalismo, pintado con spray con «Elbit Makes Genocide» (Elbit comete genocidio), «Fuck Elbit» (Elbit jódete) y «Elbit Get Out» (Elbit, fuera). Se destroza la máquina de tarjetas magnéticas. • 16 de octubre de 2023: Durante la noche, activistas anónimas rocían el edificio de Elbit con pintura roja y pintan con spray «Elbit Arms Genocide» (Elbit armas genocidio). También destrozan el lector de tarjetas. Este es el tercer acto de vandalismo consecutivo contra la oficina de Elbit en cuatro días. • 18 de octubre de 2023: Elbit elimina la oficina de Cambridge de su sitio web. • 24 de octubre de 2023: En algún momento de la noche, activistas anónimos atacan la oficina del propietario de Elbit en Cambridge. La oficina de Intercontinental Real Estate es rociada con pintura roja y sus lectores de tarjetas magnéticas son destrozados. • 30 de octubre de 2023: 200 activistas se manifiestan frente a la oficina de Elbit. Muchos atraviesan las barricadas policiales; varios lanzan huevos y bengalas de humo a la policía de Cambridge. Nueve personas son detenidas, aunque un juez finalmente desestima todos los cargos. • Principios de noviembre de 2023: Activistas interrumpen una feria de empleo en la Universidad de Wentworth patrocinada por Elbit Systems, en la que KMC Systems también tenía una mesa de reclutamiento. • 2 de noviembre de 2023: BDS Boston hace piquetes frente a Elbit. • 5 de noviembre de 2023: Varias manzanas de la plaza central de Cambridge se llenan con los nombres de mártires palestinos escritos con tiza. • 17 de noviembre de 2023: Estudiantes de la Universidad de Tufts bloquean el edificio administrativo durante varias horas exigiendo la desinversión en Israel. Algunas estudiantes avispadas que participan en el bloqueo utilizan la página web del personal de la universidad para averiguar los nombres de los policías del campus que responden a la acción y comienzan a corear consignas dirigiéndose a cada agente por su nombre. • 26 de noviembre de 2023: Activistas interrumpen el funcionamiento de la zona de recogida de equipajes del aeropuerto Logan de Boston en protesta contra Boeing. Un activista es detenido. Varias docenas más continúan manifestándose fuera del aeropuerto durante unas horas. • 2 de diciembre de 2023: BDS Boston hace un piquete frente a Elbit. • 13 de diciembre de 2023: Puma anuncia que dejará de patrocinar a la Asociación de Fútbol de Israel (IFA). • 14 de diciembre de 2023: La policía de Cambridge es fotografiada colocando francotiradores en el tejado frente a Elbit en previsión de una protesta. • 16 de diciembre de 2023: Activistas se reúnen para una protesta «familiar» en el Ayuntamiento de Cambridge. Se sirve comida gratis, se pronuncian varios discursos y los asistentes bailan dabke juntos en el césped del Ayuntamiento. Los activistas pintan con spray carteles con el lema «ELBIT OUT OF CAMBRIDGE» (Elbit fuera de Cambridge) y escriben con tiza eslóganes contra Elbit en las escaleras del Ayuntamiento. • 18 de diciembre de 2023: Más de 50 activistas bloquean camiones bajo la lluvia en una terminal de transporte de Boston para protestar por el bloqueo de camiones de ayuda en el paso fronterizo de Rafah. • 1 de enero de 2024: BDS Boston hace piquetes frente a Elbit. • 17 de enero de 2024: Activistas bloquean la entrada a una planta de fabricación de Raytheon en Tewksbury, Massachusetts. Aparece pintura roja en el letrero de Raytheon. • 20 de enero de 2024: Más de 100 personas cierran una sucursal del Chase Bank en Harvard Square. Interrumpen el funcionamiento de la sucursal lanzando dinero manchado de sangre, impidiendo la entrada de personas y haciendo piquetes en el exterior. • 8 de febrero de 2024: Activistas interrumpen el funcionamiento de BNY Mellon, un inversor de Elbit Systems, en su oficina de Boston, lanzando dinero manchado de sangre y coreando consignas contra Elbit. • 11 de febrero de 2024: BDS Boston hace piquetes frente a Elbit. • 17 de febrero de 2024: Más de 100 personas cierran una sucursal del Chase Bank en el barrio de Jamaica Plain, en Boston. Interrumpen el funcionamiento de la sucursal lanzando dinero manchado de sangre, tirando escombros y sábanas manchadas de sangre en las entradas, impidiendo la entrada de personas y haciendo piquetes en el exterior. Tras el cierre anticipado de la sucursal, los y las activistas ocupan la intersección contigua para dar discursos en apoyo a la causa.Después de que la sucursal cierre temprano, ocupan la intersección contigua para dar discursos en apoyo a la resistencia armada palestina. • 21 de febrero de 2024: La campaña se entera de que los empleados de Elbit pueden trabajar a distancia los días en que hay una protesta. BDS Boston programa un piquete frente a Elbit a las 9 de la mañana. • 27 de febrero de 2024: BDS Boston hace un piquete frente a Elbit. • 29 de febrero de 2024: Activistas bloquean la entrada de las instalaciones de Elbit en Birdsboro, Pensilvania. Seis personas son detenidas. • 4 de marzo de 2024: Más de 50 personas bloquean durante una hora los camiones en una zona de envíos de Boston para protestar por el bloqueo de los camiones de ayuda en Gaza. • 7 de marzo de 2024: BDS Boston protesta frente a MassMEDIC, una cumbre de fabricantes de dispositivos médicos, por la participación de Elbit. Los y las activistas exigen a los clientes de KMC Systems que rescinda sus contratos. • 9 de marzo de 2024: Más de 100 personas cierran una sucursal del Chase Bank en el centro comercial Prudential Center de Boston. Interrumpen el funcionamiento de la sucursal lanzando dinero manchado de sangre, esparciendo escombros y sábanas manchadas de sangre en las entradas, impidiendo la entrada de personas y haciendo piquetes en el exterior. • 19 de marzo de 2024: BDS Boston hace piquetes frente a Elbit. • 22 de marzo de 2024: Siete personas bloquean la entrada de la planta de fabricación de Elbit en Merrimack, Nuevo Hampshire, utilizando cajas con candado. • 26 de marzo de 2024: BDS Boston organiza piquetes frente a las instalaciones de Elbit. Elbit publica sus resultados financieros de 2023 para los accionistas. • 30 de marzo de 2024: Activistas bloquean el tráfico en el puente Longfellow con cadenas y candados de bicicleta con motivo del Día de la Tierra Palestina. • 6 de abril de 2024: El Movimiento Juvenil Palestino y BDS Boston organizan una manifestación conjunta contra Elbit. • 15 de abril de 2024: Activistas interrumpen simultáneamente cuatro sucursales del Chase Bank en Boston lanzando dinero manchado de sangre y coreando consignas contra Elbit. • 17 de abril de 2024: Estudiantes de la Universidad de Columbia acampan en el césped en apoyo a Gaza, lo que desencadena una ola nacional de acampadas estudiantiles. En una semana, los campus de Boston reproducen la acción con acampadas en Emerson, Northeastern, MIT, Harvard, Boston University y Tufts. • 15 de mayo de 2024: Activistas solidarias con Palestina protestan por toda la ciudad con motivo del Día de la Nakba. Aparecen pintadas contra Elbit por todo Boston. Los documentos presentados por JP Morgan Chase ante la SEC muestran una reducción del 70 % en las acciones de Elbit. • 29 de mayo de 2024: BDS Boston hace piquetes frente a Elbit. Activistas cuelgan una pancarta con el lema «ELBIT KILLS» (Elbit mata) desde el puente Charles. • 5 de junio de 2024: BDS Boston hace piquetes frente a Elbit. • 12 de junio de 2024: Activistas ocupan el vestíbulo de Boeing. Atrincherándose en el interior, impiden la entrada a una multitud de empleados y policías que se congrega. Después de una hora, los y las activistas se marchan juntas, sin que se produzcan detenciones. • 12 de junio de 2024: BDS Boston hace piquetes frente a Elbit. • 26 de junio de 2024: BDS Boston organiza piquetes frente a las instalaciones de Elbit. • 29 de junio de 2024: 100 activistas marchan hacia la casa de Peter Palandjian para realizar una manifestación ruidosa. Palandjian es el director ejecutivo de Intercontinental Real Estate, la empresa propietaria que alquila el espacio de oficinas en Cambridge a Elbit. • 3 de julio de 2024: BDS Boston organiza piquetes frente a las instalaciones de Elbit. • 12 de julio de 2024: Comienzo de la semana de acción de BDS Boston y el Movimiento Juvenil Palestino. Más de 100 personas se unen a la cena de bienvenida y al taller Palestina 101. • 13 de julio de 2024: BDS Boston cierra la sucursal del Chase Bank en Harvard Square desde la apertura hasta el cierre. Activistas bloquearon las entradas candándose y con cadenas humanas. • 15 de julio de 2024: BDS Boston realiza piquetes frente a Elbit durante 18 horas. Se llevan a cabo charlas informativas durante todo el día. Por la noche, el piquete se convierte en una vigilia por los mártires y, a continuación, en una proyección de películas. El piquete contiene la intersección frente a la oficina durante todo el tiempo. • Finales de julio de 2024: Realizan una manifestación ruidosa frente a la casa de Peter Palandjian a las 2 de la madrugada. • 24 de julio de 2024: BDS Boston realiza piquetes frente a Elbit. • 31 de julio de 2024: BDS Boston realiza piquetes frente a Elbit. • 7 de agosto de 2024: BDS Boston realiza piquetes frente a Elbit. • 14 de agosto de 2024: BDS Boston organiza piquetes frente a Elbit. • 21 de agosto de 2024: BDS Boston organiza piquetes frente a Elbit. • 26 de agosto de 2024: BDS Boston organiza piquetes frente a Elbit. • 2 de septiembre de 2024: BDS Boston convoca una marcha y una concentración frente a la oficina de Elbit para celebrar la rescisión anticipada del contrato de arrendamiento.
Manifestantes solidarias con Palestina marchan hacia el Instituto Tecnológico de Massachusetts el 2 de septiembre de 2024.
El pasado lunes (20), el Instituto Brasileño de Medio Ambiente (Ibama) otorgó un permiso ambiental a la empresa petrolera brasileña, Petrobras, para iniciar perforaciones en fase de exploración de petróleo en la cuenca sedimentaria de la desembocadura del río Amazonas, que se extiende desde el estado de Amapá hasta Río Grande del Norte. Los órganos ambientales del Estado justifican que estás operaciones se realizarán a una distancia de 500 kilómetros del gran caudal. Dos días después de aprobar esta licencia, se pidió ajustar los permisos para autorizar otros tres pozos que no estaban contemplados.
De acuerdo con declaraciones de Petrobras, la sonda que será utilizada en esta exploración ya se encuentra en la región del denominado bloque FZA-M-059, donde se aprobó perforar y explorar el pozo Morpho y donde se pidió incluir a los pozos denominados Manga, Maracujá y Marolo, que se encuentran en aguas profundas del estado de Amapá, aproximadamente a 175 kilómetros de la costa. Está previsto que la perforación comience “de inmediato”, puntualizó la empresa.
Acorde a un comunicado de Ibama, la perforación inicial tendrá una duración estimada de cinco meses. La petrolera ha aclarado que en esta fase no se extraerá petróleo, sino que se recabarán datos geológicos para evaluar la existencia de hidrocarburos en cantidades comercialmente viables.
Por su parte la presidenta de Petrobras, Magda Chambriard, ha defendido el proyecto destacando que su importancia gira en torno a una cuestión de “soberanía energética” y “seguridad energética” para Brasil. Además, insiste en que la distancia hacia la cuenca Amazónica no afecta directamente el bioma Amazónico.
Presentación del Proyecto Amapá Águas Profundas, desembocadura del río Amazonas. Foto: Lula Marques.
En contraposición, Suely Araújo, ex presidenta del Ibama y actual coordinadora de Políticas Públicas del Observatorio del Clima, arremetió contra esta determinación asegurando que el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, “acaba de enterrar su pretensión de liderazgo climático en el fondo del océano, en la desembocadura del Amazonas”.
Esta concesión petrolera se ha liberado justo a unos días de que se lleve a cabo la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP30), por primera vez en la región Amazónica, en Belém, estado de Pará, una ciudad que también es utilizada como base por Petrobras.
Diversas organizaciones de la sociedad civil y ambientalistas han respondido muy rápidamente, sobre todo, quienes se preparan para la 30 edición de la COP han alertado que, mientras Brasil se proyecta como anfitrión y líder de esta cumbre, contradictoriamente avanza de manera acelerada en expandir la industria petrolera en este ecosistema crítico para el planeta entero.
Por otra parte, la coalición Observatorio del Clima, tachó la autorización de "doble sabotaje", ya que por un lado se sigue apostando en el uso de combustibles fósiles y, con ello, a un mayor calentamiento global que a su vez se contrapone con el objetivo central de la COP30: la eliminación progresiva de este tipo de combustibles.
Esta decisión compromete gravemente la credibilidad de las negociaciones climáticas y el objetivo del Acuerdo de París de limitar el calentamiento a 1.5° grados centígrados. Un estudio citado por la organización ambientalista AIDA alerta que la quema del petróleo existente en la desembocadura del río Amazonas podría liberar hasta 4.7 gigatoneladas de dióxido de carbono (CO₂), una cantidad mayor que todas las emisiones acumuladas por Brasil en los últimos cinco años.
Esta licencia no es un hecho aislado, sino parte de una estrategia más amplia de expansión de la frontera extractiva. En junio de 2025, la Agencia Nacional de Petróleo adjudicó 19 bloques en la misma región a grandes multinacionales como Chevron, ExxonMobil y la Corporación Nacional de Petróleo de China, además de la brasileña Petrobras.
Denuncia legal
Al menos ocho organizaciones y redes de ambientalistas han recurrido a una demanda legal contra la emisión de esta licencia, alegando al menos tres vicios en el permiso del Bloque FZA-M-59, concedida por Ibama tras cuatro años de presión y en contra de sus propios dictámenes técnicos.
Fotografía de archivo de la plataforma P-51 de la petrolera brasileña Petrobras en el Campo Marlim Sul, en la Cuenca de Campos, costa norte del Estado de Río de Janeiro. Foto: Andre Borges
Estas organizaciones, que tienen un peso político importante en el país y representan a indígenas, quilombolas (comunidades descendientes de africanos que se rebelaron y huyeron de la condición de esclavos), pescadores y el movimiento climático global, entablaron una acción judicial de alto calibre contra el Congreso, Ibama y la empresa Petrobras. El objetivo: anular de inmediato la licencia de operación del Bloque FZA-M-59, en la desembocadura del Amazonas. Del mismo modo, pretenden paralizar las perforaciones que, según la petrolera, ya comenzaron.
Los tres pilares que sostienen la acción judicial, alegan que el proceso ignoró por completo la presencia y los derechos de pueblos indígenas y comunidades tradicionales. No se realizó el Estudio de Componente Indígena, exigido incluso por el órgano de gobierno, Fundación Nacional del Indio (Funai).
Así mismo, los activistas argumentan que se violó flagrantemente el derecho a la Consulta Libre, Previa e Informada, garantizado por el Convenio 169 de la OIT, ya que la región de influencia del proyecto alberga tierras indígenas, territorios quilombolas, colonias de pescadores, reservas extractivas y rutas de navegación esenciales para estas poblaciones.
El corazón técnico de la denuncia se centra en los estudios de modelización de derrames presentados por Petrobras. Según los demandantes, la empresa usó datos hidrodinámicos desactualizados del año 2013, a pesar de tener información más reciente. El modelo no considera factores críticos de la región, como las corrientes subsuperficiales y los sedimentos en el agua. La falla más grave identificada es que, en un escenario de explosión, el 20% del petróleo se hundiría, impactando directamente el Gran Sistema Arrecifal Amazónico, un ecosistema único y vital que sirve como criadero de peces para la economía local.
La demanda enmarca el proyecto en el contexto global de la crisis climática. Citando a la Agencia Internacional de la Energía, recuerda que no se deben autorizar nuevos proyectos de combustibles fósiles para mantener la meta de 1.5° grados centígrados de calentamiento global. El Bloque FZA-M-59, donde se ubica el pozo “Morpho”, es apenas la punta de lanza de una nueva frontera petrolera, con otros 27 bloques en diferentes fases de licitación. Abrir esta frontera, argumentan las demandantes, “es impulsar más emisiones en plena emergencia planetaria".